Ruth y Carlos
Dos amigos se dedican a la aventura sexual mas grande, premunidos de su habilidad por poder caminar con los tacos mas altos del mundo.
Tanto Ruth como yo, Carlos, fuimos compañeros de juegos desde muy pequeños, ya que nuestras familias eran bien amigas.
Mas tarde fuimos también compañeros de clase en el colegio, y después en la universidad, ambos estudiando derecho.
Es evidente que tanta proximidad nos llevara a enamorarnos y en cuanto nos recibimos decidimos vivir juntos en adelante, decisión tomada con la aquiescencia y apoyo en ambas familias.
Ambos disfrutábamos de un excelente salud y nos gustaba mucho el deporte, además sabíamos que teníamos una particularidad muy especial, la que habíamos concebido desde muy niños.
A Ruth le encantaba usar sus zapatos y sandalias con tacones demasiado altos y a mi me fascinaba que ella lo hiciera, lo que me daba muchos deseos de acariciarla y hacerle el amor, cosa que ella aceptó desde joven con mucho entusiasmo.
Yo me había burlado bastante de sus dificultades al momento de comenzar a elevar la altura de sus tacones mas allá de lo corriente, por eso, en forma de castigo por mi tonta burla, quiso que yo también pasara por lo mismo, para que supiera en forma directa, como era de difícil hacerlo y no siguiera con mis burlas, fue así como me encontré probando lo que ella ya había dominado muy bien.
No tenía nada de agradable usar esos tacos si se caminaba mucho tiempo, pero a la vez el usarlos me provocaba un gran deseo sexual, lo mismo que a Ruth, y como me fui interesando cada vez mas en ellos, por esta razón muy pronto, me encontré aficionado fuertemente a usarlos, y de esa gran altura.
Fue una carrera entre ambos, ver quien era capaz de usarlos mas altos y mas tiempo, y eso se convirtió lentamente en un verdadero vicio, que nos llevó a alturas de nuestros tacones increíbles.
Entre tanta y tanta prueba y competencia, y como cada vez nos elevaba tremendamente la libido, las pruebas terminaban siempre un una verdadera orgía de sexo entre los dos.
Y como nos aveníamos mucho, terminamos por vivir juntos y lo hicimos siempre con el verdadero vicio de usar los tacones mas y mas altos cada vez, llegando al extremo de ser capaces de usar constantemente tacos de 6" durante todo el día y usar tacos de 7" para salir a fiestas y reuniones sociales de toda clase, con nuestros pies del Nº 41 de aquí y Nº 11 de USA.
Como habíamos ahorrado bastante, tomamos vacaciones por varios meses y fuimos a viajar tratando de recorrer los mas variados países de mundo, fueron unos meses maravillosos en los cuales paseamos e hicimos el amor interminablemente.
Cuando tomamos un crucero por mar, se nos ocurrió que para poder disfrutar de nuestro fetiche todo el tiempo, sin tener que afrontar la curiosidad de de los otros pasajeros, íbamos a simular que éramos dos íntimas amigas en viaje de placer.
Para eso era imprescindible que yo me transformara en todo instante en una casi perfecta mujer muy imposible de descubrir, para lo cual teníamos que tomar las más cuidadosas precauciones.
Menos mal que tengo una barba débil, que es bien rala, por lo con que solo aplicándome una gruesa base de maquillaje después de un buen afeitado bien cuidadoso, sería suficiente para todo un día.
En el cabello no tendría problema, ya que lo usaba bien largo y tomado en una cola, siendo bastante liso, por lo que era suficiente teñírmelo de ese rubio tan de moda y hacerme un peinado bien apropiado para cada situación, para quedar perfectamente bien preparado.
La transformación tenía que ser lo más perfecta posible, ya que si alguien a bordo se percataba del cambio, no tendríamos sitio alguno donde poder estar o pasear, durante el resto de la travesía y solo podríamos quedarnos encerrados en nuestro camarote hasta el desembarco, so pena de sufrir miradas burlonas de los demás pasajeros y. su posible discriminación.
Ya que todavía había bastante tiempo antes de embarcarnos, pudimos perfeccionar más todavía nuestra preparación, así es que me sometí a un tratamiento radical para extirpar mi barba total y permanentemente.
