Rubén & Alba. Mi lengua en su chochito

Aunque la "cita" con Nuria no acaba del todo bien, al volver a casa Rubén decide ir un paso más allá con su hermana, hecho que ambos disfrutan enormemente.

- Rubén & Alba. Mi lengua en su chochito -

Mi corrida tiene un extraño sabor, ciertamente salado, que recorre mi boca y parece encantar a Alba, quien continúa besándome hasta que yo, consciente de que debemos salir de casa en menos de una hora, me separo de ella. Su lengua se queda fuera y parece buscar la mía con desesperación.

-Tengo que ducharme, hermanita -le explico-. Si quieres, puedes meterte conmigo.

-No, que papá está rondando por casa y como nos pille...

-Bien pensando. -Justo antes de que abra la puerta para salir del baño, la paro.- Alba.

-¿Sí? -Se gira.

-Te quiero.

Sonríe, se me acerca y besa mis labios tiernamente. Tan pequeñita como es, no me resulta difícil abrazarla y estrecharla contra mi pecho. Está calentita como una estufa.

-Y yo a ti.

Mientras me enjabono, comienzo a pensar en todo lo que hemos hecho y en lo mucho que ha cambiado nuestra relación en tan poco tiempo. Iniciando mis recuerdos por nuestro primer beso, tan ansiado por ambos, nos hemos acariciado, sobado, abrazado, masturbado… Toda una serie de cosas que muy posiblemente haría sentir náuseas a cualquiera que, conocedor de nuestro parentesco, del vínculo de sangre que nos une, nos descubriera, pero que a nosotros, sin embargo, nos llena de felicidad.

También pienso en que quiero ir un paso más allá. Tocarnos, besarnos, masturbarnos… está muy bien, pero no quiero que nos quedemos ahí. Quiero avanzar en nuestro noviazgo. Sé cuál es la forma correcta de proceder, de aumentar nuestra pasión sin ir demasiado rápido. Sí. Esta noche se lo propondré.


Tanto Alba como Nuria van preciosas. Dado que el cine se encuentre a poco más de diez minutos a pie de donde vivimos, mi hermana y yo hemos decidido ir andando, encontrándonos con nuestra acompañante a medio camino.

-Hola, Rubén -me saluda, abrazándome.

Permanece pegada a mí unos cuantos segundos más de los habituales tratándose de un abrazo amistoso, pero lo cierto es que este hecho me trae sin cuidado: mientras mi novia no me mire raro, por mí ningún problema.

También abraza a Alba, con quien el contacto es claramente más amigable. La besa en el pelo y todo. Da la impresión de pretender que se vuelvan amigas íntimas o algo así.

-¿Qué tal, guapa?

-Un poco cagada por la película jiji -responde mi hermana.

-No te preocupes: Rubén nos abrazará si tenemos miedo, ¿verdad? -me pregunta, girándose hacia mí.

-Por supuesto -sentencio-. Anda, vamos, que si no llegaremos tarde.

Ya en la sala, nos ponemos en la parte superior y quedo entre ambas. La película no está mal, algún susto aquí y allá y un argumento normalito con los típicos errores de siempre: personajes imbéciles que se meten en la boca del lobo, mil y una lagunas en el desarrollo… Una buena producción que cumple con las expectativas sin arriesgar ni destacar en nada.

Hacia la mitad de la proyección me entran ganas de ir al baño, así que hacia allí me encamino. Estoy lavándome las manos en la pica, ya habiendo terminado, cuando oigo que la puerta se abre y veo entrar a mi hermana con una sonrisa de oreja a oreja.

-Te estaba buscando, hermanito -dice mientras se me acerca.

-Alba, ¿qué haces aquí?

-Tengo ganas de ti. -Pone sus manos en mis hombros y me besa cariñosamente.

-¡Oye, oye! ¡Para! -separándome de ella, que sigue mirándome con sus preciosos ojitos de gatita golosa y su cálida sonrisa, como una niña pequeña.- Hemos venido con Nuria, ¿recuerdas? Además, la película… -Me pone un dedo en la boca, indicándome que me calle.

-La película es un rollo y Nuria se estaba durmiendo cuando me he ido. No te preocupes, no nos echará en falta. Anda, ven aquí -me indica con el dedo índice.

Valoro la situación rápidamente y me falta tiempo para abalanzarme sobre mi chica. No pasará nada por darnos un achuchón rápido. Nos metemos en una de las cabinas e introduzco mi mano por sus bragas buscando la vagina, cuyos labios froto y apreto, masturbándola.

-OOOOHHHH… PPPFFFF… Rubéeeeennn… -gime ella, incapaz de silenciar sus grititos.

