Salvando el matrimonio de mi amiga (3)

Como enseño a mi amiga a disfrutar del buen sexo y eso salva su matrimonio.

SALVANDO EL MATRIMONIO DE MI AMIGA 3

La historia de cómo iniciamos a mi amiga en un nuevo mundo de placer continua.

Luego de un rato con mi amiga nos despertamos y nos fuimos al yacuzzi, comenzamos a besarnos y acariciarnos, disfrutando de estar juntas pero sin llegar a tener sexo de nuevo y mientras charlábamos, yo le comentaba que ella ahora debía ser con su esposo como fue con nosotros, ella dudaba un poco de cómo hacerlo y por eso le conté mi idea, su marido estaba por llegar y le propuse que lo llamara, que le dijera que se había encontrado conmigo y que necesitaba mostrarle algo y que yo la estaba ayudando, y para eso viniera a nuestra habitación, ella lo llamó y él acepto y le dijo que llegaba en 15 minutos, con mi amiga nos preparamos para recibirlo.

Esperando por su marido, mi amiga se vistió como estaba antes, de forma poco llamativa e inexpresiva, algo que luego cambiaríamos, y yo me puse los jeans y la remera ajustada. Llegó su marido y luego de saludarnos mi amiga le dijo que yo la estaba aconsejando para vestirla de una manera diferente, para cambiar lo que él tanto le criticaba, él estuvo de acuerdo y se sentó en un sillón de la sala, mientras mi amiga se cambiaba en la habitación, al volver traía puesto un jean y una remera ajustada como yo, eso le gustó a su marido.

Luego se cambió de nuevo y ahora se puso el vestido blanco, él cambió la cara y le agradó mucho y por ultimo le dijimos que era importante también la ropa interior, y entonces ella se cambió y volvió ahora con solo una bikini y el sostén, la bikini no era pequeña, cubría todas sus nalgas, pero era mejor que las que ella solía usar, por lo que su marido quedo aún mas asombrado, pero como le dejamos lo mejor para el final, ella se cambió y ahora se puso una tanguita, que dejaba ver partes de sus nalgas, eso lo deslumbró y para poder integrarme al juego, le dijimos que yo también me había comprado algo especial para mi esposo y deseaba que él me diera su opinión como hombre, me dijo que sí, sin sospechar siquiera que le esperaba.

Me fui a cambiar y cuando regresé traía puesto un baby doll todo transparente, no llevaba sostén, por lo que mis enormes pechos quedan perfectamente a la vista y mis duros pezones atravesaban la fina tela y debajo solo llevaba una minúscula tanguita hilo dental que dejaba mis nalgas totalmente desnudas

¿Y te gusta?, pregunté

¿Cómo le queda? Preguntó mi amiga a su marido

¿Te parece que a mi marido le va a gustar?, le dije

El solo podía mirar asombrado y maravillado con el espectáculo que recibía, y solo decía que me quedaba muy hermoso.

¿Te parece que su marido se va a excitar? Preguntó mi amiga a su esposo.

Si es igual a tu marido, seguro que sí, le respondí a mi amiga.

Notando la terrible erección que presentaba el marido de mi amiga bajo su pantalón, ella le dijo, "veo que te gustó", él entre avergonzado y caliente, dijo que viéndonos a las dos no pudo evitar calentarse y juntas le dijimos que eso tenía remedio, entonces le pregunté si le gustaría ver puesto mi baby doll a su esposa, el asintió con la cabeza, entonces lo sorprendí quitándomelo y quedando solo con mi tanguita y con mis enormes tetas desnudas y le puse el baby doll a mi amiga que ya se había desnudado por completo.

Entre las dos nos acercamos y comenzamos a besarlo y acariciarlo, abrimos su camisa y desnudamos su pecho, abrimos su pantalón y mi amiga bajo su slip y liberó su verga bien dura y erecta, era una de buen tamaño, algo más pequeña que la de Manuel, con mi amiga empezamos a lamerla y chuparla, ella se la introdujo en la boca y yo lamía sus bolas, mientras su marido gozaba y se sorprendía de ver como su recatada mujercita, ahora le comía la verga como la mejor de las putas.

