Romina, mi perra buscona, mi amor (2)
Nuestra historia avanza quien sabe donde.
Romina, mi perra buscona, mi amor 2
El día siguiente hable con Osvaldo que se mostró agradecido de que le haya conseguido a alguien de confianza, me comento lo que pensaba pagarle. Estábamos cerca de fin de año, era laboralmente buena la época y agregó que si era mi novia no debía ser ninguna boludita. Mañana mismo puede empezar, que venga con vos en la mañana yo los veo y me voy que tengo que hacer unos trámites.
Esa noche salimos a cenar con Romi y a festejar, la pasamos bárbaro y tratamos de no acostarnos muy tarde, porque al día siguiente empezaba y estaba un poco nerviosa. A la mañana siguiente se vistió normal, lo que en Romi significa siempre algún pantalón que le marque bien el culito con alguna tanguita enterrada en él. Subimos a la moto y Ro me abrazó desde atrás me apretaba fuerte y me decía fuerte al oído que me amaba que era el ser más maravilloso de la tierra y cosas por el estilo, me sentía como en una película de héroes, por primera vez en mi vida me sentía plenamente feliz. Entramos a la oficina, Osvaldo la vio a Romi y lo vi impactado, no la conocía y el putañero que llevaba dentro tomo nota en el momento de lo buena que estaba mi chica. Pasamos a su oficina que sólo tiene un escritorio, un par de butacas, la PC, el teléfono y no mucho más.
Bueno, dijo Osvaldo, ahora no hay mucho trabajo. Tengo que salir, te pido que le expliques un poco vos el laburo, que yo tengo cosas que hacer, no te hagas problemas por el día de laburo que te lo pago como si laburaras en la moto me dijo y me restregó sus nudillos cariñosamente por la cabeza como siempre hacía, le dije que se dejara de joder, que no hacía falta que me pagara nada.
Le empecé a explicar a Romi el trabajo y después de un rato ella se fue soltando y empezó a tomar los pedidos con bastante cancha, más tarde me dijo: ¿no te gustaría cogerme acá en la oficina de tu jefe?, cerramos la puerta y te desquitas de cuando se cogía a esa perrita y vos te pajeabas del otro lado. ¿Querés, dijo mirándome con su cara de putita. Cerré la puerta y la puse apoyada con la pancita en el escritorio, le desabroche el pantalón y se lo fui bajando despacito, me impacto verla así ofrecida sobre ese escritorio, su tanga incrustada en su culo, la desencaje un poco y la corrí a un lado, baje el cierre de mi pantalón y empecé a jugar con la cabeza de mi pija por su conchita. Sonó el teléfono y romi atendió con naturalidad, se la deje ir despacito y empecé a bombearla suavemente.
-Mira que puede volver Osvaldo y se va a enojar si no me encuentra trabajando..., es mi primer día de trabajo, amor... que le diría a mi jefe si me encuentra así...¿eh?
-Y te gustaría que te encuentre así...?
-Si pero vos no tendrías que estar..., quizás así apoyadita en el escritorio atendiendo algún teléfono..., ¿crees que me ayudaría como haces vos?.
Me salí y la hice girar la senté sobre el escritorio y cuando se la iba a poner escuchamos la puerta del departamento, nos arreglamos la ropa rápidamente. Cuando Osvaldo entró estábamos todo colorados. Hace mucho calor acá adentro, dijo, voy a abrir un poco la ventana. Tome uno de los pedidos que había tomado Romi y salí a laburar. En la calle pensaba que estaría pasando en la oficina, si estarían hablando y de que, mi cabeza trabajaba a mil kilómetros por hora. Pude recién volver a la tarde a última hora a buscarla, cuando bajo, me beso, se subió a la moto y abrazándome otra vez desde atrás me dijo que me amaba más que a nada en el mundo.
Fuimos lento hasta casa disfrutando de nuestro contacto. En la cena le pregunte que tal con Osvaldo y me dijo que todo bien, que si quería saber más en la cama me contaba, me miro con una cara de traviesa que pone y que me encanta. Miramos un rato de tele y nos fuimos al cuarto. Primera se fue Romi, cuando entré al cuarto estaba desnuda sobre la cama, su conchita estaba afeitadita como siempre, me puse a chuparla suavemente como se que le encanta la miraba a los ojos y ella me sonrió. No pasó casi nada con Osvaldo, estuvo un ratito y tuvo que salir de vuelta. me dijo y sonrió.
-¿Y en el ratito que estuvo, paso algo?
-Nada amor, solo me charlo bastante y me miró el culo cada vez que pudo..., creo que ya lo puede dibujar de memoria...
me puse sobre ella y la empecé a coger suavemente. Me miro con esos ojos que son mi obsesión y me dijo, nada tontito solo estuvo estudiando el terreno..., decía con vos de putita, viendo que me gusta..., que no..., y evaluando hasta donde puede llegar...,
-¿Y vos que hiciste?
-Y le contestaba a veces enojada..., pero siempre dejando que notara que mi cuerpo manifiesta que soy una perrita... y que las perritas....
-¿Las perritas que?
-No podemos negarnos a nada cuando estamos calentitas, me dijo y explote en lo profundo de su concha, al tiempo que ella también llegaba y nos abrazábamos y nos besábamos apasionadamente. Te amo, mi amor, le dije. Sos lo más importante de mi vida. Nos quedamos otra vez hasta muy tarde, charlando, besándonos y jugando con nuestros cuerpos, sentíamos calor de hogar y estábamos agradecidos de habernos encontrado.
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