Salida entre amigos

Don hombres, salen en una lluviosa noche, a divertirse y si encontrar diversión, terminan explorando el mundo de la homosexualidad.

Carlos y yo nos conocimos cuando entré a trabajar en una empresa, en el mismo edificio en el que trabajaba el. Nuestros horarios coincidían, y era habitual que nos topáramos en el ascensor, o estacionamiento. Al cabo de unos meses nos fuimos haciendo amigos, saliendo después del trabajo a tomarnos unas cervezas o cosas por el estilo.

Así comenzó a nacer una leve amistad, no como para contarle alguna infidencia, pero si para salir a pasarlo bien. En varias ocasiones el por su lado conocía alguna chica con alguna amiga y me llamaba a mi celular para que lo acompañara. Varias veces terminamos en el edificio, primero tomándonos unos tragos en su oficina los cuatro, para luego ir a follar cada uno en su oficina. A veces me llamaba de noche para que saliéramos a jugar billar, o yo lo invitaba a algún partido de football algún domingo en la tarde, pero solo eran salidas esporádicas.

Ambos éramos muy parecidos en nuestros gustos, fanáticos por los autos, nos gustaban el mismo estilo de mujeres, aunque si somos francos, éramos ambos muy calientes y cualquier mujer, después de un par de cervezas la encontrábamos atractivas. Claro que de físicos éramos completamente distintos, el un poco pasado de kilos y yo delgado, pero casi de la misma edad.

Una noche muy lluviosa, me encontraba muy aburrido en mi casa, cuando suena el teléfono y era Carlos. Me contó que había tenido dramas con su novia y que quería salir relajarse y a tomarse algo.

Me pasó a buscar, nos fuimos a tomar unas cervezas y luego nos fuimos a jugar billar. Dentro de local no estaba permitido beber, a si que llevábamos escondida una botella que pasamos a comprar, pero como había mucha gente y nos toco jugar en la mesa que esta al lado del encargado del salón, a si que no pudimos abrirla.

Salimos luego de una hora y media. Afuera llovía de una manera sorprendente. Me dijo que fuéramos a su oficina, a bebernos la botella y que después me pasaba a dejar. No me gustó mucho la idea, pero me dio lata decirle que no.

Entramos al edificio, y tomamos el ascensor hasta su oficina. Nos sentamos en su escritorio, sacó dos vasos y nos colocamos a beber y a conversar. Mientras lo hacíamos, el prendió su computador, y comenzó a navegar, solo por sitios pornográficos. Eso era otra cosa que teníamos en común. A ambos nos gustaba mucho el Internet, y era habitual que nos pasáramos direcciones, casi todas pornográficas.

Fue ahí donde me mostró una página, donde uno ingresaba sus datos, lo que buscaba y luego quedaba registrado en una base de datos, indicando la ciudad, edad, preferencia sexual, etc.

La página era muy interesante, ingresamos a "mujeres que buscan hombres" y dimos el parámetro de nuestra ciudad. Inmediatamente un gran listado salio en pantalla, donde muchas mujeres buscaban a hombres, incluso algunas publicaban hasta su fotografía. Para contactar a estas tuvimos que registrarnos bajo un nick. Enviamos unos cuantos correos, y quedamos a la espera que alguna de ellas nos respondieran.

Pero a mi me llamo la atención que había un sitio que decía "hombres que buscan hombres". Le dije que entrara en esa sección, para ver si dentro de las fotografías, encontrábamos a alguien conocido. A el le pareció genial la idea, y ingresamos a esa parte. La mayoría no publicaba su foto, pero dentro de las que encontramos, si había una de una persona que ambos conocíamos, que habíamos visto, que tenía un negocio en el centro de la ciudad.

A modo de broma, también respondimos algunos correos. Mientras seguíamos bebiendo, y enviando mensajes, el tenía conectado el MSN del correo que habíamos dado como contacto. De repente, aparece una ventana que uno de los tipos que habíamos contactado, nos había respondido.

Enseguida revisamos el correo y el nos enviaba su MSN, para que lo agregáramos a sus contactos. En seguida Carlos lo agregó y al rato estábamos chateando con el.

El alcohol ya nos había echo efecto y estábamos entretenidos escribiéndole cosas al tipo.

El nos decía que estaba solo en casa, y que estaba muy excitado. La verdad las cosas que nos escribía a mi me tenían muy caliente y conociendo a Carlos, que era mucho mas caliente que yo, seguramente también, además que se esmeraba mucho en escribirle y su rostro estaba distinto.

Carlos me dijo que el tipo tenía cámara, y que como broma le gustaría ver que era capaz el tipo. Le pidió que conectara su cámara y al poco rato lo estábamos viendo del pecho hacia abajo.

