Saboreando leche

¿La bicuriosidad nace o llega por sorpresa…?

Queridos y amables lectores, mientras voy teminando el siguiente relato de mi serie a la que acabo de titular, "Memorias de un depravado" y que acabo de enviar a la editorial, les cuento que este catorceavo relato, me esta costando bastante debido al tema tan sensible. Mi abuelo Remigio y su tragica muerte a consecuencia de un infarto en la que seria su ultima noche de pasion desenfrenada junto a su prima, mi tia abuela, Rafaela, mientras yo escondido en un rinco, tan solo podiua ser un veyour de excepcion.

Mientras lo termino, me permito ofrecerles una fantasia de hace años que aun tenia sin publicar.

Espero que les guste.

Todos tenemos…, o al menos así lo creemos firmemente a través de nuestra experiencia liberal…, que existe mayoritariamente una bicuriosidad latente a cualquier nivel…

Nuestro nivel de bicuriosidad podéis intuirlo por el título…

Nos encanta el sexo oral…, como todos los de ONS que nos conocéis sabéis…, al resto les sugerimos leer nuestro perfil…, o mejor aún…, que programen un viaje a esta bendita y desconocida región manchega…, en donde podréis contar con nuestra amistad y hospitalidad…, sinceras y altruistas…, sin condiciones previas…

Si hay química entre los cuatro…,  a disfrutar …, y en su defecto…, seguramente pasaremos una velada excepcional contando anécdotas o fantasías sexuales…, finalizando como nuestros invitados deseen…, es decir a la carta…, sin imposiciones…, con amabilidad, con respeto y con mucha empatía…

Nos encantan todas las parejas a cualquier nivel sensual o sexual…, aun cuando cada día más nos encantan las parejas bicuriosas…,  también bisexuales…, e incluso heteroflexibles…

Nos gusta todo…, aunque ante todo nos gustan las parejas diez…, no diez de físico…, sino diez interior…

Nos encanta provocar o ser provocados, nos encanta mirar y ser vistos, nos encantan todos los juegos sexuales…, incluyendo todo tipo de roles e incluso sadomaso a un nivel inicial suave…, nos encanta estar desnudos y jugar a todo…, incluso bailar sensuales canciones provocativas mirando de reojo a la otra pareja…., nos encantan los besos calientes, besos húmedos y largos…, nos encanta cocinar ligeros de ropa o con ropa sensual…, nos encanta ir los cuatro en el ascensor hasta nuestra sexta planta y precipitadamente tocarnos y besarnos…, nos encanta provocar situaciones excitantes, nos encantan los juegos ligth y los no ligth…, nos encanta  todo en el sexo liberal y nos encantan ante todo…, las largas sesiones de sexo oral…,  y como no podía ser de otro modo…, para finalizar esas excepcionales y  maravillosas sesiones sexuales y especialmente orales…,  lamer y saborear la guinda del pastel…, esa sabrosa leche caliente…

A los dos…

El estado de excitación sexual al final de una sesión sexual u oral…, es algo inquietante y misterioso, dado que en esos momentos en que llega el orgasmo masculino…, en ese momento final grandioso y regocijante para los cuatro…, puedes dejar…,  que tu naturaleza provocativa a veces…, tímida en la mayoría de las ocasiones…, haga que fluyan tus pasiones más ocultas…, haga que tus emociones produzcan ese desenfreno maravilloso del disfrute del cálido néctar a través de las papilas gustativas…

A los dos…

La parte masculina bicuriosa dice: “me encanta verla saborear esa leche caliente que generalmente recibe en sus pechos pequeños y puntiagudos,  esa leche caliente que se lleva inmediatamente a su boca con sus dedos…, produciéndole incluso microorgasmos…,  me encanta besarla inmediatamente sin pensar en nada mas…, incluyendo la posible vergüenza que antes podía provocar ser observado por una pareja heterosexual…, y cada vez más disfrutamos a medias el caliente manjar blanquecino…, hasta que desaparece totalmente en nuestras bocas…”

La parte femenina bicuriosa dice: “me encanta verlo morboso…, me encanta sentir su necesidad de saborear la leche recién echada no solo en mis pechos, sino también en los cuerpos de nuestras invitadas, o en sus propios coños cuando la suerte provoca segundos orgasmos masculinos que recaen en la profundidad de sus misteriosas y calientes oquedades… Me encanta verlo saborear todo el fluido cuando solicita de nuestra invitada que se siente en su boca sin prisa pero sin pausa… Me encanta sentir después los cálidos besos de varias bocas juntas, generalmente dos…, a veces tres…, o a veces cuatro…, todas ellas…,  con ese sabor tan especial. Cada vez más me encanta verlo lamer cualquier gota restante del manjar…, incluyendo furtivas lamidas a medias de la polla invitada… ”

Esperamos vuestros comentarios…, y especialmente vuestras aportaciones a esta creciente necesidad morbosa que la bicuriosidad nos está aportando…

Mil gracias por vuestro tiempo…