Romina la puta..., la presentacion...
Lucas nos presenta a su mujer Romina, que va a ser una lujuriosa protagonista de sexo morboso y promiscuo..., para dar placer a su marido.
ROMINA LA PUTA..., LA PRESENTACION...
Lucas nos presenta a su mujer Romina, que va a ser una lujuriosa protagonista de sexo morboso y promiscuo..., para dar placer a su marido.
Esta historia de puta y cornudo tiene nombres y detalles por expreso deseo de sus protagonistas.
No son mayores, llevan casados varios años y tienen un niño de 3 años.
La puta en la ficción y la futura puta en la realidad..., es sensual, delgada, morena, con unos ojos marrones claros que emiten brillo y vitalidad. Unas delgadas cejas cuidadas. Dientes preciosos. Labios semigruesos. Pechos medianos naturales y unos pezones oscuros enormes. Le encanta la lencería de color negro. Su culo en duro. Sus piernas largas. Su sexo labiado y rosado en su interior.
Un bombón de mujer.
Una mujer sin duda que tiene el destino marcado para hacer felices a miles de hombres todos los años...
El embarazo y el posterior parto no habían dejado ninguna huella.
Tiene Romina el cuerpo de una diosa..., un cuerpo hecho para ser disfrutado por todo tipo de hombres..., siempre que tengan esos ojos de deseo.
En la mente de Lucas, su esposo..., solo un deseo..., conocer de clavadas de enormes pollas en aquel coño y culo…, ver y saborear restos de leche todas las noches... Desea ser un cornudo..., un cornudo muy pero que muy cornamentado...
Llevan años fantaseando...
Él quiere ser el perfecto cornudo que todas las noches en la cama oirá de labios de su mujer las experiencias diarias mientras se excita y se folla apasionadamente a su puta. Quiere que su mujer folle con varios hombres todos los días... Lo desea... Es una fantasía que quiere hacer realidad a toda costa.
Ella quiere ser esa puta que con la debida discreción folla fuera de casa, disfruta, se corre..., morbosea..., con un único objetivo..., ser la protagonista del relato de cada noche para su amado marido..., su cornudo..., el hombre al que más ama.
A esta nueva puta, multiorgasmica e incansable le encanta comer pollas, tragar leche y recibir muchos pollazos en su coño y no siendo muy grandes esas pollas..., en su culo. Su culo es vicioso pero solo cuando está muy cachonda.
En las fantasías de la puta, ella actúa de cazadora, de hembra alpha..., ella folla solo cuando quiere y solo quiere cuando el macho a cazar pone esos ojos de pieza derrotada, pero sin embargo ojos de vicioso y pervertido.
Ellos aún no lo saben, pero a partir de mañana se harán realidad sus respectivas fantasías.
Como cada noche desde hace años..., el volverá a insistir y ella volverá a negarse..., aunque eso hoy variará definitivamente...
Las excusas de antaño ya no valen.
Ya tienen el hijo deseado.
El sistema anticonceptivo funciona a las mil maravillas.
Podría hacer sexo sin problemas, solo teniendo la intuición de saber elegir la persona.
Él quiere saber y notar que aquellos agujeros íntimos son profanados por otros hombres todos los dias del resto de su vida..., lo visualiza..., lo desea..., lo necesita.
Ese es el runrún de todas las noches de Lucas a Romina.
Nuestra historia empieza en la noche previa..., abrazados en la cama después de hacer apasionadamente el amor...
Recordemos...
Lucas había vendado los ojos de Romina nuevamente..., como tantas y tatas noches.
Le había preguntado con quien quería follar esa noche...
- Hoy quiero volver a follar con Luciano el nuevo médico de la consulta..., que cada vez me pone más...
- Follaras con Luciano..., mi vida. (Lo dijo de una manera..., esta noche..., muy especial)
A Romina le encantaba comer la polla y con los ojos vendados se aproximó a aquel cuerpo ansioso de sexo, el de Lucas, su marido..., pero imaginando al nuevo médico de la clínica... Luciano.