Tocando sus labios vaginales con las yemas de los dedos, voy frotando lentamente y hundiendo mis dedos más y más en su interior. La cara de Alba es un poema, mezcla de placer y morbosidad. Sus ojos azules ahora miran al techo y, aunque su boca tiembla de puro gusto, de sus labios no sale ni el más mínimo sonido. Sin duda alguna, lo está gozando.

-Aahhh… Aaahhh… -gime, por fin, tras unos minutos en casi completo silencio.

-¿Estás bien o qué?

-Siiiiii… Mmmffffff… De maravillaaahhh…

Veo que le tiemblan las piernas, así que mientras la beso por el cuello con dulzura cojo sus brazos, hasta ahora apoyados en las paredes de la cabina, y los coloco alrededor de mi cuello, aguantándola así.

-Ooooohhh… Qué bieennnn…

-Disfruta, hermanita… Mmmmmm… Eres adorable…

-Pffffff… Graaaaaciassss…

-Eres deliciosa, Alba… Oooouuumm… Debes tener muchos chicos detrás…

-Mmmmmmffffff… No me faltan, no… Uuuuuhhhh… Pero yo solo te quiero a ti… Aahhh… Me voy a correr, Rubén… Pffffff… Qué gusto, por Dios… Tócame… Tómame… Dammme placer… Uuummmffffff…

Sabiendo esto, froto sus labios con toda la rapidez que puedo, haciendo aumentar más si cabe sus gritos de placer.

-OOOHHH… SIIII… POR DIOOOOSSSS… QUÉ BIEN… PFFFF…

-Me encanta oírte gemir, Alba… Y verte… Uuufffff… Te pones monísima… Como una gatita en celo…

-ES QUE LO SOY… OOOOOOHHH… SOY TU GATITA… PFFF… AAAAAAHHH… AAAAHHHHHH...  ME CORRRROOOOH… MMMMMMM…

-Córrete a gusto… Da gusto verte… Tan calentorra… Soy guapa… Te comería… Oohhh…

Siento como mi mano se moja de pronto. Su corrida ha sido generosa. La saco de las bragas y se lo doy a probar a la vez que yo chupo otro de los dedos. Alba ha quedado, como era de esperar, en una nube de placer.

Sin preocuparme por la higiene porque está bastante limpia, me siento encima de la taza del váter y mi hermana sube a horcajadas sobre mis piernas. Sonríe y, cerrando los ojos, acerca su rostro al mío para besarme suavemente. Interpreto esto como que quiere disfrutar de mí sin mucha prisa, así que voy a su ritmo y nos besamos despacito.

Pasado un rato, sin embargo, me dan ganas de volver a la carga. Se lo hago saber.

-¿Qué te apetece hacer? -me pregunta.

-Me apetecen tus tetas.

Me sonríe, picarona, y se desnuda de cintura para arriba ante mi atenta mirada. Sale a relucir su precioso busto, con forma de melón, ya más o menos desarrollado y endurecido por la excitación del momento pero mucho más en el futuro.

-Me gustan mucho tus senos, Alba. Son bonitos.

-Gracias. Tal vez aún un poquito pequeños, pero…

-No. Están perfectos. Enserio. -Se los beso y chupeteo brevemente, aumentando su calentura y haciendo que sonría y suspire de placer y satisfacción.- No quieras ser como esas modelos operadas por salen por la televisión luciendo unas tetas desproporcionadas con el resto de su cuerpo. Todas esas que hoy fardan y se hinchan a silicona mañana tendrán unos problemas de espalda guapos.

-Shhh… Calla y masajéame los pechos un ratito, anda, que sé que te gusta jiji.

-Cómo negarme a tus encantos…

Rodeando su cintura con mis brazos, succiono sus pezones y la hago gemir.

-Mmmm… Siiiii… No pares…

-Nunca, hermanita… Ooooouummm… Nunca…

-Oooooohhh… Qué gustito… Uuummm…

Me deleito un poco más con sus curvas y subo hasta su cuello mediante un camino de besos. Llego hasta el lóbulo de su oreja y también lo beso.

-Mmmmmm… Qué bien… Qué dulce… Pfff…

Poso mis labios sobre los tuyos y nos fundimos en un apasionado beso que parecer el mundo. Todo a nuestro alrededor desaparece y solo quedamos nosotros, nuestro beso y nuestro amor. Nada más.

De pronto, oímos abrirse la puerta del baño y entrar alguien. Nos quedamos en silencio, temiendo que quién sea que ha entrado abra la puerta de la cabina donde nos encontramos, pues estas carecen de pestillo. Para nuestra fortuna, entra en el lado de al lado.