Esto se hizo en base a quemar con electricidad pelo por pelo mi débil barba, el tratamiento fue muy lento y muy caro, pero valió la pena, ya que quedó perfecto, de tal modo que no me he tenido que afeitar nunca más.
El paso siguiente fue mandar a confeccionar en un sitio muy especial y privado que encontramos en la Web, un juego de calzones de una tela muy transparente pero muy firme, fina y delgada, lo mas diminutos posibles y del color de mi cuerpo.
Estos calzones me tenían que apretar muy ajustados, de tal modo que modelaran al máximo mi cintura y la dejaran lo mas estrecha posible, además tenían unos abultados rellenos de silicona fijos por su interior, que me remodelaban las caderas y los glúteos para darle unas formas mas femeninas.
En este mismo taller se hizo confeccionar un juego de petos de iguales materiales y características que los calzones, el que era posible de ser adherido casi invisiblemente por adelante a mi torso, con un pegamento especial que hacía posible de retirarlo en forma muy sencilla con una crema especial.
El peto tenía las formas de un par de senos de un tamaño bastante grande, pero no tanto como para hacerlo demasiado evidente, estas formas iban rellenas con silicona las que tenían un toque muy natural al tacto.
Con estas prendas tan especiales, podría incluso usar un traje de baño normal, pero no un bikini, y dentro de mis calzones tan ceñidos, era posible disimular muy bien mis testículos, ya que irían metidos en su cavidad natural dentro de mi cuerpo. existente desde la infancia.
En cuanto al pene mismo iría en el mismo lugar pero por fuera de mi cuerpo, por el interior del calzón, metido hacia atrás por el entrepiernas, de tan modo que me era posible orinar sentado en un inodoro, ya que habría en el calzón, un espacio para ello hacia su parte posterior.
Con toda esta parafernalia colocada, restaría hacer todas las preparaciones normales, previas a una salida en público, o sea, maquillarme completamente, y colocarme uñas adheridas y pintadas según la moda.
Posteriormente a esto solo sería necesario vestirme y calzarme los zapatos, según lo que correspondiera a cada ocasión.
Pero siempre que correspondiera y en cada caso particular, tendría que llevar zapatos de cualquier estilo, pero siempre tratando de usar los tacos mas altos que todas las demás mujeres, de tal modo de dar primacía, principalmente a mi fetichismo
Cuando ya todo lo anterior estuvo preparado, nos embarcamos en el crucero para un viaje de 85 días recorriendo el contorno de América del Sur , pasando por el estrecho de Magallanes, haciendo rumbo a Europa y posteriormente, bajando por África, dirigirnos al Oriente, visitando las islas del Ïndico,
llegando a las islas de la Especias, pasando al Japón y a China, para llegar a los EE.UU y retornar a este país.
Durante este largo periplo, pasamos grandes aventuras y disfrutamos de un ininterrumpido amor que se vio bastante complicado por el gran éxito que hubo entre todos los pasajeros gracias a nuestra tan atractiva presencia y a los ardientes deseos de muchos de ellos de conseguir nuestros favores sexuales, cosa que a veces nos fue muy difícil de parar sin provocar problemas.
Durante los primeros días en el crucero, nos encontramos que el mar estaba bastante rizado por el fuerte viento, eso hizo que el barco se balanceara lenta y suavemente, a pesar de su gran tamaño, eso hacía que al caminar por sus largas cubiertas, el desplazamiento no fuera posible en línea recta.
Teníamos que ir de un lado al otro, lo que nos dificultó bastante el usar nuestros tacones tan altos, ya que provocaba un importante e imprevisto desequilibrio al avanzar y por ello, teníamos que hacerlo con bastante cuidado para no caer dado lo imprevisto del movimiento, pero como al tercer día el mal tiempo cesó, los paseos se reanudaron en su forma normal.
La tripulación y los pasajeros no tardaron en percatarse de la costumbre de usar en todo momento nuestro calzado con sus tacones excepcionalmente altísimos, lo cual les llamaba mucho su atención y era uno de sus principales motivos en sus comentarios.
Por supuesto que los varones estaban encantados mirándonos con gran interés y a su vez las mujeres se pusieron terriblemente celosas y envidiosas de la gran atención con que nos observaban los pasajeros y los tripulantes varones.
