Rubí 8

¡Ah si lo olvidaba!— comentó Rubí— aprovecho para decirles lo lindo que lucen juntos jajaja— se burló cruelmente de ellos— ¡y también que he decidido marcarlos como se hace a las reces para que así lleven orgullosos en su piel mi marca y siempre recuerden que son de mi propiedad!

RUBI 8

El tiempo seguía su marcha y la relación de Luis y Rubí cada vez se hacía más sólida aunque de la manera a la que Rubí quería llevarla y en un nuevo día en el que precisamente Rubí había salido a hacer ejercicio Luis se encontraba en el comedor lamiendo las botas de Rocío que acababa de llegar después de haber salido desde muy temprano a montar a caballo y ahora se disponía a desayunar divirtiéndose en humillar a Luis alimentándolo con sus sobras ya escupidas. Luis la pasaba muy mal siempre con Rocío llevaba un buen rato en el que sentía que ya no tenía ni saliva para continuar con la limpieza de sus botas y ésta cruelmente solo lo levantaba de vez en cuando del cabello, le daba una tremenda cachetada y le decía que no estaba satisfecha mandándolo de nuevo a que continuara lamiéndole las botas incluidas las suelas.

Luis agradeció al cielo que mientras Rocío prendía un cigarrillo Rubí entraba al comedor, llegaba de hacer ejercicio por lo tanto estaba algo sudada pero como era habitual en ella se veía divina con los pants y sudadera azules y unos tenis negros; enseguida tomó asiento para disfrutar con apetito de unas galletas en tanto que Luis cometió el error de ir a su lado sin pedir permiso de retirarse a Rocío aún sabiendo que ese día estaba al servicio de Rubí debió haber pedido permiso a Rocío pero no lo hizo sino que rápidamente se marchó para regresar en instantes con las sandalias de Rubí colgando entre sus dientes, las dejó en el piso con mucho cuidado mientras que Rubí lo observaba divertida apoyando el rostro en su mano y el codo en la mesa veía como Luis se deshacía por servirla y que con el tiempo también el profesor había aprendido a la perfección a quitar y acomodar los zapatos de Rubí con la boca así que desató los cordones de los tenis con los dientes y se los retiró a Rubí al igual que las calcetas y tras hacerlo le besó los pies que Rubí tenía sudadísimos pero que a Luis poco le importó y pegando el rostro en ellos respiró profundo hasta embriagarse de su esencia, intentó ponerle las sandalias pero Rubí le acercó a la cara de nuevo sus pies indicándole que deseaba que se los siguiera besando lo que Luis hizo con total entrega postrándose en el piso le lamió las plantas, entre los dedos inclusive las uñas y todo sin que Rubí se lo pidiera tan solo una mirada fue suficiente para adivinar su pensamiento y que Luis sabía por experiencia lo que a ella le fascinaba.

Luis restregaba su cara en las plantas de los pies de Rubí como si la vida se le fuera en ello y solo se detuvo por un momento en el que Rubí le dio un suave golpe con la palma de su mano en la cabeza; Luis estaba perfectamente entrenado y sin mirarla siquiera tan solo se acomodó de rodillas abriendo la boca cuanto pudo pues al parecer a Rubí no le había agradado el pedazo de galleta que estaba masticando y con todo el cinismo o ¿amabilidad? le escupió los restos a Luis dejándolos caer a su boca y permitiéndole gentilmente que se los comiera lo cual Luis hizo al instante casi con una sonrisa en los labios para que de nuevo se entregue con pasión a lamerle los pies.

Todo este panorama Rocío lo observaba con una expresión de asco, le dio asco ver lo frívola y déspota que Rubí era pues por mas que ella y sus amigas también tuvieran algo de lo mismo sin duda alguna Rubí las superaba; con que arrogancia trataba incluso en ocasiones peor que a un perro a Luis, lo asquerosa que era al humillarlo pero a Rocío le dio aun mas asco Luis pero sobre todas las cosas lo que resaltó en su mente que se veía envuelta por una mezcla de sentimientos contradictorios fue una envidia tremenda por Rubí, la envidió al ver la entrega y la verdadera devoción— por que no se le podía llamar por otro nombre— con que Luis le lamía los pies a Rubí pegando su cara en ellos restregándola como si en verdad disfrutara oliéndoselos y es que eso era lo que parecía; Rocío sintió envidia de comprobar como Rubí era feliz haciendo daño y añicos la vida de otras personas que como Luis había perdido toda cordura con tal de agradarla y como Rubí en recompensa tan solo le sonreía algunas veces de pena otras de burla y en ocasiones de desprecio y lo dicho Rocío sintió asco y desprecio por ambos al ver a Rubí llevar a la máxima expresión el orgullo, la vanidad, la soberbia y la arrogancia que tanto la caracterizaban y a Luis representar perfectamente la humildad, la humillación, la entrega y la obediencia.

A todo esto Rocío cayó en cuenta que Luis se apartó de ella sin su autorización y dándole una calada a su cigarro lo quemó en la espalda logrando que Luis brincara y gritara y por lo tanto asustara y molestara a Rubí que permanecía con los ojos cerrados disfrutando del masaje en sus pies con la lengua del profesor.

¡Idiota me asustaste!— gritó Rubí al momento que le daba una patada a Luis en plena cara para después darse cuenta del motivo de su grito.

¡Animal!— gritó furiosa ésta vez Rocío— ¿Cómo te atreves a irte sin mi permiso cuando me limpiabas las botas?,

Luis apenas y se talló la cara e intentó regresar a continuar besándole los pies a Rubí pero ésta lo recibió con una patada aún mas fuerte con el talón haciendo incluso que Luis sangrara de los labios.

