Rompiéndole el culo a Mili (11)

Malos presagios que terminan en una biblioteca

Deambule algunos minutos, sumido en recuerdos, tal vez en remordimientos por haber dejado a una estupenda chica. Había terminado con Viviana y no tenia nada definido con Mili, prácticamente había saltado al vacío… en fin… me di cuenta que no llegaría a mi casa caminando, además en mi errático andar prácticamente me había perdido.

Tome un taxi a casa, me sumía en mil y un pensamientos, esperanzadores por momentos, y funestos después… hasta que:

¿Te conosco?… si… me pregunto el taxista.

¿A mi?... no creo… repuse sin darle mucha atención.

Si… ya me acorde… tu eres el muchacho que estaba con ese mujeron el otro día…

Mundo pequeño. Al parecer este era taxista el que ayer nos llevo a Mili y a mí desde la universidad a mi casa. Intente hacerme el desentendido pero:

Por la cara que traes, seguro que ya te corto… ah verdad me dijiste que otro era su novio… dijo riendo sonoramente.

Si, si, algo así… dije intentando cortar la platica.

¿Qué paso?... seguro regreso con su enamorado…

No exactamente… repuse, pero para que entrar en explicaciones con un tipo que ni siquiera conocía.

Uhmmm… exclamo el pensativamente y luego dio su veredicto: No te preocupes, hay mujeres así, esas que nacen para no tener dueño, alégrate mas bien de haber disfrutado de una hembra como esa…

Si, bueno… dije para no contrariarlo y no extender la platica.

Aunque si yo tuviera una mujer así, tampoco dormiría tranquilo, hay muchos lobos sueltos… jajaja… yo he sido uno de esos… jajaja…

Sin preguntarle me contó algunas de sus pillerías, por suerte, llegamos rápido a mi casa. A pesar de no prestarle mucha atención al taxista, a esa tonta y burda conversación, al bajar del taxi me dejo con una sensación de desolación peor… sensación que se agudizaría al conversar con mi padre, al que encontré bebiendo en la sala:

¿Te apetece una cerveza?.

Bueno… dije, después de lo pasado un trago no me caería mal pensé.

¿Ya lo hiciste?

¿Hacer que…?... pregunte extrañado luego de un largo sorbo.

Terminar con Viviana…

¿Qué? ¿Como lo sabes? ¿Acaso llamo ella?...

Sonrió burlonamente, al parecer se reía de mi ingenuidad.

No soy tonto… dijo simplemente.

No creí ser tan evidente… dije de mala gana.

Suspiro largo, y destapo otra cerveza… al parecer se venia el sermón:

Hijo… tienes que aprender a diferenciar las chicas que son para divertirse y las que son para formar una relación seria, un hogar.

Créeme… se la diferencia… pero ¿Por qué me dices esto ahora?...

Soy tu padre y me fastidia ver que sigas cometiendo errores en tus relaciones…

Ese reproche iba mas allá de mi situación actual con Mili, abarcaba también una fallida relación que tuve hace un tiempo con una prima… eso dolió…

Viejo, solo para ti han sido errores mis decisiones… dije y sin esperar respuesta deje la cerveza y me fui a mi cuarto.

Me eche en mi cama y busque respuestas en el techo. Tal vez mi viejo podía tener razón: Viviana era una chica amorosa, seria y responsable en nuestra relación, a pesar de que yo era su primer enamorado, demostraba cierta madurez. En cambio Mili a pesar de su experiencia aun parecía estar en la etapa de los enamoramientos, un poco voluble, quizás susceptible a quien la enamore de la manera adecuada… y había una larga lista de pretendientes… sin mayor ánimo de ahondar mas en esos pensamientos pesimistas, me quede dormido

Al día siguiente en el aula había un cartel en la puerta que nos avisaba que se suspendía la clase, al parecer el profesor estaba enfermo. Espere un rato, busque en los alrededores y no vi a Mili.

¡Diablos!, seguro se habrá reconciliado con Javier… ¡que estupido he sido!… No debí apresurarme a terminar con Viviana… me reprochaba. Así, con el ánimo por los suelos me fui a la biblioteca, intentaría estudiar algo, quizás lograría distraer mi mente.

