Running,jogging...fucking

Polvazo con desconocido que corría conmigo...hasta que nos corrimos

En verano suelo ir a correr por un parque cerca de casa cuando ya es de noche, sobre las nueve y media o diez, ya que a esas horas no hay sol y por tanto no hace tanto calor. En cuanto llevaba tres o cuatro días ya me sonaban las caras de muchos que como yo iban a hacer deporte. Uno de ellos era un chico de unos 25 años, muy guapo de cara, con unos labios carnosos que daban ganas de morderlos una y otra vez, un cuerpecito definido, más bien tirando a delgado, pero con un culo respingón impresionante.

Los días pasaban y aparte del cruce de miradas habitual nada sucedía, nada me hizo presagiar que estaba ante una auténtica máquina del sexo.

Un día estaba corriendo sin camiseta, hacía mucha calor y me molestaba, así que me la saqué y la llevaba sujetada por la goma del pantalón, cuando noté una presencia muy cerca. Era él.

-Otro día más por aquí veo…

-Sí tío

-Hay que ponerse en forma ¿no?

-Jejeje. Si eso dicen

-Bueno a ti no te hace mucha falta. Llevas muy bien lo de la “operación bikini” me dijo

-Jajaja. Gracias, pero yo soy más de playa nudista

-Jajajaj

Estaba a punto de terminar ya así que en apenas unos minutos tomé dirección a mi casa. Sin darle mayor importancia a esa primera toma de contacto, lo único que pensaba de ese chico era que además de ponerme mucho, me había parecido bastante agradable.

Día siguiente y misma rutina, sólo que esta vez me lo encontré de frente, ésta vez era él quien no llevaba puesta la camiseta, nos saludamos haciendo un ligero movimiento de cabeza y seguí corriendo. Como el parque es redondo y los que vamos a correr damos varias vueltas me lo volví a encontrar, pero esta vez situado en mi sentido de marcha, agachado, anudándose las zapatillas y con el pantalón tan tan bajo, que conforme me fui acercando me di cuenta que llevaba un suspensorio y dejaba media raja de aquel rico culo al descubierto. “¡Qué cabrón!” pensé “¡Su puta madre cómo me ha puesto!” no sabía si eso era una provocación o no, pero iba a jugar un poquito y salir de dudas. Unos minutos más adelante había un banco, me paré y empecé a hacer ejercicios de estiramiento, cuando lo vi aparecer, aflojó el ritmo y clavó sus ojos en los mios, esperando una señal, así que aguantándole un poco la mirada me metí entre los árboles y me puse a mear al lado de uno. Note unas pisadas que algo tímidamente se iban acercando a mí, mientras, le miraba de reojo. Se puso a mear a mi lado, a lucir polla, y tras una breve meadita, los dos seguimos sacudiéndonosla. Lentamente, fuimos subiendo la mirada hasta la cara, entonces fue el quien tras un rápido movimiento de cabeza se aseguró que no había nadie y cogió mi polla, acercando su boca entreabierta a la mía para besarme. Me besaba con tanta pasión  que incluso me echó hacia atrás, quedando mi espalda apoyada en el árbol a la vez que la mano que asía mi polla se meneaba más y más fuertemente. Su boca empezó a descender, mordisqueando mis labios, mi barbilla y mi cuello, su polla asomaba por encima del pantalón y estaba dura como una piedra, yo tenía ya los pantalones por los muslos y totalmente entregado a dejarme hacer lo que quisiera. Sus movimientos eran rápidos, morbosos, estaba dándolo todo y me quitó la camiseta para dejarla tirada cerca de sus pies. Entonces siguió comiéndomelo todo, bajó por mi pecho y mis pezones, y cogiéndome de los codos me levantó los brazos para lamerme los sobacos, siguió bajando de nuevo a un pezón, y ya por los oblicuos empezó a comerme el rabo. Con una mano me pajeaba mientras con la boca chupaba y lamia la punta, con la otra mano, la que tenía libre, puso mi camiseta en el suelo para hincar ahí sus rodillas. Después, bajó un poco más sus pantalones y  el suspensorio para poder masturbarse mejor. La entrega de ese chico era total, una auténtica máquina, su boca tragaba y engullía ni polla, el capullo, el tronco, los huevos, no quedaba un solo milímetro que no estuviera salivado. Se estaba deleitando comiéndome las pelotas cuando dijo:

-Date la vuelta, que te voy a comer el culo.

