Rubén & Alba. Su primera mamada
Una noche y una mañana de sexo desenfrenado esperan a nuestros hermanos, que van a pasar unos días a la costa con su familia. Comidas de coño, masturbaciones, besos... Una absoluta gozada.
Rubén & Alba. Su primera mamada
VMarioT: Antes de nada, decir que este tiempo que he estado sin escribir no ha sido por gusto. En absoluto. Ando completamente falto de tiempo y este decimoséptimo capítulo lo he escrito todo hoy, 7 de diciembre, al verme sin casi nada que hacer. Lamento la espera, pero no es algo que tenga solución. Se acerca Navidad, y espero tener más tiempo en esas fechas. Dicho esto, disfrutad del relato :)
Mis padres han tenido la fantástica idea -nótese la ironía- de ir a pasar unos días en el piso de nuestros abuelos paternos, así que aquí me véis, yendo por la autopista a principios de julio y conduciendo yo porque al parecer soy el único de la familia capaz de no provocar un accidente por exceso de velocidad ni de formar una caravana por ir a la mínima permitida.
En el asiento del copiloto va mi bella durmiente, y detrás, nuestros progenitores hablando por teléfono. No llevamos ni media hora de viaje cuando mamá, acostumbrada a ir siempre en los asientos delanteros, me informa que está mareada y paro en la primera gasolinera que veo. Ambos se bajan y yo despierto a Alba con un discreto beso en los labios, cosa que la hace despertar segundos después.
-Mmm… ¿estamos solos? -me pregunta, con la voz ronca y los ojos aún cerrados.
-No, he parado en una gasolinera. Mamá y papá están por aquí. ¿Necesitas ir al baño?
-Sí. -Me besa cariñosamente, posando su manita en mi mejilla, y sale del coche.
Va preciosa, con una cola de caballo y un conjunto veraniego todo blanco. Para comérsela. Entramos en el bar que ahí y nos metemos en el servicio. Nada más cerrar la puerta la cojo por la cintura, se gira y nos besamos con lengua.
-Uummm… Pfff… Ya tenía ganas… Aaahh… -me dice, suspirando.
-Y yo, hermanita… Oooff… Y yo…
-¿Qué tiempo tenemos?
-Suficiente.
Nos desnudamos de cintura para arriba y amaso sus pechos con cuidado, despacito para no hacerla daño. Ella suspira y vuelve a meterme la lengua hasta la campanilla.
-Uff… Uuufff… Qué gustito me das, Rubén… Uuuummfff…
-Todo para mi nenita del alma… Aaahh…
-Levántame… Aaauufff…
La cojo por el culo, rodea mi cuello con sus brazos y me besa por el cuello, la nuca y detrás de las orejas.
-Uuummmfff… Te quiero, hermano…
-Y yo a ti, mi reina… Aaaahhh… Y yo a ti…
Vuelvo a besarla y me deleito saboreando sus labios: tan jóvenes, tan inexpertos, tan dulces, tan bonitos… Están pidiendo a gritos ser mimados. Me baja la bragueta y saca mi polla, dura como una piedra.
-¡Uy, Rubén! ¡Pero cómo estás así! -se la mira con un falso tono de preocupación.- Esto hay que ser aliviarlo, hermanito.
Y se pone a masturbarme tranquilamente. Aprovecho para comerla las tetas y excitar sus pezones, que están de punta y duritos.
-Aaahhh… Uuffff…
-Aaammmfff… Siii…
-Me encantan tus pechos, Alba…
-Lo sé… Aaahhh… No… No pares, por Dios… Mmmmfff… Qué gustito…
-Nunca, mi niña… Uuummmffff… Nunca…
Mientras con una mano aprieta y masajea mis testículos, con la otra mueve mi polla despacio.
-Qué bien me masturbas…
-Soy tu chica y conozco bien lo que le gusta a mi novio… Gracias… Uummff… Te quiero…
-Lo sé… Pfff… Con esas manitas blancas tan suaves que tienes darías placer a cualquiera…
-Sí, pero te he elegido a ti… Mi amor… Ooommfff… Mi hombre… Mi hermano…
-Qué guarrilla te pones conmigo… Aaaammmm… Me gusta…
-Siii… Jijiji… Soy una zorrita contigo porque me pones mucho, Rubén.. Ooooffff.... Me excitas tanto… Soy tuya…
-Estás demasiado buena…
-Uuufff… Tú que me miras con buenos ojos… Aaahhh…
-Es la verdad… Ooohhh… Me voy a correr, hermanita…
-Córrete tranquilo… Mmm… Yo me ocuparé de todo…
El cañón se endurece más y Alba se aparta justo cuando empieza a disparar. Grandes cantidades de semen salen disparadas y me quedo relajadísimo, jadeando de puro placer. Mi hermana coge papel higiénico y me limpia la polla con delicadeza.
