Sagitarius - 4

Las cosas se complican por una acción inesperada de Sheila...

Sagitarius - 4

Cuando entré en el taller vi a Sheila riéndose con el Sr. Moore, pero fue clavar sus ojos sobre mí y ponerse seria. Cuando me acerqué para saludarla estuvo como siempre, su cara había cambiado su gesto rápidamente pasando a uno risueño, aunque sus ojos no acompañaban esa impresión. Tras cinco minutos de charla, Sheila dijo que se tenía que ir, y me pido que la acompañase al coche porque tenía correo urgente del centro que tenían que ser enviado lo antes posible, lo que significaba que tendría que ir a la ciudad ese mismo día. Cuando acepté encargarme del correo, fue una de las condiciones que acepté, evidentemente, por un pequeño suplemento que estuvieron más que encantados de pagarme en estos casos. Por cierto, que por si alguien se lo pregunta, por supuesto que antes de presentar mi propuesta para hacerme cargo del correo lo consulte ya que el trabajo en el taller era más importante, pero el Sr. Moore no me puso la menor pega al respecto.

Si algo se, sea en la época que sea y tengas la relación que tengas con ella, es que si una mujer te dice muy seria eso de "tenemos que hablar", significa que tienes algún problema… En el caso de Sheila, dada mi manía de quedarme mirándola como un imbécil y desconectarme cuando hablaba con ella, ese problema se agudizaba… Cuando llegamos a su coche, me entrego el sobre de documentos para que lo llevase a la ciudad y entregase a correos, fue entonces cuando me dijo que me acompañaría porque "teníamos que hablar los dos"… mi gozo en un pozo. Por suerte, en ese mismo instante apareció Amy como caída del cielo, saludándonos a los dos y preguntándonos que hacíamos. Le dije que su prima me estaba dando unos documentos para llevarlos a correos y que me iba ya mismo, me alegro bastante cuando dijo que se venía conmigo, que libraba, no tenía nada que hacer y de ese modo por lo menos se entretenía… Sheila no puso buena cara cuando Amy dijo que me acompañaba, y además se le notó. Nos indicó que la acompañase hasta su casa para dejar allí el coche e irse con nosotros dos…

-        ¿Pasa algo entre mi prima y tú?, porque su cara no ha sido de estar contenta cuando he dicho de acompañarte… -indago Amy según arrancamos para seguir a Sheila hasta su casa-.

-        No, lo cierto es que me ha entregado lo que tengo que llevar y luego me ha dicho que me acompañaba porque quería hablar conmigo -me encogí de hombros-.

-        Qué raro, eso no es normal en mi prima… -Amy se quedó pensativa-, No estaré metiéndome en medio de algo con esto de acompañaros, ¿no? -indago pareciéndome un poco nerviosa al hacerme la pregunta-.

-        La verdad es que no, en ese sentido no hay nada con Sheila, pero tienes razón en una cosa, este interés en venirse conmigo para entregar el correo no es normal. Alguna vez si me habían dado del centro algo que había que llevar en el día, incluido tu prima, pero nunca nadie se ha ofrecido a acompañarme… ¿Qué piensas? -la miré-.

-        Básicamente en nosotros dos, no creo que nadie sepa que nos hemos estado acostando, porque yo no le he dicho nada a nadie… y dudo mucho de que nos hayan podido ver en cualquier actitud entre ambos que nos sea la normal de siempre…

-        En eso estoy de acuerdo contigo, yo tampoco le he ido contando esto a nadie, y excepto el día en tu casa que nos vieron hablando sentados en el porche a las tantas, estoy seguro que nadie nos ha visto "nada raro" -repliqué-.

-        Estoy por dejaros a los dos solos… -dijo Amy con una sonrisa socarrona, ya completamente tranquila-.

-        Eso no te lo crees ni tú, te mueres de ganas por saber de qué quiere hablar conmigo tu prima… o para que me quiere -me reí-.

-        Desde luego, tengo curiosidad por saber "qué es lo que quiere"… de ti… -enfatizó-.

Dejamos el asunto puesto que habíamos llegado a casa de Sheila y esta tras aparcar y cerrar el coche, venia andando rápido hasta mi camioneta. Se subió junto a su prima. Obviamente mi camioneta admitía tras pasajeros en los asientos delanteros, pese a llevar una segunda fila detrás. Fuimos hasta la ciudad hablando de muchas cosas, especialmente las dos primas mientras yo permanecía callado escuchándolas. Fue obvio todo el camino que Sheila iba rumiando algo, no dejaba de mirarme de reojo, lo que me estaba empezando a poner algo nervioso, y por lo que me di cuenta, no era al único. Finalmente, fue en el camino de regreso cuando empezó con lo aquello de lo que quería hablar conmigo… Llevábamos como uno par de minutos o tres callados cuando comenzó…

-        Por fin hemos acabado de instalar, calibrar y reposicionar de nuevo las antenas del centro…

-        Pues sí que habéis tardado, ¿no?, lleváis con eso varios meses -pregunto Amy-.

