Saber conformarse

Una nueva historia de infidelidad y amor

Saber conformarse

VÍCTOR

Me llamo Víctor y tengo veinte ocho años, soy un chico normal, mi cara es normal, mi cuerpo es normal incluso mi cuerpo es normal, vamos que no destaca nada en mí físicamente, tengo el pelo castaño y los ojos marrón oscuro.

Dicen que lo único que destaca un poco en mí es mi personalidad positiva y siempre con una sonrisa en el rostro, nací en una familia pobre y en un barrio que se debería haber llamado el último agujero del infierno.

Mi familia consta de cuatro miembros, mis padres y mi hermana pequeña Eva, mi madre fue diagnosticada con una enfermedad desde jovencita y lleva luchando contra ella desde entonces, muchos e los medicamentos que necesita no los cubre la seguridad social y mi padre tuvo que volver a recurrir a un mundo que dejo atrás cuando conoció a mi madre, volvió a delinquir, robando coches de alta gama para un mafioso local, con ese dinero podíamos pagar el alquiler los medicamentos y los estudios de mi hermana, a mí el estudiar no se me daba bien y trabajaba aquí o haya según me iba saliendo el trabajo.

Aquel mafioso, exigía cada vez más a mi padre y termine robando coches con él, nuestro barrio era muy duro y la competencia feroz, pronto tuve que aprender a defenderme y así lo ice, al principio me daban hasta en el carné de identidad, pero al final no perdí una sola pelea.

Me gané una reputación, pero esa actitud mía avergonzaba a mi padre y así me lo hizo saber.

Papa- Hijo yo robo para costear los medicamentos de tu madre y poder pagar el alquiler, ¿pero tú peleas por orgullo para demostrar que eres el mejor?, ¡me avergüenzas!

Esas palabras de mi progenitor me abrieron los ojos, y dejé de pelearme, muchos de mis rivales pasaron a ser amigos y dos de ellos El Jota y Toño mis mejores amigos, ellos pasaron a formar parte de la pandilla de amigos y de la banda de mi padre, una noche cuando el mafioso ya tenía cubierto el pedido y mi padre no le hacía falta para nada, decidió entregarlo a la policía.

Esa noche mi padre nos prohibió a El Jota al Toño y a mí ir a hacer el último trabajo, creo que se olía algo y la familia era lo primero, cuando robo el coche un Mercedes-Benz SLS AMG GT la policía ya le estaba esperando y en la persecución por no atropellar a unos peatones pego un volantazo, chocando con un camión y saliendo despedido del coche.

Murió en el acto, cuando nos avisaron mi madre ya se olía algo, tenía una conexión muy especial con papa, algo dentro de ella le dijo que no volvería a verlo, en el entierro después de que todo el mundo se fue nos quedamos mi madre, Eva, El Jota, Toño y yo delante de la lápida de mi padre y entonces mi madre nos hizo prometer algo dando nuestra palabra.

Mama- ¡Aunque nos muramos de hambre, se acabó el delinquir, todos trabajaréis en trabajos honrados, se acabó el robar coches entendido, darme vuestra palabra!

Y así lo hicimos, todos dimos nuestra palabra, para Toño y El Jota mis padres eran como los suyos, ya que eran huérfanos, lo que dijo mi madre fue a misa para ellos.

Yo salía con Pilar, nos conocíamos desde niños, ella sabía en qué andábamos metidos, no tenía secretos para ella y la verdad que estaba enamorado hasta las trancas de ella, digamos que ella no paso los apuros económicos que los demás y aunque nunca lo dijo, siempre intuí que nos veía como inferiores, pero éramos malotes y eso le ponía mucho, yo como estaba enamorado y para esos asuntos era un obtuso, no me di cuenta, pero mi hermana si y chocaba constantemente con Pilar.

Pilar media un metro setenta era castaña y tenía el pelo rizado hasta los hombros, tenía unos pechos de tamaño mediano, pero muy bonitos y lo mejor de su anatomía era su culo, cuando se ponía unos vaqueros blancos que le quedaban como un guante, a mí se me caía la baba aunque intentaba disimularlo.