¿Qué no oíste imbécil?— fueron las amables palabras que Rubí le dedicó a Luis— ¡tenías que hacer, ve a terminarlo!,

Rubí se había puesto de muy mal humor, era tan fácil en ella cambiar de una dulce y tierna Rubí a la Rubí perversa y cruel que Luis recordaba en sus pesadillas y por supuesto que eran peligrosos esos cambios de humor pues siempre eran Luis o Susana quienes pagaban las consecuencias. A Luis se le escapó una lágrima y totalmente humillado se acercó hasta postrarse a los pies de Rocío para continuar con la limpieza de sus botas quien le sonrió con maldad pero al ver que Luis al lamerle las botas no lo hacía ni con la mas mínima igualdad de pasión y entrega como lo había echo con Rubí la hizo enfurecer de nuevo llenándose de envidia y coraje.

¡Basta animal!— le gritó Rocío— ¡ya me tienes harta!— y se dedicó a quemarle en la espalda con el cigarro; Luis gritó y miro lloroso a Rubí y mejor no lo hubiera hecho pues le dolió aun mas encontrarse con una sonrisa burlona en el rostro de su adorada Rubí ¿es que acaso disfrutaba la condenada viéndolo sufrir de esa manera? pensó Luis que al no encontrar apoyo en ella se acurrucó en el piso llorando mientras Rocío lo atormentaba con quemaduras por casi todo su cuerpo.

¡De rodillas perro!— le dijo de pronto con desprecio Rocío que aun no se daba por satisfecha con el castigo que le estaba infligiendo a Luis— ¡de rodillas he dicho!,

Luis obedeció tembloroso de dolor y miedo y Rocío se rió cruelmente de el diciéndole— ¡voy a quemarte tu asquerosa cara para que siempre recuerdes como debes limpiar mis botas!,

¡Nooo, la cara no!— gritó Rubí molesta a casi nada de que Rocío cumpliera su amenaza.

Rocío miro incrédula a Rubí pero se encontró con una expresión de enojo en ella quien de nuevo le dijo muy claro:

¡No le quemarás la cara!,

¡Pero Rubí!— dijo Rocío muy indignada— ¡tu le has quemado la cara a Susana!, ¿Por qué yo no he de hacerlo con este perro?— le reclamó sin esconder su enojo.

¡Por que ese perro al igual que la otra zorra son míos!— le respondió altanera Rubí— y aunque los comparta con ustedes la que tiene y toma la última decisión de un castigo en ellos soy yo— concluyó desafiante Rubí. Ambas se miraron molestas pues Rocío no soportaba que Rubí prácticamente la riñera y menos frente a Luis y tras calmarse después de un momento tenso Rubí le dijo:

¡Escucha Rocío, es cierto que pueden hacer con el ciertas cosas y puedes castigarlo pero entiende por favor no quiero que le quemes la cara y punto!, ¡me lo vas a dejar mas feo de lo que es y no quiero un esclavo feo y quemado en la cara, no me agradaría!— concluyó ya en plan de broma aunque no convenció a Rocío.

¡Tu dijiste que en el día en el que nos toque tenerlo como esclavo éramos dueñas absolutas de el!— le reclamó Rocío y eso fue a favor de Rubí.

¡Sí bonita y resulta que hoy no te toca tenerlo a ti sino a mi y por si no te quedó muy claro te lo repetiré, no le quemarás la cara no por que pretenda protegerlo sino por que no se me antoja!— le respondió Rubí a modo de dar por terminada la pequeña discusión entre ellas.

Rocío le dio una última calada a su cigarro y con coraje lo apagó en la espalda de Luis haciéndolo de nuevo retorcerse de dolor.

¡Andando bestia!— le dijo Rocío con burla a Luis al momento que lo jalaba cruelmente de una oreja clavándole su larga uña y riéndose de el al ver el daño que le estaba haciendo a pesar de no haberle quemado la cara que era lo que había deseado.

¿Qué vas a hacer?— preguntó inquieta Rubí— ¡ya te dije que hoy me toca tenerlo a mi!,

¡Tranquila Rubí!— le contestó burlona Rocío— ¡comer mierda no le dejará marcas en la cara solo lo alimento y te lo regreso!— y carcajeándose se marchó con Luis ante una Rubí algo apenada por el profesor.

Apenas entraron al baño Rocío maltrató a Luis jalándolo del cabello y con todas sus fuerzas lo arrojó al piso y no contenta con ello cruelmente comenzó a darle de patadas hasta dejarlo muy mal y mientras le pisaba el cuello con la suela de su bota le dedicó unas cuantas frases.

¡Escúchame bestia!— te odio y te detesto y dale gracias a tu linda ama y protectora Rubí— diciendo el nombre de Rubí en un tono sarcástico— que aún la entretengas por que ¿sabes?, la vas a cansar tarde o temprano te echará a la basura ¡eres solo una marioneta que la entretiene y por eso te protege pero se le pasará y se olvidará de ti!, y cuando eso suceda yo haré de tu vida un verdadero infierno nada comparado a lo que crees haber vivido— ¡recuérdalo bien perro!— cuando Rubí se canse de ti le pediré que tu seas mi regalo y convenceré a Mayra y a Tania para que me apoyen y entonces si que vas a sufrir en carne propia lo que Susana está pasando.

