Rosa

La traición se castiga

Ernesto

Miré el reloj y faltaban cuatro minutos para las nueve. Rosa me esperaba en su casa y por una vez en mi vida llegaría puntual a recogerla, nunca en los dos años que llevábamos juntos lo había sido, en algunas ocasiones, por el trabajo o por los amigos, sus esperas fueron interminables. Quería que todo fuera distinto y no hacerla sufrir más. Esta vez sería diferente, a las nueve en punto la vería y pasarían una velada inolvidable con cena, baile y después... A menos un minuto, bajé del coche y me acerqué a su puerta.

Rosa

Por favor jose tienes que marcharte ya - le decía Rosa con la boca pequeña mientras éste besaba su vientre desnudo.

Llevaban todo el día y toda la tarde metidos en la cama haciendo el amor. Lo mismo que habían hecho en las dos semanas posteriores a conocerse. Al principio Rosa se sentía mal, no quería hacerle daño a ernesto pero el día que se conocieron él la había dejado tirada en un restaurante del centro "me acaban de llamar de la central y debo ir pitando" cuando no era la central era una delegación y cuando no, pues algún amigo con un problema importantísimo que tenía que atender. Estaba harta, por eso cuando conoció a jose se entregó a él sin pensarlo.

De acuerdo, uno rapidito y te largas, te prometo que esta noche corto con ernesto - decía mientra deslizaba su mano hacía la polla de jose - hemos quedado a las nueve pero, como siempre, seguro que no llega antes de las on... - antes de que pudiera terminar de hablar, él había empujado su cabeza para metersela hasta la garganta. Adoraba su miembro, más grande que el de su novio y, aunque no aguantará tanto como ernesto si que podía repetir una y otra vez sin problemas. Incluso en un par de ocasiones ella misma había tendio que pedirle que parara para descansar su vagina irritada por tanto roce. Siguió mamando, tratando de meterla cada vez un poco más en su boca y cuando la sentía en su garganta la aguantaba dentro hasta que una arcada hacía que se le saltarán las lágrimas. La dureza del miembro le hizo sentir que estaba a punto de correrse, subió encima de él y sin apenas usar las manos se penetró ella misma hasta el fondo. El inmenso placer que sentía con ese totem dentro era indescriptible, se movía como poseida por el demonio tratando de tocar cada milímetro de su utero con sus movimientos, mientras jose, apretaba con fuerza sus pechos desnudos y mordisqueaba sus rosados y erectos pezones. Las gotas de sudor resbalando por sus cuerpos delataban la pasión y el deseo del momento.

Ernesto

Llevaba días planeando esa velada. Tanto la había imaginado en su cabeza que podía saber que pasaría cada minuto de la noche. Todo tenía que ser perfecto. El día anterior mientras ella se duchaba después de hacer el amor, él aprovechó para cojer las llaves de su bolso y bajar corriendo a la ferretería para hacer una copia. Seguro que no esperaba que llegara puntual y probablemente estaría aún sin terminar de arreglar o en la ducha. Imaginarla desnuda, duchándose para él, le hizo dudar de si aguantaría hasta el final de la noche para poder poseerla. Un poco nervioso y excitado por sus pensamientos sacó la llave y abrió la puerta. Le extrañó que todo estuviera apagado y pensó que tal vez Rosa hubiera salido pero un ruido y un haz de luz en la planta de arriba le hizo recobrar la esperanza en que no se le iba a chafar la sorpresa. Comenzó a subir la escalera mientras una sonrisa afloraba en su rostro pensando en la cara de su novia cuando lo viera aparecer. ¿Un gemido de Rosa? Quiso pensar que su cabeza le jugaba una mala pasada pero el escalofrío que recorrió su cuerpo le hizo temer lo peor. - No te corras dentro, quiero tragarlo todo - oyó decir con toda claridad a su novia, la misma que nunca lo dejó a él terminar dentro de su boca.

