Sabor a lascivo y pasión

Voy a cachearte pequeña zorra, estas buenísima no voy a dejar ni un tramo de tu piel sin explorar, voy a descubrir lo que oculta tu cuerpo pecaminoso.

Entré en esa habitación malorienta cutre y fría, como la habitación de un hostal de mala muerte. Había una cama una butaca y una mesita de noche no había ni un cuadro ni un florero ninguna decoración que alegrara la habitación pero no me importa porque fui por ti. Ahí estabas tú de pie, tan sexy tan varonil esperándome deseando consumirme. No dijimos palabra después de un mes sin contacto físico las palabras sobran, queríamos actos calientes soltar nuestros instintos sexuales y aplacar el deseo con el contacto de nuestros cuerpos. Tus brazos rodearon mi cuerpo perdiéndome en ellos y en un abrazo nos fundimos. Mis manos agarraron tu cara y acto seguido tus manos hicieron lo mismo para estar cara a cara y cruzar nuestras miradas. Tus labios se pegaron a los míos, comenzamos a besarnos con frenesís tu lengua busco la mía mezclando nuestras salivas con un rico sabor a lascivo y pasión, nuestros alientos anunciaban que el nivel de excitación estaba subiendo y nuestras ropas ya nos sobraban. Me quitaste todo no querías que tuviera nada puesto, ni siquiera el tanguita que me quedaba tan sexy. Manipulada por tus manos me comías con la mirada conforme me desnudabas. Yo solo pude quitarte la camisa pues controlabas la situación y como un animal rastreaste todo mi cuerpo con tus ojos manos, nariz, boca... Me pusiste contra la pared como si fuera una delincuente que van a cachear, las manos sobre la pared el cuerpo un poco inclinado y con las piernas abiertas para que hicieras bien tu trabajo. Te pusiste detrás y con un tirón de pelo hacia ti me dijiste al oído:

Voy a cachearte pequeña zorra, estas buenísima no voy a dejar ni un tramo de tu piel sin explorar, voy a descubrir lo que oculta tu cuerpo pecaminoso.

Haz lo que quieras conmigo soy tuya, lo estoy deseando.

Olvidamos donde estábamos solo existíamos tu y yo. La habitación fría cobró vida con nuestros cuerpos desnudos y calientes. Oprimiste tu cara sobre mi cabello inspirando hasta la ultima molécula de mi fragancia . Comenzaste a olerme bajando por mi cuello mi espalda hasta llegar a mi culito. Con tus manos abriste mi rajita e introdujiste tu nariz captando toda mi esencia sexual. Descubriste que mi coñito brotaba flujo de excitación, estaba cachonda como una perra. Extasiado comenzaste a lamer mi coñito como si fueras a dejarme seca pero mi coño no dejaba de lubricar, notaba el calor de tu aliento y tu lengua pasar una y otra vez. Mi pipita estaba engustada y notaba un cosquilleo de calentura que recorría todo mi coñito y mi culito, como si los dos desearan ser rellenados, llevaba un mes sin que me metieran una buena polla y tú tenias el poder de saciarme.

Quiero tu polla, necesito tu polla dentro de mí. Me tienes muy excitada y vengo por tu polla.

Ahora no mi putita, voy a indagar y oler bien tu coñito a ver si huele a otra polla... No habrás estado con alguien en este tiempo? Te conozco y no puedes estar sin una verga dentro de ti. Te gusta mucho que te follen y hoy te lo voy hacer yo pero antes me voy a cerciorar a ver qué huele tu chochito.

Me sentaste en el butacón con las piernas bien abiertas y hacia arriba. Con tus manos comenzaste abrir mis labios para descubrir mi boquetito.

Déjame que te lo vea, mm que bonito es mi putita, que rico esta... huele a ti. Tu coño me embruja y me lo voy a follar como nunca. Mmm estas cachondisima tienes el coño ardiendo, si eres buena te la voy a clavar como a ti te gusta.

