Romancillo del vibrador
También nuestros objetos más preciados merecen un poema. Dedico éste al vibrador que me hace pasar tan buenos ratos.
Romancillo del vibrador
En la mesilla de noche,
y en funda de terciopelo
guardo mi varita mágica
con alma de voltio y medio.
(Cuando la paso a la cama
satisface mis deseos)
Si vibra, vibro con ella,
la detengo cuando quiero:
Nunca he tenido un amante
tan servicial y discreto.
De látex, y no de carne,
es su caricia y su beso.
Cuando la acerco a mi piel
y sueño con lo que sueño,
la varita hace el milagro
de avivar en mí su fuego.
Camina luego, tenaz,
los caminos de mi cuerpo,
me alborota los pezones,
me cosquillea en los pechos,
luego baja, inexorable,
hasta centrarse en mi centro,
vibra vibra que te vibra
cosiendo a mi piel el cielo,
vibra vibra que te vibra:
un zumbido en el silencio,
vibra vibra que te vibra,
terremotos en mi sexo
No necesito varón
porque tengo cuánto quiero:
En la mesilla de noche,
y en funda de terciopelo,
la mejor varita mágica
con alma de voltio y medio.