Rosa, la prima de mi esposa

Una prima de mi esposa tiene que mudarse con nosotros, y lo que primero fue una molestia para mí, terminó siendo una aventura muy placentera y morbosa.

La Prima de mi esposa

Buen día amigos de TD, soy peruano, y este es el primero de algunos relatos que comenzaré a escribir nuevamente. Antes relaté otros, pero dejé de escribir por falta de tiempo. Si bien las fantasías son muy buenas, en lo personal prefiero relatar cosas que me pasaron.

Bueno comenzare por decir que la idea de que llegara la prima de mi esposa a vivir con nosotros no me gustó mucho ya que tendría ocupar un cuarto que yo usaba para mi estudio y eso implicaba perder mi privacidad para poder usar mi computadora, donde podía entrar a TD sin que nadie me estuviera jodiendo, ya que laptop siempre estaba con mi esposa.

Ella es blanquita, un poco llenita y de buen culo, es una chica tranquila. Lo que destaca en ella es que tiene buenas caderas y su culito duro y redondeado (Puedo dar fe de ella ya que en más de una oportunidad le había dado palmazos cuando se metía mi cama a jugar con mis hijos y mi mujer).

Recuerdo que en una oportunidad mi esposa había salido con mis hijos a sus clases de deporte, un día sábado, eso quería decir que llegaría como al mediodía, que bueno dije, tengo casi 3 horas para poder ver TD y ponerme al día con algunas amigas, por lo que me encamine al cuarto de ella donde aún se mantenía aun la computadora. Grande fue mi sorpresa al encontrar a la dichosa prima durmiendo aun, eran casi las 9 y ya me cagó la mañana, pensé, pero hubo algo diferente, ella estaba dormida de costado, el cuarto tenía un ligero olor a sudor y alcohol. La toqué para moverla y ella seguía dormida así que me entro el morbo y levanté la sabana despacio; pude ver solo estaba con calzón, tipo biquini, color rojo, eso obviamente me encendió. Ese hermoso culo hacia que el biquini se viera diminuto, la senté en la cama para poder verlo, lo toque con delicadeza y luego la gire para verla bien. Sus senos estaban libres, con pezones pequeños y medio duros por el frio. Me acerqué, los observé detenidamente y después me prendí de uno de ellos a succionarlo despacio, Dios, que rico se sentía, se endurecía mientras lo succionaba y ella seguía dormida, cogí el otro y lo apreté con mis dedos. Ella seguía sin abrir los ojos, pensé “Es mi día de suerte o ella esta drogada”, así que la sacudí para poder despertarla y nada. Entonces con más confianza baje mi mano hasta su coñito y lo sobé por encima de su biquini me acerque a olerlo y la verdad olía muy rico, ya para eso tenía la pinga que me reventaba, así que la saqué del pantalón para menearla mientras la tocaba.

No aguante y metí la mano dentro por el costado para tocarlo directamente y cuando estaba en eso escucho que se escapa un ligero gemido, levanto la vista y veo que ella entreabre los ojos y me queda mirando fría, como asustada, y de pronto dice “¡Qué haces, eres un imbécil!”, le tape la boca con una mano y me fui encima de ella, seguía con mi mano en su coño pero no se movía así que la solté y la comencé a besar, mientras le decía “Estas rica, muy rica, estas riquísima”, ella solo se dejaba meter el dedo y cerraba los ojos la seguí besando hasta que comenzó a corresponder mis besos, entonces pensé es ahora o nunca y baje a sacarle el biquini para poder lamerle el coño, ella como que quiso hacer resistencia pero al final la levante de las caderas y ese biquini termino en el piso.

Comencé a lamérselo, una delicia, ella comenzó a soltarse y me cogió de la cabeza, me dijo “Eso querías pendejo, comerme el coño verdad”. “Si”, le decía, “Quiero hacerte mía”. “Si sigues comiéndomelo así, ese va ser tu premio” contestó, así que le metía lengua lo más profundo que podía y ella apretaba mi cabeza contra ese triángulo bien mojado soltando gemidos. Comencé a girar y acerque mi polla a su boca, ella notó mis intenciones y la espero con sus labios abiertos para metérsela, comenzó a lamer y succionarla, parecía ventosa, era muy buena haciéndolo y su lengua se enredaba en mi pinga, era sin duda una de las mejores mamadas que me habían dado. Comencé a acariciarle el culo, ella lo apretó un poco y le dije “Suéltate, que hoy eres toda mía y no va haber hueco que se me escape”, así que entre regañadientes soltó las nalgas para que le explore el ojete con mi dedo, ella por su parte cogió mi pinga se la trago toda y cuando estaba toda dentro le dio una mordida suave, eso hizo que me caliente aún más por lo que comencé a meterle un dedo en su cerrado culito, ella dio un gemido fuerte, para luego apretarme la cabeza con las piernas y venirse en mi boca por completo, se relajó, se dejó caída en la cama, me acomode encima de ella y me miro con cara de miedo. Se la comencé a meter despacio, ella después de su orgasmo pareció recobrar la cordura y comenzó a decirme que me detuviera, que pensara en mi esposa, hasta que de una sola estocada se la metí completa para callarla. Dio un nuevo gemido terrible y se transformó por completo. Comenzó a decirme “Despacio, despacio que tenemos tiempo”, la comencé a bombear y ella gemía como loca, subió sus piernas y las enrosco a mi cintura para comenzar a moverse, así que decidí levantar sus piernas a mis hombros y darle con más fuerzas. Se alocó la muy puta a tal punto que cogió la almohada para no gritar, ya estaba por venirme y me sale diciendo si tenía un condón, me corto todo, “¿Qué?, no puede ser” le dije, “No me puedes dejar así”; “Sí que puedo” me dijo, “Sin condón nada que ver”.

