Sabor a ti

Recuerdo de la primera vez que hice algo con mi primer novio

Eran las seis de la tarde, un jueves especial, me había apurado a terminar mi tarea y a hacer los mandados que me encargó mi mamá para poder salir a pasear con Samuel, era mi primer novio formal, y aunque era dos años mayor que yo, mis papás no tuvieron problema por ser amigo de mi hermana, el tenía 18, era Moreno, con linda sonrisa, ojos color miel, delgado pero tonificado, campeón de atletismo de su colegio, un niño bien portado que me traía flores cada vez que venía a mi casa a ver la tele

Yo a esa edad era virgen aun, solo había tenido un breve manoseo con un profesor y besos con amigos y novios de dos días, era muy intensa eso sí, me tocaba casi todos los días al volver del colegio y muchas veces llegaba con la braga mojada por el simple roce con la ropa, ya estaba desarrollada, tenía un cuerpo bonito para mi edad, y estaba en esa etapa donde una niña desea ser mujer.

Esa tarde era especial, su papá le había prestado el coche para ir al cine, era nuestra primera salida sin chaperones, así que me vestí lo más coqueta para la ocasión, una falda a cuadros tipo escocés, una blusa blanca de botones al frente, un sueter delgado color gris y zapatos negros sin calcetas, dos coletas en mi cabello largo, un poco de labial rojo suave, mis bragas rosas y mi bra blanco, estaba emocionada, tanto que sentía como se movía algo en mi panza y bajaba por mis entrañas hasta mi entrepierna, estaba deseosa de estar sola con el.

Eran las seis de la tarde cuando sonó el timbre y era el, con su ramo de flores y vestido con unos Jeans, una playera negra de star wars, y su chamarra de cuero que tanto me gustaba, saludó a mis papás y prometió que volveríamos antes de las once, salímos de la mano y yo casi volaba de la emoción.

Nos subimos a su auto, un jetta clásico, no era un último modelo pero estaba en buenas condiciones y era por esa tarde nuestro, gracias a Dios era automático así podía manejar con una mano en el volante y la otra en mi pierna, aprovechaba cada semaforo en rojo para besarme, lo cual hizo que fuera poco a poco subiendo la temperatura de los dos, pasaron quizás unos quince minutos cuando se estacionó en un mirador, era el mirador de los fuertes, una zona poco concurrida por las tardes por los peatones pero muy visitada por los autos, se detuvo y puso música, entendí de inmediato sus intenciones ya que me comenzó a besar apasionadamente

Sus labios suaves me besaban con dulzura, y sus manos comenzaron a palpar mi cuerpo, tocaron mis piernas, de arriba a abajo, deteniéndose estratégicamente en mi vagina, subió mi falda e hizo a un lado mi braga para tocar desnudo mi sexo, nunca nadie me había tocado ahí, era algo nuevo y placentero, yo solo podía gemir y morder su oreja, estaba mojada y cruzaba mis piernas presionando su mano, como gritando que no se detuviera, una de sus manos comenzó a abrir los botones de mi blusa, y después bajó mi bra para sacar mis senos, estaba por primera vez semi desnuda ante un hombre, que lamia mis pezones con desenfreno, de mi boca salían gemidos cada vez más intensos, estaba enloquecida y de pronto el llevó mi mano a su pene, lo palpe por encima de la ropa, estaba duro, palpitante y con torpeza lo liberé de su encierro, nunca había visto uno en persona, y me pareció enorme y bello, fue el instinto, fue la pasión, lo que me hizo llevarlo a mi boca, poco a poco meterlo y comenzar a chupar, su sabor era indescriptible, sabía a mi hombre, sabía a un mundo nuevo de sensaciones, sabía a amor por qué no decirlo, lo metía todo de golpe y con mi lengua recorría su tronco, succionaba esperando que su sabor se quedara por siempre en mi boca, era genial oírlo gemir, sentir sus dedos en mi cabello y mover mi cabeza al ritmo de su pelvis, estaba siendo poseída por el, estaba encantada, no se cuanto tiempo pasó, quizás fue mucho o poco, no se me hizo eterno pero tampoco quería que terminara, su mano comenzó a tocar mis labios vaginales lo cual me prendío más y me hizo chupar con fuerza, supe que lo estaba haciendo bien ya que el comenzó a gemir de otro modo y de pronto sucedió, con un grito anunció su orgasmo, y un chorro tibio llenó mi boca, me sorprendí pero estaba tan caliente que me lo bebí todo sin dejar de chupar, cuando todo se calmó me separé de él y me acomodé en mi asiento, el estaba con los ojos cerrados, disfrutando aún, cuando los abrió me beso y me dijo, eso fue increíble y vaya que lo había sido.

Me vestí de nuevo y arrancó de nuevo, fuimos a cenar y toda esa noche fue un caballero conmigo, como siempre, yo me sentía rara, sabía que algo había cambiado y estaba ansiosa por descubrir más

Si les gustó el relato comenten y valorenlo bien y díganme que les gustaría que les relatara, aún tengo muchas historias que contar, besos a todos y a todas,