¿Qué estaba pasando?¿Qué es lo que ocurría? No podía creer lo que sus oidos escuchaban. La ira que se desataba en su interior iba creciendo a medida que se acercaba a la puerta de la habitación. Ya sabía que no había nada que hacer la relación con Rosa había terminado de la peor manera posible, siendo engañado.

La puerta estaba abierta por una rendija a la que se asomó con sumo cuidado de no ser escuchado. Lo que vio le hizo sentir el deseo de entrar y liarse a puñetazos con los dos. Rosa, su novia desde hacía dos años, aquella para quién había preparado la velada más romántica de su vida y por la única mujer por la que había sentido algo se encontraba desnuda sobre un joven al que no conocía, subía y bajaba sobre él como una aunténtica puta. Guardó la calma de manera sorprendente y decidió sacar el móvil para tener pruebas de la traición. Cuando empezó a grabar tuvo que apartar la mirada del visor para no ver como Rosa se arrodillaba delante de su joven amante e introducía su polla en la boca mientras este comenzaba un bombeo frenético que no duró más de un minuto. ¡Se estaba corriendo en su boca!, lo sabía, podía ver como por la comisura de sus labios aparecía el semen que no alcanzaba a tragar. Siguió mamando la verga durante más de cinco interminables minutos dejando el miembro brillante ante la cara de felicidad del amante.

Todo había terminado, por eso antes de que pudieran verlo, salió corriendo por la escalera tratando de hacer el menor ruido posible, abrió la puerta y se marchó dejándola así a su paso.

Rosa

Tenía todo el cuerpo entumecido y podía sentir palpitar el corazón en su vagina después de toda la tarde con el pene de jose dentro. Quería tener esa sensación para siempre al igual que sentir el sabor de su semen en la boca. Se sentía llena, satisfecha. Su cabeza le decía que no era la mejor manera de actuar pero su cuerpo se estremecía con sólo pensar en su nuevo amor penetrándola sin descanso. Estaba decidido esa noche dejaría a Ernesto, en esos pensamientos estaba mientras se duchaba, no se dió cuenta de que Jose había entrado en la ducha hasta que sientió sus manos acariciarle sus generosos pechos por detrás. Iban a comenzar otra vez, podía notar toda la dureza de la polla de Jose rozando con sus nalgas, deseaba que la penetrara otra vez pero esta vez su nuevo amor quería otra cosa. Con una mano separó sus nalgas y comenzó a pasar la punta del glande por la entrada del ano. Eso era nuevo, nunca había permitido a nadie acceder a esa zona. Alguno de sus novios anterior lo quiso hacer pero ella nunca los había dejado ni siquiera pasar su lengua o sus dedos por esa zona que ella consideraba prohibida. Quizás Ernesto había sido el más insistente y en varias ocasiones de había enfadado ante la negación a hacerlo. Con Jose era distinto quería dárselo todo y no puso impedimento alguno a que tratara de penetrarla analmente, ella misma le ayudaría. Con una mano cogió el gel de baño y embadurnó la entrada de su ano sintiendo una sensación de quemazón al introducir la punta de su dedo índice, repitió el mismo proceso con el aparato de Jose que parecía que fuera a estallar por la excitación de lo que se acercaba. Cuando creyó que todo estaba listo agarró el pene de Jose y lo acercó a su ano, estaba nerviosa, sabía que iba a doler pero pensó que estaba preparado para ello, que el querer dárselo todo a él sería suficiente para superar esa prueba de fuego. Que equivocada estaba, en el momento en que Jose introdujo la punta un calambre de dolor le hizo ver las estrellas.

Para, para por favor. No puedo me duele mucho, no puedo, no puedo - los lamentos de dolor de Rosa se hacían cada vez más audibles.

Aguanta un poco cariño, sólo he metido la punta - le decía Jose temiéndose que no iba a lograr su objetivo de hacerla completamente suya - no me puedes dejar así.