Su marido estaba muy excitado y se veía que no iba a aguantar mucho sin acabar, por eso le dije a mi amiga que lo mejor era vaciarlo para después poder disfrutarlo bien, ella asintió con su cabeza y con su boca llena de la verga de esposo, se la tragó profundo y lo empezó a mamar fuerte, yo seguí chupando sus huevos, él gemía cada vez mas fuerte y explotó, los primeros chorros de leche fueron dentro de la boca de mi amiga, que luego la sacó y mas leche cayó sobre su cara y mi boca, se la chupamos toda, le exprimimos la verga y se la dejamos bien limpia y tal como me imaginaba y por la excitación que él traía, su pija volvió a quedar completamente dura y erecta.

Entonces le dije a mi amiga que era el momento de disfrutar y que se montara en esa pija grande y caliente, ella se sentó sobre él y dejó deslizar su concha mojada apretando esa verga que la penetró por completo, mientras yo desde atrás lamía su culo y las bolas de su esposo, sus jugos mojaban la verga y caían en mi boca, ella gozaba clavada en su sexo

¿Te gusta así mi amor?, preguntó mi amiga

Me encanta, le respondió él

¿Esta es la hembra caliente que deseabas no?

Si, siempre quise tenerte y cogerte así.

Cogeme toda, soy toda tuya.

Mi amiga lo cabalgó mas fuerte y duro, le pedía mas, su macho le respondía ya que la acabada de antes lo hacía aguantar que esa concha le exprimiera la verga, mi lengua se hundía en el culo de mi amiga, ella gozaba, gemía y deseaba mas, su concha chorreaba, su cuerpo se convulsionaba, anunciando su orgasmo, que llegó dando gritos de placer y clavándose profundo en la verga que la penetraba toda, lamí sus jugos desde su concha y sobre la pija y bolas de su marido.

Ahora cogetela vos, le dije a su marido y acostando a mi amiga boca arriba, él se montó sobre ella y siguió penetrándola fuerte y duro y yo me puse sobre mi amiga, poniendo mi concha sobre su boca y de frente a su marido que acariciaba y chupaba mis enormes tetas, mientras cogía profundo a mi amiga, que hundía su lengua bien adentro de mi concha empapada, él me comía los pezones duros y embestía cada vez mas fuerte a su esposa, a la que yo le refregaba mi concha mojando su boca y cara con todos mis jugos, todos gemíamos y gozábamos y casi juntos fuimos alcanzando el orgasmo, su esposo acabó fuerte llenando la concha de mi amiga con su leche, ella sintiéndose inundada, acabó de nuevo y al hacerlo se comía mi conchita tan duro que me hizo acabar en su boca de manera abundante.

Los tres quedamos extasiados, él nos agradeció y sobre todo a mí por haber sacado fuera de su esposa, la hembra que él tanto deseaba, ya que la amaba mucho. Fui a darme una ducha y los deje solos a ellos en mi cama, demoré una media hora duchándome, y al regresar a la habitación ellos ya estaban cogiendo de nuevo, pero al entrar yo, se detuvieron y mi amiga me abrazó y me besó, llevándome a la cama.

Ella me dijo que le contó a su marido como había cogido con nosotros y que ahora deseaba algo, al igual que su esposo, y era que él quería cogerme a mí y ella deseaba ver como lo hacía y saber que se siente verlo, por supuesto que acepté, él estaba acostado boca arriba, con su verga erecta, ella se puso a un costado y yo comencé a chuparsela, lo hacía lento y cada vez mas profundo, hasta que sus bolas chocaron contra mis labios, me la comí toda hasta mi garganta, apretaba sus bolas y me devoraba su verga dura y caliente, me levante un poco y tomé su verga con mi mano y empecé a darme vergazos sobre mis pezones duros, tome mis tetas y apreté su pija con ellas y empecé a pajearsela, él gemía de placer y mi amiga disfrutaba viéndonos y acariciándose su conchita.