-        Si, ha sido la modernización de los equipos, el software, la comunicación con las antenas, la revisión a fondo de estas…

-        Eso parece muchísimo trabajo -dije-.

-        Lo es, aparte de eso, luego están las comprobaciones a cada paso, llevamos un mes moviendo y fijando las antenas al azar para ver que funcione todo perfecto.

-        ¿Y qué hacéis para eso?, ¿fijáis coordenadas aleatorias para las antenas o algo así? -pregunté curioso-.

-        Si, básicamente eso mismo, pero evidentemente se hace sobre zonas ya conocidas... o al menos así debería de ser siempre. Todos tenemos algo que nos gusta especialmente y de paso aprovechamos para darle un vistazo con el nuevo equipo -se rio-. En mi caso, probé unas coordenadas por curiosidad… -me miró fijamente-.

-        ¿Y se veía mejor que antes…? -inquirió Amy curiosa-.

-        Si, bastante, pero no ver cómo estás pensando, aquí no "vemos" como si fuese un telescopio. Lo que hacen los radiotelescopios es escuchar el universo, y ese sonido… digamos para que sea comprensible, que lo transformamos con los ordenadores en algo parecido a imágenes. Pero esas coordenadas no eran algo que supiese que encontrar de antemano… lo hice… digamos que por "curiosidad"… había que mover las antenas a algún sitio para probarlas, así que aproveche…

-        Ahhhh

-        Pues sí. En las primeras coordenadas que introduje para "moverlas", resulto que di con un asteroide que viaja de camino al sistema solar, y que pasara relativamente cerca de la tierra en un futuro, en términos astronómicos, nos rozara… aunque en distancia real es mucha y no existe peligro. La sorpresa viene porque por su posición resulta extremadamente difícil de localizar, para que me entendáis, el haber sido capaces de dar con el ahora mismo es una situación de las de una entre un millón… pura casualidad…

-        Vaya prima, estarás contenta por ello, ¿no? -se alegró Amy-.

-        Si, y "mucho" -recalcó, mirándome fijamente-. El problema vino cuando al comprobar el sistema de "escucha", introduje un segundo grupo de coordenadas "al azar" y di con otro "descubrimiento"… Introduje las coordenadas de la estrella HD 172051 en la constelación de Sagitario, realicé ciertos ajustes, todos ellos "teóricamente aleatorios", ¡¡y bingo!!... Me tope con la solución de algo que nos tenía a todos los que nos dedicamos a esto completamente desconcertados. Resulto ser una cosa que ni en diez vidas, hoy por hoy, se le hubiese ocurrido buscar a nadie… Nuevamente, fue pura "suerte" -me miró ya con el ceño fruncido-.

Os aseguro que si no me puse a sudar cuando comprendí a que se estaba refiriendo, es porque como ya expliqué, por algún motivo, no lo hago. Como ya comenté, Sheila para ciertas cosas tiene memoria de elefante, y obviamente no se le habían olvidado las "tonterías" que yo le había contado, ni las coordenadas que le di cuando se lo dije… El problema obvio por lo que contó, es que había mirado donde yo dije, y se había encontrado con que aquellas "idioteces" que le conté resultaron ser ciertas, y claro, no hacia falta ser muy listo como para darse cuenta de que ahora quería respuestas. Algo que, por cierto, no tenia, porque no sabía cómo conocía aquellas cosas… Además, esto podía llegar a transformarse en algo mas peliagudo todavía, porque Sheila seguía convencida de haberme visto antes en algún sitio, y con esto, con lo tozuda que es y la curiosidad que en este momento tenía que ser de aúpa, si escarbaba lo suficiente en su memoria sí que me preocupaba que terminase finalmente por dar con el sitio donde lo había hecho. Por fortuna la presencia de Amy impedía que Sheila pudiese preguntarme directamente y a degüello por cómo podía yo conocer todo aquello de antemano. Todo porque claro, una casualidad, pues bueno, a todo el mundo le pude sonar la flauta como se suele decir, ¿pero dos y con unos detalles tan concretos como yo di?... Imposible, o al menos tan improbable que no merecía la pena tener en cuenta dicha posibilidad.

