Sagitarius - 9
La situación con Amy se complica, y lo hace de un modo que en ningún momento me hubiese podido suponer...
Sagitarius - 9
El fin de semana del lio con Amy, Susan y Nick, mi flamante novia se las arreglo para volver a cambiar sus turnos y estar todo el tiempo conmigo. Realmente puedo decir que más allá de comer, dormir y follar, hicimos mas bien poco. No creáis que me quede muy convencido si eso era porque me quería y pretendía de algún modo hacerse perdonar por su patinazo, o para dejarme claro que ella era mucho mejor opción que Susan, porque otra cosa no, pero Amy además de sobreprotectora con quienes quería, era una celosa de cuidado.
El primer día de recogida del correo, en el centro, me lleve una buena sorpresa. Antes de ese instante nunca había coincidido allí con Susan, y os confieso que no se que me esperaba, pero desde luego no aquello. Estaba vestida de lo mas normal, vaquero, botas, camisa, el pelo recogido con una coleta, muy poco maquillaje, lo justo para resaltar sus rasgos y mascando chicle. Quede claro que estaba preciosa porque Susan de por si era una mujer bellísima, pero desde luego la Femme Fatal que normalmente solía aparecer a por mí, había desaparecido… Bueno, del todo no, digamos que casi por completo, porque cuando me vio, me sonrió, saludo e hizo una pompa con el chicle que explotó, pasándose luego la lengua por los labios de forma lujuriosa. No hice gesto alguno que indicase que me había dado cuenta de ello, incluso cuando me marchaba tuve que resistir las ganas de soltar la carcajada, porque en ese momento el doctorcito se acerco a Susan, no se que le diría, pero esta le despidió con cajas destempladas y además haciéndole una peineta, ya sabéis, dedito corazón extendido…
Como dije yo no me di por aludido con lo del chicle, pero por lo visto no debió de ocurrir igual con Sheila, porque por lo que luego me enteré, las dos tuvieron una buena bronca a cuenta de ello. Se ve que a Sheila el que le tirasen la caña de forma tan descarada al novio de su prima no le sentó nada bien… Por mi parte la mañana fue como siempre que hacia el correo, recogida, viaje a la ciudad y de vuelta entrega del mismo a sus destinatarios. Tras la entrega, como de costumbre, marché donde Johnny a comer. Ese día para mi sorpresa se sentaron a mi mesa Edith y Jennifer, las dos amigas de Sheila, sabia por Amy que el cumpleaños de su prima era en un par de semanas, y justo por eso es por lo que esas dos fueron a buscarme. Por lo visto le habían comprado su regalo a Sheila por internet, y tenían que recibirlo, pero por lo que me contaron era bastante voluminoso. Yo a mi regreso de recoger el correo solía pasar por un par de sitios, y dado que el principal deporte de la gente en el pueblo, salvo honrosas excepciones, era cotillear, querían que primero se lo llevase a ellas para que nadie les pudiese reventar la sorpresa.
Tras la comida me fui directo al taller, donde estuve toda la tarde tranquilamente. Unas dos horas después de estar ya en casa, llego Amy, quien me estuvo contando como le había ido el día, y de paso, me pregunto por mi "reunión" con Jennifer y Edith. A ver, no es que pensase nada raro sobre los tres, como ya mencioné anteriormente, esas dos en el pueblo eran castas y puras. Lo preguntaba porque le extrañó que fuesen a buscarme, cuando ellas siempre me ignoraban en lo posible… No tuve el menor problema en contarle el motivo de que me buscasen, después me explayé en mi día. Le conté a Amy todo lo que ocurrió en el centro, incluyendo el jueguecito de Susan más la peineta de esta al doctorcito, y menos mal, porque resulto que Amy había hablado con Sheila, contándole esta lo ocurrido. De hecho, fue por Amy que me enteré de la bronca que tuvo Sheila con Susan cuando yo me marché. No tengo dudas, de que el hecho de contárselo todo sin omitir nada, tranquilizo bastante a Amy, y ojo, que no digo con esto que le hiciese la menor gracia lo del jueguecito de Susan, que no.
