Saga del Lobo

La ley de la manada

2.- EL BOSQUE

Me deslizo en el bosque, con las primeras sombras, oculto mi rostro con la caperuza roja. Si la muerte está aquí, afrontaré el peligro, lo prefiero a seguir viviendo asi.

Percibo en el aire el aroma del bosque, espliego, romero, tomillo, menta. Todo está en calma pero flota un olor extraño, previo a una tormenta. Mis pies desnudos corren por senderos ocultos, intento buscar el camino mas recto hacia el poblado. En la espesura todo está en silencio. Recuerdo las historias sobre las fieras que nos acechan en lo mas profundo de la foresta y mi corazón late con fuerza.

No estoy segura de estar siguiendo el camino correcto, esto ni siquiera se parece a un camino. Nunca me he adentrado tanto en el bosque. Nadie de este pueblo lo ha hecho, es el Bosque Maldito. Pero no hay otro sendero que yo pueda seguir y me lleve hasta ellos. Mi corazón esta enfermo de añoranza.

Corro en alas del viento sin sentir el dolor de mis pies desgarrados. Las ramas mas bajas me azotan. Escucho el susurro de otros pasos a mi alrededor, carreras, sonidos que no identifico y me acomete el pánico. Corro sin control ahora, como un animal perseguido. Cada vez mas y mas rápido, hasta que mi camisa queda enganchada en unas zarzas e intento liberarme. Las espinas se clavan en mi pecho, tatuado ahora con lágrimas de sangre. Grito y, en contestación, un aullido resuena en el corazón de las tinieblas. Luego otro mas y otro, responden al primero. Siento que voy a morir esta noche.