Rompiendo el culo a un hetero 3 (Y Final)

Después de tragarse dos pollas, trato de arreglar las cosas con el becario pero esta vez va a ser él quien disfrute de mi culo.

Rubén no pasó por la oficina el resto del día. Después de que el segurata y yo le follaramos bien, metiéndole las dos pollas a la vez y atascándole el culo de lefa le dije que se pillara el día libre y así lo hizo. El segurata seguía teniendo las grabaciones en las que yo abusaba de Rubén, obligándole a comerme el rabo y desvirgándole el culo a saco. No tenía ni idea de lo que podía pasar, pero no podía dejar de pensar en Rubén. En como el segurata le había abierto el ojete con su porra de casi treinta centímetros después de habérselo follado sin miramiento alguno, como me había corrido en la cara de Ruben, mezclando la lefa del segurata y la mía… Lo que más cachondo me había puesto era ver como otro tío abusaba de un hetero como Rubén. Conocía a su novia, sabía el tiempo que llevaban juntos, que nunca había tenido nada como un tío y verlo de esa manera, sodomizado por un segurata, pasándole la porra por las piernas, tragándose dos pollas, preñándole el culo… Podía imaginarlo con su novia, follándola, besándola con esos labios con los que le había obligado a tragarse mi rabo, a los que había llenado de leche bien caliente, dos, tres, cuatro trallazos… Al final del día no pude aguantar más y decidí ir a su casa y tratar de arreglar las cosas. Aquello había ido demasiado lejos. Recogí mis cosas, apague el ordenador y salí.

A la salida, justo cuando iba a abrir la puerta me paró el segurata. Todavía seguía de turno. Me hizo un gesto de que pasara a su garita y temiendo represalias, tuve que acercarme.

  • Menuda tragona que te has buscado de becario. Cuando vi lo que habían grabado mis cámaras… joder…. No te culpo. Yo me lo habría follado también. Me ha tenido todo el día con el rabo duro. Hasta me he tenido que cascar un par de pajas porque no aguantaba más…

El segurata me ponía muy cachondo. Me había hecho infinidad de pajotes a su salud, pero su actitud chulesca siempre me había mantenido a distancia… hasta esta mañana. Su barba de tres días, su pelo cortito, sus brazos duros, su mirada… Lo tenía ahora justo en frente de mí.

-         Lo que has hecho es chantaje. No sé si sabes el lío en el que te puedes meter. Yo no voy a decir nada, pero Rubén…

-         Ese está tan acojonado que no dirá nada. ¿Dónde vas ahora, a su casa? ¿Te lo vas a follar otra vez?

-         No. Quiero aclarar las cosas de una vez y preguntarle que va a hacer.

-         Que va a querer hacer… volver a tragar polla, eso es lo que va a querer. Le ha pillado el gustillo a la leche y vendrá a por más – dijo en plan chulo y acariciándose el paquete - ¿Y tú, quieres una ración? Tengo el nabo duro toda la tarde… Necesita una boca donde descargar.

Y diciendo eso me cogió la mano y me la llevó a su paquete que efectivamente, estaba duro. Reconocí el tamaño que le había visto esta mañana cuando se follaba a Rubén, mientras deseaba que yo fuera el siguiente y ahora lo tenía ahí, delante de mí.

Sin muchos prolegómenos, me cogió de los hombros, haciéndome caer de rodillas y viéndome frente a su paquete, que empezó a restregarme por toda la cara.

-         Vamos, sácala… estás deseando…

Le abrí la bragueta, metí la mano y palpé. Su rabo estaba bien duro y comencé a sobarlo, por dentro del gayumbos, sintiendo el precum de su capullo entre la yema de mis dedos, el peso de sus pelotas, con una fina capa de vello, hasta llegar con mi dedo a la raja del culo, buscando su agujero…

-         Chúpamela de una vez, que has puesto super cerdo, pedazo de maricona…

Y bajándose los pantalones hasta los tobillos, dejó al aire su tremenda tranca de 22 centímetros, babeante de precum, frente a mi cara… golpeándome contra los labios, los ojos, las mejillas.