Para terminar de arreglarme la semana, el siguiente día de recogida del correo hice lo que acorde con Edith y Jennifer, me pasé primero por casa de esta para dejarle el regalo de Sheila, que era una caja enorme que nos costo sacar de la camioneta horrores. El problema del día me cayo encima a la hora de comer, fui como siempre donde Johnny, y cuando más a gusto estaba entro Susan sentándose a mi mesa con su comida. Cierto es que apenas había mesa libre, pero me escamo un poquito, especialmente por como iba vestida… "de lo más normal". Parecía que se había dejado a la Femme Fatal en casa ese día…, incluso cuando de sentó se lo señalé…
- Perdona, no te ofendas por lo que te voy a decir, pero es la primera vez que te veo en el pueblo vestida "normal" -le pregunté, con mas curiosidad que otra cosa-.
- Normal, ya me empezaban a mirar como si fuese una zorra quita novios, y si tengo que estar una temporada en el pueblo debo de moderarme para no ser tratada como una apestada… -admitió-.
- Pues nuevamente perdona y no te ofendas, pero para eso último el sentarte aquí conmigo tras como has estado detrás mío no es que te vaya a ganar muchos puntos… -le comenté, extrañado porque ella misma no se hubiese dado cuenta de algo así-.
- Oh, no te preocupes, eso ya lo tenia en cuenta, en menos de cinco minutos la gente que posiblemente ahora me miren con desagrado se pondrán a mi favor y me entenderán perfectamente por sentarme aquí, especialmente las mujeres… -me dijo, dejándome perplejo-.
- Pues como no sea que se nos va a unir Amy en la comida…, y no creo que lo haga, salvo para arrancarte las tripas por lo que has estado intentando conmigo…
- Y que pienso seguir intentando, no te engañes por esto… aun quiero follar contigo… -me soltó sin inmutarse-. Además, no soy celosa, incluso si quiere, se nos puede unir tu novia… que parece que ahora de repente si admite serlo… Un poco tarde para mi… la verdad…
Lo cierto es que su cara y desparpajo me dejaba alucinado, fui a responderla, pero me callé en cuanto vi quien entraba, dirigiéndose hacia nosotros en cuanto nos vio. Bueno, mas bien la vio a ella, porque yo estaba de espaldas y si me di cuenta de su entrada fue por el espejo de la barra, donde había mirado por inercia cuando sentí abrirse la puerta, pensando, o más bien temiéndome, que fuese Amy. Pero no, no era ella, era el doctorcito, que sonriente se fue directo a Susan, cogiendo una silla según se acercaba y haciéndole un gesto a Johnny para que le llevase la comida a "mi" mesa… Se quedó paralizado cuando llegó y se dio cuenta de con quien estaba sentada Susan… Sonriendo con esa cara de hiena que tiene, le preguntó si no le apetecía comer con él, que seria mucho mas ameno que no con un "paleto"…
No dije ni media, pero si me di cuenta de que el doctorcito con su "adjetivo", si ya de por si le tragaban poco, acababa de sentenciarse en el pueblo. También que las caras de desaprobación hacia Susan, se tornaron en una especie de caras de relativa comprensión, pese a todo aún seguían teniendo en cuenta que yo era novio de Amy y que Susan "estuvo" tras de mi por el "malentendido" con los comentarios de mi novia. Y Susan, que como ya habréis supuesto de tonta no tiene un pelo, con su respuesta se ganó un atisbo de simpatía por parte de todos los presentes, incluso la aplaudieron mientras el doctorcito salía disparado con una cara de cabreo de espanto… Susan le respondió al doctorcito que prefería estar comiendo con paletos, que no soportar a un cretino ególatra que le caía como el culo por lo imbécil que era…
- Ves, ya no me miran de mala manera como antes… Ahora les soy incluso simpática -dijo sonriendo de forma ladina-.
- Si, ya veo que la jugada te ha salido bien, pero sigo diciéndote lo de siempre, que conmigo pierdes el tiempo… Deberías de buscar en otra dirección…
- Oh, no te creas, que ya busco, pero sinceramente, y no es por subirte el ego para que me hagas mas caso, pero tu eres de lo mejorcito de por aquí. Además, tienes una novia que también esta muy buena, no me importaría follármela a ella también… -confieso que me descoloco por completo-.