A Pilar le concedieron una beca para estudiar en la universidad y aunque escogió una que quedaba cerca de nuestra ciudad, no nos veíamos tanto como antes, yo encontré trabajo como mecánico y metía todas las horas que podía y Pilar, digamos que conoció a gente más acorde con su forma de ver las cosas, en el taller mecánico trabajaba Míriam, una chica de unos veintiséis años con el pelo negro y unos ojos azul marino como para perderse en ellos, me entere de que era la hija del jefe y le llevaba la contabilidad del taller y se encargaba de los pedidos.

Ice buenas migas con ella desde el principio, me pareció una chica muy agradable además de guapa, pero mi atención no fue más haya yo seguía enamorado de Pilar, todas las mañanas conversábamos antes de empezar la jornada del trabajo, una de las mañanas me pregunto por la cicatriz de mi cara.

Llevo una cicatriz en el ojo izquierdo que me baja hasta media cara, fue en una pelea, el otro saco una navaja y de no haberme apartado a tiempo, hoy en día aparte de la cicatriz tendría un parche como un pirata.

Míriam- ¿Y esa cicatriz que tienes en la cara?

Yo no contestaba, a medias por vergüenza y porque no pensara que era un animal, pero viendo su rostro le dije.

Yo- Los hombres que abecés somos imbéciles profundos.

Míriam- ¿Solo abecés?

Yo- En mi caso la mayoría de veces.

A Míriam le hizo mucha gracia y me dijo si tenía algo que hacer al mediodía.

Míriam- ¿Al mediodía tienes libre?

Yo- Si, ¿por qué?

Míriam- Mi madre que le gusta mucho cocinar y siempre hace comida como para un regimiento, me ha preguntado si te gustaría quedarte a comer con nosotros.

Yo- Aviso en casa que no voy a ir a comer y listo, dile a tu madre que será un placer probar su comida.

Míriam- Díselo tú, allí la tienes.

Dolores- ¿Qué has decidido muchacho te quedas a comer?

Yo- Será todo un placer doña Dolores.

Dolores- No me llames Doña que me hace muy mayor, con Dolores suficiente.

Yo- Así lo aré.

Al coger el móvil me di cuenta de que tenía un mensaje del Toño, nos invitaba a mí y a

Pilar el sábado al local, tenía algo importante que contarnos.

Llame a Pilar para comentárselo y pude notar un resoplido de hastío que incluso un obtuso enamorado como yo no podía ignorar.

Yo- ¿Pasa algo cariño?

Pilar- ¡Nada, pero ya tenía planes para el sábado, nada más!

Yo- ¿Pilar últimamente casi ni nos vemos, ¿pasa algo que debería saber?

Pilar- ¡Como nos vamos a ver si te pasas todo el día trabajando, o ligando con la secretaria, el otro día os vi hablar en la puerta del taller!

Yo- Es la hija del jefe Pilar, yo solo tengo ojos para ti y lo sabes.

Pilar- Si, si a que hora quedamos el sábado.

Yo- ¡oye que si no te apetece, no tienes obligación de venir!

Ya le contesté un poco enfadado, joder ni que fuéramos portadores de alguna enfermedad mortal.

Pilar- Perdóname Víctor, estoy estresada con los exámenes.

Le colgué bastante mosqueado, desde que empezó en la universidad parecía que aquellos nuevos amigos eran lo más y los que estuvieron con ella toda la vida, no sirvieran para nada.

La comida en casa de mis jefes fue genial, la madre de Míriam cocinaba tan bien como mama y era igual de agradable, no se parecía a la madre de pilar que no me tragaba ni aun cociéndola en uno de sus mejores días.

Cuando llegue a casa mi madre se había acostado, mi hermana había bajado a la farmacia a por los medicamentos que al mediodía se les habían acabado y llegarían por la tarde, entonces me pregunto.

Mama- ¿Qué tal la comida en casa de tu jefe?

Yo- Muy bien mama.

Mama- tu hermana me ha dicho que la hija del jefe es muy guapa.

Yo- Joder no sé cómo lo hace Eva, pero se entera de todo.

Yo- Es una chica muy agradable, pero sabes que estoy con Pilar.