Luego me acosté a su lado y él se puso detrás de mí en cucharita y me clavó su verga dura, mi amiga estaba de frente a mí y nos besábamos, sentí su rica verga deslizarse hasta el fondo de mi conchita mojada, sus bolas golpeaban mis nalgas, me cogía suave y profundo acelerando el ritmo cada vez mas, veía a mi amiga masturbarse viendo como su marido gozaba cogiendose a su amiga y yo disfrutaba de una buena cogida que él me estaba dando, cambiamos de posición y ahora me puse estilo perrito, acomodé a mi amiga para poder chuparle la conchita mientras su marido me cogía desde atrás.

Él me embestía cada vez mas fuerte y duro, me tomaba por las caderas, clavándome profundo en su verga y haciéndome gozar, yo me comía la conchita de mi amiga, él me daba cada vez mas duro y fuerte, lo que me llevo a acabar fuerte toda clavada en su pija y mi concha convulsionada apretaba su verga, la que noté hincharse y por acabar, y le pedí que acabara sobre mi, sacó su verga de mi conchita y sentí como chorros de leche caliente caían sobre mi espalda, chorreaban por mis nalgas y mi sexo, en ese preciso momento escuché su voz...

Parece que llegué justo a tiempo, dijo Manuel

Lo miré, y le dije, únete a la fiesta amor

El marido de mi amiga quedó algo cortado al verlo, pero él lo tranquilizó

No te preocupes, esta todo bien, sigue disfrutando, ¿pero no te importara ya que vos te cogiste a mi esposa, que yo me coja a la tuya no?

Él asintió y mientras yo me dedicaba a limpiar su verga de la acabada que había tenido, él tomó a su esposa y empezó a comerle su concha toda empapada, ella deseaba verga, así que se abalanzó sobre él y lo desnudó rápidamente, liberando su verga que asomó enorme y dura y ella llevándosela a la boca se la tragó toda de un bocado, chupandosela fuerte y profundo, luego la acostó boca abajo y abriendo sus nalgas le comió el culito y la conchita, ella gozaba y le pedía que la coja toda, se puso sobre ella y hundió de un golpe su verga por su conchita, su cuerpo quedaba apretado entre el de él y la cama, y eso hacía su penetración dura y profunda.

Ella gozaba y gemía pidiendo mas y más y él la complacía dándole duro y fuerte, llevándola a un orgasmo intenso y duro, no paraba de cogerla y prolongaba su orgasmo, su marido a mi lado, viendo como gozaba su mujer siendo cogida por otro, ya tenía su verga totalmente parada de nuevo

¿Te gusta verla gozar así?

Si, me encanta

Ella lo disfruta mucho y creo que ya esta lista para que la cojas por el culito

Él, asombrado, me mira diciendo, pero nunca lo hicimos.

Mi amiga gozando con la cogida que le daban, miró a su marido y le dijo, si amor, quiero que me cojas por el culo, Manuel se levantó y le dejó su lugar, ella se incorporó un poco, quedando en cuatro patas, yo abrí bien sus nalgas y lamí su culo, tome la verga de él y pasándola por su concha, la llené de jugos que refregué por su culito, mojándolo bien, apoye la cabeza de su verga en el agujerito de su culo y le dije, cogela.

Él empujó y su culito cedió un poco, la verga se fue deslizando, ante la asombrada mirada de su marido que no podía creer lo que veía, ella gemía y gozaba, le decía que se la clavara toda y él no se hizo esperar, no se detuvo hasta que sus bolas chocaron contra sus nalgas y su verga quedó enterrada en su culito, y empezó a cogerla y embestirla fuerte, entonces yo me di vuelta y me monté sobre Manuel, clavándome toda su verga en mi conchita, veía a mi amiga gozar y cabalgaba fuerte su verga, disfrutándola toda, todos gemíamos y gozábamos, mi amiga comenzó a acabar por su culo con la verga de su marido clavada hasta el fondo, yo acabé montando su rica verga y como los machos estaban por explotar, les dije que queríamos saborear su leche.

