Sabrina la cocinera cubana timida

Sabrina, madura cuarentona de gran timidez por estar sometida a las costumbres machistas de su pais se llevará una enorme sorpresa al descubrir que es capaz de correrse varias veces durante el trascurso de una caliente aventura sexual

Conocí a Sabrina en un restaurante de comida rápida de Madrid, ella era cubana y estaba trabajando allí los fines de semana como cocinera. No recuerdo muy bien como sucedió, pero fue por un plato que pedí y le dije al camarero que le faltaba cierto condimento entonces Sabrina se acercó a mi mesa curiosa porque nadie le pedía nunca que la comida fuera tan picante.

Ella era una cubana de piel bastante oscura casi negrísima, pequeñita con un culo voluminoso y unas tetas impresionantes, son las más grandes que he visto en mi vida después de las de Carolina, parecían 2 balones de baloncesto sin exagerar y no se ni como podían contenerlas en su blusa, me pillo mirándola con asombro y casi se quedó sin saber que decirme parecía bastante tímida así que en un descuido la apunte mi número de móvil en el posavasos de la cerveza.

Me había olvidado del tema cuando el día 1 de Enero, levantándome tarde por la fiesta y aburrido de ver como en casa de mis tíos se divertían jugando al clásico Bingo de Inicio del año recibí un mensaje de Sabrina en el móvil, me decía que tenía al niño con su hermana y que estaba libre y esa tarde y tenía libre esa tarde. Tal como lo escribía parecía que tenía ganas de marcha. No dude en llamarla y apareció otra vez su timidez, le pregunte que le apetecía hacer y ella no sabía que responderme, que solo quería desconectar para una de las pocas tardes que tenía libre. A mí se me encendió el lado perverso y le dije si quería que la sorprendiera y me dijo que si , que salía poco y cualquier cosa le gustaría.

así pues, me dio su dirección en las afueras de Madrid donde fui a buscarla puntualmente. Allí me esperaba ella en la calle con su chaquetón. Cuando se subió al coche intento ponerse el cinturón de seguridad, pero le costaba con las increíbles tetas que tenía, nunca había visto nada igual. Fui un poco malo en mi intento de ayudarla a atarse el cinturón y con el reverso de mi mano la frote bien las tetas, ella dio un suspiro, pero no hizo ni un solo comentario ni siquiera si le había molestado.

así que arrancamos y de camino al centro me contaba un poco su vida de cómo eran sufrimientos intentando sacar adelante al niño y su exmarido ni la ayudaba, parecía que realmente tenía ganas de desconectar un poco de la situación, pero yo me estaba poniendo malo de verla los pechos. En uno de los semáforos la pedí que se desabrochara 2 botones de la blusa y Sabrina lo hizo sin protestar y aun así casi no mostraba nada de su pecho solo el inicio del sujetador. Ya no pude aguantarme más y sin pedirla permiso puse mi palma entera sobre sus tetas y ella se bloqueó sin saber otra vez que hacer mientras yo me puse morado a sobarle las tetas por encima de la blusa porque prácticamente era imposible sacárselas mientras su timidez la mantenía totalmente roja y sin saber como reaccionar.

Ese día fue una gozada conducir sin nada de tráfico por el centro de Madrid hasta que llegue a la zona del Bernabéu a un apartamento que alquilaban habitaciones para amantes secretos. de esos que entras por una puerta y la gente sale por otra para que nadie se cruce y te reconozcan. Parecía que el sitio estaba lleno puesto que nada más pagar la habitación y pedir unas cervezas la chica nos metió en un mini cuarto a que esperábamos mientras ayudaba a otra pareja a salir. allí mismo pude lograr meter mis manos dentro de la blusa de Sabrina agarrándola los pezones que los tenía enormes. Casi nos pilla la chica de recepción.