Mi madre puso mala cara, Pilar no le gusto nunca, es como si mi madre y mi hermana vieran en ella algo que yo no veía, cuando estaba absorto en mis pensamientos llego mi hermanita, me dio un beso y me pregunto.

Eva- ¿Sabes por qué nos ha convocado a todos el sábado Toño?

Yo- ni idea, no ha querido decirme nada el cabrón.

Eva- ¿A ver si al final ha decidido sentar la cabeza y le ha pedido la mano a Sara?

Yo- ¿Toño sentar la cabeza?, venga ya.

Los dos nos empezamos a reír, Toño y Sara llevaban mucho tiempo juntos, pero a Toño le habían abandonado tantas familias que pareciera que había cogido alguna fobia a tener una propia.

Llego el sábado y todos estábamos en el local a las seis como unos clavos, Toño estaba nerviosismo, eso era mala señal, El jota me llevo a un lado del local y me comento.

El Jota- Mal asunto, este la ha liado fijo.

Yo- No creo, está muy pillado por Sara.

El Jota- No sé, no sé.

Por fin entraron Toño y Sara cogidos de la mano, estaban radiantes los dos, empece a pensar que mi hermana era adivina o algo así, porque todo indicaba que algo había cambiado en esa pareja.

Toño- Gracias a todos por venir, Sara y yo tenemos que daros una noticia que nos va a cambiar la vida a los dos.

Yo- A mejor espero.

Toño- No lo dudes, cariño haces tú los honores.

Sara- Estoy embarazada, vamos a ser padres.

Menudo jolgorio todos abrazamos a la pareja, El jota el tío más duro que he conocido suelto unos lagrimones como puños, mi hermana también mientras se abrazaba a Sara, yo abrace a Toño y le dije.

Yo- Estoy muy orgulloso de los dos.

Toño- Haber cuando Pilar y tú.

Yo- No lo sé, las cosas no están muy bien.

Entonces una Pilar con cara de aburrimiento extremo soltó un bostezo totalmente premeditado y fuera de lugar y soltó si habíamos acabado.

Toño no aguanto más y la recrimino.

Toño- Desde que estas en la universidad, nos tratas como basura a todos.

Pilar- Basura no, pero preferiría estar en otro lugar no siempre metida aquí.

Sara- No todos aquí tenemos la suerte de vivir con unos padres sin problemas económicos y gozar de una beca para estudiar, tenemos que trabajar y pagar impuestos.

El Jota- Yo vivo solo, el alquiler se lleva casi todo mi sueldo, de no ser por este local tal vez no os vería.

Pilar volvió a soltar otro bostezo que saco a mi hermana de quicio.

Eva- pero tú de que vas, si esos pijos trasnochados son mejor que nosotros vete con ellos y déjanos en paz.

Pilar- Pues no es mala idea, tal vez lo haga.

Pilar cogió el móvil e hizo una llamada, a los veinte minutos vino un coche un BMW y en él iban un musculitos engominado y dos chicas que no vi bien por estar en la parte de atrás del coche.

Vi como Pilar se dirigía hacia el coche, la tome del brazo le di la vuelta y le dije.

Yo- En serio te vas a ir, nos vas, me vas a dejar tirado cuando no te he visto en toda la semana.

Pilar- No sé que me pasa Víctor, pero prefiero estar con ellos, estaremos en este local por si quisieras pasarte, yo te sigo queriendo.

Si me quieres de cojones, pensé yo viendo como se iba en el coche de un musculitos que me miraba con una cara de triunfo que me estaba sacando de mis casillas, en ese momento entre Jota y Toño me metieron dentro del local, sabían que si me arrancaba el musculitos iba a acabar muy mal.

Estuve muy jodido por una hora me disculpe con todos, pero sobre todo con Toño y Sara por haberles estropeado su celebración, mire a mi hermana que me abrazo y el Jota que también lo hizo, me despedí de todos, prefería irme a casa que seguir jodiendo la fiesta a mis amigos.

A medio camino de casa recordé el nombre del garito que me había dicho Pilar, no podía irme a casa sin hablar con ella y si teníamos que cortar la relación contra antes mejor, pase por al lado del taller y vi luz, pensé que sería mi jefe, toque la puerta y me abrió Míriam.