Romina se imagina y describe la situación de esta noche...
Me pasaré al baño detrás de él...
Le mandaré callar con un beso.
Sacaré su polla..., la sujetaré mientras escancia su vejiga.
Cuando termine, la llevaré a mi boca, recogeré de su glande aquellas dos o tres gotas olvidadas.
Esa enorme polla ya estará dura..., será preciosa, muy blanca, coronada con ese glande rosado ya brillante por la lubricación preseminal...
Romina devoraba aquella polla real, mientras se imaginaba la de Luciano en su mente.
Tener los ojos vendados le proporcionaba la ventaja de visualizarla sin problemas. Nunca había visto la polla de aquel nuevo médico, pero desde el primer día, intuyó aquel paquete de peso bajo sus vaqueros ajustados.
La saliva impregnaba aquella polla.
La sentía cada vez más dura.
Su sabor semisalado era su delicia. La metía enteramente en su boca y la sacaba.
Notaba esa sensación de llenar su boca y acariciar a veces sus mejillas interiores y otras su paladar superior.
Cogía sus huevos con la mano y los apretaba. Sentía como aquello excitaba a Lucas (Luciano en su imagonación).
Romina es insaciable comiendo polla. Su lengua traviesa jugaba con su glande arriba y abajo mientras sus labios recorrían el tronco de aquella polla caliente y dispuesta...
Después de aquella manera de mamar sublime de Romina..., Lucas no dudo en inundar una vez más con su néctar caliente la boca viciosa de su mujer.
Ella degustó a placer.
Dijo haberse corrido al comerla, de tanta excitación que albergaba..., por su fantasía oral con Luciano.
Lucas de todos modos lamería aquel coño que lubricado y oloroso le trasladaba al deseoso cornudo que su mujer había disfrutado en su imaginación y mucho..., a tenor de su humedad y restos blanquecinos en sus labios medios.
Con la consabida habilidad de Lucas, Romina no tardó en correrse y enlazar cinco orgasmos consecutivos..., coronados por un épico sexto orgasmo de altísima graduación.
Romina retiró con sus manos la boca incansable de su marido. Tenía suficiente por esta noche. Un orgasmo mental con Luciano devorando la polla y media docena de orgasmos clitorianos con Lucas..., era realmente suficiente para esta noche de lunes.
- Joder que gusto me has dado..., mi amor..., ha sido muy especial... Gracias.
Le besó y le indicó que se recostase a su lado.
Se dispusieron a dormir como todas las noches unidos con sus manos entrelazadas...
El silencio de la noche, era roto minutos después por Lucas...
- Romina.
- ¿Dime amor? (Semidormida)
- Mañana te follarás de verdad a Luciano. (Asertivamente)
- ¿Cómo? (Despertándose)
- No puedo soportar más esta situación..., si no te lo follas..., no vengas a casa. Nos separaremos.
- ¿Cómo? Tú estás loco.
- Si estoy loco por ti..., y prefiero romper nuestra relación a tener esta permanente necesidad frustrada de ser un puto cornudo.
- ¿Seguro? ¿Estas totalmente seguro?
- Si.
- Así será. No creía que en todos estos años..., en que has insistido en ello, lo decías absolutamente en serio.
- Lo decía en serio Romina... ¿Lo harás?
- Si, lo intentaré al menos. Creo que podría conseguirlo. Me mira como un corderito.
- Mañana por la noche, seré el hombre más feliz del mundo.
- No vendas la piel del oso, antes de cazarlo...
- Lo cazarás..., no me cabe la menor duda... Con ese cuerpo escandaloso...
Alguna noche le había dicho que con aquel cuerpo y con aquella forma de follar tan especial, habría ganado una fortuna como prostituta de lujo.
