Rubén & Alba. Rebozándola en mi semen

Rubén no puede dormir y Alba se presta a ayudarle. Una noche y una mañana intensas: follando a pelo, embadurnando el vientre de la joven de semen, fantasías de embarazo...

Rubén & Alba. Rebozándola en mi semen

Twitter: @VMTMFTR

Debo llevar ya cerca de una hora intentando, sin éxito, pegar ojo. Piense en lo que piense, Nuria halla la forma de meterse por medio y hacerse con el control de mi cabeza. Es sumamente frustrante. Estoy inquieto, moviéndome sin parar en la cama, dando vueltas de un lado a otro, poniéndome boca arriba, boca abajo… Pero no hay manera. Esa lagarta monopoliza mis pensamientos.

-Rubén, ¿estás bien? -me pregunta finalmente Alba, notando mi nerviosismo.

-Pfff… -soplo de pura resignación- No. No puedo dormir.

-Nuria, ¿verdad?

-Sí -mi voz suena apagada, derrotada, como un susurro.

-Entiendo… Anda, ven aquí, deja que te abrace, cariño.

Sus brazos me rodean por detrás y mi cuerpo se relaja levemente. El contacto físico siempre es bueno, y más en situaciones de crisis como en la que me hallo sumido en estos momentos de incertidumbre. Siento la dureza de sus pechos en mi espalda, y me gusta.

-Tú me has tranquilizado antes y ahora yo haré lo mismo, ¿vale? -me habla suave al oído, con esa vocecita fina que siempre hace erizar hasta el último de mis cabellos- Confiemos en María. Antes de que nos demos cuenta nos habremos liberado de esa serpiente, ya verás.

-Lo sé… El problema es que no soporto siquiera pensar que debo ceder a sus deseos y yacer en su lecho. María lo conseguirá, de eso no me cabe la menor duda. Sin embargo, mientras da con la solución...

-Mientras ella busca cómo reventar la seguridad tú hazla sufrir. Así de claro. Ya que te obliga a mantener relaciones sexuales con ella, aunque de momento no hayáis follado, haz que lo pase mal. Se lo merece por zorra.

-Sí, eso no lo dudes. No pienso tener con ella ningún tipo de miramiento.

-Y bien que haces.

-Me guardo el cariño para ti, amor.

Me giro y la beso en sus deliciosos labios. Es un beso tierno, con mi mano derecha acariciando su brazo izquierdo. Pasa su pierna izquierda por encima de mi cintura, acercándose más a mí, y acaricio su bello rostro.

-Te quiero -le digo, mirándola a los ojos, a esos preciosos ojitos azules, redondos y curiosos que adoro. Nuestros narices se tocan y cada uno siente la respiración del otro en su cara.

-Y yo a ti, cariño -sonríe y volvemos a besarnos, esta vez con algo más de intensidad.

Se echa sobre mí y le hago cosquillitas por la espalda, llegando hasta la nuca. Ella se acurruca en mí y paso su pelo por detrás de sus orejillas, descubriendo estas y besándolas con dulzura.

-Cierra los ojos, mi reina… -le hablo suave, cada vez susurrando más- Déjame hacer… Cierra los ojos y disfruta.

-Gracias… -susurra ella también.

-Shhh… No digas nada… Te amo.

Vuelvo a besarla en los labios con delicadeza y poso mi mano derecha sobre su hombro izquierdo, acariciando su fina piel desnuda suavemente con el dedo índice. La hago ronronear como una adorable gatita y lleva sus manos a mi mentón, haciéndome cosquillitas. Es sumamente excitante el estar así.

-Me encantas, hermanito… De verdad que sí. No quiero que esto acabe nunca -me dice, negando levemente con la cabeza.

-Y no acabará nunca, mi niña. Eso dale por sentado. No dejaré que nos hagan daño… Te lo prometo.

-Eres mi cuento de hadas perfecto. Eres el sueño del que no quiero despertar.