- ¿También te gustan las mujeres? -no pude por menos que preguntar sorprendido ante lo abierto de su declaración, recordad que en mi "época" eso no era visto tan normal como ahora-.
- Si, soy Bisexual, me gustan hombre y mujeres por igual, y sinceramente, tu novia esta como para hacerle media docena de favores por noche… -no se que estaba mas abierto, si mis ojos, o mi boca-.
Decidí no volver a decir nada, mas que nada para que no me saliese un gallo al hablar de lo sorprendido que estaba. Si lo del trio cuando lo dijo la primera vez me lo tome mas o menos a coña, estaba muy claro que esto último Susan lo había dicho muy, pero que muy en serio… No volvimos a tratar el tema, de hecho, prácticamente el resto de la comida hasta su marcha, solo hablo ella de infinidad de cosas, esquivando todo tema controvertido. Cuando se marchó se despidió de mi dándome la mano y mandándole un beso a todo el mundo con la punta de los dedos cuando salía… La muy hija de su madre, cuando me saludo para despedirse, me dijo en un susurro, que no tenía muy claro, si primero se me iba a follar a mí, o a Amy…
Ni que decir tiene que me dejo de piedra por su morro. Cuando esa noche llegué a casa, ya me estaba esperando Amy, y con una cara que no presagiaba nada bueno. Espero para estallar hasta que no pudo más, ya que yo no decía esta boca es mía, fue justo cuando estuvimos ya con la cena servida y listos para sentarnos. Evidentemente el problema era Susan y el hecho de que estuvo comiendo conmigo, le conté lo que ocurrió y lo que hablamos los dos, incluido lo que había planeado. Por suerte el conato de bronca me fue de lo mas sencillo de desactivar esta vez, solo tuve que soltarle muy serio lo que me dijo sobre ella y sus intenciones… No pude evitar mirarla socarrón, porque después de decírselo se sentó mirándome con cara de no creérselo…
- ¿Esto es en serio, de verdad que te dijo que pretendía follarme? -pregunto sin terminar de creérselo-.
- Si, tal cual y sin adornarlo… De hecho, me dijo que no tenia nada claro, si primero follaría contigo o conmigo…
- ¿Pero esta hija de puta quien coño se ha creído que es? -se alteró, levantándose bruscamente-. Voy a partirle la crisma ahora mismo…
Y no creáis que lo dijo por decir, que no, estuve sonriendo para mi por su cabreo mirándola de forma irónica, hasta que la vi coger las llaves de su coche para, de verdad, ir a partirle la cara a Susan. Casi no me dio tiempo a bloquearla para que no saliese, y me costó lo indecible convencerla de que no hiciese caso de lo que decía, que solo era una pataleta por no salirse con la suya. La parte mala de esto, es que todo lo de la cena termino en el suelo, la parte buena, es que terminamos los dos follando como descosidos tras tirar todo lo que nos molestaba sobre la mesa… Creo que el tema de los deseos de Susan, nos puso a los dos como auténticas motos… Del salón pasamos a la cama, donde estuvimos casi toda la noche follando como dementes… Hablamos sobre ello cuando por fin, completamente agotados, dimos por finalizado el combate amoroso… Fui yo quien saco el tema divertido, y fue un error de cálculo, porque esta conversación tuvo un efecto rabote en forma de pregunta incomoda que hasta el momento no había salido…
- Y dime cielo -la bese una vez más en los labios-, ¿si no hubiésemos estado juntos te habrías acostado con Susan si te lo propusiese?
- ¿Qué pasa, que desconfías de mí? -preguntó poniéndose seria mientras se incorporaba levemente para mirarme-.
- No para nada, se que mientras estemos juntos no habrá nadie más, es solo curiosidad…
- ¿Y tú? -me miró-.
- Bueno, de no existir mi maravillosa novia -la volví a besar-, posiblemente, aunque no se…, tengo mis dudas. Fue tan a degüello al principio que creo que me lo pensaría muy seriamente dos veces antes de aceptar o no…
- Estas de broma, ¿no?, es una mujer increíble -me miró con sorprendida-, el que no me caiga bien por las circunstancias no quiere decir que no sepa lo atractiva y sensual que es para cualquiera…
- Si, no te lo voy a negar, Susan es una mujer a la que cualquiera que mire cuando se viste como ella "sabe", solo piense en llevársela a la cama. Pero creo que también sabes, que yo no soy ningún obseso del sexo, y sinceramente, quizá esa forma de ser para mi forma de ver sea… algo problemática…
- Vamos que me estas diciendo que no te la follarías, ¿no? -me pregunto socarrona, con claro gesto de no creerme-.