Finalmente, el momento llegó cuando al llegar al taller, el Sr. Moore no estaba y Amy se despidió de nosotros. Fue entonces cuando por fin me quede a solas con Sheila, quien estuvo de pie mirándome moverme por el taller durante al menos cinco minutos sin abrir la boca para nada… hasta que al final, lo hizo…

-        ¿Y bien? -preguntó-.

-        Y bien, ¿qué? -repliqué-.

-        Sabes de sobra lo que te estoy preguntando, máxime después de lo que he contado cuando volvíamos.  ¿De modo que dime cómo sabias que mirar y en donde?

-        No tengo ni la menor idea… -la miré a los ojos-. No sé hasta dónde sabrás sobre mí, pero mi memoria… digamos que no llega muy allá en ciertas cosas… -por su gesto vi que sabía a qué me refería, aunque me dio la impresión de que era algo que no había tenido en cuenta hasta que lo mencioné-.

-        Pero en algún sitio has tenido que obtener estos conocimientos… -dijo con expresión de desconcierto-.

-        Por tu gesto, veo que posiblemente tu prima te haya contado algo sobre mis… circunstancias pasadas…

-        Algo -contesto esquiva-.

-        Tranquila Sheila, no le voy a decir nada a Amy, es lo que me pasó y ya está, es algo con lo que tengo que vivir. No recuerdo nada de nada anterior a lo que me ocurrió, excepto en dos ámbitos, la mecánica y las estrellas… reconozco muchas de ellas cuando las veo por la noche, de hecho, casi todas ellas -sonreí encogiéndome de hombros-, pero realmente no sé por qué.

-        Eso lo puedo entender, y dado lo que te pasó no lo discuto, o mejor dicho, en cierto modo no es algo que me pueda llegar a sorprender, las causas de esos conocimientos sobre las estrellas o mecánica podrían ser decenas, todas lógicas y perfectamente explicables. Pero otra cosa es el hecho de que me distes dos datos muy concretos de algo que era completamente desconocido para todo el mundo, hasta ahora.

-        Bueno, quizá no sea así, puede que alguien lo hubiese estado estudiando y yo lo escuchase en algún momento, o… -moví la cabeza en forma negativa- no sé cómo Sheila… Cuando hablamos me vino a la cabeza y simplemente lo solté, no pensé en ello…

-        Eso último de que no lo pensaste me lo creo, te lo aseguro… -me sonrió con gesto irónico-.

-        Lo supongo. Como te digo, quizá lo escuchase en algún sitio… Que alguien ya lo conociese de antemano, o tuviese sospechas de ello… no sé, algo así… podría ser, ¿no?

-        No, eso es imposible del todo, nadie en su sano juicio ocultaría algo semejante, esta información es muy importante. De conocerse te aseguro que es algo que se sabría de inmediato en nuestra comunidad científica. Son dos descubrimientos lo bastante relevantes como para que quien lo descubra se haga un nombre, o al menos, que deje de ser un desconocido, con todas las oportunidades que ello llevaría aparejado. De hecho, para que te hagas una idea, hace poco y a cuenta de esto hemos tenido una reunión en la capital del estado con gente de Washington, a un nivel muy elevado. Dos descubrimientos de este calado, y sobretodo, de forma consecutiva en el mismo lugar, llaman la atención… y mucho…

-        Ohh, si, algo me dijeron cuando estuve la semana pasada a llevar el correo, que el Dr. Schort y tú no estabais porque teníais una reunión… -observé que puso muy mala cara cuando mente al doctor-.

-        Si, bueno… nos llamaron a ambos… -miró el reloj, haciendo un gesto "raro"-. Bueno, me tengo que marchar que si no llegare tarde al centro. Pero no pienses que esta conversación se ha terminado, como no me puedo entretener más, de momento la dejamos en suspenso. Pero continuaremos donde acabamos de dejarlo, esto tenlo por seguro… -me señaló, despidiéndose de un modo en que me pareció que no quería seguir hablando de esa "llamada" para ambos-.