Luis se moría de dolor pero escuchó atentamente las palabras de Rocío que después de darle otra patada le dijo:

¡De rodillas y abre bien la puta boca!,

Luis todo deshecho obedeció y Rocío tras bajarse el pantalón y las bragas se acomodó y orinó en la boca de Luis. Un chorro de orina caliente salió en dirección a la boca de Luis mientras Rocío lo humillaba aún mas.

¡Traga infeliz, trágatela todo!— le decía Rocío con una sonrisa de maldad en su rostro pero fue imposible Luis paso atragantándose y a consecuencia de ello escupió en el piso parte de la orina a lo que Rocío aún mas enfurecida de nuevo la emprendió ésta vez a bofetadas, humillantes bofetadas le daba con ambas manos al pobre de Luis.

¡Imbécil, como te atreves a escupirla!— le gritaba sin dejar de abofetearlo— ¡lame, lame mi orina del piso!— le dijo mientras se limpiaba sus manos en el cabello de Luis; lo que éste hizo ya llorando. Enseguida Rocío pretendía defecar en el de la misma forma pero al intuir que a Luis le sería imposible comer sus heces tan rápido prefirió hacerlo normal, en el inodoro y entonces vino lo cruel y degradante pues Rocío le ordenó que le limpiara el culo con la lengua y así lo mantuvo cuanto quiso lamiéndole el trasero para que después le ordenara lo mejor comerse sus heces que aún flotaban en el inodoro lo que Luis tristemente hizo pues Rocío no lo dejó salir del baño hasta que éste las comió por completo y quedó una vez mas muerto moralmente de llanto y humillación en el piso mientras Rocío con una cruel sonrisa continuó humillándolo.

¡Así te verás en tu futuro perro!, te lo garantizo que cuando te tenga en mi poder te haré comer tanta mierda hasta que te enfermes así que vete acostumbrando por que pobre de ti cuando Rubí te tire a la basura como a un trapo sucio y conociéndola pronto se fastidiará de ti ¡por que en verdad que das asco!— concluyó soltándole un salivazo en la cara y se marcho dejando a Luis deshecho para ducharse en cuanto se recuperara moralmente.

Mientras todo esto sucedía Rubí se fue a su cuarto y en el camino se topó con Camelia que llevaba una canasta de ropa sucia; entró a su cuarto y se percató que había unas lindas pero sucias braguitas rosadas de ella tiradas en el piso.

¡Se le habrán caído a la muy idiota!— pensó Rubí— las tomó con sus manos y salió de nuevo para alcanzárselas y ¡claro!, reñirla por su ineptitud pues que necesidad tenía ella de tener que tomar parte de la ropa sucia e írsela a entregar; en eso que pasa por la sala y al oír risas se acercó inquieta para enseguida también ella reírse pues Mayra y Tania se divertían de lo lindo pues habían hecho que Susana les lavara los pies en una palangana llena de leche por capricho de Mayra antes la habían tenido un buen rato besándoselos, después les lavó los pies y terminó su trabajo con unos masajes antes de que se secaran los pies en su cabello tomándolo como ejemplo de la bonita costumbre de Rubí y ahora en ese momento le habían cubierto los ojos con unos calcetines sucios de Tania y la obligaban a olerles los pies y adivinar de quien eran los pies que olía lo cual era difícil de lograr pues ambas tenían los pies limpios y después de habérselos lavado con leche pues tenían un olor similar y Susana lloraba al decir— ¡ama Tania!;

¡No estúpida!— era la respuesta y ¡zass!, le daban una bofetada— ¡soy Mayra, jajajaja!,

¡Venga! y a tu ama preferida ¿no le lavas los pies con amor?— intervino Rubí uniéndose a la diversión.

¡Aguarda!— le contestó Mayra que de nuevo le acercaba los pies a Susana que ésta vez atinó a decir— ¡ama Mayra!,

¡Bah, hiciste trampa!— le respondió burlona Mayra que sin piedad le dio otra bofetada ésta vez con la suela de su sandalia, enseguida le quitó los calcetines y entonces Susana de nueva cuenta repitió el ritual de lavarle los pies con leche ésta vez a Rubí y secárselos con su cabello ante la risita burlona de ésta a eso que Luis pasaba por ahí ya limpio y quiso hacerlo desapercibido pero Tania lo vio y lo chifló para que se acercara.

¡Acércate perro!— le dijo Tania y Luis lo hizo muy nervioso.

¡Tengo algo para ti!— dijo de nueva cuenta Tania que haciendo un ruido con su garganta escupió en el piso un asqueroso salivazo.

¡Comételo Luis!— fue la humillante orden de Tania mirando ella misma con asco su propio escupitajo. Luis sintió una vez más pena de si mismo pero ¿que le quedaba?, solo obedecer.

¡Hazlo lento para que lo disfrutes!— continuó humillándolo Tania— mmmm, ¿rico?— concluyó entre risas apoyada por sus compañeras.

¡Sí, así lo mezclas con el olor a mierda que debes de tener de Rocío jajaja!— dijo ésta vez Rubí.

¡Guacala!— exclamó Mayra en relación al flemazo de Tania, flemazo que Luis se tendría que tragar.

¿Por qué?— le dijo Rubí mirándola divertida— ¡es fácil y divertido siempre y cuando otro desgraciado tenga que comérselas!— concluyó rompiendo a reírse al momento que miraba con burla a Luis y que haciendo también un ruido con su garganta imitó a Tania con la diferencia de que ella escupió en la leche con que les habían lavado los pies por Susana.

¡Hazlo perra!— le dijo Rubí riendo a Mayra.

¡Puta!— le contestó Mayra jalándola del cabello y jugando con Rubí a tirones de cabello para que al final también termine escupiendo en la leche.

