Salvados por la Campana (2)
Este es el segundo relato que escribo espero que les guste. Antes era odin hoy soy Kafka.
Salvados por la Campana II
He cambiado mi correo antes era odin hoy soy kafka espero que me escriban para saber si les gusta mis relatos y aporten sugerencias.
Slater y Zack salieron del baño, con sus jóvenes cuerpos desnudos limpios y perfumados. Se habían secado uno al otro, jugando con las toallas, acariciando sus musculos, besándose... Slater se tiró perezoso otra vez sobre la cama mientras sonreía plácidamente. Zack se ofreció a bajar a hacer el desayuno, mientras Slater se estiraba desnudo sobre el lecho. El rubio bajó en pelotas hacia la cocina mientras el morenazo se recostaba con las manos detrás de la nuca. Mientras, se volvía hacia uno y otro sobaco para excitarse oliéndose a sí mismo; alargaba el cuello hacia los lados para jugar con su lengua en sus sobacos. Aburrido y curioso a la vez, se volvió hacia la mesilla de noche de Zack.
Empezó a revolver en los cajones. En el primero encontró bolis, hojas, chucherías y cartas de Kelly, la novia de Zack, mezclados con chicles, llaveros, y todo tipo de furrufalla. Pero en el segundo cajón encontró varios números de la revista "Men's Fitness", una revista de culturismo llena de tíos cachas medio en pelotas, y uno especialmente grueso; lo hojeó y descubrió por qué. Dentro había páginas sueltas de otras revistas: anuncios de ropa interior masculina principalmente, páginas de hombres desnudos de la revista PlayGirl, y todas llevaban los mismos inconfundibles goterones de lefa seca. Slater se sonreía de su hallazgo, dejó las revistas y rebuscó al fondo del cajón.
Encontró un paquete de fotos Polaroid, de las que se revelan solas sin pasar por ningún laboratorio indiscreto. Algunas eran del Insti, otras de la clase de gimnasia, y otras de chicos del colegio en bañador en la playa. Pero en el montón encontró algunas de Zack desnudo sobre su cama, posando en actitudes eróticas, con la polla bien dura, masturbándose o acariciándose su cuerpo musculado. Esa polla la reconocería ya siemrpe que la viera.... Slater se estaba recalentando, revolviendo los secretos de su amigo, cuando encontró un tubo medio vacío de vaselina, y una bolsa de plástico muy bien cerrada al fondo del cajón. La cogóo, la abrió, y dentro encontró una zanahoria de buen tamaño, con un condón puesto, un pepino y un tubo de lubricante KY. Slater no se lo podía creer... "Joder, así de fácil había sido desvirgar a Zack...el cabrón tenía el culo muy bien entrenado."
Oyó a Zack por el pasillo, y se dio prisa en recogerlo todo de cualquier manera. El rubio venía desnudo, con la polla pendulante, y con una bandeja con leche, cereales y pastas. Vio la cara de Slater y le preguntó qué le pasaba. El moreno no le quiso contestar que se sentía mal por que había estado curioseando entre sus cosas. Los dos se sentaron aún desnudos sobre la cama y empezaron a picar del desayuno. Zack bromeando le tiró un poco de mermelada por el pecho, y Slater en venganza cogió margarina y le untó desde un pezón al ombligo. Empezaron a lamerse recíprocamente para limpiar las manchas. Slater fue hacia abajo, lamiendo el ombligo y el vello de Zack, y se paró a milímetros del rabo, jugando con los rubios pelos púbicos de su amigo. Zack se estremeció y se deslizó bajo el cuerpo del moreno, lamiendo sus abdominales y jugando con dos dedos con el tronco de una polla que estaba creciendo por momentos. Slater le pidió que parara, lo que el rubio hizo al instante. Le preguntó qué pasaba, y Slater le confesó que se sentía culpable por haber espiado sus cosas. Zack se rió y le dijo que no tenía importancia... Le explicó que lo de la zanahoria con el condon lo habia leido en una revista gay, y que como no se atrevia a entrar a un sex-shop a comprarse un consolador, se lo había montado así, porque le encantaba meterse cosas por el culo. Slater le preguntó si lo usaba a menudo, y Zack le confesó que sí, que había empezado metiéndose dedos cada vez que se duchaba, pero que necesitaba algo más, y le explicó que siempre que se lo metía por el ano fantaseaba precisamente que era la polla de Slater la que le penetraba, pero que después de sentir la verdadera, no había comparación.