-Shhh… No temas… Relájate… -digo antes de volver a posar mis famélicos labios sobre los suyos- Déjate llevar…

-Quítame la ropa -me pide en un susurro que interpreto como de desesperación-. Esta noche necesito sentirte bien. Necesito contacto piel con piel.

Dicho esto, la ayudo a despojarse de sus hábitos veraniegos y queda completamente desnuda, en cueros para mí. Se sienta en mis piernas y se suelta la cabellera rubia, quedando natural al cien por cien. La luz de la luna a través de la ventana me permite apreciarla con más o menos nitidez.

-Eres hermosa -es lo único que atino a decir.

Llevo mis manos a su cintura y lentamente voy acercándolas a su vagina, mientras la caliento con mis palabras:

-¿Te gusta lo que estamos haciendo, mi amor?

-Mmm… Sí… -suspira ella, disfrutando del tacto de mis caricias en sus zonas sensibles.

-¿Te gusta que sea tu hermano quien te haga disfrutar y no cualquier otro chico?

-Uuummmfff… -Se muerde el labio- No quiero a nadie más en mi vida… No… Solo a ti…

Se va tocando los pechos mientras hablamos, sonriendo, con los ojos cerrados y la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, dejando que su río dorado caiga por la espalda.

-Mmmfff… Hermanito… Cómo me gustas… Pfff… Te deseo… Tú me das todo cuánto necesito…

-¿Imaginas que todos supieran que te das besitos en la boca con tu hermano mayor? Eres una cerdita…

-Soy una guarrilla… Lo sé… Mmmmmm… Lo reconozco… Debería darme muchísimo asco, pero… Ooofff… -Gime levemente, pues mis dedos ya están tocando sus labios vaginales- Me he enamorado de mi hermano mayor… A él he decidido entregarme en cuerpo y alma…

-Tan joven… Tan pequeñita… Tan poquita cosa… Y gozando en la cama, dejándose manejar y llevada por el camino antinatural…

-Eres mi… Aaaaaahhh… Mi hombre… Pffffff… Mi macho… Mmm… Mi amo… Tócame…

Agarro sus labios vaginales y comienzo a estirarlos y darles leves golpecitos, provocando en mi hermana enormes suspiros de puro placer.

-Aaaaaahhh… Aaaaaahhhhhh… Síiiiii… Qué bueno… Oooooohhhhhh… Dios mío… Mmmmmmfff… Síii… Así… Por favor, siiigue… Uuuffffff… Qué gustito…

-¿Te gusta que te golpee en la vagina, putita? ¿Es eso lo que quieres? ¿Mmm? Dime: ¿quieres sentir dolor en tus partes íntimas femeninas?

-Mmmmmm… Síiiiii… Quiero que me hagas daño… Porque confío en ti… Ooommm… Porque me gusta… Porque solo contigo ese dolor será placentero… Aaaaaahhh.. Síiiiii… Dame… No sabía que esto estaba tan bien… Aaaaaahhh… Dame golpecitos… Mmmmmm… Qué gustito, por Dios…

Obviamente no quiero que sufra, así que golpeo con los dedos sus labios de forma controlada.

-Ooohhh… Cielos… Qué bien… Ooouffffff… Me gusta…

Mido muchísimo mi fuerza, pues Alba es sagrada. Ella confía plenamente en mí, y yo debo velar por su integridad en todos los aspectos. Quiero que lo pase bien sin terminar marcada físicamente por nuestra pasión. Jamás me lo perdonaría a mí mismo.

Dejo de golpearla e introduzco mis dedos en su vagina para pasar a masturbarla hábilmente. Mis falanges, ya conocedoras de su interior, se mueven con soltura y llegan hasta el clítoris, que empiezan a tocar y masajear.

-Oooooouuuffffff… Síiiii… Aaaaaasíiiiii… Qué bien me tocas, hermanito… Oooooohhh… Mmmmmm… No pares… Me… Aaaaaahhh… Me haces gozar… Aaaaaahhhhhh… Te quiero...

