Sacrificio
La historia de Nissa
Sacrificio
NISSA
Me llamo Nissa, tango 24 años mido un metro setenta y cinco tengo pechos de tamaño mediano y lo que más me gusta de mi cuerpo mi culo, horas en el gimnasio me ha costado tener este cuerpo, mis ojos son verdes y mi cabello negro, nací en el seno de una familia adinerada venida a menos.
Según me contaron mis padres, mi padre invirtió todo el dinero en unos proyectos que con la crisis se vinieron abajo, perdiéndolo todo en el proceso, nos íbamos a quedar en la calle hay precisamente empezó mi infierno.
Yo estudiaba arquitectura en la mejor universidad del país, me encantaba viajar, pero mientras algunos perdían el tiempo en fiestas (conste que a mí también me gustan), yo invertía mi tiempo en ver la arquitectura de todas las ciudades que visitaba.
En Escocia fue donde conocí a mi mejor amiga, se llama Brianna y es una pelirroja impresionante, mide un metro ochenta, su pecho es más o menos del tamaño que el mío, tiene el cuerpo fibrado por el entrenamiento en artes marciales y sus ojos son azules como el mar.
Yo guardo un secreto que nadie sabe y menos mis padres porque primero no lo entenderían y segundo no lo aceptarían, me gustan las mujeres y como habréis imaginado me enamore de Brianna desde el mismo momento que la vi, pero cuando la conocí con ese carácter positivo y esa mirada que tiene sumado a ese pelo color fuego rizado, me tienen loca perdida.
Es la única persona en este mundo que sabe que soy lesbiana y lo descubrió la primera noche que me llevo de juerga por Edimburgo, me llevo a un local a tomar una copa, según parecía debía ser un local de moda en la ciudad, cuando entramos estaba bastante lleno sobre todo eran hombres y muchos de ellos embriagados.
A mí los hombres no me interesaban y me empecé a fijar en las pocas mujeres que había en el local, entonces me di cuenta en la sonrisa de felicidad que puso Brianna y cogiéndome desprevenida me dio un tierno beso en los labios, con eso me dejo claro que las dos íbamos en la misma onda y la verdad que una vez pasada la sorpresa, yo también me sentí muy feliz.
Brianna- Eres la mujer más hermosa que he conocido jamás, llevo soñando contigo desde que nos vimos la primera vez, saber que te gustan las mujeres como a mí me a hecho muy feliz pues me gustas mucho Nissa.
Me puse roja como un tomate, no esperaba una declaración tan directa, la verdad es que yo sentía lo mismo, como no me salían las palabras decidí demostrarle con hechos que ella también me gustaba a mí.
Esta vez fui yo la que la cogió de la barbilla y beso, fue un beso húmedo y lleno de pasión, dejamos las copas sin tocar y terminamos haciendo el amor en su apartamento, ver a Brianna desnuda hizo que mis bragas se mojaran en el instante, tenía el coño como me gustaba a mi peludo, bien cuidado, pero peludo y ese color cobrizo lo hacía muy bonito y apetecible, sus pechos tenían unos pezones grandes rosados, todo en esa mujer era perfecto, también me di cuenta de que tenía bastantes cicatrices por todo su cuerpo y aunque intente disimularlo no pude evitar mirárselas.
Brianna cogió una de mis manos y me hizo pasarla por encima de una de las cicatrices que estaba en su ingle cerca de su coño brillante y húmedo, el olor que desprendía su sexo me embriagaba, parecía un afrodisíaco que me llevaría al mayor de los placeres.
Acto seguido Brianna empezó a desnudarme, lo hacía acariciándome el cuerpo constantemente de tal manera que cada roce de su mano hacia que una corriente subiera por mi columna hasta mi cerebro, cuando libero mis pechos empezó a jugar con ellos tirando de mis pezones provocándome gran placer y sacándome unos gemidos de placer.
Cuando llego a mi sexo se dio cuenta de que también lo tenía peludo, y cuidado igual que ella yo también lo tenía brillante de excitación, Brianna se agachó y aspiro mi aroma y con la voz más seductora que he escuchado en mi vida dijo “exquisito”.