Zack se puso a acariciar el durísimo pene de Slater, mientras este le miró a los ojos y le dijo con voz melindrosa si podía enseñarle cómo lo usaba. "Por supuesto - le dijo- aunque me gusta más tu zanahoria, jeje". El rubio cogió la zanahoria encondonada, le puso un poco de KY en la punta y se abrió bien de piernas mientras Slater se la meneaba muy lentamente sin perderse ni una escena. Zack apoyó la punta de la zanahoria en su ano mientras su amigo se ponía a mil. Mientras la zanahoria penetraba, Zack sentía cómo su polla se endurecía aún más según avanzaba milimetro a milimetro el vibrador ecológico. Era increible metérsela mientras Slater se pajeaba delante de él.
El latino mas sexy de todo el instituto estaba desnudo, con sus bolas a punto de explotar, y destilando presemen por su glande. Zack aceleraba el vaivén de la zanahoria mientras gemía de gusto. Paró un momento, una chispa se encendió en su ojos y le dijo a Slater que le sacara la zanahoria; el moreno dudó por un momento sin saber exactamente qué tramaba su recién estrenado amante, pero el rubio se lo aclaró muy pronto: "Sácala y méteme la tuya, tio, que la llevas a explotar!"
Slater se acercó a las piernas abiertas del rubio, le sacó el vibrador artesanal y colocó su tranca en el agujero caliente y cremoso de su amigo. Empezó a empujar muy despacio mientras Zack ronroneaba de dolor/placer. Le cogió las piernas al rubio y se las colocó en las caderas, haciendole que le abrazara. Zack estaba en la gloria ante los empujones de Slater. Bombeaba como un toro, con su pollón hiperduro embistiendo el ano de Zack. Sus cojones se movían frenéticos hasta acabar frenando a cada empuj¢n contra el culo de Zack. El moreno cogió el nabo de Zack, que estaba durisimo por el incesante masaje en el esfinter, y empezó a masturbarle al mismo ritmo de sus culeos. La sensación era inaguantable, y entre grititos, Zack se corrió como un animal, salpicando su pecho y el de Slater. Alguna gota cayó en la cara del latino que se relamió con la lengua mientras se corría entre mugidos, inundando el ano del rubio de esperma caliente, escurriendo su pene en embates lentos e intensos, cuyo ritmo marcaban las manos de Zack en sus caderas. Los dos amantes se dejaron caer hacia sus costados, sacando Slater su pollón flacido del agujero de Zack, quien se reia al verlo morcillón como un pez muerto. "Chico, es mejor dejar que te folle la polla de Slater, que imaginarselo mientras te metes una zanahoria..." dijo Zack en voz bajita. Slater le contestó que no se podía haber imaginado cómo el trabajo con el vibrador le había preparado tan bien el ano para recibir pollas, mientras miraba curioso el vibrador por todas sus caras. Zack le miró y le dijo: "la próxima vez te lo meteré yo..."
Miraron el reloj, y se dieron cuenta de lo tarde que era. Slatter tenía que marcharse al partido, y Zack le recordó que sus padres no volverían hasta las siete o las ocho, por lo que quedaron en volver a jugar a este otro deporte juntos después del encuentro. Se levantaron de la cama, se ducharon juntos de nuevo, aprovecharon para besarse un buen rato, y cada uno marchó a lo suyo: Slatter vestido al campo de rugby y Zack, desnudo a excepción de un delantal de la cocina, a recoger los restos de la batalla... y del desayuno. "Adiós, tío bueno!". "Adiós, maricón". "No te pajees en las duchas viendo pollas, tío, guárdate la lefa para esta tarde!..."