Me senté solitario en una mesa, al poco rato se fue llenando el lugar, los murmullos iban creciendo y no me podía concentrar, repasaba la misma hoja una y otra vez. De cuando en cuando levantaba la vista y buscaba a Mili o al menos a Javier, para saber como iban las cosas entre ellos. El barullo se me hacia insoportable. Quería estar solo.

En la biblioteca de mi facultad existen unos cubículos, son pequeños cuartos (de unos 2m por 2m y 2.5m de alto), con un par de sillas y una mesa pegada a la pared. Generalmente están ocupados, pero por suerte vi a un par de estudiantes abandonando uno y me abalance sobre ese cubículo. Cerré la puerta.

Lance mi mochila sobre la mesa y me senté, la situación al interior no cambio, seguía ojeando mi libro sin entender lo que leía. En el exterior el murmullo fue disminuyendo, se acercaba la hora de almuerzo. Simplemente me recosté sobre la mesa y continué maldiciendo mi suerte... hasta que escuche el ruido de la puerta abriéndose…

El cubículo esta ocupado… dije de mal humor sin levantar la cabeza.

¿Hay espacio para alguien mas?... me pregunto una voz femenina.

¿Mili?... dije levantado el rostro y volteando.

Si era ella… ¿estaría soñando?... ¡Maldición! Esta para comérsela… pensé: traía un top blanco que apenas contenían sus senos y una minifalda suelta de color naranja… Vaya, por ella deje a Viviana, me dije y mi expresión se nublo nuevamente.

¿Estas bien?... tienes una carita de desolación… me dijo apenada.

Si, es solo que… ayer fui a ver a Viviana… dije, y note como se incomodaba ¿Celos?.

¿Si? ¿Y que paso?... pregunto curiosa, sentándose a mi lado.

Pues… terminamos… suspire, creí ver algún halo de alegría en su rostro, que disimulo rápido y adopto una diplomática expresión.

Oye… si es por lo que te pedí… pensé que habíamos quedado en no hacer nada hasta terminar el ciclo…

No es por eso… es solo que… ella hizo las preguntas correctas… y yo no pude darle las respuestas erradas.

Ay… pobrecito, debe haber sido difícil… me dijo acariciando mis cabellos.

No sabia si llorar o alegrarme, no sabia si Mili actuaba como amiga sincera o si lo hacia para disimular, es decir, si es que en realmente le dolía ver a un amigo así (amigo por el cual no sentía mas que amistad y una calentura de vez en cuando) o si es que intentaba aparentar y en el fondo sentía que esta era una oportunidad para al fin estar juntos…

No dijo nada, solo me abrazo, luego apego mi cabeza en su regazo, mi tristeza se fue perdiendo entre sus senos. Me apoye mas sobre su pecho, mis manos abrazaron su cintura, después de horas de angustia y soledad, necesitaba sentirme querido…

Los terribles recuerdos de la noche anterior, los fatídicos comentarios del taxista y de mi padre se diluían en su escote, en la generosa silueta de sus senos, en el delineado de sus pezones…

Quise volver a mi infancia, la época donde todo era seguro y no había mayores problemas sentimentales… sin embargo retrocedí mas y cual recién nacido mis manos se prendieron de sus senos… mis labios besaron sus senos…

Uhmm... ¿Qué haces?.... pregunto sorprendida.

Quiso reclamar más, pero mis deseosas manos ya habían liberado un seno y mi boca engullía un pezón como un niño lactante. Necesitaba sentirme amado, sentir el calor de su cuerpo, el morbo que me incitaba…

No Danny… no hagas esto… ¿estas loco?... me recrimino sin rechazarme, sus manos no me alejaban, solo acariciaban mi cabello.

Si… estoy loco… loco por ti…

Uhmmm… gimió al sentir un beso mió en su cuello.

Mis palabras, el efusivo beso en su punto débil y mis caricias en sus senos terminaron por redimirla, sabia que no tenia escapatoria, me dejaría hacerla mía, como todo el fin semana anterior… no importaba que estuviéramos en una biblioteca…

Seguí besando su cuello, ella no podía esgrimir ninguna palabra, su pecho subía y bajaba agitado, su garganta contenía sonoros gemidos. En una rápida maniobra mi mano izquierda que acariciaba sus senos y mi manos derecha que apresaba su cintura, ladearon sus caderas, yo prácticamente me puse frente a ella y de un solo envión la levante.