Mientras la masturbo su cuerpo va moviéndose sobre el mío. Sus paredes vaginales se contraen, se estrechan, apretando mis dedos para sentirlos aún más. Alba gime y me pide más y más.

-Aaaaaahhhhhh… Aaaaaahhhhhh… -entreabre la boca y trata de contener sus gemidos de puro placer.

Su mandíbula tiembla, presa del gusto, esforzándose por encontrar aire. Sus pechos suben y bajan, erguidos, realzados, amasados por sus manos, que buscan aumentar todavía más si cabe su excitación.

Mis dedos frotan su hinchado clítoris cada vez más rápido, empapándose con sus jugos vaginales. Todo su interior está bien lubricado, mojadito, caliente. Tremenda calentorra está hecha mi hermana.

-Pffffff… Cómo te quiero, Rubén… Mmmmmmffffff… Por Dios… Te adoro… Te comía vivo… Mmmmmmmffffff… Mi amor… Oooooouuummmfff…

-Goza, mi pequeña… Goza… Deléitame con tus gemidos…

-Síiiiii… Síiiiii… Te siento… Aaaaaahhh… Te siento en mi interior… Oooooohhh… Síiiiii… Jugando con mis entrañas… Aaaaaahhh… Qué maravilla… Mmmmmm... Me encanta… Me encantas… Pffffff… Amor mío…

-Te amo… Sigue… Sí… Así… Disfruta… Disfruta, mi vida…

-Aaaaaahhh… Rubén… Estoy… Oooooohhh… Estoy llegando… Mmmmmmfff… Lo siento… Lo… Oooooohhhhhh… Lo noto… Me… Me voy a correr…

-Córrete tranquila, mi amor… Mi niña… Yo cuidaré de ti… Siempre… Te quiero…

-Ru-Rubén… Me… Me vengo… Ooohhh… Ooohhh… Oohhh… ¡Aahh! -El último de los gemidos le sale algo más fuerte que el resto, pero logra silenciarlo a tiempo.

Cae desplomada sobre mí, jadeando y roja por la excitación, y la acojo en mis abrazos. Apoya su cabecita en mi hombro izquierdo y se relaja, destensando los músculos y disfrutando del orgasmo que acabo de provocarle.

-Mmm… -ronronea- Qué a gusto me he quedado… Rubén… Gracias por todo… Ummmfff… De verdad… Qué bien me cuidas…

Posa su mano izquierda sobre mi hombro derecho y va besándome en el cuello con dulzura.

-No hay de qué, mi niña… -Rodeo su cintura con mi brazo izquierdo y la acaricio con suavidad- Ahora duerme, pequeña… Descansa…

-Mañana te devolveré esto, cielo… Estabas tenso y me has acabado masturbando… Te adoro… Mmmfff… Buenas noches…

-Buenas noches, guapísima.

Apenas tarda un par de minutos en dormirse y entonces yo vuelvo a sumirme en mis pensamientos. El nerviosismo y la tensión que tenía han cesado, pero como sé que volverán a mi cabeza más temprano que tarde, opto por conciliar yo también el sueño y darme tregua.


Tras despedirme de Alba, salgo de casa en dirección a la de Nuria. Estoy esperando a que el semáforo se ponga en verde cuando veo, al otro lado del paso de peatones, una anciana con intención de cruzar.

-¡Señora! ¡Que está rojo! -le grito, viendo que por su izquierda se aproxima un coche a toda velocidad.

Pero la mujer, que debe estar sorda, hace caso omiso de mis palabras y sigue adelante. Yo le sigo gritando que retroceda, temiendo lo peor.

-¡¡OIGA!! ¡¡SEÑORA!! ¡¡EL COCHE!! -Además de sorda, la anciana también parece estar ciega, pues no me ve mover los brazos exageradamente para llamar su atención.