“Aún hay un hueco donde puedo terminar sin temor a embarazarte, putita, te lo meto por el culo”.

“¡Estás loco, por ahí no!”, “Es la única solución, la otra es que te lo tomes” le dije, “Entonces me lo tomaré” dijo ella, pero la verdad su culo era mi meta, volví a insistir diciéndole “Dale, déjame darte por el culo” mientras la bombeaba suavemente y le mordía los pezones para calentarla más y acepte. “No, estás loco, me va doler, si sólo con tu dedo me dolió mucho”, “Dale, te lo meto despacito para que no te duela”, “¿De verdad? me pregunto ella, “Si, de verdad, te prometo que no va a dolerte mucho” le dije, y mientras veía ya una sombra de duda en su mirada le dije “Dame un poco de tu crema de manos y ponte en cuatro como una perrita”, el espectáculo era de maravilla, un culo blanco y firme en cuatro patas, me acerque a besarlo y pasarle la lengua, ella se estremecía y gemía, “¿Qué haces Alan?” me dijo, “Lo estoy preparando putita, porque hoy no se salva”, así que le puse un poco de crema y un poco en la cabeza de mi polla y comencé a apuntar a ese ojete rosadito, apoye la punta e hice presión, ella gimió un poco y entro parte de la cabeza. Comenzó a chillar y apretar el ojete, le di una nalgada y le dije que se soltara para que no te duela, ella aflojó las nalgas y de nuevo comencé hacer presión para que entrara, ya había entrado la mitad y la muy pendeja me decía “Me duele, sácala por favor, termina en mi boca, en mis tetas o en mi coño si quieres, pero me duele, si quieres te la chupo por favor y me tomo tu leche o dame tu leche en mi coño pero sácala”.

“No, ya es muy tarde, ya entro la mitad y no voy a dejar ahora de reventarte el culo, vas a ver que va entrar toda, te dije que hoy exploraría todos tus huecos, esta mañana eres mi mujer, así que saca el culo más para terminar de metértelo de una vez” Así que le metí toda la pinga contra su voluntad, de verdad ese culo apretaba y ella comenzó a sollozar, a decir que le dolía, me decía “Ya no te muevas por favor”, “No te preocupes, que ya entro toda, cálmate para que se acostumbre”, luego de unos momentos, quizás un par de minutos en que ni ella ni yo nos movíamos, mas que para besarle los hombros y el cuello, de ella misma salió un “Muévete despacio ahora”, le di gusto comencé a moverme lentamente hasta comenzar a escuchar sus gemidos, “Si, así” me decía “Mételo mi amor, muévete pendejo, muévete, mételo, me estas rompiendo el culo, eso querías verdad!!!”, “Si, eso quería Rosa, romperte el culo, ese rabo que te gastas me volvía loco desde que llegaste y va ser siempre mío”, “Si, va ser tuyo cuando quieras, dame tu pinga, rómpelo, rómpelo hazme gozar”. Ella comenzó a moverse como loca con mi pene adentro y en cuatro, que rico como ajustaba, hasta que le dije que ya se me venía la leche, “Si, dámela ahí, dame tu leche, toda, lléname el culo, siiiii, que ricoooooo”, “Qué es lo quieres, dímelo, grítalo, que te escuche tu prima”, “Quiero que me llenes el culo con tu leche, que la cornuda de mi prima sepa que te estoy ordeñando los huevos con mi culo, llénamelo” y solté toda mi leche dentro, cayendo rendido sobre ella. Lo saqué con cuidado y ella se acomodó boca arriba en la cama y se tocaba el culo, “Mira como me lo has dejado” me decía, “Te queda algo por hacer” le dije, “¿Qué cosa?” me dijo, “Tienes que limpiarlo pues, te está esperando”, así que sin discutir, se acomodó y comenzó a mamarlo sin importarle que minutos atrás había estado dentro de su culo, lo lamio todo y lo succiono con mucho cariño sacándome hasta la última gota de leche.

Después de eso me conto que en la noche había estado con unas amigas tomando porque había peleado con su enamorado y habían terminado, así que su decepción amorosa ya se había solucionado en la mañana al haberle hecho el amor y que esperaba que no le cuente a nadie de lo sucedido, después de esa oportunidad, cada sábados que salía mi esposa y la casa se quedaba sola, aprovechábamos para estar juntos, volviéndola adicta al sexo anal, su culo pasó a ser mi adoración ya que para ella agradarme más se inscribió a un gimnasio para mantenerlo durito para mí.

Tuvimos unas cuantas aventuras más, ya que a ambos nos gustaba el peligro y éramos muy morbosos, pero será motivo para otro relato.

Hasta pronto, amigos y amigas de TD.