Oh… Dios no… Danny no… uhmmm… musitaba.

Sus desnudos senos a la altura de mis labios fueron presa de una terrible succión que la dejo sin argumentos. Con su cuerpo a cuestas, la lleve sobre la mesa. Mis labios por fin encontraron los suyos, entre jadeos y con su lengua me devolvía con vehemencia toda la excitación producida por este alocado acto.

Mis manos tomaron su diminuta falda y la levantaron hasta su abdomen, mis dedos tantearon su pequeña ropa interior, solo tuve que hacerla a un lado… Mili por su parte ya me había bajado el cierre y su dedos encontraron el tieso miembro que siempre la satisfacía… una tibia sonrisa se perdió entre sus besos al sentir mi duro instrumento listo para la acción.

No tuvo que pedirlo, solo pensarlo y mi verga ya se perdía entre sus húmedos labios vaginales, era el primer orificio disponible en aquella accidentada posición…

Solo tuvo que sentirlo ingresar unos centímetros y ella se aferro a mi, jalando mi cuerpo contra ella, sus piernas abrazaron mi cintura y terminaron por clavar completamente mi pene en su extasiado ser…

Ahhh… Exclamo abrazándome, mordiéndose un puño para no ser escuchada afuera.

Podría jurar que aquello le provoco un orgasmo, la sentí relajarse, suspirar profundamente, sus senos rebotaban en mi pecho.

¿Por qué solo contigo siento esto?... me pregunto besándome cariñosamente.

La memoria puede ser un gran aliado en los estudios, pero puede ser un enemigo cuando invade los dominios corazón… se me vino a la mente una frase similar que un momento de ternura me prodigo Viviana:

Solo contigo he sentido esto… me dijo Viviana.

¿Qué?... pregunte curioso

Lo que es el amor… replico ella.

Luego rememore la frase de mi padre: Debes aprender a diferenciar las chicas que son para divertirse de las que son para una relación seria…. ¡Diablos! ¿Por qué ahora me atormentan estos recuerdos?

No quería recordar eso… maquinalmente empecé a penetrar a Mili, con rabia, con vehemencia, quería borrar con lujuria lo que mi mente recordaba.

Ayyy… Danny un poco más suave… auu… uhmmm… se quejaba a media voz Mili.

No mi viejo no tenia razón, no podía tenerla… menos aun la tendría ese estupido taxista… mi pene como poseído entraba y salía rápidamente de su vagina que empezaba a secarse… era de esperarse, lo que inicialmente la excito, ahora parecía asustarla…

Aleje mi rostro que había permanecido sobre su hombro y la vi, una expresión un poco temerosa se cernía en su rostro, sin embargo me sonrió… coquetamente… luego mi vista se poso en sus generosos melones, su pezones que rebotaban con mi furia, su cintura era una maraña entre su top y su minifalda, su pequeña tanga removida a un lado, casi rota, su lampiño pubis y mi verga saliendo y entrando rápidamente.

Ouch… uhmm… au…

Su cuerpo era un manjar, sus voluptuosas carnes abultadas en los lugares precisos… si tal vez era una chica solo para coger… solo para divertirse… Para satisfacer los mas morbosos instintos de un hombre… si tal vez ella nunca tendría dueño, pero podría tenerla al menos por esta vez…

Jalonee su cintura, su espalda resbalo en la pared, se encorvo mas, sus nalgas se deslizaron en la mesa… deje su pequeño agujero en una posición mas asequible para mi verga.

No Danny… por favor… basta…

Tu eres una perra y lo sabes… le recrimine, en ese momento ella era la culpable de todos mis errores, ella tenia que pagar.

Me miro sorprendida, aproveche su desconcierto y le empuje mi verga por su ano… se mordió los labios para no soltar un grito, una maldición… sus ojos inicialmente desorbitados se fueron llenando de lagrimas.