Déjame que te compense con una mamada, te prometo que volveremos a intentarlo otra día hasta que puedas metérmela entera y follármelo sin que me duela demasiado - suplicaba Rosa con lágrimas en los ojos.

De acuerdo pues ya puedes arrodillándote y hacerme la mejor mamada que hayas hecho nunca - estaba frustrado por no haber conseguido su objetivo pero tranquilo por saber que su culo sería suyo y además lo estrenaría él.

Al terminar de correrse y tomarse ella todo como tanto le gustaba salió de la ducha y fue al dormitorio para vestirse, al ver el reloj se sobresaltó viendo que eran casi las diez.

Rápido Jose, tienes que irte. - asustada ante la posibilidad de que llegara ernesto, casi no dejó que Jose se vistiera sin terminar de abrocharse la camisa lo acompañó a la puerta. No había llegado a la puerta cuando vió algo que le puso los pelos de punta.

¿Qué hace la puerta abierta? Le preguntó a jose culpándolo por ello - creí haberte dicho que la cerraras al entrar.

Jose con cara sorprendida le contestó - estoy seguro de haber cerrado, pero no sé ahora me pongo en duda.

Buena da igual, márchate en cuanto pueda te llamo y hablamos - y con un beso cerraron la despedida.

Eran las once y media y llevaba casi una hora vestida esperando a Ernesto que no daba señales de vida. Lo había llamado varias veces al móvil pero salía apagado. Por último, decició dejarle un mensaje bastante claro. "Ernesto estoy cansada de esperar siempre, lo siento me hubiera gustado decírtelo en persona pero ya que no vienes. Quiero que dejemos de salir juntos y no vuelvas a llamarme nunca más" - estaba muy enfadada, no era su estilo pero Ernesto había conseguido sacarla de quicio con su actitud y, además, amaba a Jose. Aunque en su interior sabía que algo raro pasaba.

Hacía un año desde que empezó a salir con Jose y con el tiempo se olvidó de Ernesto de quién no supo nada más desde que lo dejara por teléfono.

Era el día de su aniversario y habían quedado en un hotel de la periferia, de esos que usan la parejitas "clandestinas" para expresarse su amor físicamente. Era un poco raro no había hablado con Jose desde el día anterior y cuando recibió su email esa mañana para citarla en el hotel se extrañó un poco, daba igual le encantaban las sorpresas y le parecía todo muy excitante. Se puso un ropa interior muy sexy, con un tanguita que apenas le tapaba su depilado sexo y un sujetador de seda transparente que apenas podía contener dentro sus turgentes pechos. Una minifalda y top negro con unos zapatos de tacón de aguja completaban el atuendo de una mujer que estaba dispuesta a darle "eso" que pacientemente había esperado y deseado su novio durante un año. Esa noche dejaría que la sodomizara. Se miró una vez más en el espejo y orgullosa vió como a sus 32 años tenía un cuerpo espectacular, perfectamente esculpido y adornado con una larga y cuidada melena morena.

Bajó de su coche y se encaminó hacía la habitación 103 tal y como le había dicho Jose en su correo, la sensación de sorpresa hacía que se notara nerviosa y eso empezaba a excitarla mucho. Llamó a la puerta y no tuvo que llamar más pues al tocar con el puño esta se abrió y mostró una habitación en penumbras. Pudo ver la cazadora de Jose sobre una silla al fondo de la habitación y eso la animó a entrar. Encendió la luz y tras cerrar la puerta pasó por delante del baño y recorrió los escasos cuatro metros del pasillo.

Jose, por si no lo sabías me encantan las sorpresas pero esta me está empezando a dar un poco de miedo, dime algo cariño que si no es por ver tu cazadora en la silla ni entro - decía Rosa como tratando de tranquilizarse con sus propias palabras. No podía imaginar la sopresa tan grande que encontraría al llegar junto a la cama.