Cuando la vi salir por la puerta puedo asegurar que respire tranquilo, o al menos, relativamente tranquilo. No pude tampoco por menos que preguntarme que habría pasado entre esos dos para que Sheila pusiese la cara que puso cuando menté a su ex… que desde luego no fue para nada halagüeña. Siendo muy mal pensado, habría dicho que el buen doctorcito había tratado de quedarse con "los descubrimientos" de Sheila en sus propios morros aprovechando su "nombre" y posición… Lo cierto es que más adelante descubrí que con esta presunción habría hecho un pleno, porque fue justamente lo que ocurrió, aunque al buen doctor le salió el tiro por la culata, no contó con el pequeño detalle de que Sheila no se fiaba de él y le conocía bien. Cuando Sheila lo hizo público y lo mostró, evito dar un par de datos cruciales en cada caso, que terminaron por demostrar fehacientemente quien de verdad había dado con ambos resultados… Obvio también decir que tras este intento la situación actual en el centro era más que tensa, y se estaban gestando problemas... También empecé a darme cuenta de otra circunstancia, y es que el centro iba a atraer la atención de mucha gente tras esos dos descubrimientos, algo que quizá no me interesase tanto que ocurriese…

Si anteriormente yo era quien miraba "raro" a Sheila, repentinamente, según parece, ella también comenzó a mirarme a mí del mismo modo, lo que me creo un par de problemas… o tres. Por un lado, su "novio", quien parecía como un halcón sobre mi cada vez que coincidía con ella en algún sitio, y luego Amy, tardaba segundo y medio en meterse por medio, lo que sinceramente tampoco es que pueda decir que me viniese mal. Quien, si bien no me dijo nada, resulto obvio que notó el repentino interés de su prima en mí, y tampoco hacía falta ser muy listo para saber que ese repentino interés, no fue para nada del agrado de Amy. La cuadratura del círculo de mis problemas llegó cuando tras una situación un tanto "peculiar" con Sheila, Jennifer y Edith, se metieron por medio como un elefante en una cacharrería… Si lo de Sheila podía ser complicado de explicar, lo de las otras dos no es que fuese difícil, es que era del todo imposible…

El viernes, tras salir del trabajo y darme una ducha, me fui a tomar algo al bar de Johnny, con la sanísima intención de largarme después a acampar a algún lugar perdido de la mano de dios bien en el desierto, bien en la montaña. Solo quería poder pensar con calma sobre todo esto a ver cómo me las podía apañar para salir del embrollo en que me había metido por idiota. Creo que esa visita a tomar una cerveza posiblemente fue la peor idea que había podido tener en esos momentos, incluido el marrón que tenía con Sheila y que sabía que no estaba cerrado ni mucho menos. Entré, pedí como siempre una cerveza helada, comencé a tomármela a sorbitos disfrutándola como un niño una golosina… cuando se lio… Os juro que no me fije que en un rincón estaban Sheila y Peter Schort discutiendo entre ellos en voz baja, cuando me percate de su presencia fue en el justo momento en que me tocaron en el hombro y de di la vuelta para ver quién era. Fue entonces cuando Sheila me cogió de los carrillos con ambas manos y me metió la lengua hasta las amígdalas delante de todo el mundo. Os aseguro que, si yo me mirando como se marchaba con cara de idiota, sin terminar de saber muy bien que había pasado, el resto de la gente, incluido Johnny me miraba a mí con cara de estar alucinando. El doctor Schort por el contrario, podríamos decir, que si las miradas matasen, me habría descuartizado vivo…

-        No me mires así, que no tengo ni idea de a que ha venido esto… -le dije a Johnny-.

-        Pues si no lo sabes tú…

-        Leches, que no lo sé, ya has visto que estábamos hablando nosotros dos y de repente ha hecho eso…

-        No, si a mí no me tienes que convencer de nada, pero va a ser entretenido cuando Amy se entere de esto… -puso una sonrisita irónica-, ya sabes lo sobreprotectora que es con su prima…

-        Joder, la que me va a caer encima -dije, acordándome de pronto que esa parte que Johnny había dicho, más el hecho de que los dos nos estábamos acostando y no sabía muy bien de que palo íbamos con eso-.

Un problema añadido a todo esto, es que en un pueblo pequeño este tipo de cosas corren como la pólvora entre la gente, especialmente porque como no hay otras distracciones, la especulación y los chismorreos son una especia de deporte local. No exagero si digo que a las dos horas debía de saber lo ocurrido prácticamente toda la población. Si el ir al bar nada más salir de trabajar no fue precisamente la mejor de mis ideas ese día visto lo ocurrido, el desaparecer del pueblo el fin de semana, terminó de rematar mis pésimas decisiones. Resultó que no fui el único en desaparecer del mapa, por lo que se ve la buena de Sheila hizo eso mismo también, con lo que como podréis imaginar, tras el beso y que ambos nos marchásemos a la vez, los rumores sobre ambos se dispararon. Cuando el lunes entre por la puerta del taller, por cómo me miraba el Sr. Moore, supe que algo bastante problemático estaba a punto de caerme encima… o al menos, más de lo que ya me esperaba. Y sí, eso llego a media mañana en forma de una más que muy seria Amy… Claro que antes de eso fui debidamente interrogado de la forma más despiadada por el Sr. Moore, que supongo que como el resto del pueblo, quería saber que pasaba entre Sheila y yo. Lo malo no fue explicarle, fue aguantar toda la mañana sus risas cada vez que me veía…, aunque en ese momento no me expliqué el motivo de su "cachondeo" a mi costa, ya que no me dijo nada sobre la "desaparición" de Sheila todo el fin de semana junto a la mía.