- No Amy, no he dicho eso. ¿Gustarme follármela?, si, por supuesto, claro que me gustaría, pero luego otra cosa es que lo hiciese o no… me lo tendría que pensar muy detenidamente…
- Pues conmigo no es que te lo pensases mucho, ¿no? -su gesto era de… no gustarle lo que estaba pensando-.
- Contigo fue distinto, ya me gustabas, sabia como eras. Sinceramente, si no llegas a romper con Nick y venir tu a por mí, posiblemente nunca hubiese dado el paso, aunque me gustabas…
- ¿Por qué? -preguntó con gesto curioso-.
- Pues porque arrastro una serie de problemas que no tienen explicación y a los que no quiero arrastrar a nadie…
- Ya… problemas como el hecho de que sepas cosas que no deberías, que hagas un motor que no creo que nadie se imagine -me miro muy seria-.
- Si, como lo de las estrellas o el motor… -me interrumpió-.
- O como ahora, que llevamos toda la noche follando como cerdos, y no has sudado ni un poco, mientras que yo estoy literalmente, chorreando… -me miro con gesto interrogante-.
- Si bueno… eso también… me cuesta un poco sudar -admití-.
- No cielo, te cuesta un poco no, "TÚ" no sudas… directamente…
- Bueno… -trate de intervenir, pero nuevamente me calló-.
- Ni bueno, ni leches… llevamos follando como animales desde que rompí con Nick, he estado contigo dos semanas en esa camioneta tuya sin aire acondicionado, y mientras yo sudaba como una cerda en todas las ocasiones, tu ni te has "humedecido" siquiera…
- Vaya… te disté cuenta… -admití-.
- Si, claro que me di cuenta, igual que me he dado cuenta de que tus pesadillas han empeorado. No soy gilipollas Eddy… una cosa es que me haga la despistada y otra que no me de cuenta de las cosas…
- No yo…
- Tú… si… antes o después tendrás que poner remedio a esas pesadillas… te guste o no… -tras lo cual se levantó enfadada-.
Estuvimos como una semana con la convivencia un poco tensa a costa de la discusión, o mas bien, del intercambio de pareceres. Durante ese tiempo, el hecho de que Susan apareciese de vez en cuando, tanto en mis cercanías como en las de Amy, dejando además pruebas visibles para nosotros de sus intenciones, no es que ayudase para relajar el ambiente. Pero ni aun así se tocó el tema del hecho de que Amy siguiese en mi casa, o follásemos varias noches seguidas. Entonces fue cuando ocurrió algo, que fue el detonante que trajo un problema muy serio para mi relación con Amy, e incluso mi vida en el pueblo…
Amy tuvo un "accidente" del que me enteré cuando fui a retirar su coche de donde estaba. Resulto que dos joyitas consideradas como muy peligrosas habían atracado un banco en la "ciudad", una de las dos sucursales que había, y se dieron a la fuga en dirección al pueblo. El Sheriff fue avisado, decidió el bloqueo de la carretera para evitar que, primero dado lo peligrosos que eran pudiesen llegar al pueblo, y segundo, que escapasen. Harry, el Sheriff se reunió en un punto acordado con sus tres ayudantes, donde cruzaron los coches de forma que no se pudiese pasar… Por lo visto los dos atracadores no debieron de opinar igual y embistieron la parte del control que les pareció mas débil, justo el coche de Amy. Harry cuando vio que en lugar de frenar aceleraban con intención de envestirles ordeno abrir fuego con sus fusiles, dejando el coche de los asaltantes como un colador, pero no pudieron evitar que impactase contra el coche de Amy. Obviamente Amy se apartó, pero la mala suerte hizo que la puerta abierta golpease el patrulla de su lado, y que saliese despedida contra Amy. Realmente no le dio con mucha fuerza, pero al pillarla en medio de la carrera por apartarse la derribó, haciéndose daño en la rodilla al hacer esta un giro brusco por el golpe.