No le hice esperar más y comencé a tragarla con ganas, tragándome primero su capullo, saboreando su líquido preseminal, provocándole con la lengua hasta que comenzó a jadear. Con las manos le iba pajeando el rabo y le acariciaba las pelotas, buscando su culo, trayéndolo hacia mi boca para que me follara a saco, para que me metiera el rabo entero en la garganta. El segurata captó mi indirecta y comenzó un mete saca infernal, acelerando la follada y haciéndome tragar los 22 centímetros de rabo hasta provocarme arcadas.

Mi rabo mientras tanto estaba a punto de reventar en mi pantalón, pero tenía las dos manos ocupadas con sus pelotas, su culo, su rabo… me estaba volviendo loco esa polla y me esperé en hacerle la mejor mamada de su vida hasta que al fin, comenzó a jadear con fuerza, a tensar los músculos y cogiéndome de la barbilla, me la sacó de la boca y con un par de sacudidas, comenzó a soltar trallazos de lefa sobre mi cara.

-         Me corrooo…Aggghhh…. Te voy a preñar bien la boca… ahhhg

Los últimos disparos de leche me los soltó dentro de la boca, haciéndomela tragar, sintiendo como bajaba caliente hasta mi estómago.

-         Eres un mamón de primera… Ufff… menuda corrida…Otro día te preñaré el culo, maricona.

Y diciendo eso se subió los pantalones y se metió en el baño. Yo me quedé con la lefa resbalando por mi cara, los ojos, la boca. Me limpié con papel y me llevé todavía algo de leche a la boca, saboreándola.

No esperé a que el segurata saliera del baño. Le escuchaba cagar y sin saber porqué, mi rabo dio un respingo… excitado al imaginarse la escena, pero por hoy era suficiente ración de sexo y todavía tener que ver a Rubén e intentar disculparme de algún modo por todo lo que había pasado.

Rubén vivía con su novia de toda la vida a una media hora de la oficina. Fue caminando, para bajar el calentón que me había pillado con el segurata, pero también para meditar el discurso con el que debía convencerlo para que no me denunciara. Cuando por fin llegué al portal, me armé de valor y llamé al timbre, respondiéndome una voz femenina, la novia de Rubén.

-         Hola, soy un compañero de trabajo de Rubén, ¿está en casa?

La novia me abrió la puerta y subí las escalares. Me la encontré en el pasillo, aparentemente normal. Evidentemente, Rubén no le había contado nada sobre las folladas que le dimos el segurata y yo.

-         Pasa, pasa… Rubén se ha echado en la cama un rato. Estaba muy agotado… trabajar hasta tan tarde… ya me lo estuvo explicando anoche…

-         Sí, si… estamos hasta arriba… siento haberle hecho llegar tan tarde anoche, por eso le dí el día libre hoy…

-         Uff… pues le va a venir genial. Nada más llegar se ha tomado una pastilla para dormir, se ha dado una ducha y está durmiendo como un bebé…

-         Bueno, si está durmiendo, no pasa nada lo veo mañana en el trabajo, no era para nada importante, sólo quería saber como estaba…

-         No te preocupes, no pasa nada. Se tiene que despertar para cenar algo que no ha comido nada en todo el día. Precisamente iba a salir a comprar unas cosas que me hacen falta…

-         Bueno, me bajo contigo…

-         No, no, para nada. Quédate aquí e intenta despertarlo, mientras yo hago la compra, no pasa nada…

Y diciendo eso cogió las llaves y salió.

  • Vuelvo en veinte minutos.

Sin saber muy bien que hacer, si irme o quedarme, fui hasta el dormitorio de Rubén y su novia, abriendo muy lentamente la puerta, descubriéndolo tumbado boca arriba sobre la cama, vestido solo con unos boxer ajustados, el pelo revuelto, las piernas levemente abiertas…

No se porqué, la sola visión de Rubén durmiendo en la cama donde se follaba a su novia, en gayumbos, su pecho depilado, su pelo sobre los ojos… hizo que mi polla se pusiera dura al instante, desatando de nuevo las ganas de hacerle tragar lefa de nuevo a ese hetero.