Agarró fuertemente su mano y se dispuso a dormir, imaginando a su mujer con aquel nuevo médico. No lo conocía en persona, pero desde hace semanas, en sus juegos de fantasías..., Romina..., ya se lo había follado varias veces.
Estaba excitado y tardo en dormirse...
Romina dormia placidamente...
Tuvo que hacer prácticas mentales para dormir... Pensaba en operaciones matemáticas hasta que podía dormirse...
El despertador sonaba...
Ambos se levantaron y comenzaron la rutina diaria. El niño. El aseo, el desayuno. Lucas llevaba al niño al colegio infantil.
Besó a Romina más excitado que nunca.
- Esta noche me cuentas... ¿Vale?
- ¿Estás seguro? Pensaba que se te había olvidado...
- ¿Olvidárseme? Lo que más deseo en este mundo... ¡¡¡ESTOY ABSOLUTAMENTE SEGURO!!! (Enfátizo)
Se besaron como hacía años que no se besaban al despedirse por las mañanas.
El día para Lucas se hizo eterno...
No quería mandarle ningún mensaje... Habitualmente le decía alguna tontería... Tócate. Mójate para mí. Quítate las bragas en la comida y enseña ligeramente tu bellísimo... (Así llamaba a su coño...)
Realmente era precioso.
Es precioso..., esos labios no demasiado grandes que al abrirse dejaban translucir eso color rosáceo interior tan brillante y morboso, además de sabroso.
Lucas apenas comió.
El día se le hizo larguísimo...
Recogió a su hijo.
Volvió a casa.
Estaba impaciente...
Cuando Romina entró, sobre las siete de la tarde por la puerta..., sonrió a su marido de una manera muy especial.
Enseguida fue a buscarla y besarla..., le preguntó susurrando...
- ¿Y..., bien...?
Sonrió maliciosamente...
- ¿Era por la noche... NO? ¿Te lo debo de contar por la noche... verdad?
Lucas asintió.
Apenas pudo cenar.
El tiempo pasaba tan despacio...
Las ocho...
Las nueve...
El niño a la cama...
Leer un rato... La tele un bodrio...
Se impacientaba...
- Romina..., por favor..., vamos a la cama...
Ella sonreía de una manera muy especial..., como conociendo un secreto que va a contarte..., pero cuando ella quiera..., no antes.
En cuanto acabe de leer este capítulo..., adelántate tú.
Lucas, se fue hacia el dormitorio.
Se duchó, se aseó la boca..., y desnudo en la cama..., esperó a que Romina llegasé...
Aquellos veinte minutos fueron eternos.
Por fin llegaba...
Iba en dirección al baño...
Le dijo...
- Ya sabes..., no te laves “tu bellísimo” aún...
- Vale..., vicioso morboso...
Pasó al baño..., se aseo la boca. Se desnudó y vino hacia la cama escondiendo en la mano tras la espalda...
Su cara resplandecía...
Se recostó a su lado...
Despacio..., muy despacio aproximó aquel objeto negro a su marido...
Enseñaba sus bragas a Lucas..., colocadas por aquella idónea posición...
A la luz de sus lamparitas de noches se podía apreciar perfectamente como en aquellas preciosas bragas negras de lencería..., había una enorme mancha blancuzca reseca en varios círculos..., incluso aún en el mismo centro se apreciaba una viscosidad brillante y fresca.
Lucas olio ávidamente...
Olía a su mujer..., al flujo habitual de su mujer..., pero podía apreciarse un olor adicional..., un olor a semen sin duda...
Sus ojos se emocionaron...
La besó apasionadamente..., para después decirle...
- Cuéntame mi amor...
¿Queridos lectores..., que se imaginan ustedes que pasó a continuación?
Mañana podrán saberlo en un relato de título... ROMINA LA PUTA..., SE ESTRENA CON LUCIANO...
Como siempre a su disposición en mi correo.
Hasta mañana...
PEPOTECR.