Mientras el vehículo va frenando para no llevársela por delante, yo corro al interior de la calzada para sacarla de allí. El coche está cada vez más cerca.

-¡¡¡SEÑORAAA!!! ¡APÁRT…!!! -El último de mis gritos queda ahogado al llevársela por delante, para a continuación derrapar sonoramente.

Me quedo bloqueado por unos segundos, sin saber muy bien qué hacer. Después, me apresuro a socorrer a la anciana, pero ya no hay nada que pueda hacer por ella. Ha muerto.

El conductor está paralizado, con los ojos abiertos como platos dentro del vehículo.

-¡Llama a una ambulancia! -le grito para tratar de sacarlo del trance en el que se encuentra.

Mientras esperamos a que lleguen los servicios de emergencia, más y más gente se acerca a ver qué ha ocurrido y a tratar de ayudar. Yo opto por alejarme del cádaver, no es una visión precisamente agradable ver cómo ha quedado.

De pronto recuerdo la cita con Nuria y le mando un mensaje avisándola de que me retrasaré por lo que ha ocurrido. No pasan ni diez segundos cuando me contesta “Atrévete a llegar un solo minuto tarde y publico hasta la última de las fotos.” Se me hace un nudo en la garganta y empiezo a temblar yo. “He salido de casa con tiempo, puedo permitirme unos minutos”, pienso para tranquilizarme.

Para mi suerte, la ambulancia no se hace de rogar, así que, con la ayuda ya organizada, salgo por patas en dirección a ese dichoso piso. Antes de empezar a correr miro la hora. Son las 15:54. Puedo conseguirlo.

Voy por todos los atajos que conozco, me salto semáforos, están a punto de atropellarme dos veces, me pitan no sé cuántos coches… Finalmente, tras una carrera de campeonato digna de Forrest Gump, llego a su portal y llamo por el telefonillo.

-Nuria… -Me cuesta hablar por lo mucho que he corrido- Abre...  Soy yo…

-Mira la hora. -Es lo único que dice.

Pálido, consulto mi teléfono. 16:02.

-No puede ser… -digo en voz alta con un susurro ahogado.

Me siento en el suelo con la espalda apoyada en una columna que hay al lado de la puerta, y no tardo en sentir un escalofrío subiendo por mi espalda. Me estoy mareando. Cierro los ojos y noto como todo a mi alrededor comienza a dar vueltas. Lo último que oigo antes de desmayarme es el sonido de llamada en mi móvil. Llamada que probablemente pertenezca a algún amigo o familiar que acaba de ver esas imágenes.


-¡RUBÉN! -me despierta a gritos Alba, zarandeándome.

Me incorporo sobresaltado y miro a todas las direcciones. Estoy en mi cuarto, en mi cama…

-Joder… -trato de mantener la calma- Vaya… Vaya puta pesadilla he tenido...

Paso un minuto en completo silencio, tratando de recomponerme y de dejar de temblar. Mi hermana se queda también sin decir nada y me muestra su apoyo cogiéndome de la mano. Me conoce bien y sabe que en estos momentos debe dejarme espacio, no atosigarme con demasiados besos y abrazos.

Cuando me ve más tranquilo, se atreve a preguntar:

-¿Qué has soñado?

-Nuria… Nuria difundía las fotos y todos se enteraban y me llamaban por teléfono.

-Ya está… -Me abraza por detrás- No te preocupes… Tranquilo… Era solo una pesadilla… Tú mismo lo has dicho…

-Ya, pero… Era… Era tan real…

-Las pesadillas en el momento siempre parecen reales… No pasa nada. No ha ocurrido ni ocurrirá.

-Eso espero…

-Eh. Mírame. -Me hace mirarla a los ojos- No quiero verte mal por esa guarra, ¿vale? Lo que necesitas ahora mismo es animarte, y… -Me mira pícaramente- yo sé cómo hacerlo jiji.

