Rubén - 14 (Final)
Llega el final de la historia, pero antes de ello, Arturo regresa para hacer un nuevo intento de recuperar a su novia, que cada vez está más pillada por y con Rubén
RUBEN- 14
Rubén se miró el pecho lleno de muescas de chocolate directamente expulsadas por Teresa de su recto cuando alcanzo el orgasmo soltando aquella especie de pedorreta. En su boca aparecía una sonrisa llena de presagios mientras sus ojos se perdían por completo en el culo en pompa de Teresa… En cuanto vio que se empezaba a recuperar se levantó de la cama yéndose directo hacia la coqueta donde estaban las cosas, cogió el pequeño recipiente de los hielos dejando en el suelo, a su alcance, luego se situó sobre ella, quitándole el antifaz con delicadeza a la vez que con voz suave le decía al oído…
- Mira hacia mi zorrita, mira como me has puesto del chocolate que había en tu culito. Tere cariño, has sido una cerdita mala… y mereces un castigo por ello… -Rubén vio como ella miraba hacia atrás, abriendo los ojos desmesuradamente al ver como tenía el pecho…
Rubén se centró en besarla en los hombros, en usar su lengua con su cuello y el nacimiento de su espalda provocándola leves jadeos a medida que su excitación iba poco a poco en aumento. En un momento dado tendió la mano hacia el costado de la cama, sujetando un hielo entre sus dedos, se lo llevo a la boca, lo mojo bien con saliva para luego, haciendo sus caderas un poco hacia atrás meter la mano y situarlo entre los labios mayores del coño de Teresa, que soltó un pequeño bufido al sentir el frio…
Teresa se quejó, pidiendo que se lo quitase de allí, pero Rubén por toda respuesta le sacudió una nalgada, para luego de inmediato poner la cabeza de su cimbreante y endurecido pene sobre el esfínter de Teresa, empujando de golpe, metiéndosela hasta el fondo del culo de un solo empujón, haciendo que esta soltase un gritito de dolor… Aunque en realidad, el chillido más que por el dolor en sí, fue por la sorpresa, ya que el juego con las cerezas había ayudado a dilatarlo mucho, al menos la entrada. Rubén empezó a embestirla desde el primer momento, y para ello adoptó una posición un tanto extraña, así lo sentía además Teresa, que incluso se quejó por ello, hasta el momento en que se dio cuenta poco a poco de un pequeño detalle… Algo le pasaba con el hielo que tenía entre los labios mayores, algo parecía estar golpeándolo contra su clítoris levemente, haciendo que tocase lo justo como para que este reaccionase al frio…
En realidad, lo que golpeaba eran los testículos de Rubén, que en esa posición, aparte de mover el hielo contra el clítoris de Teresa, provocaba una sensación de frio en sus huevos que le permitía resistir muchísimo más su eyaculación. Durante los casi diez minutos que duró el hielo, Rubén estuvo dándole a Teresa lo más duro que fue capaz como “castigo”, esta no paraba de gemir, de gritar, de llorar, de berrear de placer, de… en definitiva, de correrse como una perra en tres ocasiones mientras el “problema” con el frio del hielo en los huevos de Rubén… “se solucionaba”. Tras el más que gozoso maltrato intensivo a que se vio sometida, Teresa no puso la menor pega a que ambos se duchasen juntos y luego cambiar las sabanas, que estaban perdidas de flujos, semen y por supuesto, Chocolate…
Cuando salieron del baño y tras cambiar las sabanas, Teresa sorprendió a Rubén, cuando recogió los cordones y se los enseño con una sonrisita malvada en su rostro…
- Vaya, ¿no me digas que quieres jugar?
- Desde luego que sí, me toca… ahora… te atare yo… “cariño”…
- Está bien, indícame que quieres que haga exactamente…
- De momento, túmbate bocarriba sobre la cama y déjame hacer, tu limítate a ponerte como te marque…
- Ok, de acuerdo –respondió Rubén tumbándose en medio de la cama con los brazos y pies extendidos-.
