Rutinas

Un dia como otro cualquiera de mi rutina cotidiana.

Al llegar a casa después de la jornada laboral lo primero que hago es ponerme una cómoda bata y repantigarme en mi sillón favorito. Luego doy un corto silbido y de inmediato aparece mi perra desde el dormitorio trayendo en su boca mis zapatillas de andar por casa, y obedientemente las deposita con reverencia a mis pies.

Todo muy normal y cotidiano sino fuera porque mi perra es en realidad una mujer, mi mujer, o para ser mas exactos mi ex-mujer, que a sus 37 años conserva todavía su espectacular figura y sus apetecibles encantos de mujer de bandera.

Como iba diciendo mi perra, o sea mi ex-mujer, llega sumisamente a mis pies y deposita dócilmente las zapatillas para acto seguido quitarme los zapatos y calcetines y después de masajeármelos y acariciármelos para seguidamente limpiarme y refrescarme los pies a base de lametones, me los calza con la máxima delicadeza.

A decir verdad la tengo perfectamente entrenada después de largos meses de una ardua y continuada doma.

Tengo que decir que siempre la tengo completamente desnuda y los únicos accesorios que le permito son su collar y algunos complementos ocasionales, como son sus numerosos piercings que le he ido aplicando paulatinamente, así que aparte de sus perforados pezones de los que cuelgan sendos anillos de oro, el clítoris, labios vaginales y lengua, algunas veces muestra un enorme aro de acero que atraviesa su puente nasal dándole una apariencia animal total.

Si uno fija su vista con detenimiento verá que de su depilado pubis sale un fino cordón dorado que no tiene mas función que para facilitar la extracción de su distendido coño de perra las bolas chinas de enorme diámetro que siempre lleva en todo momento alojadas en él.

Mi perra jamás se queja del trato que le doy en cualquier momento, tal vez porque disfruta con enorme placer de su estatus dentro de nuestro "matrimonio", o quizá se deba a que no le esta permitido pronunciar la mas mínima palabra bajo pena de severos azotes.

Me inclino a pensar en la segunda opción, si tenemos en cuenta la abundancia de surcos y arañazos que muestra su cuerpo a causa de la frecuencia con que tengo que administrárselos.

Tal vez se pregunten como hemos llegado a esta curiosa situación.

Nada del otro mundo en realidad.

Mi mujer me fue infiel, se encoñó con un joven y guapo adonis y no contenta con ponerme la cornamenta, me dijo que ya no me amaba y que se iba a vivir con él.

No les aburriré con detalles innecesarios, pero a los pocos meses volvió a mi con el rabo entre las piernas (nunca mejor dicho), y me suplicó que la perdonase.

Como no soy un tipo rencoroso así lo hice, pero con ciertas condiciones, las mismas que les estoy narrando a ustedes.

Le di a elegir y ella libremente y sin ningún tipo de coacción así lo hizo, para pasar de esposa infiel a sumisa y fiel perra. Espero que sepan apreciar la fina ironía del asunto.

Esto sucedió apenas hace 6 o 7 meses y la verdad no puedo estar mas satisfecho del cambio.

Ahora hago lo que quiero cuando me apetece sin tener que dar la mas mínima explicación y además tengo a una esclava para hacer con ella lo que me apetezca en todo momento, aparte de disponer de una fiel y dócil ama de casa y criada todo en uno y además gratis.

Mi amigos mas íntimos conocen mi actual situación, y como mi ex dio muestras de gustarle tanto las pollas, no hay uno solo de ellos que no se la haya metido por todos sus agujeros numerosas veces, siempre que vienen de visita a mi casa, que es con mucha frecuencia todo hay que decirlo ¿Por qué será?.

Yo por mi parte suelo también traer de vez en cuando alguna amiga o ligue ocasional y cuando ellas ven a mi mujer convertida en ese denigrante y sumiso estado, una vez superada su primera sorpresa inicial, rápidamente su lado mas perverso sale invariablemente a flote y es extraño que una mujer salga de mi casa sin que mi mujer le haya lamido a conciencia su coño, tetas, y a veces hasta el culo, por lo que como ya imaginarán, mi mujer se ha convertido en una experta mamadora tanto de pollas como de todo lo que se le ponga por delante, y por el ansia y la aplicación que muestra creo que no le desagrada del todo.

A decir verdad, lo que si le daba un poco de asco al principio fue cuando amplié sus obligaciones y la convertí en inodoro portátil.

Los primeros meados que tuvo que ingerir le causaban bastante repulsa y le procuraban constantes nauseas, pero a todo se acostumbra uno, y ahora aparte de saborear mis orines diariamente, es frecuente que también se beba los de mis constantes invitados independientemente la naturaleza de su sexo.

El próximo paso será habituarla a degustar heces, pero aun no esta preparada para ello y a mi no me gusta precipitarme.

Por descontado que ella tiene vedado el uso del cuarto de baño y para hacer sus necesidades he procurado un cubo en un rincón de la cocina y allí, sin ningún pudor, quitado a base de arduo entrenamiento evacua delante de quien se encuentre mirándola en ese momento sus aguas menores y mayores.

Francamente, me considero un tipo muy afortunado y para serles del todo sincero desde hace unas semanas acaricio la idea de someter y emputecer también a mi cuñada.

Ella es una deliciosa mujer de 27 añitos muy bien llevados, soltera, y aunque suele ser muy discreta en cuanto a hablar sobre su vida sexual, tengo la sospecha que no sería muy difícil tentarla y convencerla de que se uniera a su querida hermana mayor.

Todo es cuestión de encontrar la táctica adecuada y esperar el momento propicio.

¿Quién sabe las morbosas experiencias que todavía me tiene preparado el destino?.

Este es un relato ficticio aunque basado en ciertos aspectos reales de la vida.

Agradecería cualquier comentario y opinión que os haya merecido, especialmente de las mujeres, señoras y señoritas que se hayan sentido identificadas de algún modo con la sufrida esposa del protagonista.

Me gustaría me hicieran participe de sus confidencias, fantasías, y anhelos mas íntimos y secretos, y si de alguna manera puedo ayudarlas a hacer realidad dichas fantasías, ni que decir tiene que estaré encantado en satisfacerlas.

Quizás mas adelante les cuente como seduje e incluí a Adela, mi cuñadita, en mis perversos y placenteros juegos, y como la integré en mi núcleo familiar.

nilerto@yahoo.es