Nos invade una extraña risita tonta que ahogamos dándonos besos silenciosos, jugando con nuestras lenguas y acariciando nuestros cuerpos. Pasado un rato, decidimos salir de allí.

-¿Dónde estábais? ¿Qué hacíais, tanto rato? -nos aborda Nuria en cuanto nos ve salir del servicio.

-Tenía náuseas y Rubén me ha acompañado al baño -se inventa rápidamente mi hermana, sin duda más hábil que yo en la práctica de salir de incómodas situaciones.

-Perdona por tardar tanto, Nuria -me disculpo sinceramente, pues es cierto que mi intención no era dejarla sola-. He salido para ir al baño, y ya estaba volviendo a la sala cuando Alba me ha dicho que se encontraba mal.

-Bueno, no… no pasa nada. ¿Estás bien? -refiriéndose a la pequeñaja.

-Sí, ya está. Me ha debido sentar mal algo que he comido.

-¿Qué tal la película, por cierto? -me intereso.

-Uff, muy pesada -critica mi amiga-. Casi habéis hecho bien en marcharos jeje.

Aún con esta conversación, tengo el pálpito que Nuria ha visto u oído algo más de lo que dice. Empiezo a montarme mis películas en la cabeza, pero finalmente las descarto al darme cuenta de que me estoy poniendo paranoico.

Alba

Cenamos en un restaurante que hay al lado de la catedral de la ciudad y después de pagar vamos al servicio. Es ahí donde Nuria me habla:

-¿Te llevas bien con tu hermano, verdad?

-Sí, mucho -sonrío.

-Me gustaría sincerarme contigo, Alba. Imagino que te ha contado lo que pasó entre nosotros hace años.

-Sí, estoy enterada -la verdad es que no sé adónde quiere ir a parar.

-Bien. Esto él ya lo sabe, pero como estáis tan unidos creo conveniente hablarlo también contigo: me gusta tu hermano. Acordé con él no cruzar la línea de la amistad, pero mentiría si dijera que cumplirlo no me está resultando dificil… Lo que quiero decir con todo esto es que me gustaría obtener tu ayuda para ganármelo. ¿Lo harás? No sé, quizás en un tiempo seamos cuñadas -me suelta guiñándome el ojo, medio en broma medio en serio.

Rubén ya me advirtió de cómo era, pero verla en acción es todavía peor. Y pensar que empezaba a caerme medio bien… ¿Cuñada yo de esta lagarta? ¡Ja! ¡Ni soñarlo! Montarle una escenita quedaría muy sospechoso por mi parte, pudiendo llegar incluso a parecerle un ataque de celos por mí parte -nada conveniente-, y como estoy segura de que en estos momentos mi expresión facial no es precisamente la más alegre, decido salir de la conversación con un simple:

-Rubén también me habló acerca de vuestro trato. Como la persona más cercana él que soy, puedo asegurarte que no tiene el más mínimo interés en ti -le suelto para desanimarla-. Lo siento -¡y una mierda!, pero tengo que suavizar un poco el duro golpe que acabo de asestarle-. Créeme: he hablado con él y afirma que no eres más que una buena amiga.

-Entiendo… Gracias, aún así -sentencia antes de salir del baño.

Durante el camino de vuelta se muestra muy poco habladora, e incluso parece querer evitar el contacto físico con nosotros. Mi novio me mira extrañado por la situación y le digo “Luego hablamos” con un gesto disimulado.

Pensando mientras vamos hacia casa, aún con ella, empiezo a barajar motivos a los que achacar su repentino y extraño comportamiento. ¿Dolida por lo que le he dicho? Es posible. ¿Enfadada? Tal vez. ¿Celosa conmigo porque, hasta donde ella sabe, somos uña y carne? No lo descartaría. Pero en el fondo, muy en el fondo, algo me dice que la cosa va más allá.

Rubén

Lo que me cuenta mi hermana no me sorprende en absoluto. Vamos hablando mientras nos desnudamos y nos envolvemos en las sábanas. Con la luz apagada, nos abrazamos y damos mimos.

Usando mi brazo izquierdo como almohada, se acurruca en mi pecho y yo acaricio los suyos con la mano derecha. Sin apretar, hago círculos alrededor de sus pezones y noto como van erguiéndose y poniéndose duros poco a poco.

-Mmm… -suspira, mirándome sonriente.- Qué gustito me das… Qué bien… Mmmmmm… Qué agradable sensación… -Cierra los ojos.

Sin dejar de tocar sus pechos, paso mi lengua por sus labios entreabiertos y la introduzco.