A teresa el verlo en aquella posición, expectante, incluso puede que algo anhelante… hizo que la boca y lo que no era la boca, se le hiciese “agua”. Según empezó a atarle la cosa fue a peor, cuando se cruzó sobre el para atar su muñeca a la cama, Rubén aprovecho para alzarse y ,sin saber ni como, meter la cabeza alcanzando uno de su pezones bajo la abierta bata… Casi no podía ni coordinar las lazadas con que le estaba intentando sujetar el brazo por culpa de su lengua sobre el pezón… No pudo evitar gemir suavemente e incluso apoyarse sobre la cama con ambas manos en un momento dado…, para su sorpresa pues ni se acordaba de ello, la mano libre de Rubén se posó sobre su sexo, introduciéndose un dedo en su coño y dos más haciendo pinza sobre su inflamado clítoris… Esto unido a su boca succionando el pezón le hizo alcanzar un orgasmo que provocó que sus manos cediesen cayendo sobre Rubén…
- Eres un hijo de puta… -le dijo sonriendo cuando se recuperó.
- Bueno, tú no me dijiste que debía de quedarme quieto… y tener tus pechos tan cerca… -le sonrió, haciendo como que la tiraba un bocado.
- Ya, ya te veo ya… pero esta… me la pagas… me la vas a pagar muy caro…
- Y que harás, ¿morderme la polla? –la retó.
- No cielo, no, eso sería muy… fácil… va a ser peor –le dijo.
Teresa provocó con su contestación que a Rubén se le pusiesen los pelos de punta, no por lo que dijo, sino por como lo dijo. Su voz había sonado muy suave, dulce, casi incluso que empalagosa, pero el tono en que lo dijo le hizo estremecer, por primera vez pensó que quizá se hubiese pasado con haberle hecho eso cuando era su turno de jugar con ella… Claro que peor fue aun cuando usando un par de cinturones propios, le ató también los tobillos a la cama, pero declino ponerle el antifaz cuando Rubén le dijo donde lo había dejado al ponerse Teresa a mirar en todas direcciones…
- Esta allí, junto a la mesilla de la izquierda, se ha debido de caer…
- ¿El qué? –le preguntó un tanto desconcertada. Sin entender a que se refería.
- El antifaz, lo tienes ahí en el suelo…
- No –le sonrió-, no era eso lo que buscaba, quiero que me veas, que puedas mirar lo que te voy a hacer… Si te tapo los ojos, no sería tan divertido…
- Ahhh, vale. Como me pareció que buscabas algo…
- No, no busco nada, solo espero a que el chocolate que puse en la fundió se caliente para poder usarlo contigo… -tras esto su mano se cerró sobre la polla de Rubén.
- ¡¡¡Uhmmmmm!!! –gimió al sentir la mano moverse a lo largo de todo su tronco…
- Eso, así me gusta… disfruta mientras aun puedes hacerlo… cariño…
En un instante Rubén vio como Teresa se levantaba rauda de la cama hacia la coqueta, como metía un dedo en la fundí y lo sacaba cubierto de chocolate, llevándoselo a la boca, chupándolo con fruición, lamiéndolo golosamente sin dejar de mirar a Rubén a los ojos, poniéndolo aún más cachondo de lo que ya estaba al verla hacer eso… Se dirigió con el recipiente y con las cerezas en licor hacia la cama, situándolo todo entre las abiertas piernas de Rubén… Mirándolo con los ojos cargados de lujuria, poniéndole la piel de gallina al sentirse observado así, le dijo…
- Primero me encargare de esta maravilla, tengo hambre… -le dijo a la vez que le sujetaba con fuerza la polla.
Rubén sintió como Teresa vertía chocolate caliente sobre su prepucio, su temperatura era realmente alta, no como para quemarle la piel, pero si como para que le resultase realmente molesto. Por lo menos hasta que sintió la lengua y la boca de Teresa sobre ella, sentir como toda ella desaparecía en su boca, como su lengua trabajaba sobre toda ella, lamiendo, recogiendo con ella el preciado elixir caliente, alternando el calor del chocolate como el casi a un más ardiente de su propia boca. Le llevo hasta casi el borde del orgasmo, casi estaba ya sintiendo subir la lefa por su polla cuando bruscamente sintió como le apretaban los testículos con fuerza, cortándole la eyaculación y el orgasmo de raíz…
- No, de eso nada… -le apretó los huevos-, aun no tienes mi permiso para poder correrte, putito mío…
- Hija de mala madre… -le espetó cuando sintió la jugada.
