Sabado, aburrido y solo
De pensar en una paja, a una hermosa noche con tres bisexuales y una chica trans hermosa
Hola
A medida que pasa el tiempo, empiezo a recordar algunas aventuras que tuve a lo largo de mi vida. Hoy les voy a contar una que paso hace muchos años, aún no había llegado el whats app a la argentina.
Era sabado, medio lluvioso, yo había trabajado todo el dia, y al llegar a casa me tire a dormir una pequeña siesta. Desperté casi a medianoche, muy tarde para arreglar algo.
Decidi cocinar algo, y quedarme en casa. Me disponía a tener una noche tranquila, con película, alguna paja, y a la cama.
La tentación fue mas fuerte, y mientras preparaba la cena, empece a enviar mensajes de texto a varios de mis contactos, para ver si alguno picaba.
Casi una hora despues, y con la mayoría sin respuesta (salvo alguno que me decía que ya tenía plan) apareció una de Joan, “estoy en un evento, termino en una hora”. Ok, respondi.
Se ponia interesante el sabado.
Al salir me llamo, le conté que no tenía ganas de salir, y se vino para mi casa.
Llego cerca de las 2 AM, baje a abrirle, y en el ascensor ya empezamos con el manoseo.
Entramos a casa, hechos dos fuegos, y casi desvistiéndonos, nos tiramos en la cama. Comenzando un furiosos 69. Él se puso sobre mí, asi que veía su hermosa verga negra, con los huevos colgando, y un hermoso agujero rosado, que culminaba esa obra de arte.
Chupaba su pija, y sus bolas, mientras Joan metía dos dedos dentro de mi culo, y me mamaba al mismo tiempo.
No teníamos intencion de acabar, asi que, por momentos, alguno de los dos se detenía, para solo disfrutar lo que el otro hacía.
Perdimos noción del tiempo, habría pasado media hora, 40 minutos?, no sé. La cuestión que entro un mensaje a mi celular. Me deshice del 69, para poder leer la pantalla, y era Nina, una de las chicas que había conocido en Amerika, cuando empece a ir con Gisselle. Estaba saliendo del boliche, porque estaba aburrida, y queria saber por dónde estaba yo.
Le pase mi direccion, y me respondio “en 40 minutos llego”.
Nos levantamos con Joan, ambos en pelotas, y fuimos a la cocina a tomar algo, y refrescarnos. Nuestras vergas estaban mojadas en saliva, nuestros culos tambien, y ninguno de los dos había acabado aún.
Nina llego, toco timbre, me puse un short y una remera y bajé a abrirle. Mi sorpresa fue mayúscula, ya que no vino sola. Estaba con otra chica tambien.
Nina era una mujer hecha y derecha, pero se notaba que su amiga Marcela era una trans.
Subimos, mientras tanto Joan se puso una vieja remera mía y un short que le preste.
Estaban muy aburridas, y mi mensaje les salvo la noche. Por eso decidieron venirse.
Destapamos una botella de vino, y charlamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Luego otra botella más, y luego otra, y perdi la cuenta.
La conversación se daba entre temas varios, hasta que llegamos a que cada uno contara de que trabajaba. Joan dijo que era stripper, y las chicas se rieron. Entonces, medio enojado, se paró y comenzó a desvestirse sin musica de fondo.
Hacia los movimientos de un stripper profesional, pero medio mareado, quizas por el vino que habíamos tomado, mientras Nina y marcela se pusieron a su lado, una comenzó a mamarle la pija, mientras la otra le abría sus nalgas. Yo seguía sentado mirando todo, sin participar.
Lo acostaron en el suelo, mientras terminaban de desnudarlo, y ellas se fueron quitando la ropa. Quedaron armados de tal manera que Nina mamaba su pija, mientras Marcela le metía algun dedo en el culo, y tambien mamaba. Joan solo podía gritar de placer.
Se pararon, y se fueron para la habitación. Yo los dejaba hacer. Queria ir en unos minutos, para ver que se les había ocurrido a las dos.
Me prepare la ultima copa de vino, la saboree, mientras escuchaba gemidos desde la habitación. Cuando crei que era prudente, me acerque.
