Rosaura

Calenturas adolescentes

Veamos cómo echo este cuento... Veamos si soy capaz de relatarlo y describir el contexto, que es lo que interesa!

Rosaura tiene ya 48 años. Nos conocemos desde hace como 35. Ella era, en aquel momento algo así como una criada, asistenta y multitasking en el ambiente que les relato. Cuidaba del jardín y el resto de plantas de la casa (que eran muchas), así como ejercía un cúmulo de tareas propias de la relación que en nuestros pueblos se tiene con el personal auxiliar (explotación pura y dura a cambio de un mínimo sueldo y una supuesta “hospitalidad familiar”), tema éste para otro tipo de disertación....

Lo cierto es que Rosaura siempre fue una preciosura de mujer...

Yo “veraneaba” en casa de mi primo Edgardo y ha sido allí donde la he conocido.

Apenas nos llevaba como 4 años y compartimos juntos la metamorfosis de la llegada de la adultez.

Claro, no es que sólo coincidiéramos en verano.... Mi veraneo en lo de mi primo es una manera de hablar.... Nos distanciaban apenas unos pocos kilómetros. Con lo cual nuestra coincidencia siempre fue constante.

Lo cierto es que nos veíamos crecer... compartíamos, como fuera, esa circunstancia. El verano siempre era el momento culmen del desideratio.

Mi primo Edgardo es una mijita menor que yo pero, en ese entonces, era el dominante en nuestra relación, el Alfa. Nunca me quedó claro si a los quince años ya había fornicado; lo cierto es que atesoraba un montón de experiencias de las que yo adolecía. Él era el salvaje, yo el “delicado”.

No os confundáis! Lo de “delicado” es una apreciación contextual. Tampoco es que fuera yo amanerado.... Sólo que, comparativamente, nuestros universos hacían de él un adolescente más activo y, hormonalmente, mucho más ávido y efervescente..

Los veranos aquellos eran una gozada! Mucho territorio que recorrer... Muchos recovecos que escudriñar!

Dormíamos juntos en la misma cama, con lo que poco tardamos en explorarnos, empujados por nuestras hormonas... Que si una paja juntos, un tócame aquí, un refriegue.... Siempre sin distinción de roles, puesto que actuábamos desde la ignorancia total... Al menos así comenzó.

Lo mismo que yo lo pajeaba, él me hacía una mamada... y viceversa sin distinción ninguna...

En esos momentos nos igualábamos.

Era un juego entre primos como entiendo han tenido la mayoría de los adolescentes del planeta. ¿Quién no ha tenido escarceos adolescentes con el entorno? ¿Primos, hermanos, compañeros de clase? Quizá los raros! Los adolescentes normales exploran....!

Rosaura nos ponía muy calientes! Simpática, graciosa y voluptuosa! ¿Qué más era necesario a esa edad? Crecimos viéndola crecer. Viendo sus curvas pronunciarse, sus colores saturándose, sus turgencias manifestándose!

Era todo un estímulo.... Nos buscábamos la vida para expiarla cuanto fuese posible... Recopilar la mayor cantidad de imágenes para el onanismo, o para eso que practicábamos juntos, que era bastante parecido....

En voz muy baja, en la cama, nos íbamos relatando las imágenes que nuestras retinas habían atesorado... Así llegamos al descubrimiento máximo: el orgasmo!

Muy ingenuamente entendimos que, el calambre aquel que nos producía nuestros toqueteos, nos podía llevar a la gloria... Esa cosa que habíamos estado explorando por mero instinto!

Así, entonces, nos enviciamos! Queríamos aquel calambre maravilloso... Aquel golpe furibundo de energía... Aquella respuesta...! Nuestra exploración tenía un puerto al que llegar y lo deseamos entonces a cada momento posible.....

