Romina, mi perra buscona, mi amor (8)

Los limites se van perdiendo.

Romina, mi perra buscona, mi amor 8

Arranque en la moto, la sentí apretada contra mi y me sentí feliz, sin ningún tipo de culpas ni remordimientos. Sentía un poco de miedo por el futuro, no sabía que podría pasar con nosotros. Apure el avance hacia casa, empezaba a sentirme caliente otra vez, y quería ahora si, cogerla yo un rato. Cuando bajamos de la moto en casa, me dio un beso bien profundo. Su olor acre era muy fuerte y la sentía todavía caliente, le metí la mano entre sus piernas y sentí lo jugosa que estaba y lo caliente que estaba su concha. Ni bien cerramos la puerta nos besamos y franeleamos como dos enamorados que hace meses no se ven, la tire en la cama con todo y zapatos y acomodándome sobre ella, le corrí el tanga a un lado y le metí la pija hasta el fondo.

-¿Cómo..., la sentís..., recién usadita...?

-Esta muy jugosa y caliente...

-No esta jugosa... –me miro a los ojos y dijo- ...está llena de leche de otro macho...

-Si...

-¿Si que...?

-Que es verdad estas llena de leche de otro...

-¿Te gusta comer lo que otros ya saborearon....? –por respuesta la clave a fondo y la deje clavada. –Que lindo me cogió el pendejito..., cuanto aguante..., me encantaba tenerte agarrado de la pijita... y él bien machote detrás mío bombeándome..., me encantó.

-¿Y a vos... mi perrito? –la bombie más duro. -¿Qué te calienta tanto de que me coja otro..., en tu cara..., mientras yo te hago la pajita..., como a un adolescente...

-No se...

-¿Por qué no lo vas a buscar...?

-Que hija de puta sos...

-No me insultes..., la verdad que estaba bastante calentito..., me encantaría que lo fueras a buscar...

-No por favor..., ya esta bien...

-Y si después... te dejo que me hagas el culito...?

-Que hija de puta sos!!! –y volví a clavarla y me aguante para no acabar.

-Vos sabes que no me gusta mucho por el culito..., pero si lo traes a Juan de vuelta..., y ....

-¿Y que..., mi amor?

-Primero me hace el culito él... –sentía que iba a explotar, pare de bombearla y empecé a pensar en cualquier cosa, estábamos calientes como nunca habíamos estado los dos.

-Pero amor, si a vos no te gusta por el culo.

-Ay..., pero hoy estoy caliente..., y si Juan me lo llena... y a vos te gusta coger sobre cogido.... Me salí de arriba de ella y me acosté a su lado, se apoyo en mi pecho y sentí su mano envolver mi miembro.

-Deja amor..., no te enrosques más..., mañana será otro día...., que lástima...

Me levante de la cama y me empecé a vestir, el rostro de romi era un poema.

-¿Adonde vas..., amor....?, vení a acostarte que es tarde, bueno yo voy a dormir un rato...

Salí de la casa y puse en marcha la moto, me parecía que estaba loco, me había pasado un poco el efecto del alcohol y pensaba que si llegaba a encontrarlo a Juan no sabía que decirle. Además en mi propia casa..., no quería que supiera donde vivíamos. En el boliche, le dije al de la puerta que mi chica había perdido unos aros de un valor sentimental muy grande que me dejara pasar. El tipo me miro raro pero tras un largo ida y vuelta finalmente me dejó pasar. Cuando entré en el boliche ya había perdido todo mi ímpetu, recorrí el lugar y no lo vi a Juan por ninguna parte. Salí del lugar, me sentía raro decepcionado. Cuando doble en la esquina en el kiosco estaba Juan,

-Hola!!!, le dije

-¿y tu chica?

-Estaba un poco cansada y se acostó, yo quede un poco revuelto y salí a tomar aire.

-Yo también me siento un poco raro, nunca había hecho algo así. –compró una cerveza en el kiosco y tomamos juntos. Nuestro dialogo fue más bien corto y de miradas. En un momento Juan me miro y me dijo.

-¿Me estabas buscando, no? –y sonrió. Por respuesta puse en marcha la moto y le indique subir, le pedí que aunque le pareciera una locura, me dejara taparle los ojos con un pañuelo que preferiría que no supiera donde vivíamos, me sentí un poco estúpido. Pero así lo hicimos. El tío se acababa de agenciar a mi mujer, lo iba a volver a hacer y yo con giladas.