Nos empezamos a besar mientras nos acercábamos poco a poco a su cama, cuando llegamos me tumbo sobre ella, empezó lamiendo y besándome el interior de los muslos, cosa que ya me tenía al rojo vio, pero cuando llego a mi sexo volvió a aspirar y me soltó con una voz ronca “te voy a comer viva”.
En ese momento casi me corro viva, le deje llevar la batuta a ella pues yo no tenía ninguna experiencia, cuando su boca hizo contacto con mi clítoris, no puedo expresar con palabras lo que sentí, me corrí en ese mismo instante, Brianna levanto la cabeza con una gran sonrisa de satisfacción y se volvió a meter entre mis piernas, no sé cuanto tiempo estuvo allí porque perdí la noción del tiempo, pero sé que me saco otros dos orgasmos.
Ahora era mi turno y me puse muy nerviosa, con el placer que me había proporcionado Brianna y yo una inexperta la iba a defraudar, Brianna enseguida comprendió que es lo que ocurría, se tumbó en la cama y ella fue guiándome paso a paso y enseñándome lo que más le gustaba, viendo que aprendía rápido dejo de guiarme y me dejo a mi aire, no lo debí de hacer mal porque en pocos minutos la tenía gritando su orgasmo y poniéndome fina con su corrida que después me explico que fue un squirt.
Fue una noche mágica para las dos, no dormimos nada, para mí fue mucho más porque por primera vez en mi vida podía ser yo misma sin tener que estar fingiendo ser quien no era, fue un mes muy intenso, me dio tiempo de visitar todos los edificios que quería estudiar y pasar el resto del tiempo en compañía de Brianna, pero como todo lo bueno se acaba llego el momento de volver, entre Brianna y yo no concretamos nada, teniendo en cuenta que vivíamos en países diferentes decidimos ser follamigas y vernos en todas las ocasiones que tuviéramos durante el año.
En ese viaje perfeccioné mucho el inglés, pero sobre todo el francés, creo que mi lengua volvió con músculos y todo, Brianna también perfecciono su castellano y su francés ya venía de serie.
El infierno comenzó en cuanto el avión aterrizo en mi país, en el aeropuerto me esperaban mis padres con cara de circunstancia, me temí lo peor, que alguno de los dos le habían diagnosticado alguna enfermedad Terminal o que algún familiar había muerto, no fue eso, la muerta en vida iba a ser yo.
El viaje de vuelta a casa parecía un funeral, mis padres no abrieron la boca, ni siquiera me preguntaron que tal lo había pasado o como mínimo si estaba bien, lo único que había obtenido de ellos fue un tímido abrazo y un hola.
Al llegar a casa me dijeron de sentarnos en el sofá que teníamos que hablar.
Papa- Hija, estamos arruinados, invertí el dinero en unos proyectos que me aseguraron que eran seguros y con la crisis lo hemos perdido todo.
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, mi padre siempre había sido muy cuidadoso con los negocios que hacia no entendía lo que podía haber pasado.
Yo- ¿Y ahora que vamos a hacer?
Mama- Un cliente muy rico de tu padre está dispuesto a ayudarnos, pero nos ha puesto una condición.
Yo- ¿Qué condición?
Papa- Que te cases con él.
Yo- ¡De eso nada, que se habrá creído ese!
Mama- Hija tienes que hacerlo por la familia estamos desesperados entiéndenos.
Yo- Mama, papa, soy lesbiana, me gustan las mujeres no me puedo casar con un hombre no lo entendéis, siento que os hayáis tenido que enterar de esta manera.
Papa- Bueno hija eso es pasajero, ya verás cuando lo conozca como cambias de parecer.
Yo- Estáis sordos los dos, que soy lesbiana ostias (gritando)
Mama- Vas a ser tan egoísta de sentenciar a nuestra familia teniendo tu la llave para salvarnos.
Yo- Mama eres muy injusta.
Mama- Y tu una egoísta que solo piensa en sí misma.
Papa- Cariño dejemos que lo piense, dejemos de discutir.