- Si, y también soy una hija de puta… ya verás como si, ya veras, ya…
Lo siente que sintió Rubén es como Teresa se levantaba de la cama, de su sitio, incorporo un poco la cabeza, justo para poder ver como quitaba todo de la cama ocupando ella misma el espacio entre sus piernas… Luego riéndose le miró fijamente a los ojos, le soltó un “observa cabrón”... Le derramó chocolate caliente sobre los depilados testículos, luego se metió en la boca una cereza de licor, a continuación se lanzó contra estos, metiéndoselos en la boca como buenamente pudo… A Rubén no le hizo falta mirar para saber lo que Teresa estaba haciendo en esos momentos, podía sentir perfectamente como su boca se contraía una y otra vez, la muy hija de puta estaba comiéndose la cereza, masticándola o lo que fuese mientras tenía también uno de sus huevos en la boca… De vez en cuando sintió algún que otro pellizco en ellos al moverse… la polla no se le bajo por culpa de los manejos en ella de una de las manos de Teresa, pero el cómo no tenía ya los testículos en la garganta al escucharla y verla masticar, era algo que no se explicaba…
Rubén empezó a rogarla que parase, temeroso de llevarse algún mordisco en tan sensible zona, pero eso solo pareció espolear a Teresa a hacerlo con más ansias, con más rapidez, lo que al final, y pese a los esfuerzos de ella, poco a poco empezó a provocar que Rubén perdiese la erección. Para desgracia de este, Teresa también lo había previsto, en cuanto la polla empezó a perder rigidez siendo incapaz de mantenerla con la paja, su mano inicio una rápida masturbación centrándose sobre su glande directamente, lo que ayudo a que volviese a recuperarse algo, pero aun así, no terminaba de enderezarse del todo, no acababa de recuperar. Sonriendo con malicia, soltó los huevos y uso su otra mano para introducir en el culo de Rubén su dedo corazón, llevándolo justo contra su punto “G”, empezando a presionarlo con ganas, provocando la inmediata erección del miembro…, mientras no dejaba de “masticar” con glotonería.
Estuvo haciéndole eso a Rubén durante casi quince minutos, cortándole cada vez la eyaculación por medio del método de soltar su polla para apretarle con fuerza los testículos, cuando vio que ya no le iba a ser posible hacerlo muchas más veces, dejo de masticar y uso de nuevo la fundí para verter chocolate sobre su pene. Luego, con el bien recubierto, puso en lo alto de su glande una Cereza de Licor, engullendo todo lo que pudo, introduciéndoselo por completo lentamente, mientras iba exprimiendo el licor de la cereza en la boca… Cuando por fin Rubén pudo llegar al orgasmo sintió como todo su cuerpo se tensaba, como tanto los cordones como las correas tenían que hacer su trabajo para mantenerle atado, dado los violentos tirones que tuvieron que soportar. Justo en el momento de eyacular, Teresa le introdujó en el ano dos dedos más, aumentando de esa forma el orgasmo, su placer y porque no decirlo así, también la tortura del mismo sobre su cuerpo…
A Teresa le dio la impresión de que cada uno de los músculos del torso, brazos y piernas de Rubén parecieron esculpirse sobre su piel cuando se tensó durante unos segundos. Se tragó por completo todo el esperma del hombre, no dejo que se le escapase ni una sola gota del mismo, mezclándolo en la boca con los restos del Chocolate. Cuando se incorporó se pasó el brazo por la boca, limpiándose los restos que allí quedaban, lo miro fijamente, alzándose entre sus piernas sin dejar de jugar con los dedos que tenía aun introducidos en su recto, provocando con el juego que su polla volviese a alzarse. Cuando estuvo bien tiesa, cuando nuevamente adquirió su máxima dureza, se lo folló, lo cabalgo como una amazona desbocada, como una furia del infierno destaca sobre él.
