Rosa II
Cuando hablé de Rosa terminé en un breve desayuno en el que pude comprobar que estaba convencida de lo vivido y consentía en que le preparase la cita.
Cuando hablé de Rosa terminé en un breve desayuno en el que pude comprobar que estaba convencida de lo vivido y consentía en que le preparase la cita.
Ya tiene razón el refrán. El comer y el rascar, todo es empezar y pudorosos nuestros abuelos le llamaron rascar al follar. Así que aquellos días Rosa estaba de un inquieto que yo me propuse controlar. Me sentía responsable y si deseaba disfrutar disfrutaría pero no permitiría que se descontrolase y menos aún que tal descontrol la desconsolase.
Mientras tanto yo mantenía mi actividad sexual y con ella mis relaciones con Martí. Y en una de estas citas le insinué que le prepararía una cita sorpresa en la que una vez más tenía que hacer acopio de la mayor de las discreciones.
Convencida y confiando en los dos invité a Rosa a cenar eligiendo un celebrado restaurant de nuestra localidad. Escogí un día sin compromisos y aunque las dos vivimos bastante cerca del restaurant yo fui en coche que dejé a dos calles. Llegué antes para esperarla y aunque era una cena entre dos amigas cuando la vi llegar no pude evitar sonreir por lo guapa, lo guapas que nos habíamos acicalado las dos.
Entre los comensales varias personas conocidas lo que daba un plus de naturalidad a la cena en la que conversamos de varias cosas pero no tardamos en centrarnos a los últimos acontecimientos y sensaciones despertadas. Rosa intentó tirarme de la lengua y saber con quien le estaba preparando la cita, si bien sabía que podría ser un jovencito, al levantarnos de la mesa tuvo claro que era un joven, muy joven, con quien disfrutaría su primera infidelidad por penetración. A parte de esto la cena fue un confesionario por su parte no tan solo de como fantaseaba sino de como había repercutido para bien en los encuentros sexuales con su marido. También sirvió para hacerme una idea de cual era su agenda para los próximos días.
Al salir quise ver su reacción, la conversación me había excitado, imaginar a Martí con Rosa me excitaba y el recuerdo del último día con ella en el mirador cercano al Tibidabo me excitaba, así que le dije que tenía el coche a dos calles y que la acompañaba a su casa. Fuimos hasta el coche y si bien las primeras calles eran las correctas al poco le dije, "tens 5 minuts y comentem unes coses?" y dirigí el coche a un parque cercano y lo estacioné en un lugar que durante el día nos habrían multado. Me acerqué a ella y la besé, le besé la boca con un beso que iba acelerando su pasión y no tardó en ser una comida apasionada y lasciva. Rosa me sorprendió tomando parte de iniciativa pellizcandome un pezón, casi que no se entretuvo en acariciarme el pecho sino que fue directamente a pellizcarme el pezón. "Per qui em faràs follar?" preguntó sin dejar de pellizcarme. Soy sumisa le respondí, no te lo diré y disfrutaré si tu disfrutas.
Vuelvo a decir que me sorprendió su iniciativa, la mente de las personas es sorprendente en cuando al sexo y sus fantasias se refiere. Estuvimos sobre una hora alli alternando comentarios y excesos sexuales que culminaros con un abrazo fundido en un húmedo beso. Ya en la puerta de su casa se bajó con un, ya dirás.
Al final concreté la fecha tanto con Rosa como con Martí. Ahora quedaba como organizaba el encuentro ya que reservé habitación en el Porta Fira y no precisamente de las más baratas. No se porque pero mantenia mi espíritu protector con Rosa, así que le dí una còpia de las llaves del coche a Martí para que tuviese acceso al maletín con los objetos que le gusta utilizar y le pedí que acudiese a la cita en tren. A la vez, Rosa y yo salimos con tiempo para ir a comer antes de acudir a la cita, así yo podía estar segura de su disposición al encuentro.
Durante la comida la tensión sexual fue en aumento, las dos nos comportamos a la altura del restaurant pero la conversación nos delataba. Yo tenía varios planes para iniciar el contacto, todos claro está ya en la habitación. Al final me decidí por dejar a Rosa vestida y solamente le coloqué el antifaz, que conocedora por experiencia de sus deficiencias ya había customizado como con una bolas de algodón que evitaban cualquier resquicio de visión así como de unos tapones de cera de nadador.