¡Ya está bien!— comentó Tania— ¡tira esa leche esclava!;

Susana que hasta ese momento había permanecido de rodillas con la mirada inclinada intentó agarrar la palangana pero Rubí intervino riéndose maliciosamente de ella.

¡Alto Susi!, ¿recuerdas que tu misma nos repetías hasta el cansancio sermones que aburrían sobre el cuidado del ambiente, el agua en fin del no desperdiciar las cosas y toda esa mierda?,

Susana tragó saliva, intuía peligro y al no contestar Rubí le clavó las uñas en la oreja obligándola a levantar la cara.

¿Qué si te acuerdas?— le dijo Rubí sin ocultar esa perversa sonrisa en su rostro.

¡Lo recuerdo ama!— respondió afligida Susana.

¡Bueno pues para que desperdiciar la leche, tómatela toda!— la sentenció Rubí ante la mirada de asombro de Tania y Mayra y hasta del propio Luis, no se lo esperaban. Susana rompió a llorar y negando con la cabeza suplicó con el corazón en la mano:

¡Noo Rubí, por piedad!; pero como respuesta a su súplica obtuvo una cachetada y no contenta Rubí la rasguñó en la cara.

¡Que te la tomes he dicho cuando quiera que me supliques te lo haré saber!— le gritó cruelmente Rubí.

Susana no tuvo mas remedio que sujetar la palangana y llorando amargamente cumplir la orden de Rubí.

Mientras la infeliz de Susana se tragaba la leche ante la mirada soberbia de Rubí y de asco y repulsión de Mayra y Tania Rubí se percató de que Luis disimuladamente le había reprochado su actitud y enseguida se le acercó retadora con la braguita todavía en sus manos.

¿Qué pasa perro?, ¿algún problema?,

¡No ama!— respondió Luis en un tono humilde intuyendo que por estar Rubí con sus amigas lo trataba aún mas cruel.

¡Pues yo creo que si!— le contestó Rubí— ¡no me gusta tu actitud!— y mientras le decía esto le acarició la cara con la braga sucia tomando a Luis por sorpresa que sin querer apartó apenas tantito la cara pero fue suficiente para hacer enojar a Rubí.

¿Qué te sucede imbécil?— le gritó con desprecio Rubí— ¿acaso te ofende o es que te crees muy fino como para hacer una mueca de asco?;

¡No ama, por supuesto que no!— alcanzó a decir Luis al tiempo que la perversa Rubí le restregó aún mas la braga por la cara.

¡Yo creo que si le da asco Rubí!— intervino Mayra burlona— ¿Por qué no se la dejas o se la metes en la boca para que la limpie con la lengua así se irá acostumbrando?,

¡Magnifica idea!— respondió Rubí sonriéndole a Mayra— ¡abre la boca perro!,

Luis obedeció y al hacerlo Rubí se la metió por un momento para después sacársela y arrojarla al piso obligándolo que ahí delante de ellas a sus pies el pobre tuviera que comenzar a lamer las bragas humillándolo por completo ante las burlas de ellas.

¡Ya se!— expresó Mayra— ¡oye Rubí, por que no quitarle carga a Camelia y hacer que este idiota nos limpie las bragas con su lengua y después que las termine de lavar a mano y si no nos gusta el resultado pues lo azotamos!— concluyó orgullosa de su idea.

¡Excelente!— contestó Rubí con una sonrisa de oreja a oreja para que de ésta forma quede sellado para Luis un nuevo suplicio ante sus amas.

Luis y Susana eran humillados vilmente a lo que Rubí lo aprovechó para terminar de arruinarles el día.

¡Ah si lo olvidaba!— comentó Rubí— aprovecho para decirles lo lindo que lucen juntos jajaja— se burló cruelmente de ellos— ¡y también que he decidido marcarlos como se hace a las reces para que así lleven orgullosos en su piel mi marca y siempre recuerden que son de mi propiedad!— concluyó orgullosa no sin antes decir— ¿verdad Tania?,

¡Sipi!— respondió ésta recostada en el mueble— ¡ya está todo listo, tengo todo lo necesario hagámoslo cuando quieras!,

Luis y Susana ésta vez si se sintieron unidos al pensar en el dolor y la tortura que se les venía encima.

¡Ah y yo soy la última en saberlo!— intervino Mayra indignada.

¡Descuida bonita!— le contestó Rubí— Rocío tampoco está enterada era una sorpresa y Tania se encargó de preparar todo para llevarlo a cabo.

¿Y que marca les pondrás?— preguntó interesada Mayra.

¡No estoy decidida!— fue la respuesta de Rubí— ¡quizás solo sea una "R" o mejor una "EDR", ·"Esclavos de Rubí" o "Perros de Rubí"— ¡da igual el caso es marcarlos!— concluyó emocionada Rubí que al ver que ya Susana había cumplido el acto humillante de beberse la leche con que les lavaron los pies y Luis seguía empeñado en lamer sus braguitas, le tronó los dedos al profesor para que la siguiera a su habitación.

Ya dentro de la habitación Luis seguía pensando en las palabras de Rocío pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por Rubí que lo miraba burlona.

¿Seguro que ya no hueles a mierda?,

Luis no contestó y quiso besarle los pies pero Rubí los apartó.

¡No Luis primero lávate bien la boca y que yo lo vea!— le dijo sonriéndole y mirándolo con un poco de asco. Luis apenado lo hizo y al terminar entonces Rubí le permitió que le besara los pies; el profesor restregaba su cara en ellos y Rubí que ya lo conocía a la perfección se dio cuenta de que algo no andaba bien.