Sin más preámbulos, se sienta en mis piernas, quedando cara a cara, rodea mi cuello con sus brazos y mi cintura con sus piernas y empieza a besarme. Alba parece haberse activado de pronto, quizás para devolverme el haberla masturbado por la noche.

Viendo que se ha puesto juguetona y que su intención es sin duda calentarme, opto por corresponderla. Pongo la mano izquierda en la parte superior de su espalda y la derecha en su trasero y le como los morros a mi hermana.

-Oummm… Mi niña… Mmmmmm… Cómo me cuidas…

-Lo hago porque te quiero, cielo… Ufff… Porque me gustas mucho y no quiero verte mal…

Nuestras lenguas terminan por tocarse y entrelazarse. Abrazo a Alba con fuerza, atrayéndola más hacia mí, y ella comienza a restregar su cuerpo en el mío. Siento sus pechos endurecerse, cómo su temperatura corporal va en aumento. Recorro sus formas desnudas y me deleito con ellas, con su ternura y suavidad.

-Aaahhh… Rubén… Espera… Mmm… -La beso en el cuello- Déjame hacer…

Baja su mano derecha lentamente por mi pecho y llega hasta mi entrepierna, donde se entretiene y acaricia con suavidad mi soldadito, que ya hace unos minutos que ha despertado.

-Mmmmmm… Esto te va a gustar, pequeñín jijijiji.

Dicho esto, lo rodea con la mano y lentamente va masturbándome.

-Ooohhh… Joder, Alba… Qué bien…

Alba vuelve a besarme y yo llevo mis manos hasta sus tetas, que empiezo a amasar como a ella le gusta. Se las trabajo bien, haciéndolas endurecerse todavía más y provocando en mi hermana algún que otro gemido.

-Aaaaaahhh… Por Dios… Síiiiiii… Tócame las tetas, mi amor… Uuummmmmm…

Por su parte, ella sigue masturbándome con una mano, mientras con la otra masajea mis testículos: los apreta, los acaricia, los golpea levemente… Una gozada.

-Joder… Vaya puta buena paja me estás haciendo, hermanita...

-Me encanta tu rabo… Ooouuummm… Me encanta ver cómo se levanta… Aaaaaahhh… Cómo se calienta por mí… Mmmmmmfff… Cómo lo pongo cachondo…

-Cómeme los huevos, por favor… Oooooohhh… Joder… Qué bien lo haces, coño…

-No me lo pidas dos veces jiji.

Igual que antes su mano, desciende por mi cuerpo llenándome de besitos y llega hasta mi helado, al que empieza a besar suavemente en la puntita y después va introduciendo en su boca.

-La madre que te parió… Oooooohhhhhh… Joder… No pares… Mmmmmm… Mi amor…

Mi hermana ha cogido bastante habilidad en el arte de comerme la polla, la verdad. Succiona, se va saca casi completamente, vuelve a engullirla, la rodea con su lengua de oro… Con las manos sigue sobándome los huevazos, que más hinchados y endurecidos no pueden estar. Se está volviendo muy buena haciendo felaciones.

-Oooooohhhhhh… Dioooooosss… Te quiero… Oooooouuuffffff… -tengo que contener mis gemidos o nos descubrirán nuestros padres, pero no es tarea fácil acallar el enorme placer que siento con un bomboncito como es mi Alba comiéndomela tan bien, con tanto amor.

La miro y veo a una dulce perrita en celo comiéndosela a su novio, desnuda. Va subiendo y bajando la cabeza, y cuando la levanta observo su rostro: tiene sus bellos ojitos cerrados, su naricilla respingona roja por la excitación y su boca… Bueno, comiéndomela que da gusto verla.

No tardo mucho en sentir que me voy a correr. La aviso pero ella continúa a lo suyo. “A lo mejor se lo quiere tragar”, pienso. Pero nada más lejos de la realidad: en cuanto siento que ya de ya voy a llegar al orgasmo y se me pone el rabo aún más duro, Alba rodea la base con dos dedos y me hace un anillo, dejándome al borde del placer.