Esta diferencia de actitudes, fue la que nos provocó bastantes problemas, ya que la mujeres nos tildaban de putas al la caza de sus hombres por nuestra costumbre tan incitante sexualmente, al usar habitualmente esos tacones tan altos que ellas no podían usar por tanto tiempo, como lo hacíamos nosotras.
Por su parte, casi todos los casados y también todos los solteros, nos perseguían asiduamente tratando de conseguir una conversación simpática y agradable, e incluso, en muchos casos, nuestros favores sexuales, todo esto provocaba aun mas todavía, la mas furibunda de las iras en sus respectivas parejas.
Estos hechos desataron un intensa guerra entre los hombres y las mujeres del barco por nuestra indeseada presencia para muchas de las mujeres involucradas.
Todo ello desató una guerra a muerte, en que las mujeres desplegaron una intensa campaña de descrédito, en la que se destacaba la idea de que éramos un par de putas muy sensuales y elegantes, que andaban a la caza de los varones adinerados que iban en el crucero.
La gran mayoría de estas mujeres se reunían en agitadas conversaciones en el salón principal del barco, en las que se comentaba a viva voz de nuestra condición de mujeres hambrientas de dinero, a la caza de hombres incautos, con nuestros discutibles encantos según ellas, y nuestra manera de vestir tan descarada y excesivamente sensual.
Los varones de a bordo recibieron sus comentarios con bastante reticencia, ya que suponían que era el lógico producto de su envidia, además de que muchos de ellos habían comprobado personalmente nuestro permanente rechazo ante sus avances en el campo del sexo.
A pesar de esa constante actitud nuestra, hicimos excelente amistades con ellos y lo pasamos sumamente bien durante todo el crucero, recibiendo de buena fe sus agradables atenciones y departiendo con ellos largas conversaciones muy interesantes.
A la llegada del crucero a su puerto de origen, al momento de desembarcar, un agradable ejecutivo alemán, un hombre mayor de unos 65 años, único propietario y director de una muy conocida casa de modas que iba con nosotros durante el crucero, nos propuso presentarnos a un íntimo amigo suyo que era quien le hacía el diseño y le fabricaba el calzado para todos sus desfiles de moda.
Nosotras le agradecimos su gentileza y le aceptamos de buen grado su interesante invitación, ya que nos pareció muy buena su idea, ya que su buen amigo podría hacernos hermosos y especiales calzado de gran calidad a nuestro gusto.
Un par de días después ambas concurrimos, con el mismo en persona, a la oficina del amigo, a quien nos presentó alabando en forma muy encomiosa nuestra belleza y simpatía y nuestra gran habilidad para caminar en forma permanente con un calzado tan bello y sensual.
Su amigo que era el propietario de una reconocida fabrica de calzado italiana, dijo llamarse Dionisio y se mostró sumamente interesado en conocer mejor nuestras habilidades.
Para ello nos pidió que lo visitáramos al día siguiente con ejemplos de nuestro calzado para probar lo que éramos capaces de hacer con ellos.
Como ya se sabe, nosotras no teníamos gran necesidad de trabajar en forma remunerada, ya que la bien montada fábrica heredada de la familia de Estefanía y el caudal de la herencia de mis padres eran mas que suficientes para vivir cómodamente el resto de nuestras vidas.
Sin embargo la posibilidad de hacernos de nuevos zapatos mas lindos todavía, con un afamado y reconocido diseñador italiano nos deslumbró, así es que concurrimos a su cita con el propósito de dejarlo convencido absolutamente de nuestras habilidades.
Por eso al día siguiente nos vestimos en forma deslumbrante con nuestros mas hermosos y sensuales hábitos y llegamos a sus oficinas portando sendos carritos-maleta con ruedas, llenos con nuestro mejor stock de calzado.
Entramos por el pasillo del ingreso, seguidas por su tan elegante, hermosa y abismada secretaria, arrastrando los carritos-maleta y premunidas de nuestros más sensacionales pumps con finísimos tacones metálicos de 6", marchando con gran facilidad y a paso rápido hasta ingresar a su oficina.
Estaba sentado tras su imponente escritorio, y al vernos se levantó presuroso y corrió a nuestro encuentro, diciéndonos.