Yo también por mi parte le decía a Carlos que escribir y al poco rato, teníamos al tipo masturbándose en la pantalla. Ambos nos quedamos mirando como el tipo nos mostraba la verga a través de la cámara y le pedimos que se diera vuelta y nos mostrara el culo. El tipo lo hizo, he incluso se abría las nalgas para mostrarnos su ano.

Carlos me hacía comentarios que el nunca había pensado en meterse con un hombre, pero que el culo del tipo que estaba en pantalla, lo tenía caliente y que de haber estado ahí, seguro hubiese terminado metiéndosela. Yo también le hice el mismo comentario. L rato el tipo terminó eyaculando y cortó la transmisión.

Ambos quedamos muy calientes, conversando del tema. Carlos me decía que el tipo, aunque yo no le creyera, lo había dejado muy caliente y que de no estar lloviendo como estaba, habría salido a buscar a una prostituta, para saciar sus ganas. Ente bromas y en serio comenzamos a hablar del tema de la homosexualidad, y entre eso, Carlos me confesó que una noche, había subido una puta a su auto y que cuando estaban de lo mejor, en un apartado de la carretera, se dio cuenta que era un travestí, pero que estaba tan caliente que no le importó e igual sació sus ganas con el.

Yo sabía bien que con lo caliente que era Carlos, seguramente desde un principio supo que era travestido y que no le había importado o que lo había subido justamente para tener sexo con el y probar algo nuevo, como el siempre decía.

Ambos estábamos muy pasados de copas y entre bromas nos decíamos que conociéndonos, nos teníamos que cuidar para que el otro no lo fuera a violar. Pero Carlos seguía con el tema del tipo, de lo mucho que le había gustado el culo del tipo, que habría ido a su casa etc., de lo caliente que estaba, las maldiciones al clima, que tendría que llegar a su casa a masturbarse. Después saco que a el le encantaba el sexo oral que incluso si fuera perro, el se la pasaría chupando el mismo, todo el día. Ambos nos reímos de la idea, ya que nos imaginábamos haciéndonos una mamada nosotros mismo.

Muertos de la risa, con el vaso en la mano, el me tiró una broma, diciendo que si yo se la quería mamar, el se dejaba, y yo también entre bromas, le decía que estaba tan excitado se bajara los pantalones y se colocara apoyara en el escritorio para que me dejara penetrarlo.

El muerto de la risa, con un notable estado de ebriedad, me dijo que bueno, pero que después le tocaría a el. Bromeando le dije que bueno, ya que seguramente el, al ser tan gordo, tendría una herramienta muy chica por lo que no me haría daño. El, riéndose y haciéndose el ofendido me dijo que tenía una buena herramienta. Yo lo seguí molestando que seguramente su verga era chica y gorda, que apenas parada tendría un par de centímetros. El se paró y se bajó los pantalones mostrándome su herramienta. Era más chica que la mía, pero mucho más gruesa. Nunca había sentido atracción por otro hombre, pero ver la verga de Carlos, reconozco que me gustó y me excitó mas aun. Pero igual haciéndome el macho, le dije en tono despectivo, que eso no era nada, comparada con la mía. También riéndome, me levanté y me bajé los pantalones, mostrándole la mía. El también en forma despectiva, pero mirándomela fijamente, me dijo que a las mujeres no les gustaba una verga tan flaca, que preferían más la suya que era más gruesa.

Ahí estábamos los dos, separados por su escritorio con nuestras vergas al aire haciéndonos comentarios. Me dijo que mejor me la guardara, por que con lo caliente que estaba capacito que dejara de lado su lado masculino y se agachara a mamármela.

Yo le dije que si se le antojaba por mi no había problema. El haciéndose el bromista me dijo que bueno, pero que no le acabara adentro de la boca, y diciendo esto, se pasó a mi lado del escritorio, haciendo como si se fuera a agachar. Ambos no reímos, y nos imaginamos que pasaría si entrara una persona y nos encontrara así. Muerto de la risa el me dijo que así no habría problema, por que podíamos decir que solo estaban comparando portes, pero que si lo encontraba así, habría problemas. Y diciendo eso se apoyó en el escritorio, en 90° dejándome a la vista su gordo culo.

Al hacerlo botó unos papeles que se agacho a recoger, quedando arrodillado cerca de mi verga. Le dije que aprovechando que estaba ahí, que aprovechara y que me diera una mamada.

El siempre en tono de broma, me dijo que si no me la guardaba, terminaría haciéndomela. Yo le volví a repetir que por mi no había problema y el en tono amenazante como broma, me dijo que si no me la guardaba se la metería en la boca. Yo me quedé callado y el mirándomela fijamente, no aguantó mas y me la tomó y me la comenzó a chupar.