Nos “recostábamos” a cada rato. Nos pajeábamos y nos felábamos por doquier... Aunque, hay que decirlo, siempre desde una ingenuidad hormonal.... Sabíamos que hacíamos algo “prohibido” pero no le poníamos nombre... No lo conocíamos, ni nos atañía.... Sencillamente jugábamos con nuestras hormonas y nuestros cuerpos... Rosaura nos inspiraba...!

En aquel momento, pese a los recursos de mi primo, no lográbamos acceder a una estrategia para consolidar nuestro deseo. Ella era sexy, ligera y juguetona pero, quizá por nuestra diferencia de edad, nunca accesible... Y mira que lo intentábamos! Pero nunca nos dio pie!

Como ya se pueden imaginar, la obsesión hormonal le lleva a uno a sitios extremos... Una borrachera incontrolable....

Casi sin querer comenzamos, mi primo y yo, a volcar nuestra “tensión” de una manera mas intensa. Nos pajeábamos mas sexualmente, nos restregábamos con más fruición, nos comíamos el miembro con mucha más intensidad.... Eso si, siempre desde la ingenuidad. No había en nosotros otra imaginería que no fueran las curvas y turgencias de Rosaura... Y ella esquiva e inaccesible en términos de intimidad... Y eso dolía y ardía en nuestra gónadas...!!

Ya como en el 84 u 85, no recuerdo bien, manejábamos cierta experiencia mi primo y yo en lo referente a nuestro desfogue: extremábamos las precauciones, nos procurábamos los entornos más favorables y nos aplicábamos en nuestras artes.... Ahora, he de decir: no era suficiente para calificar aquello como actos sexuales adultos... Lo hacíamos mejor, teníamos un horizonte al que llegar, pero carecía de la fruición y morbo necesarios para considerarlo un acto “completo”....

Rosaura acaba de llegar esa mañana. Había estado en su pueblo durante las mínimas vacaciones que gozaba y había vuelto con un familiar que, de extraperlo, debería pernoctar en la casa hasta que, al día siguiente, tuviese oportunidad de encontrar un alojamiento... Era el tipo un jardinero reputado, por lo que había la seguridad de que encontrase una ocupación (con cama incluida) de manera inminente...

Rosaura, de pronto, se convirtió en una presencia distante... Muy lejos a aquella fantasía a la mano..... Sus curvaturas se manifestaron veladas de una manera sorpresiva... Su presencia dejó de ser habitual ante nuestra expectativa....

Pasaron 5 o 6 días en los que no nos era fácil recabar imágenes de Rosaura, pero seguía siendo una obsesión para ambos.... A pesar de ello seguíamos experimentando en nuestra pericia de darnos placer. Recuerdo esa noche en particular porque descargó toda su leche dentro de mi boca sin previo aviso....

No estaba preparado para eso y, la verdad, me cortó todo el rollo.... Él, sin embargo, quedó extasiado, y me obligó (como nunca lo había hecho) a seguir con la mamada.... Yo lo hice lo mejor que pude, aunque aquel pegoste no me proporcionaba ningún estímulo.

Al día siguiente, después de desayunar, Edgardo me cuenta su plan: habríamos de colarnos lo más cerca posible de Rosaura. Había que verla desnuda, al menos... Su plan era del todo ambicioso y versátil: lo de verla desnuda era sólo la última opción. Se había hecho con una pastilla de un medicamento que se les da a las yeguas para que entren en celo: Yohimbina, o algo parecido.

Lo cierto es que, pese a que lo estuvimos intentado toda la tarde, no hubo manera de colarle a la chica la bebida con dicho aditivo.....

Él estaba que no cabía en sí mismo de la frustración: violento e incontrolable. Yo también, hay que decirlo; aquellas tetas se habían convertido en un paraíso al que llegar! Sin embargo, lo de mi primo, sobrepasaba mi fijación: estaba realmente fuera de si.

Llegada la noche sólo quedaba el plan “h”: espiarla en su habitación..... No hubo ni que conversarlo entre nosotros: lo dábamos por hecho!

Esperamos a que mis tíos estuviesen bien dormidos, con una cautela excesiva, y nos aventuramos, sin muchas señas, hacia nuestro objetivo.