Se dejó caer sobre su polla, provocó que le entrase en el coño de una sola estocada, arrancándola al sentirse abierta de golpe un gemido de dolor y un jadeo de placer, ambos mezclados. Luego empezó a mover sus caderas, a galopar sobre él, a cabalgarlo, a tratar de domeñar ese garañón salvaje que se movía bajo su cuerpo, ya que Rubén alzaba sus caderas a su encuentro, intentando también él follársela a ella, pero Teresa estaba decidida, este era su turno y no pensaba permitirle robárselo. Cuando sintió que estaba a punto de perder el control de la follada, le saco los dedos del culo y dirigió ambas manos a sus pezones, retorciéndoselos violentamente, mientras le cabalgaba, haciendo que Rubén gimiese de dolor por ello… Tras diez minutos así, ambos alcanzaron un arrollador orgasmo que les dejó baldados…
Es noche, tras cambiar una vez más las ropas de la cama y ducharse nuevamente, donde por cierto, volvieron los dos a follar, justo bajo el agua de la ducha, se acostaron juntos a dormir. A Teresa le costó conciliar el sueño, tenía a Rubén tras ella, pegado a su cuerpo, abrazándola, con su polla medio morcillona entre los cachetes de su culo, y encontraba la sensación realmente magnifica, estaba muy cómoda, pero no podía dejar de darle vueltas a todo aquello, a su relación con Rubén. Le quería, estaba más que segura de ello, se encontraba total y absolutamente enamorada de él, cada vez era más consciente de las consecuencias que tendría para ella esa relación, de los problemas a que se tendría que enfrentar, principalmente “al qué dirán”, y por primera vez, sintiéndole allí, con ella, junto a ella, todo eso le importaba tres pepinos, se creía capaz de hacer cualquier cosa.
Por la mañana cuando se levantó, a su nariz le llego el olor del desayuno. Al llegar a la cocina se encontró con Rubén preparando Tortitas con nata y más Chocolate, pero lo que de verdad la hizo despertarse por completo, fue el culito de Rubén. Este se encontraba de espaldas a la puerta de la cocina, desnudo, por lo que podía apreciar debía de llevar por delante puesto un delantal, pero por detrás, el muy cabrón estaba con el culo al aire… ¡¡¡Y que culo!!!, no pudo por menos que pensar Teresa mientras, entre esa vista y el olor de las tortitas empezaba a salivar… Se quitó el pantaloncito y la blusa que se había puesto, dejándolos con cuidado sobre una silla sin hacer ruido, luego se acercó despacio y de puntillas hasta Rubén.
Cuando llego hasta este, se pegó a él como una lapa, aplanándole los pechos contra su espalda, pasando sus manos por su cintura buscando meterlas por debajo del delantal, mientras que le daba los buenos días…
- Buenos días, putito mío, ¿Qué tal has dormido?... ¡¡¡Uhmmmmm, como me pone este culito!!! –dijo mientras restregaba su pelvis contra los duros glúteos.
- ¿Mi guarrilla va a querer sus tortitas con nata o con mermelada? –le pregunto sin inmutarse…
- Con Nata… la voy a querer con Nata…
- Bien, entonces zorra, empieza a prepararla para comer…
Se dio la vuelta mientras se quitaba el delantal, apareciendo la polla completamente erecta, entonces guio con suavidad a Teresa hacia el suelo, haciendo que se arrodillase y se la metiese en la boca, empezando a chupársela como una autentica profesional… La tuvo así hasta el momento de sentir que se corría, momento en que se retiró y apuntando hacia uno de los platos de tortitas se corrió sobre él, llenándolo con su corrida, luego le paso el plato con el tazón de chocolate a Teresa…
- Toma tus tortitas con Nata… y el chocolate…
- Gracias –le sonrió mientras cogía una de las tortitas llenas de leche y se la metía en la boca de una sola tacada, escurriéndole parte del líquido por la comisura de los labios.
- Ahora es mi turno… ¡Pero que buena que estas zorra…! -le dijo a la vez que con la lengua recogía lo poco que le cayó de la boca.
Tras eso la hizo sentarse sobre la encimera de la cocina, justo junto al otro plato de tortitas, ante la pregunta de Teresa de que era lo que presencia hacer, Rubén con los ojos cargados de deseo...
- Voy a terminar de preparar mi desayuno, Tortitas con jugo del coño de mi golfilla –le respondió, observando como a Teresa le empezaron a brillar los ojos y una sonrisa ilumino su cara al escucharle.
Tras decir eso, le alzo las piernas por encima de sus hombros mientras se agachaba, metiendo su cabeza entre las piernas de Teresa, que a los pocos segundos sentía la lengua de Rubén sobre su raja, su lengua empezando a perforárselo y sus dedos jugando con su clítoris. Estuvo haciéndole una comida de coño espectacular, retrasándola el orgasmo o cortándoselo por completo al menos en dos o tres ocasiones hasta que al final, termino por eyacular entre gritos… Un cálido chorro de flujo fue a caer directo sobre el plato de tortitas que Rubén había puesto bajo su perineo en cuanto vio que le alcanzaba el orgasmo… Por primera vez en su vida, Teresa desayuno tan “exótico” plato junto a Rubén, porque si, porque ambos se comieron con gula sus desayunos para al terminar, sin recoger nada de nada de la mesa o de la cocina, se marcharon directos a la cama a follar, todo por culpa del calentón que se habían pegado con el dichoso desayuno… Estuvieron follando todo el fin de semana, de hecho no salieron de allí para nada, incluso para comer se limitaron a pedirla y que se la llevaran, todo con el fin de no dejar lo que estaban haciendo.