Llegamos a casa, deje la moto y entramos en casa, dentro de casa le saque el pañuelo y luego que se acomodara su visión fuimos hacia nuestro cuarto. Romi estaba culito arriba, solo con la tanguita puesta, el resto totalmente desnuda, estaba dormida. Juan me miro indicándome si podía, trague saliva y fui a buscar una silla a la cocina. Cuando volví Juan estaba totalmente desnudo sobre Romi que empezaba a despertar,

-¿Volviste amor...?

-Si... –giro su cara y me vio en la silla sonrió y le pidió a Juan que la dejara girarse que le encantaba que la cogieran en la pose tradicional... Juan la empezó a coger trantando de prolongar el momento lo mayor posible, mientras Juan la bombeaba Romi me miraba a mi.

-Desnudate, mi amor... –empezaron a besarse y los gemidos de ambos cubrían toda la habitación. En un momento Romi le habló al oído y Juan se levantó. Romi se puso de perrito sobre la cama y arqueando bien la cintura.

-Así era como te decía..., -me dijo a mi indicándome con el gesto de su mano que me pajeara cuando empecé a hacerlo me dijo que lo hiciera bien despacio. Se giró a mirarlo a Juan y le dijo.

-Te gusta como me veo...? –Juan se la clavo en la concha y la tomo pasando sus manos por debajo de los pechos de Romi y agarrandola de los hombros, su cadera se clavaba, otra vez el culo de Juan llamaba mi atención, su cintura también se quebraba de una forma increíble clavando mi chica hasta el fondo.

-¿Te gusta mirar como me coge..., papi? No sabes que rico se siente..., ¿le tuviste que pedir mucho para que venga...? –Juan ahora me miró con una sonrisa. En un momento romi empezó a mover su cintura otra vez estaba llegando. Sus hombros cayeron sobre la cama. Su cabeza quedo apoyada sobre la almohada y su culo en máxima exposición. Juan se alejo un poco como para mirarla, mientras se la dejaba clavada en el fondo. En la posición en que romi se encontraba giro la cabeza hacia mi lado, me miro con su cara de perra y me dijo.

-Amor..., porque no le pedís a Juan..., ¿Te animas...? Juan me miro con dudas en la cara.

-Bueno..., nos gustaría..., si...

-Quiere que me hagas el culito...., Juan..., que me dejes toda tu lechita...., en lo más profundo de mi culo..., -Juan ya estaba jugando con sus manos, recogiendo jugos de la concha de romi y lubricando y dilatando su culo. Romi quedo con la cabeza apoyada en la almohada, arrodillada en la cama y su culo expuesto, Juan se puso de pie en la cama, le apoyó la punta de su pija en el culo. Romi me pidió que me acercara a besarla. Nos besamos mientras Juan iba entrando despacio pero sin detenerse en el culo de romi, ella me besaba y me miraba con cara de putita.

-Que profundo lo siento amor..., decile que ya puede bombearme..., si quiere... Juan empezó a cogerla como si le fuera la vida en ello. Romi gemía, me miraba y gritaba que nunca le había gustado tanto que le rompan el culo, que me amaba, que me agradecía...

Juan estuvo un buen rato hasta que no aguanto más y explotó en el culo de romi que tuvo un orgasmo que parecía no detenerse nunca. Juan se quedo acostado sobre ella. Romi después que él salió y se acostó a su lado, le dijo que por favor se fuera que quería estar con su chico. Juan le dio un beso profundo y empezó a vestirse, yo lo lleve hasta unas cuadras de casa con los ojos vendados. Cuando volví, romi seguía acostada con la cola arriba.

-Te gustó cielo...? ahora te mereces tu premio..., no sólo te doy el culo..., sino que además esta llenito...

me desnude en un minuto y la penetré despacio, romi gemía y decía que le encantaba, que hoy le había encantado por el culo.

-Que linda pija tiene Juan..., ¿No?, viste todo lo que hice por vos...?, no te podes quejar...

la puse en la misma posición en que estaba cuando Juan la cogió, los hombros apoyados y el culo súper abierto.

-Sentís la leche de Juan....? ¿quedo calentito mi culo...? ¿no...? si...!!!, dame duro... Juan..., que rica pija... –no pude aguantar más mi pija empezó a explotar en el fondo del culo de mi chica, caímos en la cama, me fui saliendo de a poco y nos besamos y acariciamos mirándonos ahora frente a frente. Te amo dijimos juntos y nos dormimos abrazados.

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