-Deja que te meta los dedos, Alba.
-Gracias pero no jiji. Hemos estado demasiado rato, mamá y papá debe estar esperándonos. Gracias, aún así.
-Déjame darte un último achuchón, por lo menos.
-Eso siempre que quieras, guapetón.
Pongo las manos en cintura y nos besamos amorosamente mientras magreo su culo.
-Mmmm… Cómo me quienes, Rubén… Pffffff…
-Bien que lo sabes y bien que te gusta, hermanita…
-Aaahhh… Sí… Me vuelves loca…
Más tranquilos, nos damos los últimos besos más suaves y, tras vestirnos de nuevo y adecentarnos frente al espejo, salimos del servicio.
Para nuestra sorpresa, nuestros padres se están metiendo mano en una esquina del bar, lejos de las miradas indiscretas del resto de cliente y de los dueños del establecimiento.
-Tsss, para el carro, cariño -me coge de la muñeca cuando los ve.- Míralos, ahí. Qué monos.
-Son como nosotros pero con treinta años más.
-Y sin ser familia jijiji. ¿Qué hacemos? ¿Vamos al coche y los esperamos allí? Lo digo para no molestarlos ahora, se les ve muy acaramelados.
-Ya, pero es que ellos también nos ven estar esperando a nosotros. Propongo que nos quedemos en un rincón y que vayamos con ellos cuando terminen de darse el lote.
-Y por eso me gustas tanto, Rubén. -Me da un sonoro beso en la mejilla.- Porque tienes cabeza.
-Tú más, mi niña.- La beso en la punta de la nariz y nos ponemos en la otra esquina, en unos taburetes que hay.
Se sienta de lado en mi regazo y acaricia mis manos con las suyas, acurrucando su cabeza en mi hombro y levantándola para sonreírme, dulce y sincera.
-Mira, ya se separan.
-Vale, vamos.
Salimos los cuatro y volvemos al coche, ya sin parar hasta llegar a nuestro destino.
Los abuelos nos reciben y poco después cenamos con la televisión de fondo. Metidos en la cama, tenemos que aguantar las tonterías de nuestra abuela, que nos recrimina el dormir juntos.
-¡Por Dios, ni que nos fuéramos a enrollar! -le digo, fingiendo estar cabreado mientras Alba se aguanta la risa por detrás.
-¡Vais a ardé en el infienno, impuros! ¡Dónde s’a vitto que do’ hermano’ yazcan juntos! ¡Dónde! ¡Qué barbaridad!
-¡Abuela, pero que no pasa nada! -interviene mi hermana, tanto por ayudarme como para reírse aún más de la situación.
-¿Que no pasa ná’? ¡Dios Santo Bendito, está’ poseía! -Y entonces coge la cruz que siempre lleva en el cuello y se pone a santificar todo el cuarto. No va en broma. Nuestra cara es un poema.
-Mamá, ¿qué son estos gritos? -entra mi padre.
-¡Que tus hijo’ pretenden acostarse juntos! ¡Eso pasa! -Le pilla desprevenido y no puede contener una sonora carcajada. Coge a su madre por los hombros y se la lleva a dormir, mientras ella murmura toda clase de barbaridades. Lo último que oigo es “exorcismo”.
-Está fatal… -opina Alba.
-Te lo juro…
-Aunque me ha hecho gracia de lo acostarnos jijiji.
-Sí, ¿no? Ya te he visto, ya, que te reías. La joía niña…
-Jijiji es que ha sido muy bueno.
-Eso sí.
Apagamos la luz y vemos la película “Verónica” hasta tarde. El estar abrazados hace que me caliente y quiera jugar un poco. Voy besándola en el cuello, pasando por sus mejillas y llegando a sus labios. Sonriente, deja que me ponga sobre ella y la ayudo a desnudarse. Beso sus pechos, su vientre… hasta llegar a su vagina.
-No hagas ruido, ¿vale?
Asiente repetidamente, mordiéndose el labio y abriéndose de piernas. Ayudándome de los dedos, separo los labios vaginales y la meto la lengua tan adentro como puedo.