Dios mío, Ernesto ¿Qué haces aquí?¿qué significa esto? - Por un momento se sintió aturdida no entendía qué pasaba ¿Dónde estaba Jose?, no podía imaginar que encontraría a Ernesto en la cama, tumbado, vestido sólo con un albornoz del hotel.

Hola cariño, que sorpresa encontrarte aquí, hacía mucho que no te veía - contestó Ernesto con una sonrisa socarrona en los labios.

Rosa se puso tensa y trató de salir de la habitación pero se paró en seco al oir a Ernesto - ¿No quieres saber dónde está Jose? Si sales por esa puerta no lo volverás a ver.

Las lágrimas afloraron en los ojos de Rosa al oir esas palabra. ¿Qué quieres decir?¿Dime ahora mismo dónde está?

Tranquila cariño no le va a pasar nada si haces todo lo que yo te diga - mientras hablaba abría su albornoz dejando ver su cuerpo desnudo.

Ella empezó a temblar temiendo lo peor - ¿Por qué me haces esto? Hace un año que no sé nada de ti, te llamé varias veces y ahora haces esto ¿Quién te crees qué eres? No pienso hacer nada de lo que tu digas lo que voy a hacer es llamar a la policía - visiblemente alterada sacó el móvil. Una carcajada de Erenesto cortó el aire - Anda Rosa por qué no abres el tu portátil y entras en tu correo, así podrás saber dónde está tu querido novio.

No se atrevía a abrirlo pero con manos temblorosas lo hizo. Con horror pudo ver a Jose atado y amordazado con visbles signos de haber sido maltratado. No pudo reprimir el llanto y comenzo a sollozar muy alterada. - Maldito cabrón ¿Qué es lo que quieres? No le hagas daño por favor haré todo lo que me pidas por favor.

¿Lo ves cariño? No es tan difícil arreglarlo, a Jose no le pasará nada sólo tienes que hacerme pasar un buen rato, a lo mejor si piensas en tu novio te será más sencillo - Ernesto se había puesto en pié y le pasaba una mano por su morena melena.

El llanto se hizo sonoro en lo labios de Rosa pero sabía que no tenía remedió, trató de concentrarse en Jose y en que sólo ella podía salvarlo. Quizás si lo hacía bien, todo acabaría pronto. Dicho y hecho, se arrodilló sin mediar palabra y agarrando el miembro de Ernesto empezó a besarlo y mamarlo. Trataba de hacerlo profundo procurando darle el mayor placer posible para acabar cuanto antes.

En el rostro de Ernesto se reflejaba la maravillosa sensación que le producía el tener a Rosa arodillada haciéndole una felación y, al mismo tiempo, porque su venganza se iba a cumplir después de mucho tiempo esperando.

Empujaba la cabeza de la joven contra su vientre y la dejaba presionada cuando su nariz le rozaba el pubis produciéndole arcadas, Rosa respiraba con dificultad pero no estaba dispuesta a mostrar debilidad ni pensaba parar por miedo a que tomara represalias contra Jose. No sabía cuanto tiempo llevaba de rodillas mamando sólo sabía que se le hacía interminable el castigo y deseaba terminar cuanto antes.

Cuando Ernesto sentía que iba a correrse apartó su cabeza y se quedó mirando como la que antes había sido su amada respiraba con dificultad y expulsaba gran cantidad de babas debido a las arcadas producidas.

Levántate cariño que aún no quiero correrme ¿No querrás acabar tan pronto?.

"Eres un cerdo" pensaba Rosa sin atreverse a decirlo - Haré todo lo que me pidas con tal de que no hagas daño a Jose.

Eso está muy bien, así me gusta. Ahora quiero que te desnudes para mi, quítatelo todo menos las medias y el tanga.

Rosa, cada vez más humillada por la situación comenzó a quitarse el top y la falda quedando con la ropa interior.

En ese momento Ernesto se acercó a un maletín que tenía junto a la cama y sacó una cámara de video que puso en funcionamiento - vamos a grabar todo para que nos quede un bonito recuerdo.