La noche era preciosa e ideal para ese tipo de nocturnidad: toda cubierta y con un leve sereno. Llegamos medio mojados a la ventana que entendíamos como nuestro portal mágico! Pero una obscuridad total nos recibió desde dentro.... Hubo que esperar... Pero la cornisa apenas nos protegía del rocío intenso y, para extremar las condiciones, había una brisa lateral del todo inusual.

Estábamos empapados y sin plan! Pero ya saben, la cabezonería del cachondo adolescente es una energía muy potente! Y, sin saber muy bien para qué, nos quedamos agazapados ahí, apretujados el uno contra el otro. Su culo se encajó contra mi vientre de una manera intuitiva y sin

mayor intención. La lluvia arreció entonces y tuvimos que acuciar el espacio, y sólo quedaba la opción de juntarnos más e intentar forzar esa pared para que nos abriese campo. Lógico; aquella pared no cedió ni un milímetro!

El bulto arremolinado que conformaba Rosaura entre el abrigo de la cama no representaba ningún estímulo, pero tenía a mi primo del todo pegado contra mi! En esas situaciones no solemos entrar en materia pero me aventuré a llevar mi mano hasta su paquete y empujarlo hacia mi. Se revolvió un poco pero se detuvo de inmediato al momento en que se encendió una luz en la habitación: era Juan Carlos, el pariente de Rosaura que, de manera muy torpe, la despertó y, exhibiendo sus 30 cms. se los espetó en toda la boca.

Ella, entredormida, no sabía bien qué hacer... Se comía aquello casi sin querer. No había nada de morbo en el asunto. Era algo entre mecánico y onírico.

A pesar de ello me aventuré a meter mi mano entre el pijama de mi primo, directamente hacia su miembro. Con el otro brazo lo apretaba contra mi, mientras lo pajeaba con una potencia inusitada hasta entonces. Él se movía muy intensamente y se apretaba contra mi. Esto no lo habíamos sentido: ni uno ni el otro! Había un morbo y un vicio, un deseo, muy diferente....

Mientras tanto, adentro, Juan Carlos se lanza sobre Rosaura y, como salvaje, la despoja fácilmente de su leve atuendo. Mierda!! Primera vez que la vemos del todo desnuda!

Hija de puta ,es muchísimo mas hermosa que cualquier cosa que no hubiésemos imaginado!!! Soberbia!

En ese momento aprieto, por instinto, el trozo de mi primo que se viene a borbotones!!!! No exagero cuando digo que sus poluciones hacían ruido al chocar contra la pared!! Eso no la había vivido yo!

Me alegro de haberle bajado el pijama!!

Como podrán entender, estaba yo más caliente que plancha e' chino! Con su rabo entre la mano, con aquella belleza desnuda del todo y comiéndose un pene muy duro!

Claro! Me pegué a mi primo para procurarme un orgasmo algo orgánico!!! Guao!! Menudo orgasmo!!!

Creo que fue la primera vez que emití un gemido de placer.... También fue la primera ocasión que lo escuché; tanto de Edgardo como de Juan Carlos....

Yo seguía con la mano en el trozo de mi primo y éste seguía con un tono óptimo: dura y palpitante!

Juan Carlos también seguía erecto. Rosaura estaba ya despierta. No estoy seguro si estaba cachonda o molesta, pero miraba a su primo con mucha intensidad! Había algo en esa mirada algo que se nos escapaba, porque el tono del paquete de mi primo también falleció.

Era evidente que había unos términos de sometimiento en el acto. Ella no estaba consintiendo aquello de buena manera. Estaba siendo víctima de alguna circunstancia que se nos escapaba.

Mi primo me retira la mano de su rabo, se gira y me da un pico muy cómplice (primera vez que nos besamos) Yo me acomodo, entendiendo no sé bien qué.

Adentro, Rosaura se enreda entre las sábanas y mantas de la cama, intentando desaparecer. Juan Carlos le espeta muy sobrado:

-Quiero que me des el culo!