Era tarde para cualquier reproche, mi verga ya estaba instalada en su ano, una mano mía sujetaba su cintura manteniéndola en su posición para que me dejara penetrarla y la otra mano jaloneaba bruscamente sus senos…

Danny… detente… Que me estas asustando… ayyy.…

Hice caso omiso a su pedido continué penetrando con furia su áspero ano, la fricción, el ardor no me importaba… estaba enloquecido con la idea que me infundieron, ella era solo una chica para eso… para una buena cogida, su voluptuoso cuerpo, sus deliciosas curvas solo servían para provocar placer, nunca tendría dueño… solo amos ocasionales…

Si, la estupida y romántica idea que tuve de una relación con ella se iba desvaneciendo… solo podía aprovecharme de su monumental cuerpo mientras lo tuviera a la mano… luego ella regresaría con Javier… ese imbecil…

Ouch… ayyy… ouuu… no ya nooo… auuu…

Resiste puta… ¿no es esto lo que te gusta?… ¿no era esto lo que querías?… le increpe exaltado, sin importarme el lugar en que estábamos.

No… yo solo… yo solo te quería a ti… me dijo cariñosamente, con su rostro enrojecido por haber soportado mis bestiales embates, con sus mejillas húmedas por algunas lagrimas de dolor.

Solo entonces vi una luz al final del túnel… mis forzados y torpes movimientos cesaron… quizás no era solo eso lo que buscaba en mi… en esa nube confusa que era mi cabeza sentí que alguien me extendía la mano… mejor dicho sus manos jalaron la solapa de mi camisa y me atrajeron hacia ella…

Un efusivo beso termino por apaciguar el demonio de la soledad, de los remordimientos, de la frustración… todo aquello que se había apoderado de mi alma en las últimas horas…

Oye… lo siento… me disculpe.

No esta bien… no importa… además la que lo siente soy yo… ay mi pobre anito... me dijo algo risueña.

Sonreímos, a pesar de todo era benigna conmigo, comprendía el tormento que había pasado, el desorden en mi cabeza y no me reprochaba la brutal cogida que le estaba dando, ni siquiera los groseros comentarios que le hice.

Espera que lo saco… dije alejándome, al verle una mueca de dolor.

No dejalo ahí un ratito… que me pase un poco el dolor…

Esta bien… respondí y le inserté los centímetros perdidos.

Se contrajo un poco, pero se acomodo mejor, nos miramos y nos reímos…

Eres un tonto… me dijo riendo.

Tu eres mas tonta por estar con un tonto… replique.

No dijo nada, solo me beso tiernamente, tras unos segundo sentía su lengua, nuevamente el candor de su respiración, tras unos minutos la lujuria de su boca, solo tuve que pasar disimuladamente mis dedos por sus labios vaginales para saber que la humedad nuevamente la había invadido. Un temblorcillo recorrió su cuerpo al sentir mi tacto en su vagina.

Uhmmm… suspiro en mi oído.

Mi verga latía nuevamente ansiosa dentro de su ano, las paredes de su pequeño agujero no se contraían como antes, más bien se relajaban…

Continua por favor… hazme tuya… me susurro excitada al oído.

Así lo hice, había menos oposición de su cuerpo a mis pausadas penetraciones, fui aumentando el ritmo y no escuche quejas, más bien placenteros gemidos…

Así… así… mas fuerte… métemelo mas… me suplicaba extasiada.

Sus piernas nuevamente apresaban mi cintura… sin embargo a los pocos minutos, presa del cansancio y del esfuerzo comenzaron a temblar…

No… por favor no pares… falta poco… ahhh…

Nunca la había visto desfallecer de esa forma, el placer de aquella forzada posición le propiciaba era inaudito o tal vez era por lo poco usual del lugar… la adrenalina de poder ser atrapados in fraganti.

Esta bien… esta bien… pero no hables tan alto… le pedí.

Lo que quieras… pero no me dejes así… me suplico.

Me compadecí de sus piernas, así que mis manos se apoyaron en el borde de la mesita, ahora mis brazos contenían sus piernas que prácticamente estaban sobre mis hombros… el cubículo comenzaba a retumbar y no nos importaba.

Asi esta mejor…Ohhh.. uhmmm… se morida los labios para no gritar.