Ella no estaba dispuesta a pasar por ahí, sabía que si Ernesto era capaz de violarla también era capaz de publicar ese video en cualquiera sabe cuantos lugares.

Debes estar loco si piensas que voy a permitir que grabes en video lo que pase en esta habitación - comentó orgullosa.

No estás en disposición de exigir nada ¿Te olvidas de que tengo a tu novio y de qué su bienestar depende de ti?

Tenía que aceptar lo que le pidiera, no conseguía entender porque Ernesto le hacía eso, no se portó muy bien cuando estuvieron juntos pero nunca imaginó que la haría sufrir de esa manera y menos aún cuando hacía casi un año que no sabía nada de él.

¿Por qué me haces esto? - le recriminaba con los ojos empapados en lágrimas pero aceptando al mismo tiempo su destino, no quería por nada del mundo que le hicieran más daño a Jose.

De acuerdo haz lo que quieras, pero por favor termina pronto.

Muy bien Rosa, es fácil tú dejas que haga contigo lo que quiera y después yo dejaré que os marchéis a vivir una vida feliz y plena. Así que vamos, ponte a cuatro patas en la cama - mientras le daba la orden ponía la cámara en la mesita de noche logrando un ángulo perfecto de su tanga que dejaba entrever parte de su ano y sus labios vaginales. Sabía lo que quería, quería tomar de ella lo que nunca le dejó, estaba dispuesto a partirle el culo y deseaba con todas sus fuerzas que aún fuera virgen por ahí. Su pene estaba totalmente erecto con la excitación de consumar su venganza, había pasado mucho tiempo y por fin había llegado el momento. Se acercó a ella y le bajó el tanga hasta la mitad de los muslos, la visión era maravillosa, su vagina y su ano completamente depilados le hacían que casi se corriera de la excitación, comenzó a pasar la punta del glande por su vagina. Sentía como Rosa temblaba de miedo y la escuchaba sollozar entre lamentos por su mala suerte. No quería mojar su polla, quería que estuviera lo más seca posible, deseaba que sintiera un dolor similar al suyo cuando la vió en la cama con Jose aquel día que le destrozó el alma. Con los dedos acarició el alrededor de su ano. Rosa sentía escalofríos al sentir su tacto, acercó su pene a la entrada de su orificio trasero y en un acto reflejo Rosa saltó

¡No, por ahí no por favor! - le suplicó.

Entre carcajadas le dió un fuerte azote en las nalgas dejando su mano marcada en ellas.

hoy eres mía y voy a hacer contigo lo que me plazca - volvío a la carga sobre su ano y Rosa se resistió, forcejearon pero la fuerza del hombre era mucho mayor a la de ella.

Te lo voy a hacer quieras o no, tu culo me pertenece y me lo voy a follar.

Por favor Ernesto, tú no eres una mala persona no entiendo nada, por favor fóllame por delante te dejaré sin rechistar pero no me partas el culo, nunca lo he hecho por ahí y me harás mucho daño - suplicaba mientras seguia forcejeando para que no llegara a su ano.

Me estoy cansando Rosa, así que ya tengo la solución - se separó de ella por un instante para dirigirse a su zapato, quitó un cordón para atar sus manos a la espalda. La chica entre lamentos continuo peleando hasta que un bofetón en el rostro la dejó aturdida. Ató sus manos a la espalda y la situó boca abajo con el culo en el borde de la cama y las piernas colgando. Con las manos sujetó y al mismo tiempo separó las nalgas de Rosa dejando ver un precioso y oscuro círculo completamente cerrado, "es virgen" pensó para su plena satisfacción. Rosa no paraba de llorar y suplicar pero sus lamentos eran ahogados por tener la cara contra el colchón.