Tras pasarnos a nuestra habitación y echar el cierre a la puerta Sabrina se quedó alucinada mirando la cama enorme y el jakuzzi que había. Me puse a buscar el canal porno en la televisión mientras Sabrina abría el armario para dejar su ropa en las perchas como si no fuera a pasar nada en la habitación no pude resistirme y me acerque por detrás agarrándole las tetazas y soltarse el sujetador que parecía enorme, eso me puso muy cachondo mientras empezaba a frotarla mi paquete en su enorme culo también. Ella se fue a la cama solo en bragas con lo que empecé a desnudarme delante de ella. Cuando me baje los calzoncillos y salió mi polla durísima Sabrina se quedaba hipnotizada y otra vez parecía bloqueada sin saber que hacer. Para ser caribeña me contaba del machismo de los hombres que en su País o las mujeres las educaban como santas o como putas y que ella tuvo una educación muy severa y casi no sabía como eran las pollas. Ser mujer allí era muy complicado puesto que ningún cargo de poder era nunca ofrecido a las mujeres que destacaban para que no pudieran ensombrecer a los hombres.

Me estaba poniendo tan cachondo que cogí mi móvil y empecé a hacer fotos de sus tetazas mientras ellas se las juntabas, me estaba poniendo malísimo la agarre una teta y casi me costaba del peso levantarla así que ya no pude más y lance sobre ella besándola muy guarro mientras apretaba fuertemente sus tetas y parecía que ella ni se enteraba. tenia unas aureolas enormes y los pezones durísimos. Le dije que se metiera un pezón en la boca y ella tuvo que levantarse la teta con las dos manos hasta meterse la teta entera en la boca. Estaba alucinando.

La quité las bragas y su coño también era de labios gordísimos lo tenía muy mojado y muy bien afeitado empecé a meterle los dedos y era increíble el calor que emanaba de ese coño así que me bajé con mi boca a lamerlo. metía mi lengua en él y parecía que me asfixiaba. hasta que empecé a coger con mi boca sus labios vaginales y darles mordisquitos al mismo tiempo que hice lo mismo con su clítoris sorbiéndolo como si fuera la cabeza de una gamba hasta que se corrió llenándome la cara de líquido y gritando como una loca. Cuando me levante estaba Sabrina con cara de sorprendida decía que era le mejor comida de coño de su vida y que a su exmarido le daba asco comérselo.

Tras secarme la cara con la toalla cogí un condón y me lo puse para follarla intentando pensar cómo hacerlo con su volumen corporal, cuando veo como ella se agarra los pies y con una flexibilidad increíble se los pone en la cabeza dejándome el coño todo abierto y expuesto.

Tal como estaba así de abierta cogí la base de mi polla con la mano y comencé a sacudirla en el coño con mi polla como la estuviera dando palmadas con la polla mientras parecía que Sabrina se estaba deshaciendo de placer y a pedirme caliente que la follara ya.  Así que no me lo pensé más se la metí de golpe mi polla como si fuera un cuchillo clavándose en un bloque de mantequilla y empecé a darla pollazos mientras la ayudaba a sujetar las piernas y era una gozada ver incluso como las tetas no la dejaban separar más las piernas. Me estaba poniendo burrísimo ver a la negrita cachonda como se volvía loca de placer y de repente se volvió a correr mojándome los huevos. La di un poco de descanso y cuando saqué mi polla para cambiar de postura ella hizo una exclamación de sorpresa al ver que estaba dura y no me había corrido todavía.

La puse a 4 patas pero era imposible llegar a su coño así que se tumbó boca abajo y ahí casi llegaba su culo a la altura de mi polla , la separe las piernas y empecé a follarla otra vez por el coño dándola pollazos sin parar hasta que se corrió otra vez.

Cuando se dio la vuelta y me vio otra vez sin correrme me dijo que ya no podía más, pero cogí la tumbe boca arriba y me dispuse a follarla de nuevo dándola unos buenos pollazos y otra vez se corrió hasta que ya no pude más y sacando la polla me quite el condón y con cuatro meneos la llene las tetazas con mi leche. Era un espectáculo ver su piel negra con los manchurrones blancos de mi leche.

Nos fuimos a duchar y mientras terminábamos la cerveza me dijo que era la primera vez que se corría así follando que como mucho un orgasmo y no siempre. Que su exmarido era muy malo follando y los hombres que había conocido tampoco eran tan buenos. Pero conmigo se sentía que se liberaba y se le abría el coño y sin saber por qué puesto que yo  le parecía que era muy guarro, pero debía ser eso lo que la puso cachonda. Hubo otras folladas igual de guarras e incluso más obscenas, en las que la compre ropas y bañadores casi de fulana y vibradores enormes con los que se masturbaba en casa cuando el niño se iba a jugar al futbol.