¿Qué quieres esclavo?— le preguntó con un tono de fastidio.

¡Ama!, ¿puedo hacerte una pregunta?,

¡Supongo!— le respondió Rubí— ¡pero si me haces enfadar ésta vez yo misma te daré con el cinturón!; Luis respiró profundo y sin más la abordó preguntándole:

¿Alguna vez te fastidiarás de mi?,

Rubí se rió con ganas y le contestó— ¿fastidiarme?— ¡no, no creo me diviertes mucho y me gusta tenerte a mi lado!— concluyó apenas conteniendo sus risas.

¡Hablo en serio Rubí!— le dijo el profesor tocándole ligeramente una pierna lo cual incomodó a Rubí.

¡Luis, te prohibí que me tocaras excepto los pies!— le dijo Rubí mas nerviosa que molesta— ¿lo has olvidado?, ¿es que te gusta que te golpee?,

¡Perdón Rubí!— murmuró Luis— ¡pero te suplico que seas sincera conmigo!,

¡Ya veo por donde vas!— le dijo Rubí dedicándole una tierna, seductora y bella sonrisa— seguro que las demás te han dicho horrores de mi que te tiraré a la basura, que te mandaré a matar cuando me aburras, que te haré sufrir sin piedad, etc. ¿Sabes?, ni lo apruebo ni lo desmiento ¡dependerá de ti Luis!, ¿Cómo?, ya te lo he dicho muchas veces, dependiendo de la manera en que te comportes si me obedeces en todo te aseguro que no creo fastidiarme de ti pero si haces lo contrario ¡pues no se!, a ver déjame pensar ¡ya se, quizás te regale a Rocío jajaja!, ¿te has fijado en lo bien que te trata?, ¡uy Luis creo que te odia!— bromeaba Rubí con Luis para tratar de hacerlo entrar en confianza de nuevo con ella pero lo único que logró al mencionar a Rocío fue poner mas nervioso al profesor a lo que Rubí decidió ir al grano y dar por terminada esa charla.

¡Tranquilo, no te lo tomes tan a pecho!— le dijo Rubí ya en un tono mas serio— por que no es asunto tuyo; Luis ¡eres mío! y si me fastidias y te regalo o lo que sea que decida es cuestión mía y tu la aceptarás sin rechistar así que olvida el asunto— concluyó Rubí.

¡Sí ama!— contestó Luis no muy decidido y de nueva cuentas besó los pies a Rubí para después decirle— ¡ama!, ¿te puedo hacer otra pregunta?,

Rubí no contestó y Luis la miró suplicante entonces Rubí le cubrió la cara con las plantas de sus pies y le dijo:

¡Si es referente a lo de marcarlos, olvídalo, ya está decidido!, ¿es eso?— ¡besa mis plantas dos veces si es así!;

Luis besó suavemente dos veces las plantas de los pies de Rubí dejando después pegado su rostro en ellas.

¡Bien Luis!, lo que te dije olvídalo, no hay nada que hablar— le dijo levantándose y dejándolo pensativo para que ambos se dispusieran a descansar por esa noche pero antes de cambiarse para dormir Rubí de nuevo decidió jugar un poco con Luis de la manera que le encantaba que no era otra mas que humillarlo y burlarse de el.

¡Oye por cierto!— le dijo Rubí sonriéndole burlesca— ¿te indigno oler y lamer mis bragas?,

¡No ama!— respondió Luis apenado.

¡Que bien!— exclamó Rubí sin dejar de sonreír— ¡ya que hemos decidido que te vendrá bien hacerlo mas seguido!— y ante la mirada atenta de Luis, Rubí se quitó los pantalones y las bragas sudadas que llevaba en ese momento y se las acerco a la cara y con toda la intención de humillarlo le dijo con una perversa sonrisa en su rostro:

¡Respira profundamente!— mientras no dejaba de reírse burlándose de el— ¡lámela o mejor aún disfrutarás de ella toda la noche! y lo dicho le selló la cara con sus bragas dejándola justo para que disfrutara de su esencia y así lo obligó a dormir todas las noches a partir de ese día y en ocasiones le introducía la braga que había usado en la boca y le sellaba con cinta alrededor de la cabeza rematando al acomodarle en la cara un zapato para que al igual que la braga respirara de su aroma durante la noche y eso no fue todo ya que Luis de vez en cuando como fue la idea de Mayra tenía que lavarles las bragas prácticamente lamiéndolas y terminarlas de lavar a mano y ¡claro!, si el resultado no les satisfacía que era lo que siempre sucedía Luis terminaba siempre de rodillas pidiendo perdón con las bragas en sus manos o sobre su cara mientras era azotado algunas veces con el látigo otras con el cinturón pero siempre terminaba deshecho por capricho de alguna de las señoritas en especial Mayra y la propia Rubí eran quienes siempre lo azotaban de mas.

Al otro día fue Rubí quien se levantó primero que Luis al estar emocionada por marcar ella misma a sus esclavos y jalando del cabello despertó a Luis para que enseguida le quitara la cinta, los zapatos y le sacara las bragas.

¡Venga perezoso alístate rápido!— le dijo entre risas al momento que lo mandaba a enjuagarse la boca.

Luis obedeció y antes de salir del cuarto besó con verdadera devoción las botas de Rubí; ésta se percato de que Luis se encontraba sumamente nervioso y casi a nada de soltarse a llorar.