¡¡¡¡ Cómo pueden caminar con eso tacones tan vertiginosos y tan fácilmente, no había visto nunca nada así.!!!!!
Y nos invitó a sentarnos enfrente a él.
La secretaria estaba entre abismada y envidiosa y se había quedado parada junto a la puerta, embobada por la altura de nuestros tacones, por lo que Dionisio, nuestro nuevo amigo, le dijo.
¡¡¡¡ Vaya a llamar ahora a nuestro gerente de operaciones y al diseñador jefe, los quiero de inmediato aquí en esta oficina. !!!!!!
Dicho esto, se volvió a sentar en su escritorio y entró de inmediato en materia, diciendo.
¡¡¡¡ Mis preciosas, lindas y nuevas amigas, me han convencido absolutamente que me serían de gran utilidad, si aceptaran unirse a mi empresa para promocionar el uso de unos nuevos modelos de calzado que quiero poner en fabricación ahora.
Si Uds. aceptan las condiciones que voy a proponerles, tendrán la oportunidad de ganar un gran estipendio y de pasear gratis por todo el mundo promocionando mis nuevos modelos, ganando además un buen porcentaje de sus ventas.!!!!!
Nosotras le respondimos que lo íbamos a pensar, una vez que llegáramos a cifras concretas, siempre que se nos diera la libertad de poder supervisar a distancia tanto la fábrica de Estefanía, como mis propios negocios en mi país, y que además nos reservábamos el derecho ser sus representantes
exclusivos en él.
Dionisio nos dijo que no sabía que nos dedicáramos a su negocio en nuestro país y que por lo tanto se interesaba también por ver si era posible de asociarse, para distribuir el calzado por todo el continente, desde allí.
Conversamos de cifras y estuvimos de acuerdo en los porcentajes y el estipendio rápidamente, de tal modo que cuando ingresaron los funcionario que llamó, todo estaba listo y acordado.
Sus empleados mayores nos ayudaron a retirar los zapatos que habíamos traído en las maletas-carro y ante ellos iniciamos las sesiones de pruebas, mientras él ponía a sus subordinados al tanto de sus propósitos.
En un principio no podían creer que los tacones de 6" eran tan fáciles de llevar para nosotras, pero las pruebas estaban a la vista al preparar el desempaque, ya que nos movíamos muy fácilmente durante la operación, pero la cosa llegó al extremo cuando vieron que el uso de tacones de 7", también era posible para ambas.
Ellos reconocían que los tacones de 7" habían sido fabricados y vendidos por ellos, pero que eran solo para una exhibición estática en sitios muy especiales o en la cama, pero jamás habían pensado que se podía caminar e incluso bailar con ellos, como lo hicimos nosotros en su presencia.
Los tres estaban entusiasmados al máximo ante la perspectiva de que pudiéramos ser nosotras las que promocionáramos sus nuevos modelos por todo el mundo, ya que la idea era de hacer un zapato con taco más alto que los más altos de ahora, (4") pero que fuera posible de caminar para el común de las mujeres sin demasiada dificultad.
Así fue como comenzamos nuestra asociación con Dionisio al cual le pedimos un plazo razonable mientras ponía en marcha la fabricación para poder arreglar algunos asuntos privados de nosotras, cosa a la que accedió sin problema, ya que el plazo era de seis meses, igual que lo que el necesitaba para poner en marcha la producción.
Nostras aprovechamos ese lapso para poder tomar una decisión necesaria y muy fundamental, ya que la expectativa era excelente pero dada la ya constante y efectiva permanencia mía como mujer ante la sociedad, iba a ser necesaria una transformación definitiva de mi cuerpo externo, conservando intacto. mi sexo, cosa que Ruth exigía de todos modos.
,Así podríamos continuar con la suplantación en forma completamente segura durante nuestro permanente periplo por todas partes del mundo, haciendo el marketing del nuevo modelo de calzado para nuestro nuevo empleador.
Enseguida fuimos con los dos ejecutivos que habían presenciado la operación a los talleres de la fábrica par que se nos tomara una cuidadosa medición de nuestros cuerpos y pies, para que se nos proveyera a la medida de todo los elementos que íbamos a precisar en nuestros viajes futuros.