-Aaaahhhh… -suspira- Aaaaaahhhhh…
Su chochito está mojado y jugoso, es una delicia lamerlo. Chupeteo todo y me centro en el clítoris, bien hinchado.
-Amm… Aamm…
-Ooooohhhhh… Dios, Dios, Dios… Oooooffff… Qué bueno…
-Sshhh, Alba, no hagas tanto ruido.
-Lo… Aahh… Lo siento… Pfff… Es que… Ammm… No te haces una idea de lo placentero que es esto… Mmmmm… Estoy en la gloria… -Me fijo en que agarra los lados del colchón con las manos, y estas están temblando.
-Vaya chochazo tienes hermanita… Ommm… Es delicioso…
-Gra… Aaaahhh… Gracias… Me lo comes genial… Aaaaahhh…
-De nada, mi niña… Ommm… De nada… Tu disfruta y déjame hacer, pero no grites, ¿vale?
-Lo… Ooooohhh… Lo intento… Pffff… Pero… Mmmmm… Me cuesta…
-Me pone demasiado verte excitado… Te pones tan buena… Ommm… Tengo la polla dura como nunca…
-Ahora… Aaahhhh… Cuando acabes… Mmmmm… Te haré una paja… Aaaaahhh… Estoy a puntísimo de correrme… Ooooohhhh…
-Córrete tranquila, Alba...
-Siii… Mmmmmffff…
Se pone una almohada en la cara para ahogar los gemidos, que se ve incapaz de contener. Todo su cuerpecito tiembla y de su vagina salen jugos como si no hubiera un mañana. Trato de recogerlos con la boca, pero esto no impide que la sábana quede empapada.
-Mmmmmm… Qué bien… Qué… Qué relajación…
Se echa sobre mí a descansar y, cuando creo que se ha quedado dormida, noto como mete la mano por dentro de mi calzoncillo -porque en verano duermo en ropa interior- y comienza una lenta pero muy placentera masturbación.
-¿Creías que me había olvidado, verdad?
-Creía que dormías -respondo, acariciando su pelo y rascando su cabeza con dulzura.
-He dicho que te haría una paja y eso es exactamente lo que pienso hacer… No hagas ruido.
-Muy bien, pero ponte a mi lado. Quiero besarte mientras me tocas.
-Y de paso verme las tetas jijiji.
-No voy a negar lo evidente jeje.
Se pone a mi izquierda, apoyando su cabeza en mi brazo derecho, y mientras me masturba nos besamos tiernamente y yo acaricio sus hermosos pechitos de nena. Mi hermana cada vez besa mejor, lo digo enserio. La gusta jugar y hacerse de rogar, pero cuando la tienes calentita, es tuya, una gatita amorosa dispuesta a querer y dejarse querer.
-Mmm… Aaahhh… Qué bien me besas… Pffffff...
-Tú que me has enseñado bien…
Las ténues luces de la farola y de la Luna entran por la ventana y permiten ver la silueta de Alba, que se adivina llena de unas curvas que, sin ser las más pronunciadas, sí dejan hacerse una idea del bonito y desarrollado cuerpo del que ha sido dotada.
Con su mano izquierda sobre mi mejilla derecha, acaricia mi rostro y baja por mi cuello, dejando que goce de la suavidad y cariño que me proporciona.
-Aaahhh… Qué gusto me das…
-Lo sé…
Estoy algo cansado, así que no tardo mucho en correrme. Eyaculo en un pañuelo y después Alba me limpia el miembro.
-Ale, a dormir bien limpita.
-Sí. Gracias.
-De nada, cielo. Abrázame, anda, que tengo frío.
Y así nos relajamos, por fin, desnudos y abrazados como una pareja. Hago cosquillas en su espalda durante un rato y, cuando me convenzo de que duerme, opto también por cerrar los ojos. Antes, sin embargo, cojo la sábana y nos tapo con ella -nos tapo tan bien como puedo con una mano, ya que la izquierda la tengo medio atrapada bajo el cuerpo de mi hermana.
A la mañana siguiente despierto en la misma postura. Sin saber mucho bien qué hacer, me pongo a pensar en Nuria, ya que el último día que nos vimos -el del cine- estaba muy rara cuando nos despedimos. “Debería llamarla, para saber por lo menos cómo está”, pienso. Decido que al volver de la playa la daré un toque -por si antes no lo he dicho, lo digo ahora: el piso de mis abuelos está muy cerca de la costa-.
