Rubén (II)
La tortura en la cocina no fue suficiente así que le torturo el sueño.
Eran las 3 de la mañana. Rubén dormía en la cama de invitados de Elena, la cual estaba con Miguel en su cuarto dormida como un ceporro. Tras el encuentro en la cocina, me vestí y le dije que iba a ver a unos amigos del colegio que andaban en un bar cercano, que volvería luego. Él estaba cansado tras la tortura de la cocina y las copas, así que se fué directo a la cama.
Qué guapo estaba mientras dormía. No era el clásico chico guapo, era más bien atractivo. Tenía algo que me atraía irremediablemente. Su nariz recta o sus ojos casi amarillos, de pantera. Tenía un cuerpo normal, salvo porque era alto como una torre y carecía de abdominales y demás cosas que las chicas parecen valorar en un hombre. Después de todo, yo soy solo una chica corriente con cara de niña buena y un buen cuerpo con curvas, sin tripa. Pero nada más.
Le miré desde el marco de la puerta. Acababa de volver de tomar algo con los amigos, no había durado mucho y la verdad que me pasé todo el tiempo pensando en el bombón que tenía esperándome en casa. No era un bombón a los ojos de todas pero era un bombón a mis ojos que era lo que contaba. Me fijé en que a pesar de estar dormido, estaba empalmado. Eso me puso muy cachonda, mi tanga se humedeció enseguida.
Me acerqué a la cama y me desnudé por completo. Él llevaba unos bóxer puestos, nada más. Me subí sobre él, pegué mis pechos desnudos contra su torso y restregué mi coño contra su erección mientras subía a sus labios y empezaba a besarle. Todo con cariño y decisión. Empezó a despertarse, le mordí la mandíbula, subí a besos hasta su oreja.
- Rubén...
-Mmmh.. ¿me has echado de menos? - masculló aún somnoliento, con los ojos cerrado. Pero su polla cada vez se tensaba más y sus manos ya estaban agarrándome las caderas.
No sabes cuánto. Te necesito dentro de mí - le gemí al oído mientras le bajaba los bóxer. Él seguía medio dormido y aunque respondía a mis caricias, aún estaba en proceso de desperezarse y ponerse al 100% en el asunto. Pero que estuviese aún somnoliente y sin saber la que se le venía encima me ponía a mil.
Oh joder - gimió mientras me seguía pegando contra su cuerpo y empezaba a guiar su pene hacia mi vagina. - Me estás poniendo demasiado cachondo ahora mismo - sonrió mientras abría un poco los ojos, para después morderse el labio. Su respiración ya estaba descontrolada.
Me metí la punta de su polla mientras subía y bajaba lentamente pero con ritmo. Solo por la punta. Gimió, me agarró de las caderas y las intentó guiar hacia abajo para que me la metiese entera.
-Shhh... estate quieto - le susurré.
- Joder.. - suspiró. Aún estaba tratando de despejar la mente de las nubes del sueño.
Moví mis caderas en círculos, como bailando sobre él. Cada vez me metía más su polla, moviéndome con ritmo. Él empezó a gemir y jadear, me agarraba deseando darme la vuelta y meterme la follada de mi vida pero no le dejaba.
- Tranquilo cariño - le susurré mientras me metía todo su pene de golpe y él se contrajo en un espasmo.
-OH JODER ! Ay dios..
Empecé a cabalgarle mientras él estaba en el quinto cielo. A veces solo me metía la puntita, jugaba con ella, arriba, abajo, le lamía suavemente los labios, y besaba el cuello, luego le cabalgaba con fuerza, metiéndomela todo lo que podía y trazando círculos y ondas, masajeándola. Estaba perdiendo la cabeza y yo perdí la mía cuando se incorporó, apoyando la espalda contra el cabecero, y empezó a morderme los pezones. Mi coño se empapó aún más mientras gemía y le besaba como loca, él empezó a ser quien me follaba, su polla dura penetrándome una y otra vez, yo no podía más, mi vagina se contraía mientras yo perdía el norte y me corrí entre gemidos que ahogó con sus labios, mientras una lágrima de placer resbalaba por la mejilla y yo me sentía transportada a otro planeta. Apenas cinco segundos después, me agarró el culo con fuerza y se corrió dentro de mi, llenándome de líquido caliente mientras los dos intentábamos dominar la respiración y no parábamos de besarnos con rabia.