Ernesto acomodó su polla a la entrada de Rosa y la dejó así por un instante saboreando su victoria. Empujó con todas sus fuerzas pero sólo logró meter la punta sintiendo como crujían los tejidos del culo de Rosa al romperse, era tan estrecho que incluso por un momento pensó que se desgarraría su pene. El grito de dolor de Rosa fué desgarrador, se retorcía como podía suplicando que parara

¡No puedo por favor me vas a partir, me estás matando! - La chica no entendía que esos lamentos eran lo que realmente quería oir Ernesto que espoleado por sus quejidos volvió a empujar consiguendo esta vez introducirla entera

Te he partido el culo querida igual que tú me partiste el corazón pero te aseguro que no lo olvidarás jamás.

Rosa no entendía porque le decía eso y sólo podía llorar desconsolada sintiendo como su antigüo novio la estaba destrozando por dentro, pensaba que iba a morir por el dolor y deseaba perder el conocimiento y no despertar hasta que todo hubiera acabado. Casi lo consigue sentía como un desvanecimiento le llegaba cada vez que esa barra que parecía de hierro al rojo vivo entraba en sus entrañas pero Ernesto se encargaba de espabilarla tirando de su melena. - No te duermas cariño, ¿Te aburres con mi polla en tu culo? No te preocupes que ahora te divierto un poco más.

No por favor Ernesto para, para me vas a matar.

Durante más de veinte minutos estuvo Ernesto dándole por el culo a Rosa aguantando su corrida tanto como podía, aún le quedaban por hacer algunas cosas más con ella.

¿Quieres qué pare? Pues pórtate bien y haz todo lo que te pida. Mira a la cámara, pon tu mejor cara de puta y pídeme que te dé por el culo, pídeme que te lo parta, quiero que supliques durante todo el tiempo que esté follándote y verás que rápido acaba todo.

Rosa quería terminar no le importaba la humillación de someterse a los deseos de Ernesto, sabía que si no cumplía sus ordenes todo sería peor y más doloroso para ella y para Jose. Trató de pensar en él.

Fóllame el culo, quiero que me lo partas más, maldito cabrón. Vamos dame dame todo lo fuerte que puedas o ¿Acaso eres un maricón incapaz de partir el culo de una mujer que te lo pide? Vamos dame dame más fuerte quiero sentirla llegar a mi estómago párteme el culo y lléname de leche cabrón. - trató de excitarlo con sus palabras tragando su orgullo y humillándose aún más.

Ya veo que quieres más polla pues por lo que dices no tienes bastante con la mia, claro tu novio la tiene más grande y de un golpe se la sacó provocando un tremendo dolor a Rosa por la brusquedad y dejándo salir un hilillo de sangre. Pensó que todo había acabado, quizás había logrado herir a Ernesto en su orgullo y la dejaría tranquila. En la posición que estaba no podía moverse, no tanto por tener las manos atadas como por el dolor y entumecimiento de sus piernas despúes de más de media hora de ser salvajemente follada por el culo. Sintió un poco de alivio durante unos segundos que fue el tiempo que tardó Ernesto en volver de no sabía dónde.

Pídeme que vuelva a follarte - le ordenó.

No por favor, déjame ya. Te he dado todo lo que podía darte, te lo suplico déjame.

Otra bofetada le demostró que su sufrimiento no había terminado. Asustada, viendo que cada vez era más violento miró a la cámara tal y como le ordenaba y con su mejor cara de puta dijo: "vuelve a follarme el culo, ¿No ves que necesito que me lo partas del todo?

Eso es precisamente lo que quería escuchar puesto que es mi intención partirte el trasero tanto que no puedas sentarte en un mes - Le contestó Ernesto entre risas. Volvió a metérsela de un golpe, esta vez entró sin dificultad pero con más dolor por lo irritado de la zona. Los gritos de Rosa encendían cada vez más al hombre. ¿Sabes dónde he ido antes Rosa?¿Quieres saberlo?

La chica no pudo contestar por el dolor. Una fuerte cachetada la hizo hablar - No, no lo sé. Por favor dímelo que quiero saberlo.