¿Qué pasa esclavo?— le dijo Rubí con un tono dulce en su voz levantándole el rostro a Luis para que sus miradas se encontraran— ¿no estás dispuesto a sufrir por tu ama?, quiero que sepas que si soportas el dolor con dignidad estaré más que orgullosa de ti. Y olvidando que le tenía prohibido tocarla y acariciarla fue ella misma quien suavemente le dio un beso en los labios lo que fue suficiente para que Luis se armara de valor y al instante dijera— ¡así será ama, lo prometo!,

Rubí tan solo se limitó a sonreírle y enseguida se dirigieron para encontrarse con las demás en una parte del rancho donde justamente marcaban a las reces, ahí ya estaban Tania y compañía con Susana que sin dejarla perder el tiempo Tania la había puesto a limpiarle las botas; Rocío lucía nerviosa, Rubí les sonrió y al inspeccionar que todo estaba listo dio inicio a la cruel tortura y aun verdadero infierno para Susana que lloró y bramó como una perra hasta perder el sentido pues Rubí hizo las cosas producto de su inexperiencia pero a ella poco le importó causarle tal dolor a Susana y si bien Rocío le había insistido desde un principio con tal de evitarle a Susana tan infame sufrimiento que dejara el trabajo en manos de la persona que normalmente se encargaba de marcar al ganado total ya se le compraría su silencio, incluso la propia Camelia que tenía conocimiento de ello se había ofrecido a colaborar pero Rubí fue clara al hablar y negarse pues quería ser ella misma quien los marcara y la primera fue Susana y Rubí se ensañó con ella al no saber ni por donde empezar tan solo ver los hierros listos para usar y estar lista la marca que quería sujetó los hierros al rojo vivo y sin un solo indicio de piedad con una sonrisa sádica le dijo a Susana:

¡Que lo disfrutes perra!— pegándole los hierros sobre la espalda provocándole al instante unos chillidos espantosos que incluso logró conmover a Tania y a Mayra, Rocío hasta dejó escapar unas lágrimas pero no a Rubí en quien esos gritos tan solo despertaron en ella aún mas su sadismo y no retiró los hierros de la piel de Susana hasta no sentir el olor a carne quemada y ante los gritos histéricos de Rocío que le pedía que ya se detuviera y cuando lo hizo Susana estaba inconciente y se había orinado encima y con toda la razón pues Rubí disfrutó al máximo excediéndose al marcarla en la espalda, en sus pechos pero sobre todo la marcó de por vida no solo físicamente sino moralmente mató la belleza si es que aún se podía decir que quedaba en Susana marcándole un diseño en la cara en ambas mejillas que se trataba de una mujer postrada a los pies de otra adorándola y con las iniciales debajo "SPDR" que era mas que claro "Susana perra de Rubí" solo para humillarla y como le había dicho para que llevara siempre en cuenta a quien pertenecía al igual que tenía listo un diseño similar donde la figura pertenecía a un hombre y que por supuesto serviría para marcar a Luis expresando la frase "LAPDPDR, Luis antes profesor después perro de Rubí".

Los ánimos regresaron tras calmarse al recordar que era el turno del profesor y fue la misma Rocío furiosa pero sin demostrarlo a las demás quien arrastró del cabello a Luis y lo echó desnudo a los pies de Rubí sujetándolo para que iniciara su tormento pero curiosamente todo el sadismo y maldad con que Rubí había actuado en Susana se esfumó por un momento en ella al ver a su querido profesor tan indefenso, desnudo, acurrucado a sus pies abrazado a sus botas lamiéndoselas e implorando su protección y su piedad. Inexplicablemente Rubí se enterneció en ese momento y sintió que no se atrevería a marcarlo pues muy dentro de ella reconocía que había sido un error de su parte marcar ella misma a Susana provocándole un dolor innecesario pues si de domarla se trataba ella bien sabía que habían muchas otras maneras de lograrlo y no era la única infligiéndole tan excesivo sufrimiento pues ella ¿Qué sabía de marcar una res?, o en este caso un ser humano pero lo de Susana ya estaba hecho aunque no se atrevía a repetir el mismo error con Luis, no al verlo muerto de miedo y tembloroso ante sus pies a lo que decidió jugar un poco con la situación.

¡Puedes suplicarme esclavo para ver si me convences, si logras agradarme humillándote quizás te pase por alto tu sufrimiento o puedo hacer menos doloroso tu día!— le dijo con una leve sonrisa.

Luis intensificó el ritmo con que besaba sus botas incluso le lamió hasta las suelas y restregó su cara en la suciedad de esas botas ¡lo que sea estaba dispuesto a hacer con tal de evitarse tan cruel tortura!; mientras Rubí sonreía cada vez mas nerviosa con las demás quienes pensaron en especial Rocío que Rubí incluso se comportaría aún mas cruel con Luis y que tan solo se divertía con el para después hacer lo de siempre decir que no estaba satisfecha y marcarlo tal y como lo hizo con Susana quien ni siquiera suplicó pues sabía que no tenía caso y eso fue motivo para que Rubí se comportara aún mas cruel con ella por que no le dio el gusto de divertirla llorándole y suplicándole que no la marcara pues ésta bien sabía que Rubí terminaría haciéndolo pero ésta vez Rubí decepcionó a sus amigas aunque a decir verdad no se lo tomaron tan a pecho solo Rocío fue la que en verdad se indignó al oír decir a Rubí:

¿Saben?— ¡que fastidio pensé que sería mas divertido!, ¿Qué tal un baño en la piscina o un día de campo o montar a caballo?, ¿nos sentaría bien no?,

¿Qué quieres decir?— preguntó inquieta Mayra— ¿no vas a marcar al profe?, ¡yo lo podría hacer!,

¡No!— le contestó Rubí en seco— lo haré yo misma pero otro día he decidido posponer el ritual— expresó esto último orgullosa para continuar hablando— porque además me ha complacido haciendo un trabajo impecable con mis botas.