En esas estoy cuando mi hermana despierta y me da un beso en los labios de buenos días.
-¿Cómo has dormido?
-Muy bien, la verdad. Estaba muy a gustito, muy calentita abrazada a ti.
-Me alegro…
-¡Vaya! Parece que hay alguien que vuelve a tener ganas de mí -afirma en referencia a la tienda de campaña que tengo en la entrepierna.
-Ah, pues se ve que sí jeje. El típico empalme mañanero, ya sabes.
-Sí, si… Oye, pues esta terrible hinchazón habrá que aliviarla, ¿no crees?
-Uy, pues la verdad es que sí. ¿Te ofreces voluntario, hermanita?
-Pues la verdad es que sí jijiji. Pero… quiero hacerlo de una forma un tanto diferente.
-¿A qué te refieres?
-Verás: ya nos hemos masturbado y me has comido el coño. ¿Qué falta?
-Alba… -Obviamente sé lo que falta, pero no esperaba que me lo propusiera… No tan pronto, por lo menos.- ¿Estás segura? Ya sabes que no quiero condicionarte ni obligarte a nada.
-Ya lo sé, tonto jiji. Anoche lo estuve pensando durante un rato, y quiero hacer lo equivalente a un cunnilingus. Rubén, ¿quieres que te haga una mamada?
-No voy a obligarte a hacer nada que no tú…
-Rubén. -Me para.- Cambio la pregunta: QUIERO hacerte una mamada. ¿Puedo?
-Puedes.
-Muy bien. -Me besa tiernamente y continúa.- Hermanito, tú déjame hacer.
Dicho esto, se pone a la altura de mi miembro y lo besa suavemente en la punta, dándome un respingo al sentir sus labios.
-Mmm…
Ayudándose de ambas manos y vigilando de no morderme, se va metiendo mi polla en la boca despacio, chupándola y tocándola con la lengua.
-Oummm…
-Aaahhh… Oh, Dios… -suspiro- Pffffff…
La sensación me encanta, es la ostia. Al ser su primera vez no pasa de meterse unos centímetros, pero la verdad es que a mí ya me vale. Vaya pedazo de gozada.
-Aaahhh… Mmmmmffff…
Levanta la mirada y me sonríe, picarona. Se la va sacando y metiendo una y otra vez, cada vez más rápido y mejor.
-Uuuufffff… Sigue, por Dios… Sigue… Aaaahhhh…
Respiro de forma entrecortada y trato de dejar el cuerpo muerto, disfrutando de la deliciosa comida de polla que mi queridísima hermana me está haciendo.
-Ooohhh… Oooohhhh… Pfffffffffff…
-¿Te está gustando, cariño?
-Gustando, no: encantando. Sigue por favor… Mmmmm…
-Jijiji me alegro… Oumm…
Como he dicho, solo llega a meterse la mitad de la polla. La otra mitad la va masturbando al mismo ritmo que chupa. Sus dulces labios y su boquita son exquisitos, y que sea mi hermana le da aún más morbo si cabe a la situación. El contraste de su cara de niña buena e inocente con lo guarrilla que es y las cosas que hace conmigo, su novio-hermano, me hace mucha gracia.
No tardo en sentir que voy a correrme, y se lo hago saber para que aparte la cabeza. Se la saca de la boca y espera pacientemente, con la lengua fuera, la descarga.
-Aaaahhh… Aaaaaahhh… Oooooohhhh…
Mi corrida, para su sorpresa, no es muy abundante. Una parte se la traga y otra se la limpia con un pañuelo.
-¿Qué tal, hermanito? ¿Te ha gustado? -me pregunta, echándose a mi lado, sonriente.
-Pfff… No sé cómo agradecerte esto, Alba… Has… Has estado fantástica, de 10.
-No tienes que agradecerme nada jiji. Te lo debía por las comidas de coño. Ahora ya estamos igual.
-¿Sabes que ya solo nos quedan un par de cosas por probar, verdad? Cuando te veas lista…
-Sí, lo sé, pero todavía no.
-Ningún problema. No voy a forzarte, ya lo sabes.
-Aún no estoy preparada para eso.
-No te preocupes, tonta. -La abrazo cariñosamente.- Todo a su debido tiempo.
-Gracias.
-No hay de qué.