Me fui a mi habitación muy enfadada, la caga él y tenía que ser yo quien pagara los platos rotos, no me iba a casar con ese hombre y esa era mi última palabra, si nos teníamos que quedar en la calle pues mala suerte.
Me tumbe en la cama, el cansancio del viaje me pudo y me quede dormida, al despertarme tenía sed y decidí bajar a la cocina a tomar un baso de agua, entonces escuche la conversación que estaban manteniendo mis padres.
Papa- ¿Ahora que vamos a hacer?, ya le he dado mi palabra a ese hombre.
Mama- tal vez tendríamos que habérselo comentado antes a ella, de esa forma seguro que nos hubiera ayudado.
Papa- Me da igual el matrimonio ya estás concertado y si ni acepta, tú y yo acabaremos en la cárcel, podrían acusarnos de estafa.
Mama- Que podemos hacer, es la única que puede sacrificarse por la familia.
Escuchar que mis padres podían acabar en la cárcel por estafa, hizo que mi actitud cambiara, no podía permitir que eso ocurriera, una cosa era perder la casa el estatus y otra muy distinta que mis padres terminaran en la cárcel cuando yo podía evitarlo.
Al día siguiente a la hora del desayuno decidí hablar con mis padres.
Yo- Mama, papa he decidido conocer a ese hombre, no prometo nada ¿queda claro?
Mama- Si hija, no sabes la alegría que nos das.
Papa- Le llamaré para que venga a cenar cuanto antes le conozcas mejor.
Yo estaba muy molesta con la actitud de mis padres, no podía evitar sentirme como la vaca que esta a punto de ser sacrificada en el matadero, pero tenía que evitar que fueran a la cárcel y acepte, ni siquiera desayune, me fui a mi habitación y estuve un buen rato llorando, no entraron ni una sola vez a consolarme, me iban a entregar a un desconocido sólo les faltaba poner música para festejarlo, decidí hablar con Brianna.
Yo- Hola Brianna, ha sido pisar el aeropuerto y mi vida se ha ido al infierno.
Brianna- Cuéntame que ha pasado.
Yo- Mis padres se han arruinado y para no quedarse en la calle han concertado una boda entre un hombre rico y yo.
Brianna- ¡Joder Nissa eso suena muy mal, no pueden hacerte esto!
Yo- Lo se Brianna, pero si no accedo, corren el peligro de ingresar en la cárcel y no podría vivir con ese remordimiento de haber podido hacer algo y no haberlo hecho.
Brianna- No te preocupes, a mí siempre me tendrás a tu lado, cada vez que necesites algo ya sabes donde encontrarme.
Nos despedimos, hablar con brizna me animo bastante, pensé que después de contarle esto nos separaríamos y sin embargo me ha dado en cariño y la comprensión que no he recibido de mis padres.
Por la noche conocí al que iba a ser mi marido, era un hombre alto y musculazo, muy guapo, seguramente muchas mujeres hubieran estado contentas de poder casarse con ese hombre, yo sin embargo no era una de esas mujeres, la cena fue un desastre, ese hombre se creía el ombligo del mundo, me empezó a tratar como si fuera su chacha, con el beneplácito de mis padres que le lamían el culo a cada paso que daba.
La boda se celebró a los dos meses, fue una boda por todo lo alto, todos eran altos ejecutivos y clientes de mi padre, yo por suerte pude invitar a Brianna, no pudo venir a la boda, pero si vino al banquete y cuando vio a mi marido puso mala cara.
Yo- ¿Qué pasa Brianna?
Brianna- ¿Ese es tu marido?
Yo- ¿Si, porque?
Brianna- Porque es un empresario de dudosa reputación, y en este banquete estoy viendo a ciertos personajes bastante corruptos.
Yo me quede bastante preocupada, pero al tenerla a mi lado, me sentí a salvo, mis padres se les veía como pez en el agua, en un momento que estaba bailando con Brianna, en el que fue el único momento feliz para mí, mi flamante marido apareció y no se le ocurrió otra cosa que tocarle el culo a Brianna.
Marido- Que buena esposa eres me has traído una putita como regalo para disfrutarla luego a la noche, o si prefieres podemos hacerlo ahora.