Eso sí, fue entrar la dulce Amy con una cara de mala leche que tiraba de espaldas, y el Sr. Moore recordar repentinamente que tenía cosas muy importantes que hacer en el pueblo, dejándome en el taller, como aquel que dice, solo ante el peligro. Cuando la vi llegar, por el frenazo del coche patrulla en la puerta del taller incluido, supuse en el acto que tendría problemas con ella a cuenta de lo de Sheila… Lo cierto es que tras la cobarde reacción del Sr. Moore dejando a los pies de los caballos, o bajo la bota de Amy que viene a ser casi lo mismo, preferí no dejarle hablar primero a ella en previsión de que el ambiente se calentase más de la cuenta y fuese yo quien saliese perdiendo sin poder abrir antes la boca para nada…

-        Antes de que te dispares, te lo aclaro, no, no tengo ni idea del porque tu prima me beso, si es lo que vienes a preguntar. El primero sorprendido con eso fui yo…

-        ¿Y tengo que creérmelo? -me dijo apretando las mandíbulas-.

-        Mira Amy, ya hemos hablando de esto antes y sabes que he sido sincero, tu prima me gusta, es guapa, pero ya te dije que no me atrae de ese modo. Evidentemente la miro como cualquier otro ser del sexo masculino, pero no más que eso. Pero del mismo modo te miro a ti, a Edith o a Jennifer. Tengo ojos, y las mujeres guapas los atraen… Con respecto a lo de tu prima, puedes preguntarle a Johnny, estábamos los dos hablando cuando me beso, te puede decir que me quede tan sorprendido por ello como él…

-        ¿Entonces a que vino eso?

-        Pues sinceramente no lo sé… Ni me fije que estaba en el local hasta que me toco el hombro y me besó cuando me volví para ver quién era…

-        ¿Y este fin de semana donde habéis estado? -me soltó de improviso-.

-        ¿Cómo que donde hemos estado? No te entiendo, yo he estado en el desierto, en la zona del valle… Acampe por allí el fin de semana… me apetecía estar solo… -replique sorprendido-.

-        Entonces, ¿estuviste solo?

-        Si, eso he dicho… pero no entiendo… -replique confuso-.

-        Te pregunto porque Sheila también desapareció el fin de semana, y todo el mundo ha pensado que estabais los dos juntos -en sus ojos pude ver cierta desconfianza-.

-        Pues no estaba completamente solo, y si quieres, ya que parece que no me crees, te llevo cuando salga a donde acampé para que veas que de verdad estaba solo… Te será fácil ver si hay huellas de una o de dos personas, de ese modo ves que no te estoy mintiendo…

-        No, no es eso… -esquivo mis ojos-.

-        Si Amy, si lo es… y lo sabes, desconfías de lo que te estoy contando. Te lo repito, no sé porque razón tu prima me besó, pero te aseguro, que este fin de semana he estado de acampada, y yo solo…

-        No es que desconfié, pero si me preocupan un poco los comentarios que se están comenzando a escuchar por el pueblo sobre vosotros dos…

-        Mira, tengo que seguir trabajando, luego si quieres nos vemos donde Johnny, en tu casa o en la mía, me da igual y seguimos hablando de esto, pero ahora… -señale el coche en el que estaba trabajando cuando entró-.

-        Está bien -suspiro-, te creo, voy a ver si logro hablar con mi prima y que me diga donde anduvo. A ver si así podremos intentar acabar con la película que se está montando la gente a costa de vosotros dos… Te veo luego, cuando termines… -se dio media vuelta para salir-.

Lo cierto es que me fue bastante bien con ella, dado que cuando entró para hablar conmigo estaba cabreada al cuadrado. Al menos por el momento parecía que la cosa se normalizaba con ella, me había dado al menos el beneficio de la duda… Sin embargo, si en el pueblo estaban comenzando a hacer conjeturas sobre Sheila y yo, ya me esperaba tener problemas con su "presunto novio", si de por si parecía no tragarme en absoluto, esto acabaría de rematarlo… No tenía la menor duda de que alguna sorpresa me tendría preparada en el centro cuando llegase el próximo día a recoger el correo… Y sin olvidarme, que aún me quedaba terminar de hablar con Amy…

CONTINUARA