-Aaaahhh… -gime levemente.

-Ooohhh… Qué rica estás, hermanita… Uuummmfff… Qué rica…

-Siempre… Hhhmmm… Rica para ti… Pffffff… Para mi hermanito… Que me pone calentita…

-Lo sé… Ooooommm… -Nuestras lenguas ya danzan juntas y nuestros labios comparten saliva en un beso intenso y tierno.- Cómo me gustas, mi pequeña… Te quiero mucho…

Recuerdo entonces lo que he decidido cuando me estaba duchando y lo pongo en práctica. Empiezo colocándome sobre ella, con cuidado de no chafarla, y la sigo besando. Ella rodea mi cuello con sus brazos y se restriega en mí, provocándome. A través de un caminito de besos, voy bajando por su cuello hasta llegar a sus tetas, a las que succiono y chupo.

-Aaaahhhh… Riiiiiicooohhh… -Cada vez le cuesta más ahogar sus gemidos, llegando a temer yo incluso que nuestros padres nos descubran.

Amaso sus pálidos y suaves senos como quien prepara la masa de una pizza y continuo descendiendo por su cuerpo. Llego hasta sus piernas y me dedico a pasar la lengua por sus muslos interiores, haciendo que estas tiemblen.

-Alba -le digo entonces-, no voy a forzarte, solo pregunto: ¿quieres ir un paso más allá?

-Aaaahhh… ¿A qué te refieres?

-Quiero hacerme una buena comida -revelo.

-Es… Está bien… -dice al fin.- Pero ve despacito, ¿vale?

-No te preocupes, guapa -le guiño el ojo.

Teniendo su visto bueno, la abro de piernas y vuelvo a la carga. Paso mi lengua por sus labios vaginales, de abajo a arriba, y se estremece.

-Aaaaaaaaahhhhhh… Qué… Oooooouuummm… Qué sensacióooooonnn… Siiiiiigueeehh…

Se retuerce sobre la cama de puro gusto. Es realmente alucinante verla así, tan… tan sexual, tan mujer, tan… ardiente… Verla gemir así no tiene precio, de verdad que no.

Separo sus labios con las manos y no me cuesta distinguir su clítoris, hinchado, mojado y reclamando atenciones. Sin dudar, meto la cabeza aún más adentro y comienzo a comerle su chochito de nena incestuosa. Sabe a gloria.

-¡Ohh… Ooohhh… Ooohh, por Diooosss…! Qué bueno… Aaaaaaaaaaammmmmmhhh…

Muevo la lengua por el interior de su vagina muy despacio, suavemente, haciendo que disfrute lo máximo posible. Sus paredes de hembra en celo me acogen gustosas. Una delicia.

-¡Mmmmmmmmm…! -gime, mordiéndose el labio para intentar no gritar.- ¡Pffffff…!

Sus piernas se relajan ante mis cuidados, permitiendo que siga con el cunnilingus. Llega un momento en el que su cuerpo alcanza tal estado de relajación que, sencillamente, cesan sus gemidos y son sustituídos por unos leves y sensuales suspiros y una respiración entrecortada. Cascadas de jugos vaginales emanan de su joven y tierno coñito, que se dilata por la presencia de mi lengua en sus más íntimas entrañas.

-Aaaaaaahhhh… Oooohhh, Diiiiiioooossss…

Beso su clítoris y continuo trabajándolo hasta que mi hermana me avisa de que su orgasmo está próximo. Efectivamente: al cabo de unos pocos segundos todo ella se contrae y mi boca recoge su corrida.

-Mmmmmmmmm… Qué bieeeeeennn…

Queda súper relajada, subo hasta ella y la beso tiernamente, acariciando su melena rubia, haciendo cosquillitas en su cabeza con los dedos y compartiendo su corrida. Me echo a su lado y Alba no tarda en abrazarse a mi cuerpo calentito. Sus mejillas, su naricilla respingona, sus finos labios… Su rostro está rojo como un tomate. Sus ojitos azules se cierran mientras me miran, dulces y agradecidos, y yo tampoco tardo mucho más en dormirme.

Morfeo me abandona y despierto temprano, a las nueve de la mañana. Seguimos en más o menos la misma postura, con sus manos entrelazadas con las mías y su rostro relajado e inocente. Acaricio su pecho y suspira levemente, moviéndose un poco. A sus catorce años, el desarollo de sus curvas ya permite predecir cómo será en el futuro: atractiva y con un busto y un trasero generoso.