Las dos nos acostamos en la cama, ellos se pararon sobre nosotras y empezaron a pajear sus duras e hinchadas vergas, hasta que estallaron y una lluvia de leche caliente comenzó a caer sobre nosotras, sus chorros bañaban nuestras caras, nuestras tetas, sobre todo nuestro cuerpo, con nuestras manos las desparramábamos toda, con mi amiga nos besábamos y compartíamos la leche en nuestras bocas, nos sentamos y chupamos sus vergas hasta vaciarlas y dejarlas bien limpias.

Luego de ducharnos, ellos se fueron a su habitación y por la noche cenamos juntos y luego de la cena, nos invitaron una botella de champagne en su habitación para celebrar que le habíamos salvado el matrimonio.

Al llegar a la habitación de la pareja, abrimos el champagne y comenzamos a conversar y a beber animadamente, de pronto baje la luz y comencé a bailar frente a Manuel sensualmente, mientras mi amiga hacía lo mismo con su marido, ambas los llevamos a su habitación y les pedimos que se recuesten uno al lado del otro, comenzamos a juguetear subiéndonos sobre ellos, hasta que desprevenidamente los atamos, dejándolos casi inmóviles y los desnudamos.

Ya nos libramos de ellos, ahora podemos gozar, dijo mi amiga.

Ok... ven acá... – le digo.

Nos arrodillamos frente a frente a los pies de la cama, comenzamos a besarnos y abrazarnos intensamente, nos acariciamos las piernas, metemos nuestros muslos entre las piernas, excitándonos, luego nos ponemos de pie y comenzamos a comernos la boca a besos... y a acariciarnos los glúteos, en ese momento ellos notan que no llevamos nada debajo de las faldas cortas. Mi amiga se arrodilla frente a mí y comienza a comerme las piernas, su lengua se desliza sobre mis muslos, me come las piernas y la conchita, metiendo su cabeza debajo de la falda, yo giro y ahora ella me come el culito, luego intercambiamos lugares y soy yo la que la devora a ella y después de desnudarnos por completo, hacemos un rico 69 que nos lleva a ambas a un orgasmo intenso.

Las vergas de los dos machos, encumbradas al máximo, los miramos con compasión y le digo a mi amiga, pobres... vamos a hacer algo por ellos y ambas nos lanzamos sobre sus vergas, que estaban muy duras y gruesas, por lo que las aprovechamos y nos las comimos con nuestras bocas, luego de un buen rato de estar mamandolas, con mi amiga nos montamos y de una sola estocada nos clavamos en sus pijas, cabalgándolos salvajemente, lo hacíamos rápido, profundo, cuando ya casi estábamos a punto de acabar, cambiamos de verga, yo me monto a su marido y ella al mío.

Ambas gemíamos fuerte, gozábamos, montadas y clavadas en esas gruesas pijas, los dos machos gozaban de nuestras ardientes conchas apretando sus vergas

No acaben aún... queremos tragarnos su lechita, gritó mi amiga

Seguimos montándolos hasta que siento que él está listo para acabar, me desmonto y me clavo su verga en la boca hasta sus huevos y siento un chorro entrando directo en mi boca, mi amiga acelera el ritmo, hasta que Manuel le grita que esta listo, ella se come su verga y explota en su garganta también, devoramos sus vergas hasta dejarlas secas.

Liberamos a los machos de sus ataduras y mi amiga queda acostada con ellos, yo me levanto y voy en busca de dos botellas de champagne.

Pero como es el final de la historia se los cuento en la próxima.

Continuara...