Cuando llegué me llevé el susto del siglo, porque no sabía que había ocurrido, me fui a encontrar con el coche de Amy completamente destrozado y ella en una ambulancia. Sin olvidarnos del de los atracadores, totalmente acribillado a balazos, aun con los dos fiambres dentro a la espera de la presencia del juez para levantar los cadáveres y todo lleno de sangre. El coche patrulla que tanto mimaba Amy quedó para la chatarra, mi novia en la ambulancia, y por lo que dijo el paramédico, lista para estar quince interminables días con la pierna inmovilizada y lo que era aun peor conociéndola, en reposo.
Efectivamente, tras ser trasladada al hospital, donde yo fue corriendo a estar con ella mientras el Sr. Moore se encargaba de la grúa, el médico le dijo lo mismo que le dé la ambulancia. Todo el camino de regreso al pueblo, Amy fue maldiciendo, con un lenguaje que habría hecho sonrojarse a un carretero. Si hasta ese momento Amy había estado en mi casa pese a que la fumigación de la suya se terminó hacía varias semanas, y ninguno de los dos habíamos sacado el tema porque estábamos bien así basto esto para que decidiese volverse a la suya, para según ella… no ser una carga para mí. Si algo había aprendido ya de mi convivencia con Amy, es que era inútil discutir con ella cuando tenia algo metido entre ceja y ceja, era caso perdido… Pero, esa misma convivencia, me hizo adquirir otras tácticas plausibles, a la hora de tratar con ella, para salirme con la mía sin que me tratase de matar…
Deje que se marchase, es más, yo mismo la llevé a su casa asegurándole que yo me encargaría también de llevarle de regreso todo lo que tenia en la mía. Cuando se bajo de la camioneta para entrar a su casa, cerró su puerta de un portazo como si estuviese tratando de hacerla reversible, señal inequívoca de que tampoco le había gustado ni un pelo mi alegre colaboración para que regresase a su casa. Si con eso no tuvimos bronca pese a su más que evidente cabreo por mi alegre aceptación, sí que la hubo cuando tras entrar sus cosas, comencé a meter las mías, pidiéndole que me dijese donde podía colocarlas… Se negó, pero cuando vio que no me pensaba marchar por mucho que dijese, muy cabreada me mandó a dormir a una pequeña habitación de invitados que tenía. Pero lo cierto, es que mientras discutíamos sobre mis intenciones de quedarme con ella hasta que estuviese bien de nuevo, Amy lo hizo con una especie de sonrisa de complacencia, que aparecía constantemente en sus labios…
Si alguno cree que esto fue todo que se olvide, para que me entendáis, os diré que Amy es "de culo inquieto". La primera bronca llego el segundo día que se vino a verme al taller… específicamente cuando, menos estar sentada sin moverse y con el pie en alto, hacía de todo, moviéndose de un lado a otro sin parar. La segunda, cuando Susan se metió por medio y se planto en su casa a "saludarla"… por lo visto en un descuido, esta la beso en los labios… y para terminar de arreglarlo antes de irse a la carrera le dijo que ahora solo le quedaba besarme a mi para ver por cual empezar… Ni os digo la que me cayó encima porque Susan me quería besar, luego porque la beso a ella, y después porque no la podía arrancar la cabeza porque "yo" no la dejaba moverse… La siguiente fue por Sheila y su madre, que la llevaron varias comidas y algunos libros para que se entretuviese, ese día la tomó conmigo porque según pensaba el que la considerasen poco menos que una inútil era por mi culpa, por no dejarla hacer nada… Ese día estallé gritándole que hiciese el favor de ponerse a leer y dejar de dar por culo con sus gilipolleces, que contra más tiempo estuviese quietecita, antes podría volver a ponerse en marcha. Después de eso me largue a mi casa a dormir dando un fuerte portazo tras de mí, y creedme, que, valga la redundancia, no creo haberme arrepentido nunca tanto de un calentón, si llego a saber lo que iba a traerme me hubiese grapado la boca…
A los dos días de eso, por la tarde, al salir del taller, me fui directo a casa de Amy para tratar de hacer las paces. Ya al entrar la note rara, pero se lo achaque a mi estallido sumado a su inmovilidad. Tenía un gesto como de dolor, por lo que presupuse que se había debido de estar moviendo para hacer alguna cosa y ahora le fastidiaba. Después de nuestro último encontronazo, no tenia la menor duda de que trataría de evitar que me enterase… Tras saludarla con un beso de tornillo como la mejor forma que conocía de hacer las paces con ella, me disculpe, le pedí perdón por todo y me fui a la cocina para ir preparándonos la cena tras que aceptase que había sido un capullo que no tenía que haberme puesto así con ella. Tarde como unos diez minutos en comenzar a preocuparme en serio con lo que veía, ya ahora sí que no tenía muy claro a que se debía, pero desde luego, no a lo del otro día.