El Lunes por la mañana llegaron juntos en el coche de Teresa, siendo la comilla del día. Por su parte ella no podía evitar ponerse un poco de mala leche cada vez que veía a Rubén moverse por la oficina, no por lo que estuviese haciendo o con quien anduviese hablando en ese momento, no, la razón era mucho más prosaica que todo eso. Teresa tenía el coño completamente irritado y el culo dolorido por el trote sufrido por ambos durante todo el fin de semana, sin embargo, el cabronazo de Rubén, parecía estar tan fresco, pese a que su polla y su propio culo deberían de estar en el mismo estado que lo de ella, porque si él la había sodomizado tanto como le había dado la gana, ella desde luego, no había sido menos dura con el culo de Rubén, práctica que por cierto, descubrió que la ponía de lo más bruta que nunca se hubiese puesto con un tío… Eso de poder darle por el culo a su novio la traía desquiciada por completo, alcanzaba unos orgasmos mientras lo hacía que eran bestiales...
Esa tarde ambos se marcharon nuevamente juntos, Rubén debía de ir a por su coche, que estaba aparcado en la calle de Teresa, para poder irse a su propio domicilio, amén de recoger las cosas que llevo allí para pasar el fin de semana con ella. Teresa accedió directamente al parking de su casa, pero Rubén se dio cuenta enseguida que de repente se había puesto bastante nerviosa…
- ¿Qué pasa?
- ¿A mí?, nada, no me pasa nada… -respondió evasiva.
- Está bien, venga, vamos… por cierto, ¿me invitas a cenar? –le sonrió malicioso.
- No, es mejor que te marches en cuanto recojas lo que trajiste el viernes… -replico, metiéndole prisa.
Rubén no dijo ni media palabra, aunque estaba claro que le ocurría algo, pero también que no pensaba decir nada al respecto. Subían en el ascensor, Rubén miraba a Teresa de reojo mientras intentaba recordar si había dicho o hecho algo que hubiese podido molestarla, pero lo cierto es que en ese momento los dos estaban callados escuchando la radio, concretamente él estuvo pendiente de mirar su coche al pasar por su lado, a ver si estaba bien y tal, por lo que no podía ser por su causa, luego… ¿por qué razón estaba así?. Estaba pensando en que quizá hubiese visto algo o a alguien que hubiera provocado esa reacción cuando el ascensor llego por fin al piso de Teresa… Sin mediar más palabra, entraron dentro, y nada más cerrar la puerta, empezó de nuevo a meterle prisa para que recogiese todo lo más rápido posible… Ya estaba a punto de enfrentarse a ella para averiguar que narices le pasaba cuando llamaron al timbre de la puerta, haciendo que Teresa se sobresaltase bastante…
Rubén vio cómo se retorcía las manos nerviosas mientras nuevamente volvían a tocar… La miro fijamente…
- ¿No vas a abrir?
- No, seguro que se han equivocado, suele pasar, vienen a ver a la vecina y llaman aquí… -replicó nerviosa.
- Está bien, entonces abriré yo
- ¡¡¡¡Noooo!!!! –le gritó-. Esto no, déjalo, ya se cansaran y llamaran a la puerta correcta –forzó una sonrisa mientras se interponía entre Rubén y la puerta.
- Está bien… Ya tengo todo lo que traje, así que me marcho ya… -se puso en marcha hacia la puerta.
- No, quédate a cenar Rubén, venga, preparo algo rápido y cenamos juntos como querías… -nuevamente se puso delante nerviosa, mientras seguían llamando a la puerta.
- ¿Quién es? –señalo a la puerta.
- No se… -susurró-.
- Sí Teresa, sí que lo sabes. De hecho, ahora creo que por eso te pusiste tan nerviosa al entrar al aparcamiento, porque viste en la calle a quien quiera que este llamando a la puerta ahora mismo. Repito la pregunta por última vez, ¿quién es?