Por mala no te lo voy a decir mejor lo vas a sentir - sin darle tiempo a reaccionar y sin sacar su polla del maltrecho culo acercó un consolador de importantes dimensiones al culo de la mujer, esta lo sintió y rápidamente suplicó por que no lo metiera.

Parece que no te has enterado todavía de que voy a hacer contigo lo que me plazca o esto no acabará nunca, ya sabes lo que tienes que hacer - le dijo poniendo la punta del consolador junto a su polla.

No quería decirlo, sabía que aquello acabaría con ella y la dejaría marcada para siempre pero no tenía más opción que aceptarlo o sería peor. - Métemelo ya, quiero sentir como me follas con dos pollas por el culo.

Sin dar tiempo a terminar la frase empujó el consolador al fondo del culo de Rosa, el cual en tres envestidas había destrozado completamente su ano y ahora la hemorragia era abundante. La chica sabía que algo iba muy mal porque por un momento dejó de sentir dolor en su culo. El tiempo se le hizo interminable en los minutos siguentes mientras, obligada, seguía pidiendo que le follara y se corriera dentro de su culo. Ernesto vió como la hemorragia paró un poco y le hizo sentir alivio. Ya no podía más necesitaba correrse.

Pídeme que me corra en tu boca, se que te encanta tragar semen aunque a mi nunca me dejaras, quiero que me lo pidas y también que pidas perdón por no haberme dejado darte una buena ración cuando estábamos juntos.

Aquella frase dejó atónita ¿Cómo sabía eso? Nunca antes se lo había contado y mucho menos dejado hacerlo. Pero ya todo daba igual quería terminar.

Por favor correte en mi boca quiero tragarme toda tu leche, correte correte ya, me arrepiento de no haber tomado tu leche antes que seguro es deliciosa.

Enesto no pudo aguantar más, sacó su polla del culo de Rosa y sin sacarle el consolador la sentó en el suelo aprisionándolo y haciendo que desapareciera por completo en su interior. Sujetó la cámara y la enfocó a su cara grabando como la chica agarraba su miembro sucio de sangre seca y se lo introducía en la boca. El sabor de la polla a sus entrañas casi la hizo vomitar pero se sobrepuso y empezó a mamar lo mejor que pudo y supo. Ernesto estaba flotando de placer, había conseguido lo que quería la había desvirgado por el culo, le había destrozado literalmente el culo y ahora se disponía a vaciar los veinte días de semen que había acumulado. Sin poder aguantar más descargó la mayor corrida de su vida apretando bien fuerte su cabeza hacía él obligándola a tragar todo.

Pídeme que te deje limpiarla - le decía a Rosa.

Por favor déjame que te la limpie, quiero hasta la última gota de tu semen en mi estómago - volviendo a continuación a mamar y lamer los restos de la polla de Ernesto.

Muy bien Rosa, ya casi hemos terminado - el rostro de la joven era un poema, el rimmel y el maquillaje que con tanto cariño se había puesto para su novio se encontraban esparcidos por su cara debido a las lágrimas y el sudor por el esfuerzo. Ernesto quiso dar una vuelta más de tuerca para rematar su venganza.

Veo que tu cara está muy estropeada y no querrás que tu novio te vea en ese estado, vamos al cuarto de baño para poder limpiarte. - por un momento pensó que a Ernesto le quedaba un poco de humanidad pero el hecho de que al desatar sus manos la obligara a sujetar el consolador sin dejarlo salir de su ano y que llevara consigo la cámara le hizo pensar que la pesadilla no había terminado.

Entra en la bañera y fóllate el culo un poco más con el consolador para que puedan salir los restos que te quedan dentro - abriendo el grifo vió como Rosa, a quién no le quedaban fuerzas ni ganas de negarse, metía y sacaba el falo de latex de su culo con extrema facilidad.