¿Bromeas?— intervino Rocío en verdad molesta.

¡No!— respondió Rubí de nuevo— lo dicho lo marcaré pero no será hoy; enseguida le dio una suave patada en el costado a Luis para que la siguiera.

¡Rubí!, ¿es por fastidio o será por amor?— le dijo Mayra con burla para que enseguida soltara una buena carcajada.

¡Cállate!— le contestó nerviosa Rubí con la cara roja por completo lo que hizo que Mayra se riera aún mas de ella.

¡Ni hablar!— dijo ésta vez Tania— busquemos que hacer para no perder el puto día. Por su parte Rocío escupió con desprecio en el rostro a Luis algo que a Rubí le inquietó pero no le dio mayor importancia.

Antes de marcharse Rubí seguida de Luis, Mayra la abordó al igual que Tania.

¡Marcar a Luis era bueno pero si lo has pospuesto yo se que es por que cuando lo hagas será mucho mejor y nos sorprenderás a todas!— le dijo Mayra con una bella sonrisa en su rostro al momento que le daba un beso en la mejilla a Rubí para que después añadiera sin dejar de acariciarle las mejillas con sus manos a Rubí dándole suaves pellizcos— ¡y mas te vale que así sea por que de lo contrario te juro que te agarramos entre todas y yo misma te marcaré a ti en tus suaves mejillas tu propio diseño, chao preciosa!— concluyó para marcharse y ya sin sonreírle a Rubí tras hablarle en un tono que ésta no llegó a comprender si había sido broma o amenaza.

Enseguida pasó Tania frente a Rubí y tras mirarla fijamente le dijo con un cierto aire de rechazo en sus palabras y en su expresión:

¡Que chafa!; Rubí como pocas veces en su vida no pudo resistirle la mirada a Tania y prefirió inclinarse ante su amiga a lo que ésta la obligó a mirarla y tras dejarle en claro al mover la cabeza negando para ambos lados que no estaba para nada de acuerdo con su decisión se marchó dejando un tanto afectada a Rubí al punto en que le preocupó verse rechazada por sus amigas y todo por haber intervenido a favor de su querido profesor.

Ya en el cuarto Luis de nuevo vestido con lo único que tenia permitido llevar que eran unos calzoncillos se arrojó a los pies de Rubí a cubrirlos de besos después de quitarle las botas y lloró de felicidad al ver como ésta se había compadecido de el pero Rubí lo cortó al decirle:

¡No me agradezcas tanto que si pienso marcarte solo que como dije no será hoy!; pero Luis se hizo sordo a esas palabras y continuó llorando de alegría y alabando a su ama.

Susana se recuperó hasta los dos días siguientes durante los cuales se la pasó reposando pues Rocío acudió a su defensa y Rubí lo permitió pero a pesar del descanso y encontrarse físicamente mejor moralmente Susana estaba deshecha se la pasaba llorando y llorando sin articular palabra con nadie a pesar de que Rocío se esmeraba en darle ánimo y en reconfortarla pero resultaba imposible Rubí la estaba matando lentamente y dulcemente lo disfrutaba, lo hacía al ritmo que ella quería y como quería pues esos días en los que Susana permaneció día y noche en su corral la cruel Rubí hizo acomodar un espejo en una esquina y amarró a Susana de tal manera que su rostro quedara justo frente al espejo para que en todo momento la infeliz contemplara las marcas que Rubí le había echo en sus mejillas y era la misma Rubí quien se encargaba de llevarle sus sobras no sin antes levantarla de la cara, escupirla y decirle carcajeándose— ¡pero que puta mas fea!— Susana ni siquiera intentaba responderle en verdad sentía morirse lentamente pero los días pasaban y Rocío a escondidas la apoyaba y Susana poco a poco iba recobrando ese odio hacia Rubí y el cada vez mas lejano sueño de vengarse.

Rocío le arregló el cabello a Susana que gracias a que seguía conservándolo largo le ayudó para cubrir las marcas de su cara con ayuda de Rocío y justamente en un día normal y común después de desayunar; Rubí tras una noche de copas la resaca hacía lo suyo y después de desayunar vomitó en el piso a lo que Mayra volteó el rostro de asco pero Rubí se rió con ganas al momento que le decía:

¡Descuida esclavos trabajando!— y mas se carcajeó al ver que sin pedirlo ni ordenarlo la infeliz de Susana había comenzado ¡a comerse los vómitos de Rubí!; poco a poco Rubí estaba haciendo de Susana lo que quería un ser sin dignidad ni voluntad, una sombra la cual ella pisaba y lo hacía lento por que así quería hacerlo, quería que Susana fuera conciente de su humillación y su derrota ante ella, quería verla sufrir y verla degradarse a ella misma lentamente justo como lo hacía en ese momento pero lo que le provocó aún mas risas fue el ver que Luis que le seguía agradeciendo con el alma que no lo había marcado se apresuró también a comerse parte de sus vómitos; Rubí no cabía en orgullo y soberbia al disfrutar como dos seres humanos que ella había reducido al convertirlos en animales se peleaban por comer sus vómitos y los miró a ambos con asco y desprecio aunque era conciente de que uno lo hacía por amor y agradecimiento y que por ese amor había perdido su libertad, dignidad y cordura mientras que la otra lo hacía por temor y miedo y aunque Rubí sabía y veía todavía odio en la mirada de Susana no podía negar que también cada vez mas le temía hasta el punto ya de obedecerla y humillarse por si sola sin que se lo ordenaran.