Amy estaba muy rara, no hacia mas que mirarme de reojo y morderse los labios indecisa, lo que en ella era casi como un expediente X, cuando había tenido que preguntarme o decirme algo, comprometido o no, nunca había dudado como en ese momento. Al final no pude mas y directamente le pregunté por ello tras poner todo sobre la mesa y comenzar a cenar… Tras el problema que habíamos tenido, trate de darle todas las facilidades y prometerle que lo que quisiese si podía lo haría… Fue un error, porque con ello, parece que le ofrecí la confianza que necesitaba… y sinceramente, en su caso no se si yo me hubiese atrevido a buscar explicaciones…
- Vale Amy, ¿qué pasa? -le pregunté, mirándola mientras comenzaba a cenar-.
- ¿Si te pregunto algo me contestaras la verdad? -preguntó tras inspirar profundamente, lo que me dio mala espina-.
- Si puedo si, claro, ya lo sabes…
- ¿A que te refieres con ese "si puedo"? -su expresión era muy seria-.
- Si lo sé, Amy, lo hare si lo sé, y me refiero a que te contestare siempre que conozca la respuesta… -aclaré, procurando ser lo más explícito posible para evitar malentendidos, temiéndome que fuese algo relativo a Susan, comenzando a hacer memoria por si había pasado algo que se pudiese ver de un modo que llevase a "errores"-.
- ¿Aprendiste a pilotar aviones en Inglaterra? -me preguntó para mi sorpresa, porque eso era algo que desde luego si que no me lo esperaba, y tengo muy claro que se debió de ver perfectamente reflejado en mi cara-.
- Si, aprendí a pilotar aviones en Inglaterra… -respondí sin pensar, al no esperármelo. Me preocupo, tanto por responderle sin meditarlo antes, como a no saber a qué venía eso, sumado a lo extraño de la pregunta-.
- ¿Qué es lo que recuerdas de antes de despertarte en el hospital? -su cara era seria, pero sus ojos esquivaron los míos, lo que aún me preocupo más-.
- Si quieres te lo cuento, pero preferiría no hacerlo… no me creerías… - le respondí tras pensarlo detenidamente durante un par de minutos. Sus gestos no me daban buena espina, y su pregunta sobre donde aprendí a pilotar menos aún, por ello, aunque con cautela, preferí ser sincero, aunque ya vería cuanto podía serlo-.
- ¿Te refieres a que no me creería algo como que fueses piloto de Spitfire durante la Segunda Guerra Mundial y estuviste casado con mi abuela…? -me dijo muy seria con gesto tenso, poniendo sobre la mesa en mi dirección una foto antigua en blanco y negro-.
Me quedé paralizado mirando la foto, no había vuelto a pensar en ella desde aquel día, no imagine que existiese aún. Fue antes de mi último vuelo, Sheila vino a despedirme tras nuestra noche de bodas. Había un fotógrafo haciendo un reportaje sobre los pilotos y le pedimos que nos hiciese una foto, al final nos la hicimos abrazados delante de mí avión… Esa fue la última vez que vi a Sheila. En mi defensa diré que cuando tras despertar y ser dado de alta estuve investigando, averigüé que ese mismo día bombardearon la base y entre las victimas estaba el periodista, supongo que presupuse que este era el mismo que el fotógrafo y que esa foto no existiría, pero por lo que veía, eso fue un error mío de apreciación… No tenia explicación ninguna de como esa foto habría podido llegar a manos de Amy…
CONTINUARA