Creo que eso no va a ser suficiente. Quizás si lo haces con tu mano será mejor. - Rosa, completamente sumisa y no sabía si más asqueada o asustada por el tamaño de su orificio anal empezó a meter sus dedos.

No, querida mejor mete la mano entera para que puedas limpiar a fondo - sin apenas esfuerzo y notando como volvían a salirle las lágrimas de los ojos, metió su mano entera en el culo para satisfacer lo deseos de su sádico captor.

Creo que deberías pedirme que te limpie la cara ¿No te parece? Además tendrás sed después de tanto esfuerzo.

Imaginando lo que venía no pudo más que acceder a su petición. - por favor Ernesto límpiame y dame de beber que estoy sedienta.

Dicho y hecho, Ernesto agarró su pito con la mano que tenía libre y empezó a soltar su orina en la cara de Rosa, advirtiéndole que abriera bien la boca para beber.

Rosa ya ni siquiera sentía asco, sabía que aquello la dejaría marcada para toda la vida y que nunca podría contarlo a nadie por miedo a las represalias que pudiera tomar Ernesto puesto que si enseñaba la grabación en la que se le veía comportándose como una auténtica puta acabaría con su vida profesional, familiar y sentimental. Eso era algo que no podía permitir. Deseó que todo terminara pero no estaba segura hasta que Ernesto le habló.

Te has portado muy bien y ya he terminado contigo. Ahora no te preocupes date una buena ducha y cuando pase un buen rato vístete y vete a casa, allí estará tu novio esperándote. Él no sabe nada de esto sólo piensa que una panda de camellos lo ha raptado equivocados y tras una paliza lo han soltado al darse cuenta de su error. - dicho esto salió del baño, se vistió y se marcho. Sólo cuando oyó la puerta se atrevió Rosa a salir de la bañera, no estaba dispuesta a estar ni un minuto más en aquella habitación, además pensaba que debía ir curarse pues el dolor de su trasero se hacía cada vez más agudo. No tenía claro que le diría a Jose, lo mejor sería la verdad pero ocultando, claro está, que había sido su ex-novio. Terminó de vestirse y buscó su bolso que estaba sobre la mesa. Se sorprendió al ver un juego de llaves y un sobre al lado. Las miró detenidamente y con estupor comprendió que eran de su casa, temblando abrió el sobre y sacó una nota y dos billetes de avión. Leyó la nota: Querida Rosa, te dejo el regalo que debía darte el día de nuestro aniversario pero no pude hacerlo por los motivos que entenderás pronto, también te devuelvo las llaves que para darte la sorpresa copie sin que lo supieras, te aseguro que de saber lo que encontraría en tu casa nunca las habría hecho, rápidamente la memoria de Rosa viajó hasta ese último día que habló con Ernesto y recordó con claridad la puerta de su casa abierta cuando acompañó a Jose a la salida. Otra vez comenzó a llorar por su torpeza y por el castigo tan horrible que había pagado por su traición. Siguió leyendo: lamento lo ocurrido pero mi dolor será para toda la vida y tu amargo recuerdo también debería serlo. Si enciendes tu portátil y pinchas el enlace que te escribo quizás entiendas un poco mejor a que se ha debido mi locura. Siempre te querré. Ernesto.

Temblando, Rosa abrió el portátil, por su cabeza pasarón mil cosas durante los tres minutos que tardó en mostrarse la pantalla de windows. Abrió el explorador imaginando que encontraría el video que Ernesto acababa de grabar. Sin embargo su sorpresa fué total al ver que el enlace le llevaba a una web de videos porno, al cargarse el video vió con horror como aparecía desnuda haciendo el amor con Jose por un momento pensó que acabaría ahí pero lloró amargamente al ver como se le reconocía perfectamente al arrodillarse delante de su novio para dejar que este acabara en su boca. Horrorizada miró el contador de visitas 56.439 en tres días que llevaba colgado.

Ya nada sería lo mismo, era el primer día de su nueva vida.