La chupaba como los dioses, mucho mejor que una mujer. Yo sin decir nada, me baje más los pantalones y me senté, con Carlos arrodillado a mis pies, dándome una de las mejores mamadas de mi vida. Carlos ponía todo su empeño en la mamada. Sacándosela de la boca y masturbándome, me confesó que hacía rato que se moría de ganas de hacerlo.

Me la chupó como 15 minutos y yo también, con la curiosidad de saber que se sentiría tener una verga en la boca y sabiendo que eso nunca se sabría, le dije que cambiáramos de posición, ya que yo también se la quería chupar.

Nos sacamos ambos los pantalones, y Carlos se sentó en el escritorio. Yo acerque la silla y sentado en esta le tome su gorda verga y me la llevé a la boca. Carlos dio un gran gemido y se echo para atrás, apoyado en sus brazos, mientras yo chupaba la primera verga de mi vida.

La sensación era muy extraña, pero deliciosa. Sentía como esa gruesa verga entraba en mi boca, y con lo caliente que estaba, le procuraba grandes chupadas, pasándole mi lengua por la punta, probando sus líquidos pre seminales.

Carlos aguantó así como 10 minutos y me dijo que si seguí chupándosela, terminaría acabando en mi boca, pero que no quería hacerlo, quería alargar la sesión, a si que me pidió que cambiáramos de lugar. Ahora yo sentado en el escritorio, en la misma posición que Carlos, nuevamente sentía la experta mamada de mi amigo.

Luego cunado le pedí que cambiáramos de posición, el me dijo que si lo quería penetrar. La verdad no me llamaba mucho la atención, pero el quería probar y yo, con lo caliente que estaba, no me importaba meterle el pene a mi amigo. Se coloco apoyado en el escritorio y se separó las nalgas con sus manos. La peluda entrada a su ano, en ninguna forma me excitó, pero ayudado por el alcohol, me tome la verga y la coloqué en la entrada de su culo. Su ano era muy estrecho, pero igual mi verga iba entrando poco a poco, siguiendo sus instrucciones de detenerme o ejercer más presión. Ya cunado mi verga estuvo con buenos centímetros adentro se la saque lentamente para luego volver a metérsela. El me decía que le dolía un poco, pero que continuara, que se sentía muy rico. Al cabo de un rato, su ano se dilató perfectamente y ya mi verga entraba en su totalidad, sacándole grandes gemidos a Carlos.

Mientras lo penetraba, le tomaba su verga con mi mano y lo masturbaba. Ambos estábamos muy calientes. El me preguntó si quería que el me penetrara y le dije que no, que no me llamaba la atención la idea, pero que si, me gustaría sentir que el se corriera en mi boca. Yo estaba completamente entregado a la calentura, a esas sensaciones nuevas, y quería saber que se sentía el que un hombre se corriera en mi boca, probar un semen distinto al mió.

Carlos se dio vuelta, y mostraba algo de dolor en su culo, pero se sentó en el escritorio y yo nuevamente en la silla, me llevé su gruesa verga a la boca, con el compromiso que me avisara cunado se fuera a correr. El comenzó a gemir con las grandes chupadas que le daba, masturbándolo rápidamente, hasta que en un gran gemido me avisó que estaba por acabar.

Preparándome para lo que venía le di unas últimas chupadas y cunado sentí que su leche esta a punto de salir, me dejé solo la punta de su verga en la boca, recibiendo una gran descarga de leche caliente , que casi me hace ahogarme, pero que trague para saber que se sentía.

Era una sensación completamente distinta a todas las que había sentido. Muchas veces había echo acabar a una mujer en mi boca, pero sus líquidos eran completamente distintos al semen, este era mucho mas espeso, incluso sentía que me raspaba la garganta cunado tragaba. Era semen, leche caliente sacada directamente de la verga de mi amigo, con un sabor no muy agradable, pero que no me molestaba. Carlos notó que yo también me estaba a punto de correr, y se paró de un salto del escritorio y me hizo levantar, para meterse mi verga en su boca y chupármela y masturbarme violentamente, para también sentir como era el semen de un hombre. Casi al minuto que Carlos se la metió a su boca, le avise entre gemido que me corría y al igual que yo, recibió toda mi descarga. También la trago y me la continuó chupando por largo rato.

Quedando exhaustos, me senté en el escritorio y el en la silla. Ambos con nuestras vergas flácidas, ya sin fuerzas, habiéndonos sacados entre ambos la calentura.

Ambos nos reímos de la locura que habíamos echo. Nos fuimos al baño a lavarnos, luego limpiamos un poco la oficina, y nos marchamos, jurando ambos que nunca nadie lo sabría, para cuidar nuestra reputación de "Machos"

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