Nos besamos unos instantes, luego aleje mi rostro para apreciarla, era hermosa, así la vi. a pesar de la difícil posición en la que estaba, sus senos al aire, subiendo y bajando por su agitada respiración y por el ritmo de mis penetraciones

Ella me miraba extasiada, con ojos de ternura por momentos, de lujuria en otros... hasta que sin quererlo, al sentir como retumbaba la mesita en la que sus generosas nalgas se apoyaban, decidió bajar la vista… solo entonces pudo apreciar como mi verga se perdía en su interior con un ritmo endemoniado…

Ohh diosss… uhmmm … ohhh…

Callate…

Me miro con la boca abierta, no podía creer que mi verga entrara con tal facilidad en su hasta hace poco virgen ano, la morbosidad que esto le genero era evidente, así como la prolongada fricción de nuestros cuerpos… nuevamente bajo la vista… sus gemidos eran mas sonoros…

Ahhhh… uhmmmm… uhmmmm….

Mili por favor que nos van a escuchar… le rogué.

Nuevamente absorta casi poseída, me miro, ella misma se tapo la boca con una mano y con la otras se dedico a estrujar sus henchido senos… parecía que se iba ahogar… luego vi a sus ojos prácticamente salirse de sus orbitas… en ese momento le descargaba un torrente de semen en sus cavidades anales…

ohhh… ufff… resople satisfecho, cansado.

Ella apenas respiraba, mi verga escupía su leche y su maltrecho cuerpo se contraía extasiado con cada borbotón que la invadía.

¿Lo vas a dejar?... era mi momento de devolverle la pregunta.

Si… lo… haré… me dijo sin pensarlo, con el poco aliento que le quedaba.

Esta vez yo busque sus labios, a pesar de su fatigada respiración, no me rechazo… en cambio, su cuerpo empezaba a rechazar mi esperma, su ano escurría mi leche, mi verga ya flácida no podía retenerla…

Heyyy… uyyy cuidado… dije y me aleje.

Mi leche ya caía sobre la mesita, casi me mancha el pantalón.

Límpiame, por favor… me pidió con carita de niña.

Era lo menos que podía hacer luego de aquella sufrida y gratificante muestra de afecto que me dio en aquel inusual lugar. Saque un pañuelo y la limpie lo mejor que pude, así como mi verga… solo después pudo salir de su incomoda posición, de esa prisión, de esa pared y esa mesita donde la había arrinconado

Se bajo de la mesa comprensiblemente adolorida, y antes que arreglarse se me acerco y me abrazo. El calor de su cuerpo, lo amoroso de su abrazo disiparon las dudas del afecto que tenía hacia mí.

No me dijo nada, pero el latir de su corazón se aunaba al mió… así yo mismo le fui acomodando su ropa. Sentí su sonrisa ante mi torpe esfuerzo por acomodarle el brassiere.

Así no… me dijo riendo.

No alejo mis manos para hacerlo ella, mas bien guió las mías, como dando a entender que tenían derecho a escudriñar en su cuerpo, que ya eran también mis dominios, aunque la idea suene machista. Al mismo tiempo Mili tenia cabida en la zona baja de mi cintura, ella abrocho mi pantalón.

¿Oye por que no hay ruido afuera?… pregunto curiosa.

En serio… con el ruido que hicimos estarán esperando que salgamos seguramente… dije medio en broma medio en serio.

Ay… no… dijo preocupada.

Asome la cabeza por la puerta, la biblioteca estaba vacía… ¿Qué habrá pasado?... bueno la bibliotecaria tenia como sagrada su hora de almuerzo, desaparecía y nadie la molestaba, pero los demás, los estudiantes ¿Dónde estaban?...

Al parecer mi mente trajo a uno… un estudiante… el menos indicado… Javier… pensé que se iría de largo, pero entro a la biblioteca, lo vi aproximarse…

Maldición…

¿Qué pasa?

Es Javier… esta afuera…

Mili palideció, una cosa era cortar con el en una conversación y otra muy diferente era enterándose que era un carnudo. Personalmente me daba igual liarme a golpes con Javier, eso era lo de menos… el problema era armar un escándalo en la facultad, la reputación de Mili iba a terminar en solo en una gran putación, es decir quedaría como una puta, y yo como el apestado, el quita novias, etc,…

Pero tal vez, solo tal vez, podria tener buena suerte… quizas no me vio…

Hey Danny… escuche llamarme jovialmente, era el.

Se iba a armar una buena en esa silenciosa y hasta ahora pacifica biblioteca.

Continuara.