Allí estaba ella, preciosa, con el pelo suelto y el antifaz. De pie de espaldas a los ventanales y de cara a la puerta cuando esta se abrió y apareció Martí con el maletín. Miró a un lado y a otro, dejó el maletín y con la mano me hizo señal de que esperase. Salió y pasados 7 minutos volvió con una silla y me sorprendió ordenandome que me sentara en ella. Esto no lo tenía previsto pero Martí tiene todo el consentimiento para actuar conmigo como un perfecto Amo. Sentada me ató los tobillos por la parte exterior de las patas de la silla y los brazos en la espalda de la misma. Del maletín sacó un consolador rugoso que se puede accionar a distancia y me folló con el, ajustándolo con cinta de merceria para que no lo expulsase. Lo puso al mínimo y se acercó a Rosa.
Sin tocarla inició una aproximación con sexo tántrico que solamente de verlo me estaba poniendo a mil y a Rosa aquello la estava excitando sobremanera. Dedicó bastante tiempo a las partes del cuerpo de Rosa que lucían su piel, sin tocarla ni tampoco desnudarla. Si bien Rosa llevaba medias, Martí siguió con este contacto tántrico por sus piernas llevando sus manos al interior de su corta falda sin llegar a levantala.
Pasaron unos largos minutos así cuando Martí sin dejar de transmitir su energía sobre la piel de Rosa me miró y cogiendo el mando lo subió un poco. Yo me mordia el labio de placer. Estoy orgullosa de cuanto he enseñado a Martí. Mi cuerpo era todo deseo y a la vez era como un cuerpo mellizo del de Rosa ya que en mí notaba las vibraciones de placer que Martí le transmitía a ella. Volvió Martí a arrodillarse para seguir con el placer tántrico sobre las piernas de Rosa cuando fue subiendo hasta esconder sus manos otra vez bajo su falda. Aquí me miró y casi con percepción de rayos X pude ver como los dedos de Martí entraban en contacto con la piel de los muslos de Rosa por encima del charol de encaje y sonriendo sacó la mano, me la enseñó, se levantó y se los acercó a la boca de Rosa para que los chupase. Su sexo estaba rebosando flujos.
Con los dedos en la boca de Rosa, Martí inició un recorrido por el cuerpo de Rosa entre el deseo y el placer tántrico. La desnudaba con una parsimonia que encendía mi deseo y recorria cada nuevo centímetro de su piel con los dedos y la boca que hacian que Rosa fuese un poema de expresiones de placer y entrega.
El ventanal de la habitación era casi de cuerpo entero. Martí descorrió las cortinas, acercó a Rosa ya desnuda, tan solo con las medias y el sujetador y levantándole un pie que hizo reposar encima del alféizar interior de la ventana empezó a lamerle el cuerpo, a chuparle los pechos buscando sus pezones, bajando por su vientre hasta alcanzar su sexo que empezó a lamer con deseo. Rosa tenía que saber donde estaba ya que con una de sus manos se apoyaba en el cristal de la ventana y por tanto notar su frio y estoy convencida de que esto todavía la excitaba más.
Alcanzó un primer orgasmo provocado por la boca de Martí. Este se levantó y girando a Rosa hasta dejarla de frente al vental se puso detrás de ella y abrazándola empezó a recorrer su cuerepo con sus manos, liberandole del sujetador y presionando sus pechos, buscando sus pezones que empezó a pellizcar y arañando su vientre mientras bajaba en busca de su sexo donde introdujo directamente dos dedos ya que ara un verdadero charco de jugos placenteros. El trabajo y manoseo a que la tenía sometida Martí provocó en ella varios orgasmos que no podía disimular con unos chillidos que me encendían más y más a cada momento. En este momento Martí liberó su miembro y girándola con brusquedad la hizo agachar y Rosa, golosa y desbocada empezó a chupar y mamar aquella verga hinchada a la vez que le daba más poténcia al mando.
Martí luchaba entre el control y el descontrol. Le empezó a follar la boca provocándole arcadas cuando su glande llegaba al fondo de la garganta. Pero al final paró. Reservó la corrida para follarla pero debía de descargar la tensión y levantándola de nuevo la volvió a poner de cara a la ventana pero esta vez acompañando su espalda con la mano la curvó para que quedase con el culo en pompa. Empezó a comerselo para dejarlo bien ensalivado y con una deción que podía confundirse con brusquedad la sodomizó primero con un dedo y luego con dos.
La cara de Martí se relajó, la cogió con la mano, la giró y abrazándola empezó a besarla y morrearla con deseo pero con cariñosa pasión y manteniendose así la fue conduciendo hasta la cama donde la tumbó. El se desnudo y se acomodó encima de ella empezó a hacerle el amor. Se colocó de tal manera que yo tenía completa y nítida visión de su miembro entrar y salir del sexo de Rosa. El ritmo era lento pero tal la excitación de Rosa que noté que le llegaria otro orgasmo y más viendo como ella le abrazaba a el y descubria su joven cuerpo. Alcanzado el orgasmo el se separó todavía sin haberse corrido y los dos quedaron allí tumbados dejando que los dedos, como con timidez, recorrieran las pieles de ambos cuerpos. Martí y yo nos mirábamos. Tomó el mando y fue jugando con las velocidades provocándome un placer que tenía que terminar en un explosivo orgasmo, pero que el seguía controlando.