Me acerqué en silencio hasta la cama, sentándome sobre el borde y tratando de no despertarlo de un sobresalto dije su nombre varias veces, mientras le daba golpes suaves en uno de los brazos y en la pierna. Nada. Rubén no reaccionaba. La pastilla que se había tomado debía de ser muy fuerte, porque estaba como una piedra de modo que, aprovechando la situación y viéndome tan cachondo, comencé a acariciarle las piernas, ascendiendo lentamente hasta su entrepierna, metiendo la mano por dentro del boxer hasta sentir el vello de sus pelotas, la entrada hasta su culo y luego su rabo, en reposo, pero gordo, como si estuviera morcillón. Sintiendo su rabo en mi mano caí en la cuenta de que no le había visto la polla dura. El que un segurata y tu jefe te follen el culo metiendote dos pollas a la vez no debe ser muy excitante para un hetero como Rubén, de modo que nunca se la había visto empalmada. Así, comencé a pajearlo lentamente, apretando sus huevos, acariciendo su capullo, jugando con su ojete… Poco a poco su rabo comenzó a ponerse bien duro, hasta que lo pude agarrar bien con una mano y empezar a pajearlo. A su novia le quedaba todavía por volver, de modo que me armé de valor, y excitado por el morbo de tener a Rubén en su cama, a mi disposición, y con su novia cerca, le bajé los gayumbos, hasta sacárselos por completo, dejándolo en pelotas ante mí, con la polla tiesa, las piernas abiertas. Hasta pensé que había escuchando un pequeño jadeo mientras le pajeaba de nuevo.

No tardé mucho en comenzar a chupársela. Después de todo lo que había tragado era justo que al menos le devolviera una mamada. Su polla, tiesa, tenía un tacto muy suave, su capullo rosáceo, empapado de precum y de saliva me follaba la boca llenándomela, sintiendo su olor a rabo…Rubén había vuelto a jadear en sueños, abriendo más las piernas. Sentía como sus pelotas se ponían duras, deseosas de escupir lefa bien caliente… y entonces, antes de que hacer que se corriera, me levanté, me desnudé, y todo empalmado me tumbé encima de él, sintiendo su polla contra la mía, su cuerpo desnudo, sus manos… Le empecé a comer la boca… a sentir su lengua, su aliento… Probablemente, era el primer hombre que Rubén besaba en su vida, aunque no estuviera consciente. Luego, cogí su rabo, duro a reventar, y poniéndome sobre el, me fui sentando lentamente sobre su polla, metiéndomela por el culo, sintiendo como me iba abriendo el ojete y me llenaba de rabo. Empecé a subir y a bajar, follándome con su polla mientras me masturbaba a saco, mientras Rubén comenzaba a gemir y se corría entre convulsiones en mi culo. Sentir su leche caliente atravesar las paredes de mi culo hizo que me corriera como un bestia salpicándole el pecho, los brazos, hasta la cara.

Me tumbé sobre el y le volví a besar.

Había sido un polvo brutal y Rubén seguía sin dar señales de despertarse, aunque ahora, después de la espectacular corrida que se había pegado, parecía más relajado y feliz.

Me levanté y limpié con la sábana. Me vestí y salí de la habitación dejándolo con el cuerpo y la cara llena de mi lefa… Me imagino la cara que podría poner cuando se despertara y se viera así, con la polla, el pecho y la cara lefados.

Cuando me iba llegó la novia de Rubén con la compra.

-         No he podido despertarlo. Estaba tan tranquilo que me ha dado pena hacerlo… No creo ni que se levanta para cenar.

(Estoy construyendo un blog que se llama http://hetergay.blogspot.com.es donde pretendo subir muchas más historias, fotos, etc. Todas las visitas y comentarios son bien recibidos. Un saludo!).