Beso con dulzura sus labios y me dispongo a hacerla despertar de la mejor manera que se me ocurre. Con cuidado, la destapo y paso mi lengua por su rajita, hecho que la hace estremecerse.

-Aaaahhh… -suspira, todavía dormida.- Hhhmmmfff…

Sigo unos minutos hasta que oigo:

-Gracias, Rubén… Ooouuuffffff…

-Buenos días, princesita mía. ¿Te gusta despertar así?

-Aaaaffff… Sí… Hhhhhffffff… Me encanta… Ven aquí, por favor… ¡Mmmmmm…!

Subo hasta ella cambiando mi lengua por mi dedo, continuando así con la masturbación. Mi hermana me acoge en sus brazos y pasa su lengua por mis labios.

-Aaaaaammmmmmffffff… Qué rico… Qué bien sabes…

-Gracias, mi reina…

-Bésame, hermanito… Hhhhmmm… Te deseo…

Rodea mi cuello con sus brazos y yo recorro su cuerpazo con la mano que me queda libre. Apreto su cuerpo contra el mío con fuerza y la hago gemir todavía más.

-Aaaaaahhhh… Tócame, mi amor… Pfffff… Mmmmmmmmm… Soy tuya, cariñoooohhh…

Vuelvo a descender a su vagina y mi lengua se introduce por sus labios.

-Ooooooommmmfffff… Me gusta como mi hermano me come el coño… Aaaaaaahhhh… Lo haces tan bieeeennn…

-Tú que me motivas, preciosa… Oooommm… Disfruta, cariño…

-Uuuufffff… Siiiiii…

Para mi sorpresa, me agarra el miembro con las manos y se pone a masturbarme.

-Oooooffff… Diiiiooosss… Qué gusto, joderrr… Aaaaafffff…

-Todo por ti, mi rey… Aaammmfff… Mi amo… Mi amorr… Mi macho… Dame placer… Ooouuffff… Te amoooohhh…

Alba termina por correrse mientras que mi polla sigue disfrutando de su dulce y amoroso masaje. Acaricia, apreta y golpea mis testículos con una mano mientras pajea mi rabo con la otra. Una absoluta gozada.

Se sienta en mis piernas y se agacha mientras me masturba. Pone sus hermosos pechos sobre mi cara y claro, trato de alcanzarlos con la boca. Los mueve, las sube, los baja, los aplasta en mi cara para a continuación levantarse del todo… Tremenda es la tortura sexual a la que mi adorada hermanita pequeña me somete.

-Cómo te torturas, capulla jeje… Oooouuufff…

-¿Torturarte? ¡Pero si te quiero mucho! -poniendo falsamente cara inocente de no haber roto un plato en su vida.- Lo que pasa es que me gusta jugar un poquito con mi novio jijiji.

-Eres perversa… -La atozo en el culo.

-¡Ay! Pero si te encanta, mi amor… Anda, ven aquí… -Se agacha y me besa dulcemente en los labios.- Además, tengo derecho a torturarte.

-¿Ah, sí? ¿Por qué?

-Porque eres incestuoso y disfrutas con las pajas que tu pequeña e indefensa hermana te hace…

-Pero si te encanta masturbarme… Ooooommmm…

-Sí, pero porque me obligas… Me obligas al ponerme delante su preciosa polla… Mmm… Sabiendo que una nenita en celo como yo no se podrá resistir nunca a cuidarla…

-Pero que le echas imaginación jeje… Aaaaaahhhh…

-Sí… Imaginación y pasión, amorcito mío… Justo lo que necesita una relación para funcionar…

No tardo mucho más en correrme. En el momento de descargar, sin previo aviso, mi semen sale disparado e impacta en sus senos desnudos.

-Oooooooohhhh… Diiiioooosss… Qué bien me has dejado… Hhhhhmmmmfffff…

Mirándome con expresión picarona, lleva sus manos a sus tetas y se extiende mi corrida, echándome también su hermosa cabellera hacia atrás, por detrás de los hombros, para que así yo pueda disfrutar más y mejor del sensual espectáculo que ella me está brindando. Con cara de viciosa, se lleva el dedo índice a la boca y lo chupa como si de un helado se tratase. Todo esto me está poniendo mucho.

-Das un morbazo que te cagas, Alba.

-Lo sé jiji. Es la intención: calentar a mi chico.

Vuelve a inclinarse sobre mí y me ofrece sus pechos, cuyos pezones yo agarro con la boca y succiono.

-Aaaaaahhh… -gime.

Tras esto, se echa completamente sobre mí y nos besamos con lengua, jugueteando dentro de nuestras bocas. Llevo mis manos a su culito y lo sobo a placer mientras lo pasamos bien.

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