Unas horas después nos dirigimos a la playa los seis, mis padres, mis abuelos, mi hermana y yo. Mamá y Alba, cómo no, son objeto de miradas por su apariencia: con unos biquinis de colores llamativos que resaltan sus atributos femeninos y sus largas cabelleras rubias sueltas, brillante por el sol, van desfilando por el camino de madera. “Si Alba ya es así de atractiva ahora, cómo será en un par de años”, me pregunto, excitado y disimulando la tremenda erección que mi novia-hermana me está produciendo.
Extendemos las toallas y nos echamos a tomar el sol un ratito. Mi hermana me pide que la ponga crema -en código significa “sóbame cuánto quieras”-, así que a eso voy. Me siento detrás de ella y, tras embadurnarla, comienzo un agradable masaje por su espalda que poco a poco va extendiéndose por sus pechos y su trasero mientras la beso en el cuello, la nuca y detrás de las orejas, provocando su estremecimiento.
-Mmm… -suspira.
-Sshhh… Recuerda que no estamos solos -la aviso.
-Lo sé, lo sé… Mmm… Pero es que… Oohhh… Me das tanto gustito…
Cuando ya llevamos un rato así, vamos al agua y nadamos un poco, momento que aprovecho para sobarla a placer sin miedo. La vagina, el trasero, los pechos… Todo. La acabo dejando roja de la calentura que lleva encima, con un brillo en los ojos que dice “Cómeme”.
Llegamos a nado hasta una plataforma azul que hay y, aprovechando que no hay nadie y lo lejos que estamos en la orilla, damos rienda suelta a nuestra pasión. Nos tumbamos, besamos y sobamos a placer mutuamente, disfrutando de nuestros cuerpos sudorosos, mojados y brillantes por la sal y el sol. Es el primer momento de intimidad total que tenemos desde ayer, así que ambos estamos que no nos aguantamos.
A Alba la encanta que la sobe, así que eso hago. La como las tetas, el coño… Gime sin miedo, sabiendo que es imposible que nos oiga nadie. Yo, voy mi parte, voy mirando el agua de vez en cuando, vigilando que no venga nadie.
-Aaaaahhhh… Aaaaaaahhhh… Aaaaaaaaahhhh… ¡Qué gusto…! ¡Ooooohhhh…! ¡Siiii…! ¡Siiiiigueee…!
Succiono sus pezones, meto la cabeza entre sus piernas para hacerle un cunnilingus, la beso con lengua, saboreo sus labios…
-Mmmm… Alba, mi niña, cómo me gustas… Pfffff… Estás buenísima… Aaaahhh…
-Aaaaaahhh… Gracias… Mmmmmmmmffff…
Con la cabeza entre sus piernas, chupo el clítoris con la lengua y la hago temblar de puro placer.
-¡Ooooohhhh…!
Subo hasta su cabeza y, abrazándola fuerte, meto los dedos en su vagina y la masturbo mientras nos besamos con pasión.
-Oooommm… Aaaaaahhhh… Mmmmmm…
Tiene las mejillas coloradas, la nariz roja y los labios también, con saliva tanto mía como suya cayendo por la comisura de estos. La masturbo con una mano mientras acaricio su vientre con la otra, haciendo que se relaje.
-¿Estás a gustito, cariño?
-Uuuummmm… Siii.... Muuuuuchoooohhh… -tiene los ojos cerrados y suspira de forma entrecortada, jadeando.
-¿Te sientes muy guarrilla dejándote manosear por tu hermano mayor?
-Pfff… Sí… Mucho…
-¿Te pone estar tumbada a plena vista y ser un objeto sexual?
-Si tú eres mi dueño, sí… Aaaaahhh… Te quiero muchísimo… Uuummmff… No pares, por favor… Ooooohhh… No pares nunca de tocarme… Aaaahh… A tu hermana…
-Eres una calentorra que está buenísima y desea que su hermano mayor se sobrepase con ella....
-Mmmmm… Sí, lo soy… Soy una calentorra con mi hermanito mayor… Mmmmm… Y me gusta… Me gusta mucho… Oooohhh…
-Te gusta exhibirte y ser objeto de miradas lascivas, como una vulgar putita que desea ser sobada en público…
-Sí…. Aaaaafffff… Me gusta que me soben en público… Me pone… Mmmmmmmm… Soy una calentorra enamorada de mi hermano…
-Tu hombre...
-Mi hombre… El hombre al que amo… Ooooohhhh…
-Tienes el chochazo caliente, guarrilla… -No tarda mucho en correrse y quedarse relajada.
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