Sambo delicioso

Una historia real de cómo comenzó una relación prohibida, llena de éxtasis y esa conexión sexual difícil de encontrar.

Y así sin ponerle mucha mente tome la decisión y ese martes sería nuestro primer encuentro. Acordamos de vernos en un nuevo café de la ciudad, llegue unos minutos antes que él lo que me ayudo a respirar un poco, me sentía nerviosa. Al cabo de unos segundos llegó.... trasmitiendo una confianza en si mismo como un macho alfa, se veía muy atractivo vestido de camisa blanca de botones y jeans, él es de facciones perfectas, barba poblada, blanco y alto, llegó un poco sudado por el calor tropical de nuestra ciudad, con una calma singular que lo caracterizaba y esa sonrisa exquisita que te hacía perderte en ella y allí fue donde esta deliciosa aventura comenzó. Pensé que nuestro primer encuentro sería difícil pero la verdad fue muy natural y fluido, conectamos, no nos aburrimos y en algún momento de la conversación me perdí en su mirada; Nunca unos ojos habían cautivado tanto mi atención, su mirar es penetrante, llegue a querer lanzarme sobre él allí en ese café con apenas minutos de conocerlo, el despertaba algo en mi que ni yo sabía que existía. Antes del café no estaba segura si él sería el elegido pero a la mitad de nuestra cita ya lo tenía seguro él sería el amante indicado. Y así fue, el día llego y nuestro primer encuentro sexual que yo anhelaba se dio, yo creía saber que era disfrutar del sexo pero este día me di cuenta que no lo sabia.

Llegamos al hotel nos pusimos cómodos, hablamos mucho y luego yo me estaba desesperando ya quería acción por lo que fui la primera en besarlo, esos labios, esa boca que me hace añorarla cada vez que la recuerdo, esa lengua sustanciosa y posesiva que me invadió toda y lo disfrute como nunca, me comió con hambre y con movimientos precisos la humedad de mi vulva delataba el placer que esa boca me causaba, recorrió mi cuerpo con morbosidad me lamió el cuello, orejas, pechos (con movimientos singulares propios que abrían paso a desearlo aún más) luego delicadamente bajo de mi abdomen hasta mi cadera sensación que me causaba cosquillas y éxtasis, seguido bajó sin prisa a mis piernas siguió su camino hasta mis pies y me chupo y yo solo podía sentir placer y más placer toda la escena me provocaba “Sexo” y las ganas de él seguían creciendo era la primera vez que alguien me comía con tal ganas que me hizo sentir su afrodita, después de haberme dado ese pequeño preámbulo sexual llego a su siguiente destino: mi vulva; se la comió y con deseo succionó mis pliegues internos, dándole esa atención necesaria a mi clitoris con la presión justa para darme placer y no dolor, de forma rápida y certera colocó bajo mi trasero una almohada para alzar más mi pelvis a su disposición y yo simplemente me dejé llevar y pensé “comedme como quieras” con verlo yo me daba cuenta que él lo disfrutaba; su boca, su rose era seguro pero suave, al mismo tiempo que jugaba con mi clitoris sus dedos experimentados entraban y salían de mi vagina y yo solo me arqueaba y disfrutaba cuando de pronto me sujeto de los pies y me giro para dejarme de espaldas acostada  sobre la almohada yo solo esperaba a su siguiente paso y fue presisamente comerme y chuparme el culo sensación que me dejó perpleja pero Dios mío! que sabroso su lengua entrando y lamiendo mi ano y al mismo tiempo lo chupaba me producía un placer prodigioso, esa sensación me dejó anonadada no sabia que esa área era una dinamita de placer lujuria y morbo, después de ponerme a mil y dejarme súper dilatada paso a más, volvió a girarme sobre la cama para esta vez dejarme bajo su cuerpo el metido entre mis piernas en posición del misionero me besó la boca nuevamente y sentí su ereccion cerca de mi vulva y mi boca se hacía agua por todas las ganas acumuladas en este punto, me penetro con movimientos firmes y seguros cuando al mismo tiempo invadía mi boca con esa lengua mórbosa y rica, al estar completamente dentro de mi comenzó a moverse de forma circular haciendo rozar mi clitoris con su pelvis mientras por dentro inundaba cada parte de mi vagina con su pene causándome un placer sin igual, mantuvo este movimiento por unos minutos y yo seguía su ritmo con mis caderas me ajustaba a su cuerpo y seguía su movimiento para tener esa fricción perfecta con nuestros cuerpos mientras el placer y los movimientos aumentaban se sumaba a nuestro disfrute unos besos húmedos por el cuello y boca y él producía un sonido tan varonil por su propio goce que me excitaba aún más, lo disfrute al máximo me llevo al climax para desembocar en un orgasmo explosivo que me hizo arquear mi cuerpo y perderme en él seguido de mi orgasmo llego el suyo sacándolo justo a tiempo para que su leche cayera sobre mi vientre. Sus besos y sus manos expertas me llevaron a un mundo nuevo de sensaciones, ese día descubrí lo que es la “conexión sexual” siempre escuché hablar sobre esto pero yo nunca lo había experimentando.

Continuará.....