Yo deseaba comértela pero mis intentos fallaban. Estabas poseído se notaba que estabas falto de una mujer. Comías y comías mi coño como un obseso, lo saboreabas mientras con tus manos agarrabas mis pechos, apretabas mis pezones con los dedos y de vez en cuando los abofeteabas. Casi me corro pero te frene y te obligue a que te pusieras de pie, te baje los pantalones y sentada en el butacón comencé a comértela mmm como explicar con palabras lo que sentí? Tu polla llenándome la boca, tan espléndida tan dura tan sabrosa. Yo también estaba falta de un hombre. Me la tragué hasta el fondo me encanta sentir como me obstruye la garganta hasta quitarme la respiración. Mi saliva se desprendía dejándote la polla empapada pero mi lengua la lamía para volver a tragarme mi saliva con tu sabor. Mis manos apretaban tus huevos, agarrandolos bien para que no se celaran ya que en mi boca estaba totalmente repleta de polla. Notaba como tu semen subía y subía pero sin estallar, aguatabas como te la succionaba y la absorbía una y otra vez haciéndote disfrutar del placer de mi boca y de mi lengua que no paraba de rozarla por toda tu polla.

Con nuestros cuerpos calientes descontrolados por la ansia de sexo, en el butacón me diste la vuelta desde atrás comenzaste a follarme el coñito.

Oh como lo tienes, empapadito y muy muy caliente, como me gusta. Estabas deseando que te la clavara ee putita mía. Aquí tienes mi polla es tuya.

Si cielo, lo estaba deseando, me encanta tu polla, sentirla tan dura dentro de mí me vuelve loca. Como me gusta Follame es lo que más deseo... follame, follame follame...

Yo parecía delirar y susurrando repetía una y otra vez mi deseo... que me follaras.

Noté como mi vagina tensa y ansiosa por una polla se contraía esperando que la metieras, tu polla se abría camino rasgando mi coño dejándote entrar hasta el fondo. Que gusto.... Lentamente la metías para disfrutar intensamente del calor que mi coño desprendía y yo lo agradecía pues así notaba como mi vagina estaba colmada de polla pues es lo que anhelaba. Una vez abierta noté como tu ritmo comenzó aumentar se notaba que estabas gozando tus sollozos tus movimientos tu polla lo advertían tus manos apretaban mis caderas llevándome hacia ti para golpearme cada vez con mas fuerza – Follame fuerte, te dije. Y así hiciste me follaste una y otra vez, tu polla se deslizaba dejándome un inmenso placer. Yo cerraba los ojos me mojaba los labios jadeaba estaba extasiada mi cara era de puro deseo y de placer. Con la voz que no me salía del placer en la que estaba envuelta te decía: quiero tu leche dame tu leche es mía... oh que bueno... tu polla está tan dura me llena tanto necesito tu leche caliente dentro de mí... es mía, tu polla es mía sigue follándome así tu leche va ser para mí... Reculaba para recibir mas y más, mis dedos frotaban mi clítoris no podía aguantar mas quería tener un orgasmo ya estaba demasiado caliente, tu polla me proporcionaba lo que necesitaba hasta que sentí un riego de leche caliente dentro de mi y exploté de placer mientras tu polla se contraía dejando hasta la ultima gota de tu leche dentro de mi. Cuando te retiraste cayó de mi coñito un chorrito de semen dejando ver mi boquetito todo manchado y repleto de leche. Al incorporarme cayó casi todo por mis piernas, me lo limpiaste cariñosamente para luego sentarnos y charlar tranquilamente.

*Haber recordado ese día tan ardiente me he puesto cachondísima y vuelvo a desear tu polla y tu semen. Me ha costado terminar de escribirlo pues estoy deseando masturbarme... Son las seis de la tarde y es de estos días que estoy especialmente caliente como no te tengo a mi ladito, voy a coger mi vibrador rosa y volveré adentrarme en el recuerdo de aquel día, pero esta vez no voy a dejar que tu leche caiga por mis piernas seria un despilfarro. Imaginaré que ese rico semen que caía por mi coñito lo retiraste con tus dedos llevándomelo a la boca para saborear el rico placer de nuestros sexos.