Me sorprendió un poco la verdad, sobretodo porque estaba bastante sudado, aunque bueno, a mí me daba igual, y a él le encantaba ese olor y sabor a macho. Así que apoyado sobre el árbol empezó a lamer mi ano, tanto por la parte de fuera como metiendo la lengua todo lo que podía, mientras con la otra mano seguía cascándomela. El placer era inmenso, tanto que incluso tuve que apartarle la mano en un par de ocasiones para no correrme.

Se retiró un poco, con las rodillas todavía sobre mi camiseta y se dio la vuelta, dejando su trasero totalmente al descubierto. Empecé a ser yo quien ahora le hacía un beso negro. Tenía  un culo formidable, de esos que dan ganas de comérselo nada más verlo. Mis lametones recorrían su ojete de arriba abajo y con la lengua jugueteaba en su entrada. De vez en cuanto algún cachete se estampaba en sus nalgas. Su agujero se dilataba y se contraía a la vez que su espalda, arqueándose y con movimientos pélvicos, así que me apoyé en su espalda y sujetando con la otra mano firmemente mi polla, apunté hasta clavarla en ese hoyito.

-¡Ah, aaaah!!! ¡Dame polla tío!!! ¡¡Fóllame cabrón!! ¿Te gusta así? Y empezó a culear como un poseso mientras gemía y se alteraba su respiración.

La verdad es que era todo un ‘power bottom’ apenas tenía que moverme, ese chaval era quien a pesar de tener mi polla en su culo, me estaba follando. Tras un buen rato así, se la sacó, decidido y se quitó el suspensorio, quedando los dos totalmente desnudos, ocultos en el bosque y con la tenue iluminación de la luna y las estrellas. Se fue hasta el árbol, apoyando su pie derecho en una rama que salía casi desde la raíz.

-Sigue follándome como antes.

Obedecí, por supuesto, pero ahora era yo quien dominaba la situación. Mis embestidas eran brutales, tanto que casi se podrían chocar nuestros huevos. Notaba su polla moviéndose en todas direcciones, a merced de mis empujones. Su cuerpo se estremecía y sus gemidos iban de toda la gama, desde ahogados hasta quejidos de puro placer.

-Me corro. Dije

Se irguió, sacándose mi verga de su culo y arrodillándose ante mi dijo

-Échamelo aquí encima. Mientras pasaba una mano por sus pectorales y se masturbaba con la otra.

Cuatro trallazos impactaron en su pecho, sus ojos se cerraron mientras los recibía y tragaba saliva

-Mmmmmmm suspiró en aquellos momentos.

Después de ser alcanzado por tal lefada, bajo su otra mano hasta su culo, metiéndose dos dedos a la vez que seguía masturbándose. Su orgasmo no tardó en llegar ni un minuto

-¡Oh,oh,oh! Dijo mientras su abdomen se contraía, marcando mucho más su ‘tableta de chocolate…con mi leche’ y un chorro de esperma cayó desde su glande hasta el suelo pasando por las manos.

-¡¡¡¡Joooooder!!! ¡Qué gustazo! Pásame la botella del agua. Y vertió su contenido sobre su cuerpo, limpiando lo que pudo de ambas corridas. Esa última imagen me pareció digna del más morboso actor porno: Su cuerpo bajo esa improvisada ducha bajo la luz de la luna…