Romina

Tenia un par de años notando que mi hija menor Romina (de 18 años) entraba a nuestra habitación temprano los fines de semana con cualquier pretexto y observaba con atención la deliciosa erección de su padre; además estaba segura que cuando mis tres hijas mayores no estaban casa, mi esposo y yo éramos observados por Romina cuando teníamos sexo su padre y yo.

Romina

Tenia un par de años notando que mi hija menor Romina (de 18 años) entraba a nuestra habitación temprano los fines de semana con cualquier pretexto y observaba con atención la deliciosa erección de su padre; además estaba segura que cuando mis tres hijas mayores no estaban casa, mi esposo y yo éramos observados por Romina cuando teníamos sexo su padre y yo.

Después de comentarlo con un amigo muy "intimo" (quien publica la historia por mi) el me dio varios consejos que me ayudaron a darme cuenta de la curiosidad sexual de Romina. La siguiente ocasión que estuvimos sin las hijas mayores, deje un poco mas abierta la puerta que comunica nuestra habitación con el baño (que tiene otra entrada al pasillo) y me di cuenta que efectivamente en cuanto principiábamos a tener intimidad Fernando y yo, Romina entraba al cuarto de baño y se quedaba observándonos detenidamente sentada en el inodoro y al mismo tiempo ella procedía a masturbarse. No me atreví a comentar nada con Fernando por temor a estar equivocada, así que nuevamente lo comente con mi amigo "intimo" y me dijo que la dejara ver lo que quisiera, pues esta era una buena oportunidad para que Romina aprendiera sobre sexo.

Un sábado temprano, haciendo ruido para que Romina se diera cuenta, acosté a mi marido con las piernas sostenidas en el suelo (estando el así lo mas cerca posible del baño) y me dedique a excitar la verga de Fernando con la mano y oralmente, exhibiéndola lo mas posible. Cuando me di cuenta Romina ya estaba en su puesto habitual; abriéndome de piernas me senté sobre el falo de mi marido de espaldas al baño para dar una mejor exhibición a la estudiante. Primero frote mis labios vaginales humedecidos contra el pito de mi marido, después de unas frotadas, deje que este me penetrara abriéndome la vagina completamente y penetrándome lo más profundamente que fuera posible. La demostración incluyo hacer sentidillas sobre la barra de carne que tenia dentro de mi, acostarme en el pecho de el para que se viera perfectamente como copulábamos y haciendo que el pene de Fernando se saliera continuamente, lo introducía nuevamente en mi vagina para que Romina viera bien cual es el proceso de la penetración. Cuando sentí que mi esposo estaba a punto de eyacular, desmote y continuando excitándolo manualmente deje que lanzara un gran chorro de esperma al aire lamiendo los restos de su pene y cuerpo. Al terminar de limpiar el semen, Romina ya había desaparecido.

En otra ocasión logre convencer a mi marido que me introducirá un vibrador en forma de pene que me regalo mi amigo, asegurándome que el quedaría de espaldas a la puerta del baño para Romina a prendiera mas sobre la masturbación femenina; Fernando procedió a introducirme el dildo color rosado en forma de pene metiéndolo y sacándolo al mismo tiempo que con los dedos estimulaba mi clítoris. Díaz después para mi beneplácito, me di cuenta que mi vibrador había sido utilizado por Romina (siendo este grueso, me di cuenta que mi hija pequeña era toda una mujer).

Hace muchos años que me depilo completamente la concha con cera y Romina un día al verme desnuda me pregunto si le ayudaba a depilarse (ella lo hacia con pinzas) con cera. Estando en el proceso justo cuando le quitaba la tira en su entrepierna, Fernando entro a la habitación viendo la desnudes mas intima de su hija. Mi reacción fue decirle que no se saliera que eso era algo muy natural, pues Fernando me ayudaba a la depilación quitando las tiras que yo no podía alcanzar.

Pasaron varios meses y me sometí a una histerectomía radical (me quitaron la matriz), esta cirugía implica que remueven una parte de la vagina y por los menos durante 3 meses no es posible tener relaciones sexuales. Al término de la segunda Romina necesitaba otra depilación por ser periodo de vacaciones sus hermanas no estaban en casa, así que le toco a Fernando hacer solo la depilación a Romina pues yo no me podía levantar de la cama. Acostándose nuestra hija en nuestra cama, vistiendo únicamente una blusa delgada vi como Fernando manipulaba los labios vaginales de nuestra hija para remover todo el vello púbico. Al terminar la maniobra ella se fue a duchar y viendo a Fernando visiblemente excitado procedí a darle una buena mamada para que se le bajara la erección.