Míriam- Que raro tú por aquí.

Yo- Si voy a este garito tengo que hablar con Pilar y al pasar por aquí he visto luz.

Míriam- Ese local queda lejos, hagamos una cosa me dejas guardar el trabajo del ordenador y te llevo, si lo arregláis me vuelvo a casa y si no lo arregláis pues te llevo a tu casa, ¿qué te parece?

Yo- No sé Míriam, no quiero molestar.

Míriam- no es una molestia hombre, a mí también me vendrá bien estirar las piernas que llevo toda la tarde noche cuadrando números.

Nos montamos en su coche y nos pusimos en marcha, yo tenía un muy mal pálpito, igual que el que tuve la noche de la muerte de mi padre, Míriam lo noto, pero no dijo nada.

Al llegar a ese local tenía un aparcamiento, pensé que entrar ahí costaría un ojo de la cara, no llegamos a entrar, Míriam vio un coche que se movía en unos movimientos que indicaban claramente lo que estaba pasando ahí a dentro y se le ocurrió gastarles una broma, las ganas se le quitaron cuando vio mi cara desencajada, y eso que todavía no había visto nada, era el BMW del musculitos y el tío se estaba follando a alguien, mi intuición me decía que era pilar, y si algo había aprendido en la vida era a no ignorar mi intuición, en mis tiempos de peleas me salvaron la vida más de una vez.

Al acercarnos se oían los jadeos e dos personas copulando, pero cuando estuve lo suficiente cerca del coche para verlo bien, el corazón se me paro, la chica que estaba coche era Pilar, no había ninguna duda, el musculitos estaba tumbado sobre el asiento del copiloto y Pilas sobre él con el vestido bajado y con la polla bien metida en el coño y sin condón, cogí el picaporte de la puerta con tanta fuerza que al abrirla los dos pararon en seco.

Pilar se me quedo mirando blanca, pero el musculitos intentando demostrar quien era el macho siguió fallándosela hasta que se corrió dentro de mi Pilar con tan mala suerte que tuve que oír como ella gritaba su orgasmo, mi cara paso a un estado neutro, mire a pilar y le dije.

Yo- Lo nuestro está muerto y enterrado, no quiero excusas, ni explicaciones ni nada que se le parezca, en mi mente solo hay una lápida donde pone Pilar con un epitafio que pone “ya es demasiado tarde”.

Me fui a dar la vuelta cuando un brazo me agarro el mío era el musculitos que venía a darme una lección, entonces Pilar se interpuso entre los dos y muerta de miedo se llevó al musculitos, si no fuera el protagonista de los cuernos tendría gracia ver a un musculitos medio desnudo siendo llevado a rastras por una mujer medio desnuda.

Yo no dije nada más, mire a Míriam y esta entendió a la primera, nos montamos en el coche y cuando llevábamos un rato me pregunto.

Míriam- Le protegía de ti verdad, tiene que ver con esa cicatriz de la que hablamos verdad.

Yo- Sí.

Míriam- Cualquier otro viendo esa mole se hubiera intimidado, pero tú ni te has inmutado.

Yo- Fueron otros tiempos, que tal vez algún día te cuente, ahora no me veo preparado.

Le pedí las lleves del taller, en ese estado no podría dormir y reparar un motor me relajaría, me obligaría a pensar en otra cosa y me relajaría lo suficiente para poder empezar a pensar con la mente fría.

Míriam se quedó conmigo, puso música en la radio de un coche, era una canciones las lentas, me tendió la mano y nos pusimos a bailar, su calor su aroma todo me hacía sentirme mejor, en un momento de la canción no quedamos mirándonos y nos besamos, después de besarnos vio que yo no iba a más y me pregunto.

Míriam- ¿Te arrepientes?

Yo- Del beso no, pero ahora estoy muy dolido y si tiene que pasar algo entre los dos que sea por amor y no por despecho, ahora me gustaría seguir bailando pegado a ti.

Y así estuvimos toda la noche, una noche donde me habían hecho añicos, pero donde una canción de los años cincuenta y la compañía de Míriam estaban resultando ser un gran bálsamo para mis heridas.

Yo- Gracias Míriam.

Míriam- De nada Víctor.

Continuará.