Allí descubrieron que nuestros pies eran excepcionalmente especiales, ya que la longitud del arco era muy grande y la de la planta de los dedos muy corta, en comparación con esa proporción de los pies comunes en la mujer, lo que nos permitía usar tacones mucho mas altos, calzando el mismo Nº de zapato, el Nº 41 de mi país y Nº 11 de USA.
Comprobamos que nos era posible incluso usar tacones de 8"de alto, sin plataforma, los que nos permitían caminar, pero solo por un corto trecho, ya que ese era el límite máximo, en la altura posible de nuestros tacones.
Una vez terminadas las pruebas, tomamos nuestras cosas y nos fuimos a California, donde hay una clínica muy famosa, cuyos cirujanos plásticos son capaces de hacer verdaderos milagros con el cuerpo humano.
Allí fui sometido al mas completo cambio en las formas de mi cuerpo y mi cara, quedando con una formas femeninas fabulosas, dignas de una vedette, pero mi sexo quedó incólume e incluso mejor.
Mientras desaparecían las cicatrices y la huellas de las operaciones, usando los fondos del gran anticipo que nos habían dado, nos fuimos a las casas de los modistos mas afamados de Milan en Italia y nos mandamos a hacer numerosos juegos completos para ambas, de los mas hermosos y sensuales vestidos a la última moda.
Viajamos nuevamente a los EE.UU, y en Detroit compramos una enorme y preciosa automotora Camper, la que ademas de servirnos de vivienda, tenía un gran espacio destinado solo para guardar nuestro descomunal ajuar.
Así pudimos viajar por todo USA sin preocupaciones de ninguna clase y gozando a concho de nuestro amor
En todos los lugares a los que llegábamos, éramos la comidilla del día, ya que al salir de paseo, dejábamos a todos mas que asombrados con la altura de nuestros tacones.
Los hombres se volvían locos por atendernos y sus mujeres por imitarnos, y luego se nos contrataba para dar espectáculos
en los teatros de los pueblos donde nos deteníamos. para conocerlos.
Estos espectáculos fueron siempre un éxito sensacional y convocaban a un público numeroso que nos aplaudía a rabiar, y esto sucedió tantas veces, que los inversionistas de espectáculos de Nueva York no tardaron en saber de esta nueva maravilla y llegaron como moscas.
Nos contrataron para un espectáculo en el Madison Square Garden de Nueva Cork, cuyo nombre era * Skyscraper heels for ever* y cuyo número central era uno en el cual salíamos bailando con nuestros tacones de 7", rodeadas por chicas muy sexy que lo hacían con tacones de 5 ½ y solo unas pocas. Con 6", este espectáculo terminaba cuando salíamos con nuestro tacones mas altos y caminábamos ágilmente con los increíbles tacones de 8" saludando al público, mientras algunas de nuestras comparsas se subían en tacos de 6 1/2" pero no caminaban sino unos pocos pasos.
Como se publicó en todo el mundo acerca de nuestro tan sensual espectáculo, cuando llegó a los oídos de Dionisio, este nos mandó llamar y nos dijo que si bien teníamos toda la libertad del mundo par pasear, no era conveniente que estuviéramos mostrando nuestra habilidad tanto antes de iniciar nuestra exhibición para ellos.
Sus diseñadores e ingenieros habían hecho verdaderas maravillas para fabricar unos zapatos aún mas altos que las 8" que éramos capaces de usar, ya que les habían colocado unas plantillas ocultas por el interior, que si bien nos dejaban el pie inclinado bajo la planta de los dedos, nos permitían llegar a caminar con tacos de 9 1/2", ya que los rellenos internos tenían 1,5" y además con el agregado de una prolongación interior de ½" tras el talón, nuestros tacones llegaban a las 10·" sin plataforma visible alguna, aparentemente.
Nuestras exhibiciones por todo el mundo fueron de un éxito clamoroso, ya que las mujeres se volvían locas de pensar en que podrían usar sus tacos mas altos todavía sin tantas dificultades como antes, ya que sin doblar mas el pié podrían usar sin plataforma a la vista. 2" mas de tacones.
Así fue como cumplimos todos nuestro sueños de usar los tacos mas altos del mundo y nuestro deseo de ser amantes para siempre en medio de nuestro sueños cumplidos.