Si mal no recuerdo esa misma semana, Fernando me dijo que espiaría a Romina en la ducha para que el se excitara y yo me encargaría del resto con mi boca. Ahora éramos nosotros los que esperamos a que ella entrara a ducharse; cuando escuchamos que Romina ya se estaba duchando entrando Fernando al bañó con su acostumbrada erección matutina, teniendo la ducha puertas de vidrio, es posible que ambos se den cuenta quien esta ahí. Como generalmente era yo la que entraba cuando ella se duchaba o ambos; mi hija no sospecho que era su padre el que entraba solo al baño a mostrar su pene y ver a su hija. Romina estando lavándose el pelo no se dio cuenta del visitante que viéndola desnuda con la piel muy blanca sus tetas de tamaño mediano con pezones puntiagudos y rosados, coño completamente depilado con un clítoris prominente (herencia mía) y bastante nalgona, principio a masturbarse saliendo justo a tiempo del baño para eyacular dentro mi boca con unas cuantas manipulaciones del prepucio sobre el glande de su pene con mis labios y lengua.

En la segunda ocasión que Fernando entro a ver ducharse a Romina, esta se percato de su presencia pero lo ignoro completamente y continuo depilándose los labios vaginales, Fernando pretendió tratar de orinar pero debido a la erección no pudo y dejando abierta la puerta del baño para ver a su hija al mismo tiempo que yo le dada una buena mamada descargo el semen acumulado en su próstata en mi boca.

A la semana siguiente Fernando quería tener sexo conmigo (solo te pongo la punta en la entrada, etc.) y yo no tenia ganas en lo absoluto además de tener miedo de que me penetrara y mis felaciones ya no eran suficientes para el. Así que yo misma le propuse a mi esposo que el fuera a la habitación de Romina a depilarla y si la chica se dejaba, pues que lo gozaran; a lo cual Fernando no puso objeción alguna. Al cabo de un rato Fernando regreso a la habitación y esto fue lo que me contó:

Entre en la habitación de mi hija y desenfadadamente le dije si quería que la depilara, ella me respondió que si, que ya era tiempo nuevamente, ella tenia lo necesario en su habitación Asia que después de calentar la cera, Romina se removió los ajustados jeans, se despojo de su diminuta tanga, puso una toalla en la cama y al mismo tiempo que doblando las piernas las abrió. Yo había visto en otras ocasiones sus carnosos labios vaginales y la apertura de su vagina pero siempre de lado cuando su madre la depilaba, esta era la primera vez que tenía la joven vulva de mi hija tan cerca de mí. Primero le depile el monte de Venus, al momento de la depilación de la concha tomando sus labios vaginales los moví a la parte derecha y procedí a untar la cera afuera de su vulva; puse la tela y pidiéndole que pusiera sus dedos sobre la vulva hale la tela. Al darme cuenta de lo irritado que quedaba su piel de a entrepierna, pasando mi dedo primero en mi lengua para untar un poco de saliva y diciéndole que lo sentía dejarle tan enrojecida la piel, hice el sonido de un beso. La preparación del lado derecho fue idéntica, pero en esta ocasión le dije que yo sostendría la piel de su entrepierna para evitar dañarla tanto. Dos de mis dedos izquierdos quedaron sobre los labios vaginales de Romina e inconcientemente trate de sentir su clítoris, debido a lo abultado de este, fácilmente lo puede sentir através de la tersa piel de su labia menora. El resultado fue casi el mismo, su piel se enrojeció y sin retirar los dedos que tenía sobre sus labios menores procedí con la mano derecha a ponerle un poco de saliva y sobar la parte afectada con dos dedos de cada mano. Como resultado mis dedos separaron los labios vaginales dejando ver una abertura vaginal y el interior de estos humedecidos, la diferencia de coloración en los bordes vaginales hacia que el líquido transparente que escurría de los labios vaginales se viera más brillante en las partes oscuras de su intimidad.

Romina se sonrojo al darse cuenta del líquido viscoso que le estaba escurriendo y sin decir nada. Aun me faltaba por depilar el ano, para esta actividad le pedí que se acostara boca abajo sobre una almohada separando las piernas; sus jugos vaginales ya habían llegado al ano, así que tomando un pañuelo desechable lo limpie. Teniendo cuidado de que la cera no entrara en su ano, le unte la piel alrededor del orto y a fin de no dañarle la piel de la concha nuevamente puse mis dedos siniestros (lo contrario a diestros) y halando la tela terminé la depilación.

Fernando llego a nuestra habitación calientísimo sacándose la pija para que le ayudara con una paja y terminar en mi boca.

Si los lectores desean saber mas detalles escriban para darme ánimos de continuar con el relato.

WorriedHusband@hotmail.com