Nina y Joan mamaban la verga de Marcela, de un tamaño interesante, quizas un poco mas grande que la mía. Yo entre desnudo, y me acerque a Marcela, para ponerle mi pija en su boca, que parecio gustarle la idea.
Nina dejo la verga de Marcela, y tambien se arrimó a la mía. Me estaban dando semejante placer.
Cuando Marcela noto que estaba su verga a tope, se enderezo, fue hasta su cartera, extrajo un gel y un forro, ayudo a ponerse a Joan en 4, y mientras le chupaba los huevos, le metía lubricante. Nina y yo mirábamos todo.
No tardo en apoyar su hermosa verga, curvada, y penetro a Joan, que emitió casi un grito de dolor. Nina se arrodillo y continúo mamándome, mientras en susurros me decía...” quiero que estes bien preparado” …
Marcela bombeaba sin parar, y Nina no dejaba de mamarme, hasta que se paro y me trajo un forro, que me coloco con la boca.
Marcela se corrió de su lugar, dejándome a mi el culo bien abierto de Joan, y empuje. Entre casi sin dificultad, ya que lo había abierto de par en par. Ahora era yo quien penetraba a Joan, había pasado mucho tiempo desde que lo conoci y no había podido cogerlo nunca. Ahora era mi momento
Las chicas se sentaron a un costado, a mirar como yo sodomizaba a Joan, que cada tanto se daba vuelta, para besarme en los labios y volver a su posición.
Me fui poniendo primero de costado, y luego boca arriba, para que él pudiera cabalgar sobre mi verga, lo tome de la cintura y lo penetraba profundamente.
Joan emitía algun gritito de dolor, pero la mayoría eran de placer. Nina se acercó a mamarle la pija. Y Marcela se acercó a mí, con la intencion que yo mamara la suya.
Deshicimos la posición, porque me concentre en la mamada que le estaba dando a Marcela, y cada vez más Nina chupaba a Joan. No aguanto mucho más, entre mi cogida, el 69 previo y la mamada Joan acabo entre las tetas de Nina, asi que la leche fue a parar a sus hermosos pechos. Luego tomo la verga, y se la pasaba por el cuerpo, como si fuera un pincel, haciendo que la leche se desparramara.
Yo estaba absorto con Marcela, su verga se tornaba caliente cada vez más, pero no tenía ganas de tragarla, ya que no la conocía. La saque de mi boca, y las ultimas mamadas fueron entre mi boca y las manos. Estallo sobre mi hombro, y luego siguió sobre parte de mi cuerpo. Me llenó de una leche espesa, caliente, parecía un gel. Hasta que la retiro, porque ya le dolía.
Fuera de combate Joan y Marcela, quedábamos Nina y yo calientes. Nos fuimos a duchar juntos, mientras ellos iban para la cocina a tomar algo.
Debajo de la ducha cada uno enjabono al otro, mi pija se puso como un garrote, y ni corta ni perezosa se arrodillo a mamar.
Yo: para, para. Quiero cogerte
Salimos, nos secamos como pudimos, y encaramos para la cama.
Se acostó boca abajo, yo sobre ella, empece a lamerle su espalda, hacia abajo, hasta que llegue a su hermoso agujero. Estaba abierto, señal que yo no iba a ser el primero ni mucho menos. Logre meter fácilmente tres dedos dentro de ella, mientras chupaba su concha que rezumaba jugos.
Cuando todo estuvo listo, me pare, me calce un forro, volvi a la cama, y la penetre. Ingrese a su culo, casi sin dificultad, hermoso. Llegaba hasta el fondo, mientras ella emitía solo gemidos de placer, me agarraba de sus hermosas tetas, asi estuvimos un largo rato.
Habrán pasado 15 minutos, o más, no sé, y Nina comenzó a acabar de una manera impresionante. Sentí como debajo nuestro se hacia una pequeña laguna, evidentemente era de largas acabadas, hermosa…
No aguante más, y le llene el culo. Fueron algunos chorros, largos, que sentí en mis huevos como se iban vaciando de a poco. Caí sobre ella, exhausto.
Ya se notaba la claridad del amanecer, a través de la ventana.