-Oooooohhhhhh… Joder, Alba… Aaaaaahhhhhh… Qué… Qué haces…

-No quiero que te corras tan pronto, cariño… Jijiji… Aún tienes que darme placer… Mmmmmm… -Hace una pausa y va haciendo circulitos sobre mi mástil con la lengua, mirándome lascivamente a los ojos- ¿Te gusta, mi amor?

-Aaahhhhhh… Pone que te cagas… Qué rico… Mmmmmm…

-Ahora que te he dejado al borde del orgasmo, me toca jugar un ratito contigo jijiji.

Vuelve a ponerse sobre mí, pero esta vez decide torturarme un poco antes de dejarme descargar. Mientras me besa por el cuello y la cara, agarra mi espada con una mano y va la pasando por sus labios vaginales, rozándolos pero sin llegar a entrar. Con la otra mano va dándome golpecitos en los testículos. A esta zorrita le está empezando a gustar torturarme.

-Oooooohhh… Serás zorra… Déjame… Mmmmmm… Déjame metértela…

-Shhhhhh… Calla y disfruta, mi niño jijijiji -su risa coge un tono infantil que me pone cantidad, pues por momentos parece más joven de lo que ya es- Te dejará follarme después, no te preocupes… -Vuelve a besarme con una dulzura que me enamora- Mmm… Me encanta besarte, Rubén… -Se muerde el labio inferior y se pasa la lengua por estos- Estás demasiado bueno…

Mientras me alaba, sigue con sus métodos de tortura sexuales. Poquito a poquito va dejándose penetrar, sobretodo porque mi pelvis se mueve hacia adelante, hundiéndose en su vagina.

De pronto, deja mi boca en paz y vuelve a mi polla. Comiéndosela de nuevo, succiona tanto que me hace ver las estrellas y pongo los ojos en blanco.

-Alba, por favor… Mmmmmm… Métetela ya… Lo estás deseando… Oooooohhhhhh…

-Ya falta poco, mi amor… Pfff… Ya falta poco…

Siento que voy a volver a correrme y la aviso.

-Alba… Viene otra vez el orgasmo…

-Ah, no, de eso nada jijiji.

Y sin decir nada más, se levanta y se echa a mi lado en la cama, aprisionando mi polla entre sus piernas y dejándola rozando los labios.

-Pffffff… -suspiro- Eres muy cruel… pero esto me está poniendo no sabes tú cuánto.

-Es la intención, cielo… Ponerte la polla dura… Noto tu soldadito calientito entre mis piernas… Entre mis muslos… -va poniendo voz sensual mientras habla- Luchando por penetrarme… Pero es muy grande… No sé si me cabrá enterita… -jugando a hacerse la inocente- Me da un poquito de miedo, Rubén… ¿Puedes ayudarme?

-Claro, mi pequeña… Acércate a mí… Así, muy bien, pégate más.

Pongo mi mano derecha en su espalda y con el dedo índice voy haciéndole cosquillitas. Ella se pone su dedito índice izquierdo en la boca, dándose de bebé, de niña pequeña inocente.

Ahora sí, deja pasar a mi polla y esta la va penetrando lentamente. Se me ponen los huevos como rocas otra vez ante sentir el calorcito que emana de sus húmedas y estrechitas paredes vaginales.

-Es la primera vez que lo hacemos sin condón, no me había dado mi cuenta -le digo-. ¿Cómo te sientes?

-Te siento más adentro que nunca, Rubén.

Sin decir mucho más, voy follándola lentamente, abrazado a ella, que me va besando de forma melosa. Tengo que recordar sacarla antes de correrme, por mucho morbo que me dé no quiero que se quede embarazada tan jovencita.

-Qué a gustito estoy, Rubén… Mmmmmm… ¿Sabes qué sería genial?

-El qué.

