Salir de compras con mi madre 2

La primera de muchas relaciones incestuosas entre mi madre y yo, abre las puertas a historias que no conocíamos.

Salir de compras con mi madre II…continuación

La primera de muchas relaciones incestuosas entre mi madre y yo, abre las puertas a historias que no conocíamos.

La estreches de la vagina y el ano de mi madre, hicieron que mis venidas y las de ella fueran muy abundantes, ella me tuvo por cesárea, por lo que evito que se dañara su precioso conducto y además, se veía y sentía que sus relaciones sexuales eran muy distantes o muy pocas. La excitación del momento en donde inicio todo, el show, el jacuzzi y el alcohol, propiciaron que nos tomáramos como unos amantes de momento, no queríamos dejar la oportunidad de sentirnos como un solo cuerpo. Después de la primera cogida, mi madre me despierta con su boca en mi verga y una vez ya parada y dura, se monta sobre mí y me regala su precioso ano, siento como mi verga va estrechando su conducto y como sus pliegues internos van masajeando todo lo largo de mi miembro, veo, entre tinieblas, como mi madre hace muecas de dolor y placer al mismo tiempo, mientras se mete todo el palo. Una vez dentro, en toda su extensión, empieza a moverse lentamente al principio y con más rapidez cuando siente ya lubricado y abierto su culo, no deja de moverse y solo busca la máxima penetración de mi verga. En momentos se para y solo me dice, en voz muy baja, que trate de aguantar, que no me venga, yo no le contesto porque estaba tan excitado que solo sentía el placer de su culo y el saber que estaba, por segunda ocasión, dentro de mi madre. Sin embargo, ella empezó a venirse dando gritos callados de placer y eso me indico que ya podía venirme sin temor, llegamos al orgasmo casi al mismo tiempo. Ella se dejo caer en mi pecho, aun con la verga dentro de su ano y acercándose a mi oído me dijo que había estado muy rico y yo le conteste que era lo máximo. Mi verga, ya sin fuerzas, se sale del ano de mi madre y ella se acurruca a mi lado y con su mano busca mi verga y le da unas caricias que mi hicieron templar de satisfacción. Sin más nos quedamos dormidos por un buen rato.

Yo desperté primero y vi como mi madre aun seguía recostada en mi pecho con su pierna sobre las mías, ya había luz en el cuarto y me permitía ver el esplendor de su cuerpo, sus pequeños senos y sus piernas delgadas pero bien formadas. No sabía si era oportuno despertarla o que siguiera durmiendo, sin embargo, empecé a acariciarle su seno con una mano y con la otra su culo, ella despertó lentamente y sonriéndome se voltea para quedar de espaldas a la cama y con su mano me tomo una de las mías y se la llevo a su entrepierna para que yo pudiera acariciarle su clítoris. Abre lentamente sus piernas y permite que con mis dedos busque el botón de placer, lo encuentro y empiezo a acariciarlo suavemente, sin más, me levanto y me bajo hasta poder alcanzar su entrada con mi boca y empiezo a lamer todo su coño, poniendo especial atención a su clítoris. El coño de mi madre estaba muy mojado, por la excitación del momento y por lo que quedaba de la noche anterior, su sabor era algo agradable, estaba tragándome sus jugos y los míos, no me importaba, seguí chupando y al mismo tiempo, acariciándole los senos. Mi madre empezó a levantar su cadera y con sus manos presionaba mi cabeza para que no dejara de chupar, al fin, mi madre se empezó a venir en mi boca, temblaba y gritaba, yo seguía chupando y ella me pidió que ya no siguiera, que era muy fuerte la sensación y yo seguí si hacerle caso. Mi verga, para ese momento, ya estaba nuevamente dura, deje de chupar y me levante para acomodarle el palo en su coño, ella levanto sus piernas y las apoyo en mis hombros y permitió que se la metiera, la empuje hasta el fondo, era increíble, pero me costó trabajo meterla. Estaba muy estrecha, como la primera vez, eso me calentó más y empecé a meter y sacar la verga de su coño, ella me tomo de las nalgas y cada vez jalaba más fuerte para que la penetrara profundamente. Yo sentía como la punta de mi verga chocaba con la parte más interna de su sexo, y buscaba como poder entrar más. Mi madre se estaba viniendo, casi de forma continua, yo bombeaba hasta que empecé a venirme sin poder controlarme. La venida de mi madre fue tan fuerte, que se orino mientras estaba metido en ella, las sabanas estaban mojadas. Al terminar, me recuesto a su lado y ella seguía muy agitada. Yo estaba completamente seco y cansado.

Al poco rato, ella se voltea hacia mí y me pregunta si me puede contar algo, le contesto si eso puede terminar con nuestra relación, no quería, mi madre contesto que no, que creía que podía justificar lo sucedido entre nosotros y que daría más oportunidades para continuar, entonces le dije que me platicara. Mi madre venia de una familia muy grande, su papa, mama y seis hermanos en total, tres mujeres y tres hombres. Su papa, mi abuelo, era dueño de camiones de carga y constantemente tenía que viajar fuera de la ciudad. En una ocasión, mi abuelo se llevo de viaje a toda la familia a la playa, al llegar no encontraron donde hospedarse y solo consiguieron un cuarto sin camas y con un baño, el dependiente les proporciono unas colchonetas para que se pudieran acostar mientras encontraban una habitación con camas. Era la primera vez que todos dormirían juntos bajo esas condiciones. Mi madre me comenta que ya entrada la noche, ella no podía dormir y de pronto empezó a escuchar unos gemidos cercanos a donde ella se encontraba, no podía distinguir quien los hacía, pero se acordaba que en ese sitio estaba su papa y una de sus hermanas, los gemidos seguían y además se oía un sonido como de de agua que se estaba moviendo. Sin hacer mucho ruido, mi madre se levanto un poco para ver de qué se trataba y, con la poca luz que entraba en la habitación, vio como había dos figuras muy juntas y una de ellas moviéndose de atrás para adelante. Ella reconoció que una de ellas era su padre y la otra pensó que era su mama, que en último momento se había cambiado de lugar para estar los dos junto, inmediatamente pensó que sus papas se estaba cogiendo. Mi madre no hizo más y se acostó nuevamente, al poco rato, los gemidos terminaron y al fin se pudo dormir. Al día siguiente, muy temprano mi madre se levantó y volteo a ver hacia el sitio en donde sus padres estaban y cuál fue su sorpresa que no era su madre la que estaba acostada junto a su padre, era su hermana.

Yo no podía creer lo que me estaba platicando mi madre ya que la familia de mis abuelos era muy religiosa y temerosa de dios, y sin embargo, me estaba platicando que mi abuelo se estaba cogiendo a una de mis tías, bueno, qué más da, yo me estaba cogiendo a mi madre. Aunque el tema que aquí toco no es de las relaciones sexuales de otras personas, sino de mi madre y yo, creo que ayudaron a que nuestra relación fuera más estrecha y temores y más tratándose de la familia.

A esas alturas del relato de mi madre, ya me empezaba a calentar y a pensar que más había en la historia de ella, por mi parte les comento que durante mi vida, antes y después de cogerme a mi madre, tuve contacto con familias incestuosas.

Queremos agradecer a todos los lectores que nos han dado su opinión y calificación de esta historia, esperando que sigan interesados y que aportemos más calor a sus vidas.