Rosa Rosae
Un investigador de una empresa de lenceria descubre un color que despierta los instintos sexuales de los hombres.
Mi nombre es Alex Sims, ex profesor de una prestigiosa universidad Estadounidense.
Actualmente trabajo en el departamento de investigación de una gran compañía de lencería, cuyo nombre no mencionare por cuestiones de privacidad y para evitar que me pongan una querella, que los abogados salen caros.
Se que les parecerá raro que una empresa de lencería disponga de un departamento de investigación pero así es, en este mundo hay que ser mejor que la competencia y si eso conlleva gastos elevados las empresas lo asumen con tal de vender más.
Mi misión en esta empresa es descubrir nuevas cosas que ayuden a vender más lencería, y estaba a punto de presentar el invento más revolucionario de toda mi carrera en la empresa. Con este motivo convoque una junta de accionistas, cuyo consejo estaba formado casi exclusivamente por hombres; junto a mi estaba Amanda mi ayudante por decisión propia desde que entre en la empresa.
Déjenme que les cuente algo de Amanda, ella se presento con motivo de unas pruebas de investigador, tenia una carrera universitaria y muy buena nota, pero el consejo formado por viejos verdes sexistas no le permito acceder a esa prueba que finalmente quedo desierta ese año y solo le dejaron acceder al puesto de azafata de los congresos que la firma realizaba cada año con motivo de las nueva temporadas. Podrán imaginar la ira y la rabia de Amanda a este respecto, pero acepto el puesto pues necesitaba algo donde trabajar con urgencia, al año siguiente yo acudí a la prueba de investigador y como ya saben me quede con el puesto, así pues tras estudiar detenidamente los currículums de los empleados elegí a Amanda como mi ayudante personal, sobra decir que también tuvo algo que ver que tuviese un espectacular físico.
Pues la junta comenzó y todos estaban ya en sus puestos, fue entonces cuando di entrada a Amanda que vestía el típico uniforme de azafata de congresos, falda a la altura de media pierna, suéter y chaqueta a juego, con el pelo recogido en una coleta.
Señores les presento mi ultimo y revolucionario invento lo que he dado en llamar el color Rosa Rosae, tras muchos experimentos y multitud de Dólares invertidos he descubierto que los hombres cuya capacidad de razonar se puede ver influida en un momento dado por el sexo, reaccionan ante este color perdiendo mientras dure la visión su "yo consciente" dando rienda suelta a sus mas bajos instintos sexuales hasta entonces reprimidos por vergüenza y/o educación y en este perfil se encuentran el 80 o 90 % de los hombres adultos.
Y como muestra de esto que les digo, Amanda cuando quieras pasa al biombo, como lo ensayamos.
Tras unos instantes quite el biombo y Amanda salio de detrás vestida solo con un sugerente conjunto de sujetador y braguita del color Rosa Rosae, antes de que pudiese darme cuanta todos los componentes de la junta estaban mirando fijamente a Amanda y no solo por su cuerpo, que era francamente espectacular sino por que el color funcionaba como yo lo había previsto, y al poco estaban todos con sus miembros en la mano masturbándose como posesos sin importarles lo mas mínimo las circunstancias en las que se encontraban.
Y esto no es todo, cualquier hombre como dije antes que se ve atrapado por este color y debido a la perdida de voluntad que sufre es totalmente receptivo a las ordenes que le de quien lleve este color, para demostrarlo que tal si baja aquí señor Kaffman.
El señor Kaffman era un hombre de unos 50 años casado con dos hijos mayores y además presidente de la junta y de la empresa, aparte de máximo accionista.
Señor Kaffman, dijo Amanda mirándole a los ojos, cuando salga de este "trance", va a nombrarme Presidenta de la empresa y va regalarme sus acciones, aparte de esto usted estará totalmente inapetente de deseo sexual hacia su mujer, pero sin embargo le excitara sobremanera cualquier otra mujer que usted vea. Si con esto no consigue que su mujer se divorcie de usted en un plazo de unas dos semanas, comenzara a acostarse con otras mujeres y procurara hacer todo lo que sea posible para que su mujer lo sepa, y si aun así su mujer le perdona, derrochara en otras mujeres incluso en prostitutas toda su fortuna acumulada. No sabrá porque lo hace pero le resultara imposible dejar de hacerlo.
Y ustedes miembros de la junta apoyaran su decisión de nombrarme Presidenta de la junta, ahora cuando yo cuente tres van a corrererse como nunca antes lo habían echo y al hacerlo perderán su personalidad y quedaran sometidos a mis deseos de por vida, atentos 1 notan como el momento se acerca, 2 esta aquí y ya es inevitable y 3 corranse y vean como sus mentes se doblegan a mi voluntad.
El espectáculo era dantesco los 30 componentes de la junta estaban eyaculando grandes cantidades de esperma y en sus caras se podía ver una felicidad como nunca habían sentido, era la venganza de Amanda hacia los que la trataron de una forma tan machista, ahora ellos eran suya como marionetas, solo que mas influyentes y con mas dinero.
Muy bien mis queridos esclavos, ahora vístanse vuelvan a sus casas y olviden que esto ocurrió. Bueno Amanda conseguiste lo que quieras la empresa es tuya ahora espero que cumplas el pacto que teníamos.
Claro Alex como nueva presidenta de la compañía doblo el presupuesto de tu departamento, tu salario y te eximo de la responsabilidad de investigar nuevos productos para la empresa. Con los productos que hay en el mercado tenemos para vivir cerca de 80 años.
Eximido de toda responsabilidad y con más presupuesto tendría tiempo para investigar productos más rentables para mi uso personal, sin que me costase un solo centavo.
Quizás ustedes se estén preguntando porque a mi no me afecta el Rosa Rosae, pues bien el color solo afecta al cerebro que a fin de cuentas controla todo el cuerpo. Y para que te domine tienes que tener ansias de sexo, casi todo el mundo las tiene, yo sin embargo gracias a mis inventos sabía que podía llegar a tener a la mujer que quisiera cuando y donde quisiera, por eso no me afecta el Rosa Rosae.
Más adelante les contare como siguió mi vida, tras este descubrimiento.
Por cierto se me olvidaba decir que el Rosa Rosae nunca llego al mercado, Amanda se quedo con el para uso privado, creo que quería formar un "harén" de hombres que la sirvieran, pero su secreto estaba a salvo conmigo mientras mi salario fuese tan sustancioso y mi trabajo tan placentero.