-Que te corrieras dentro de mí… Oooufff… Que plantaras tu semilla del amor en mis entrañas tiernas y jóvenes… Mmmmmm… Embarazadita con quince años… Por la calle con las tetas y la barriguita hinchadas…

-Sí… Aaaaaahhh… Estarías tan sexy… Embarazada de tu hermano... Nuestro hijito…

-Me gustaría  mucho ser madre… Mmmmmm…

-Pffffff… Pero no ahora… Aaaaaahhh...

-No, ahora no… Pero si viviéramos solos y tuviéramos dinero… Oooooohhh… Entonces me lo pensaría…

-Yo te haría un bombo encantado… Mmmmmm… Y lo que hiciera falta para hacerte feliz…

-Pffffff… Aaaaaahhh… Rubén… Te quiero, mi amor…

-Y yo a ti, princesa… -Y nos abrazamos fuerte mientras seguimos follando.

Un par de minutos después siento el orgasmo cerca.

-Alba, en poco te la sacaré, ¿vale? Estoy a punto… Mmmmmm… Estoy a punto...

-Ajá… Sí… Pero ahora sigue dándome placer… Mi chico… Mi amo… Mi dueño… Mi amorrrrrr…

-Aaaaaahhh… Aaaaaahhhhhh… Estoy… Ummmffffff… Estoy llegando… Pffffff…

-Síiiiii… Síiiiii… Dame más… Aaaaaahhh… Más rápido, cielo…. Ooohhh… Hazme… Hazme feliz…

Se la saco tres segundos antes de correrme y descargo sobre su vientre y sus tetonas. Sin darle tiempo a moverme, le como las tetas con mi semen incluído mientras la masturbo rápidamente para que se corra ella también.

-Aaahhh… Aaaaaahhh… Rubén… Rubén… Me… Me vengo… Ooohhh… Ooohhhhhh… Ya… Oooooohhhhhh…

Ella se queda jadeando mientras yo le trabajo el busto, succiono los pezones como si quisiera extraer leche y le amaso el otro seno a conciencia.

-Oummm… Joder, hermanita… Qué buenos melones te estoy dejando…

-Mmmmmm… Me matas de placer… Rubén… -me agradece, poniendo su mano izquierda en mi nuca y acariciándome- Qué diferente ha sido hacerlo a pelo… Pffffff… Tenerte al cien por cien dentro de mí… Aaaaaahhh… Qué… Qué sensación tan maravillosa…

Alba tiene la cara roja como un tomate, jadea y respira sonoramente por la boca y la nariz. Su melena rubia, esparcida principalmente por la almohada, cubre también parte de sus hombros. La beso por el cuello mientras acaricio su vientre con dulzura, sintiendo los latidos de su acelerado corazoncito. Voy subiendo hasta su boca y le doy un beso húmedo que ella al instante corresponde. Pero qué cosita más atractiva, vaya hermanita más sexy me ha tocado.

Me echo a un lado en la cama y mi hermana se acurruca en mí, con su cabecita en mi hombro izquierdo, sintiendo su respiración nasal en mi cuello. Con su dedito índice izquierdo va dibujando líneas verticales en mi pecho, de arriba a abajo.

-Quién nos viera ahora, ¿eh?

-Jijijiji ¿te imaginas que de pronto entra papá o nos pilla así? Sería muy dificil de explicar…

-Sí, sobretodo porque estabas llena de semen mío.

-Correcto jijiji… Ay, Rubén… No sabes las ganas que tengo de dejar de pensar en Nuria…

-Tú tranquila. Cuando María descubra cómo reventar la seguridad, todo habrá terminado.

-Sí. Pero mientras…

-Mientras tanto debo seguir haciendo de novio.

-Qué remedio… En fin. Esta tarde supongo que quedaré con alguna amiga. Llámame cuando salgas, ¿vale?

-Te lo prometo.

Y así nos quedamos durante un rato, abrazados en la cama hasta que decidimos ir a la ducha.