Susana trataba también ella de no devolver los vómitos y tragárselos lentamente con ayuda de Luis.

¡Apártate Luis, déjaselos a Susana!— le dijo de pronto Rubí sonriendo con malicia— ¡lo mas seguro es que vuelva a vomitar no me siento muy bien entonces te prometo que serán para ti!— concluyo tratando de contener su risa.

Luis tan solo se inclinó apenado y agradeció en parte que ya no tuviera que seguir comiendo aquella asquerosidad aunque ya tenía demasiado claro en el ese característico sabor amargo y cítrico.

¡Tu igual perra ya no los comas!— dijo ésta vez Mayra a Susana para después mirar maliciosamente a Rubí que se sorprendió y también la miró con interés.

¡Que los limpie con su cabello!— dijo Mayra con una perversa sonrisa. Rubí seguía sin entender.

¿Qué no sabes?— continuó Mayra— se cubre la cara con su hermoso cabello largo para ocultar las bellas marcas que le hiciste— concluyo mirando con burla a la pobre de Susana.

¡Ahhh!— exclamó Rubí al momento que también se dibujaba en su rostro una cruel sonrisa y mientras se acariciaba su lindo y bien cuidado cabello que en ese momento llevaba suelto. Susana cerró los ojos maldiciendo a Mayra quien la había descubierto solo con el afán de molestarla.

¡Bueno!— expresó Rubí divertida— ¡siendo así!,

¡Sí!— le respondió Mayra— ¡pensé que te gustaría saberlo y que te agradaría ver que si cubre las marcas con su cabello al menos ahora lo hará respirando el olor de tus vómitos jajajaja!— concluyó Mayra satisfecha de hacer aún mas miserable la existencia de Susana.

¡Perfecto zorrita, bien por ti!— le dijo Rubí risueña.

¡No me digas zorrita!— contestó Mayra aparentando indignarse mientras juguetona le arrojaba cereal a Rubí en la cara que tan solo se reía y de nuevo le dijo bromeando con ella:

¡Bah, todas llevamos algo de putas por dentro, bueno pero tú mas!,

Y entre juegos tontos se deleitaron viendo como Susana llorando comenzaba una vez más de nuevo a humillarse limpiando los vómitos con su cabello a eso que Rubí volvía a vomitar ésta vez dentro de su taza de cereal.

¡Guacala perra!— exclamó Mayra mirándola con asco— ¡eres una perra!— concluyó riendo para marcharse pues en realidad le había dado mucho asco ver vomitar de nuevo a Rubí quien se quedó mirando con burla a Susana para decirle:

¡Lo mismo Susi lo limpias con tu cabello, que por cierto ya le daremos otros usos!— concluyó sin dejar de mirarla con burla mientras le dejaba la taza de cereal con vómitos en el piso. Susana se quedó llorando y Rubí se marchó dejando a Luis vigilándola de que cumpliera su orden.

Justo cuando Susana se denigraba aún más siendo observada por un apenado Luis llegó Rocío que algo alcanzó a ver y a oír de lo que había ocurrido durante el desayuno.

¡Fuera de mi vista animal!— le gritó Rocío a Luis dándole una fuerte patada en sus costillas. Luis intentó explicarle que Rubí le había ordenado permanecer ahí pero una mirada peligrosa y furiosa de Rocío lo hizo pensar que lo mejor era obedecerla y se marchó.

Rocío enseguida tiró la taza y ella misma fue por un trapo húmedo y se lo dio a Susana para que no tuviera que limpiar el piso con su cabello ésta se arrojó a los pies de Rocío a besárselos de agradecimiento y aunque Rocío quiso apartarse ante la insistencia de Susana acepto conmovida sus besos.

¡Deja de llorar Susana, ya pasó, lástima que no puedas lavarte el cabello pues Rubí se daría cuenta de que no la obedeciste y solo buscaría la forma de degradarte aún mas!— le decía Rocío tratando de reconfortar a la pobre Susana— ¡así que lo siento pero tendrás que permanecer con el cabello sucio!— concluyó apenada Rocío.

¡No te preocupes, muchas gracias por la intención!— le contestó Susana que en ningún solo momento había dejado de besarle los pies a la única persona en la que podía confiar y encontrar algo de compasión y piedad.

¡Venga, venga dicen por ahí que las penas con pan son menos!— le dijo sonriente Rocío al momento que tomaba una pieza de pan, le untaba mantequilla y una buena porción de carne y se las ofrecía a Susana.

¡Anda, cómelas de prisa y provecho!— le dijo Rocío con un tono tan dulce en su voz mientras le acariciaba la cara en especial las crueles marcas que Rubí le había echo; Susana tan solo se limitó a llorar de agradecimiento y Rocío se marchó pero tan mala fortuna solía tener siempre Susana cuando alguien intervenía a su favor que justo cuando disfrutaba de los alimentos entró de nuevo Rubí.

Susana trató de ocultar los alimentos pero Rubí divertida le dio la vuelta al verla nerviosa y la descubrió entonces Rubí enfureció al darse cuenta que evidentemente Susana no había cumplido su orden y encima se encontraba disfrutando y saciando su apetito con comida de verdad y decente algo que ella le tenía prohibido y montó en cólera. Susana ligeramente empezaba a temblar pensando en las terribles consecuencias que le esperaban pero Rubí no pensó en ella por el momento sino que erróneamente pensó en el único que la había podido ayudar y encubrir: ¡Luis! e inmediatamente fue por el.

Continuarᅅ………….