Sacrilegio.

Agarrada a los pies del cristo de la iglesia, tú misma te la metes por el culo hasta correrte.....

Aquel día dijimos de visitar una iglesia....

Había gente, pero muy poca por las horas y el calor que fuera hacía.

Llevabas una falda corta, era verano. Habíamos entrado para ver su historia, su arquitectura y toda la retaila de santos , vírgenes y cristos e íbamos andando tranquilamente como hicimos cuando entramos aquella vez en la iglesia de tu pueblo, con aquel señor simpático que nos la enseñó un poco y que casi te pilla haciéndome una mamada en uno de sus rincones. Es lo que tiene que te pongan las iglesias.

Tú estabas viendo uno de esos retablos de un cristo bastante grande. Era un recinto con una iluminación tenue, sólo la que daba un montón de velas. Un cristo de unos 2 metros se levantaba ante ti y sus pies clavados quedaban a la altura de tu cabeza.

Yo estaba entretenido leyendo la historia de un santo y sin saber porqué, dirigí la vista a donde estabas tú. Enseguida reaccioné y se me puso dura, por lo que mi mente se pasó al lado oscuro, y más sabiendo que las iglesias te ponían muy cachonda.

Me acerqué a ti por detrás y me pegué mucho para que me sintieras....

Tu respiración se aceleró pero no te moviste del sitio. Sólo empujaste un poco tu culo para sentirme más.

Te hablé en el cuello, cerca de la oreja y te dije que no había nadie. Tú me mostrabas tu cuello desnudo para que lo besara y siguiese hablándote.

Sin decir nada, echaste la mano hacia atrás y tranquilamente me desabrochaste el botón de mis pantalones....Luego, tras tocarme por encima del calzoncillo la polla y notar su dureza, con mucha destreza la sacaste. Tenía un grosor considerable y estaba suave. Yo no hacía nada y eso me provocaba aún más.

Me pusiste la otra mano en la boca. No hacía falta que dijeses nada. Sabía lo que querías....

Después de pasar tu mano por tu entrepierna me cogiste la polla y la colocaste donde querías. Luego, empujaste suave hacia atrás y poco a poco se fue metiendo en ti

Tu boca se entreabrió y empezaste a jadear. La situación era de lo más morbosa y yo estaba muy duro.

Volviste a llevar la mano atrás y sin decir nada colocaste la punta de mi polla en la entrada de tu culo. Aquello iba a ser mucho para mí. Volviste a empujar suave...y entró sin ningún esfuerzo.

Tus ojos se tornaban y tu respiración se aceleraba más y más.....

Decías algo, pero yo no era capaz de reconocer lo que de tu boca salía.

Te cogiste a los pies del Cristo y empezaste a empujar cada vez más fuerte...más rápido.... Yo notaba como resbalaba dentro de ti.  Tu cabeza se movía en modo afirmación y me dijiste que te corrías....que no parase....Al cabo de un momento noté como empezabas a temblar y con los ojos casi en blanco, te empezaste a correr a la misma vez que yo soltando buenos chorros de lefa dentro de tu culo.

Ahora sí que entendía claramente lo que me decías en cada empujón que dabas....

SACRILEGIO...SACRILEGIO...SACRILEGIO....