Brianna quito la mano de mi marido de su culo de forma muy brisca, lo fue tanto que todo el mundo se dio la vuelta a mirar, en ese momento mi marido se sintió humillado y se encaró a Brianna.
Marido- ¡Tú quien te has creído que eres putita, si yo te digo algo tú lo cumples y si no atente a las consecuencias!
Este apunto con su dedo a Brianna y está con un gesto de cabreo se lo agarro y se lo estrujo haciendo que la mole de mi marido se pusiera de rodillas por el dolor.
Brianna- ¡Aquí el que no sabe cuál es su sitio eres tú, si tu mano vuelve a tocarme el culo te la arranco de cuajo me has entendido!
Brianna volvió a apretar el dedo con más fuerza aun sacando otro grito de dolor de lo más hondo de la garganta de mi marido, entonces Brianna acercándose al oído de mi marido volvió a preguntarle.
Brianna- ¡Que si me has entendido!
Marido- Si (llorando del dolor)
Brianna- Pues más te vale tenerlo claro de aquí en adelante.
Mis padres se acercaron a ver como se encontraba su recién estrenado yerno, y a decirle a Brianna que si era tan amable de abandonar la fiesta, cosa a la que me negué en redondo, si ella se iba yo me iría con ella, mis padres estaban que echaban humo por las orejas, la amiga de su hija había dejado en ridículo al hombre que les había salvado de la quema.
Decidí salir al jardín junto a Brianna, tenía cosas que preguntarle que me habían dejado sin habla.
Yo- ¿Cómo has podido doblegar tan fácilmente a un hombre que te dobla en peso?
Brianna- Digamos que por mi trabajo tengo ciertas habilidades, esa que has visto es una de ellas.
Yo- Nunca me has hablado de esa faceta tuya.
Brianna- No puedo hablar de nada relacionado con mi trabajo Nissa, ni contigo ni con nadie, el día que pueda serás la primera en saberlo.
Yo- ¿Me lo prometes?
Brianna- Te lo prometo.
La fiesta llegó a su fin, yo pasé todo el tiempo que pude al lado de la única persona que me hacía feliz, no poder expresar lo que sentía por esa mujer con gestos, con cariño fue un suplicio para mí, pero nada comparado a la noche de bodas.
Acompañe a Brianna a su coche, se iría al hotel porque el día siguiente tenía que volver a Edimburgo, su semblante era muy triste y cuando estaba entrando en su coche pude oír como decía, “yo te sacaré de este cariño, no te preocupes de nada”.
Yo aguanté las lágrimas hasta que se fue, no era plan de poner las cosas todavía más difíciles, volví a la fiesta y mi marido llevaba una cogorza de las que hacían época, con un poco de suerte se quedaba dormido y no tendría que follar con él, cosa que no me apetecía en absoluto.
Unos días antes compré lubricante, tenía claro que sin eso no podría pasar la noche de bodas sin terminar en el hospital con la vagina desgarrada, al entrar en la habitación de hotel, me empujo sobre la cama, yo le pare y le dije que tenía que pasar por el baño primero, él me dijo que me diera prisa, en el cuarto de baño me unte bien de lubricante y rece para que durara lo menos posible.
Me tumbe en la cama y me deje hacer, cuanto menos resistencia antes acabaría, con lubricante y todo la penetración dolió, no era virgen pues Brianna me rompió el himen una de las noches usando un arnés con un dildo, pero al no estar receptiva, y teniendo en cuenta el tamaño que calzaba el elemento fue muy incómodo.
Lo mejor fue que se quedó dormido en mitad del polvo, lo mejor que me podía haber pasado, me lo quite de encima y me fui a tumbar en el sofá que venía en la habitación, no quería compartir cama con semejante cromañón, no entendía como mis padres estuvieron de acuerdo con esta boda desde el principio, lo único que tenía claro era que el infierno no había hecho más que empezar, solo esperaba que se encaprichara de otra lo antes posible y me dejara de lado, de todas formas estudiaría como conseguir el divorcio de este infraser sin perjudicar a mis padres.
Me dormí pensando en lo que estaría haciendo Brianna en ese momento.
Continuará.