Empezó a acariciarse el miembro y con la otra mano cogió a Rosa por el pelo acercándola para que se lo tragara, estaba despertando la pasión. Mantenía su cabeza cogida por el pelo y marcando el ritmo de la chupada hasta que girando sobre si mismo se arrodilló y buscándola empezó a follarla desde detrás, provocando sonoros gemidos en Rosa. Estando así, mientras la follaba empezó a palmearle las nalgas y sus embites eran secos y seguros. Rosa levantaba la cabeza y gemia. Me excitaba tanto la situación que empecé a gritar, "escorre't, escorre't". los tapones podían distorsionar y alterar el timbre de la voz pero no evitar oirme y yo, con el consolador vibrando dentro de mí me uní al nuevo orgasmo de Rosa.
Martí se levantó dejando a Rosa descansando sobre la cama y se acercó a mí. Primero sin desatarme empezó a besarme y a manosearme quitando el consolador de mi sexo para introducirlo directamente y sin aviso en una seca sodomización que me hizo gritar más de placer que de dolor.
Me desató y nos acercamos a la cama. El se mantenía duro pero yo me agaché y se la lamí no se si para limpiarsela o para llevarla al 110%. Estabamos llegando al clímax de la cita.
Martí empezó a recorrer el cuerpo de Rosa, a acariciarlo,a prepararlo para hacerle el amor y se acomodó a su lado primero y sobre ella cuando empezó a penetrarla de nuevo como si fuese una virgen. En este momento acaricié levemente el pelo y la cara de Rosa para que supiese que estaba a su lado y le quité los tapones de cera. Rosa se mantenía abrazada con delicado deseo a Martí y yo empecé a hablarle. Una de las primeras cosas que le dije es que el todavía no se había corrido, que se reservaba para el mejor de los momentos.
Mientras Martí le hacía literalmente el amor con total sensibilidad yo le acariciaba el pelo y la cara a la vez que le susurraba rozando mis labios en su oreja. Ella estaba en un estado de orgasmo perenne y Martí y yo nos ibamos mirando. Cuando noté en su mirada que su orgasmo se iba acercando cambié el contenido de los susurros y le dije a Rosa. "Vols saber qui és?", ella respondió afirmativamente. Añadí, Quieres verle y descubrir por ti misma quien te ha usado, follado y ahora te está haciendo el amor o prefieres que te diga su nombre manteniendo tus ojos tapados ?.
Se que le conozco, así que díme su nombre, pero yo deseaba que el momento fuese de mayor impacto, así que insistí. Martí estaba llegando, controlaba sus movimientos para aguantar. Yo seguía acariciando a Rosa y susurrandole. Cuando dijo que quería verle y besarle le pregunté si estaba convencida. Enmedio de un estado orgásmico y estando Martí aguantando como podía respondí al si de Rosa en el momento que Martí eyaculaba dentro de ella soltandose enmediio de unos bufidos ensordecedores. Le quité el antifaz a Rosa y su respuesta ante la sorpresa y coincidiendo con la ya dicha eyaculación y orgasmo fue de chillar un Martíiiiiiiiii a la vez que le abrazaba con extrema fuerza.
"Martí, Martí, quina vergonya !" però mientras lo decía sonreía y le mantenía abrazado casi sin callarse. Yo llamé a recepción pidiendo una botella de cava y un poco de reposteria y me mantuve arrodillada al lado de la cama acariciando a Rosa y por momentos a Martí hasta que llamaron, me puse la camisa de Martí y acudí a abrir.
Aquel momento de relax nos sirvió para conocernos un poco más desde la intimidad que la sexualidad nos ofrece y ya reconfortados por la merienda nos volvimos a relajar sexualmente ahora los tres juntos y siendo yo compensada por Martí quien me uso siendo penetrada por donde le apeteció.
NOTA.- Ayer 10 de marzo cenamos las tres sumisas y el Amo. Acordamos un período de cuarentena dadas las circunstáncias actuales, en la que limitaremos al máximo nuestras relaciones sexuales. Yo me limitaré a mi marido y a Martí y cuando las circunstáncias lo permitan también con mi Amo. Sin episodios con terceras personas. No se si aprovecharé para publicar algunas vivencias del pasado. Esperemos que todo vuelva pronto a la normalidad.