Ella se arremolina mucho más entre los tejidos. Mi primo se vuelve a pegar contra mi y mi mano, instintivamente, vuelve hacia su palo. Está muy duro! ¿Cómo es posible?

La tormenta arrecia, acompañada de truenos. Intentamos de apretarnos más para protegernos de ella. Adentro Rosaura se libera de las telas mientras le dice a Juan Carlos, que se soba sus 30 cms.

  • “No, por el culo no!!! Penétrame ya, pero no por el culo!!”

Juan Carlos no pierde tiempo y la ensarta con una facilidad que no podíamos entender, reconocer..... Nunca habíamos estado en presencia de una follada!

Ella, casi sin querer, gime como una gata, él también. Mi primo se tensa de una manera que no reconozco y lanza su mano, por primera vez en esta noche, hacia mi carne, que se dispara y crece. Se gira y me come la boca, también por primera vez! Está muy, pero que muy, cachondo! Se agacha, me abre el pijama y se traga mi polla como un desesperado... Guao!!!! Esto no tiene nada que ver con lo que habíamos hecho en otras ocasiones! Me quiere comer de verdad!

Adentro, mientras Juan Carlos se la clava a Rosaura rítmicamente, le vocifera:

  • ¡Quiero que me des el culo!

Ella gime, entre sometida y extasiada!

  • No! El culo no!

No puedo evitarlo, ante la mamada que me está dando mi primo, y me dejo ir en un orgasmo fabuloso dentro de su boca, que no acaba nunca. Él sigue comiéndomela con un vicio inusitado!

En menos de nada vuelvo a estar empalmado! Y él sigue, con su boca, con sus manos, con todo....

De pronto, Laica, la perra de la casa, comienza a ladrar de manera exagerada! Mierda! Todo se corta entre nosotros! Adentro sólo hay un leve sobresalto, pero a nosotros nos entra un pánico y, en menos de nada, estamos de vuelta en la casa con el músculo cardiaco a full máquina!

Menuda experiencia!

Nunca esperamos, ni en nuestras más específicas fantasías, encontrarnos ante una exhibición de tamaño calibre!

Estábamos muy sobresaltados y excitados!

Al rato, después del respiro necesario, podemos al fin dirigirnos el uno al otro con la normalidad habitual...

  • Mierda! Dice mi primo... Hemos estado a punto de que nos vieran... Puta perra!!

No sé por qué, pero sigo empalmado..... Mi primo lo nota porque ha acercado su mano hasta mi miembro.... Lo toca de una manera como nunca lo había hecho.... Estoy que reviento, otra vez....! Siento como se deleita con cada accidente de mi polla! Sin embargo se detiene de pronto, sube mi pijama y me hace un gesto para que lo siga.

Cruzamos entonces el estacionamiento de nuevo. Pensé que volveríamos a espiar a Rosaura, pero no. Me dirige hacia un pequeño porche, improvisado por los obreros con trastos viejos.

Seguía lloviendo pero allí estábamos protegidos.

No sabía bien qué hacíamos ni por qué habíamos vuelto hasta que Edgardo se saca la polla y me la pone en la boca, tal como habíamos visto hacer a Juan Carlos con Rosaura. No faltó tiempo para que me la empujara toda adentro, con cierta mala leche.

Juraría que su tamaño había aumentado en la última hora porque la sentía gorda y tensa en mi boca como nunca. El insistía en llegar hasta el fondo de mi garganta y, aunque a mi no producía ninguna gracia, se veía que a él si: con sus manos tras mi cabeza metía y sacaba su glande.

Daba la impresión que aquello iba a terminar pronto pues su intensidad era salvaje. Comienza a emitir entonces unos susurros ininteligibles que, poco a poco, su fueron aclarando y haciendo más sonoros. En voz alta y como enajenado repetía:

  • Quiero que me des el culo.

.!

Quiero que me des el culo.....!

(Continuará)