- ¿Y si no te lo digo? –alzó la cabeza orgullosa en un último intento que incluso pareció dejar de lado el tema de la puerta por un momento.
- Nada, si no me lo dices no pasa nada, pero tendré muy claro la confianza que me tienes y hasta donde llega esta, solo eso –replicó Rubén muy serio-.
- Es Arturo, mi ex –le respondió tras pensar unos segundos-, seguro que la puta esta de al lado le ha dicho que estuve este fin de semana aquí con un hombre, y por los ruidos no creo que le costase imaginar lo que ocurría…
- Esa que dijiste que estuvo tras él, ¿no?
- Si, esa misma zorra miserable…
- OK, no te preocupes, de esto me encargo yo…
Antes de que Teresa pudiese reaccionar, Rubén se había puesto en marcha raudo hacia la puerta, abriéndola de golpe, con Teresa casi tras de él intentando evitar que lo hiciese. Efectivamente tras ella se encontraba Arturo llamando con insistencia, con cara de muy pocos amigos, aunque esta le cambio cuando vio que era Rubén quien le abría la puerta, echándose a reír a carcajadas… Mirando por encima del hombro de este, se dirigió a Teresa…
- ¿Otra vez con este marica?
- Lárgate de aquí, déjame en paz, aquí tú ya no pintas nada… -replico Teresa poniéndose delante de Rubén.
- Como que no, eres la puta de mi novia, que no se te olvide… -le dijo con sarcasmo-, ya sé que este fin de semana estuviste aquí follàndote a un tío… Pero por esta vez lo dejare pasar, aunque si vuelves a hacerme algo así, te arrepentirás –dijo empujando a Teresa contra Rubén y entrando en la casa.
Tras el empujón a Teresa todo fue muy rápido, Rubén la sujeto para que no se cállese al suelo, de seguido la hizo a un lado llevándola hacia su espalda y a la vez, usando el talón de la otra mano le golpeo directamente en la cara, pillándole completamente por sorpresa y expulsándole con ello de inmediato del piso. Arturo retrocedió conmocionado, llevándose la mano al pómulo donde había recibido el golpe. Estaba retirándola de allí cuando una de las manos de Rubén hizo presa sobre la muñeca, retorciéndola y golpeando con un golpe seco de un pie en la corva de su pierna, tras la rodilla, haciendo que esta se doblase y Arturo quedase con ella sobre el suelo. Luego, acompaño su movimiento hacia abajo, terminando por tumbarlo en el suelo e inmovilizándolo contra el mismo. Levantando la cabeza indicó a Teresa que llamase a la policía… aunque esta estaba tan sorprendida que tuvo que repetírselo una vez más, luego de la llamada le pidió algo para atarle los brazos.
Arturo furioso, le llamó maricon a Rubén, diciéndole que de esta se iba a acordar, que podía llamar a la policía tanto como quisiese, pero que se fuese preparando para lo que se le avecinaba… Este, acerco su boca a su oreja, susurrándole que quizá la siguiente vez, si de nuevo volvía a molestar a su novia, en lugar de no hacerle daño y dejarle en manos de la policía, tomase otro tipo de medidas más drásticas. Le aseguro que si nuevamente volvía a acercarse a menos de cien metros de ella se encargaría de que acabase en manos de un buen proctólogo después de que él personalmente se ocupase de su culo y convertirle en un puto.
Diez minutos después la policía se llevaba a Arturo a comisaria, Rubén y Teresa informaron que irían en cuanto se arreglasen para presentar la correspondiente denuncia contra él. Teresa le dijo que sería su palabra contra la de Arturo, y que incluso pudiese ser que la zorra de la vecina incluso testificase en su contra… entonces, riéndose…
- ¿Qué pasa, que no sabes que tenéis cámaras de seguridad en todos los descansillos del bloque? –le señaló las dos que debían de haber grabado toda la escena.
- Bueno, sí, claro. Pero casi todo ha pasado dentro de mi casa…
- Casi todo…, excepto el empujón que te metió para poder entrar. Como te colaste delante de mí, tú estabas medio asomada al descansillo por lo que se te ve perfectamente, a mí, te garantizo que esas cámaras no me han cogido excepto cuando he salido al pasillo para reducirlo, y ha sido una maniobra impecable.
- ¿Y el golpe que le diste en la cara?
- Dentro de tu casa, fuera de cámara, además, es algo que para defenderte a ti podría haber hecho incluso ante ella, pero da la casualidad de que no ha sido así. Ese golpe ha podido ser una torta tuya… tanto como un golpe mío, además, lo hice de modo que no quedasen luego marcas, pero te aseguro que si le va a doler un par de días…
- Vale, pues venga, vamos a presentar la denuncia…
Lo cierto es que si bien Teresa estaba más interesada en dejarlo pasar y que simplemente, Arturo la dejase en paz, Rubén no, él no tenía la menor intención de ello, es más, quería que le aplicasen todo lo que se pudiese contra él. Teresa llamó a uno de los abogados de la empresa, que era amigo de ella, para que los asesorase, y este estuvo totalmente de acuerdo con Rubén, estimo que lo mejor era dejar claro ante la justicia el comportamiento de Arturo por si en un futuro, volvía a las andadas. Si así lo hiciese, lo que se denunciara en esta ocasión serviría para luego meterle agravantes si de esta no escarmentaba, e incluso para defenderse luego ella o su novio, si volvía y le tenían que poner en su sitio por la fuerza o defenderse nuevamente.
Durante el resto de la semana, Rubén se encabezono en quedarse en casa de Teresa con ella, o bien que esta se fuese con él a la suya, al final fue la casa de ella la elegida para estar ambos. Al terminar la semana, Teresa tenía ya muy claras las cosas con respecto a su novio, y desde luego el dejarle escapar o que se lo levantasen, no entraba en ninguno de su planes de futuro con él. Era consciente de que en realidad, y aunque a él o a ella misma les pesase, Rubén era todo un señor bicho raro, eso era algo que no se podía negar. También que posiblemente, tal y como el explico, y como ella sabía, mucha gente se confundiría con ellos dos, pero era algo que le daba completamente igual…
Sobre el sexo lo tenía aún más claro todavía, tras todas las charlas con Rubén, tras muchas de las cosas vividas con él y mucho que lo que habían hecho juntos o ella sabía que él había hecho, contado de sus propios labios, auténticas barbaridades, y era algo que estaba dispuesta a continuar haciendo a su lado, pero solo entre ambos, solamente los dos. Una de las cosas que no estaba dispuesta a perder de ningún modo, era el poder sodomizarlo, eso la volvía loca, la excitaba al extremo, incluso diría, que la emputecía a lo bestia…, porque sistemáticamente, tras hacérselo a Rubén, era ella quien le terminaba siempre pidiendo, incluso algunas veces suplicando, que también se lo hiciese, que la rompiese el culo del mismo modo que ella a él, sin piedad, del modo más salvaje que pudiese…
Arturo no regresó más a molestarla después de tres o cuatro llamadas amenazantes sobre su novio, justo lo que tardo en contárselo a Rubén, quien por cierto se enfadó un poco por lo que Teresa tardó en hacerlo. Teresa estuvo mosca con Rubén por la falta de más “llamadas” de Arturo, por amigos comunes con su ex, supo que este había tenido un pequeño percance a los pocos días de que se lo contase a Rubén, según le contaron que se rumoreaba… una noche que salió y se pasó de copas, termino en su propia casa con tres tíos, que le dieron de todo menos miedo, estando luego más de una semana sin poder sentarse a gusto, entre los “cotilleos” se decía también que había sido tal la orgia, que incluso se habían grabado los cuatro haciéndolo. Teresa no es que estuviese mosca por pensar que su flamante novio fuese uno de los tres o que estuviese con ellos, pero de algún modo, no estaba tan segura de que ese “accidente” no hubiese sido en realidad cosa suya…, para eso no le hacía falta más que ver las “coincidencia” en la cercanía de fechas.
Ninguno de ambos tenían claro como terminaría su relación al final, pero sí que sabían una cosa, y es que por intentar que llegase a buen término, por ganas de que fuese algo firme y para siempre, desde luego no iba a ser. Ambos tenían muy claro que querían al otro, con su forma de ser, con sus rarezas y con sus manías, pero también con sus virtudes y sobre todo, con sus “perversiones”. Ambos se llevaban bien, eran compatibles, les gustaba hablar entre ellos, se querían, pero sin duda, en lo que mejor funcionaban juntos, era en la cama, algo que ambos consideraban como vital para la salud a largo plazo de su relación… y con lo que ambos eran en ese tema, estaban seguros de que esta seria muyyyyyy largaaaaa….
FIN