Romance de verano (4 de 4)
Cuarta parte de la historia sexual acontecida este mismo verano.
Mi amiga se está acostumbrando a llamar por teléfono y tener sexo. Con ella siempre hay sorpresas y nunca sé con que me vendrá en cada ocasión. Esta vez cuando he ido, me ha recibido como siempre de forma espectacular, muy ligera de ropa y con muchas ganas de sexo. Estábamos en su cuarto y como siempre empezamos a magrearnos.
Yo le voy agarrando sus tetas pequeñas y comiéndoselas, y ella se dedica a masturbarme con mucho cariño y comiendo polla. No sé si lo hará igual de bien con todos los demás a los que se folla, pero en cada encuentro lo hace mejor y aguanta más haciendo garganta profunda, podría estar horas comiendome la polla.
Cuando ya me dispongo a meterle la polla, me para y me dice que quiere pedirme un favor. Me dice que la última vez que follamos, que fue cuando me sorprendió con sus amigas, descubrió con la facilidad con la que le folle el culo a una de sus amigas y como vio que su amiga disfrutó muchísimo, ella también quiere sentir lo mismo. Pero no se atrevió a pedirlo la última vez porque nunca ha hecho sexo anal y le daba vergüenza decirlo delante de sus amigas. Prefiere que sea yo el que le desvirgue el culo.
Después de esta sorpresa que me excita muchísimo, me concentré en follarle el culo, le dije que no se preocupara, que haría que sientiése mucho placer. Se puso a 4 patas delante de mí y automáticamente me puse a llenarle de saliva su lindo y virginal culo. Fuí suavemente pasando un dedo mio por su culito, que se notaba que era virgen porque cada vez que me acercaba se ponía nerviosa y lo apretaba.
Le dije que se relajase y le escupí una vez más en su culo mientras le metía un dedo lentamente. El dedo deslizó suave hacia el interior de su culo, pero ella estaba muy nerviosa y estaba todo el rato encorbándose y cerrando el culo de forma involuntaria. Para relajarla le dije que primero le metía la polla por el coño, mientras le dilataba su ano. Al meterle la polla y follarle un poco, enseguida se olvidó del dedo del culo y se relajó, a la vez que se fue excitando mientras le follaba el coño y metía un segundo dedo por el culo y sin enterarse.
Así que le saqué la polla del coño y se la metí por el culo; primero se la apoyé en el ano, le coloqué la punta de mi polla en su agujero y sin pensar empujé lo máximo que pude para clavarsela bien al fondo. Ella gritaba y decía que le dolía, yo le dije que aguantase un poquito que es solo hasta que se le adapte el culo a mi polla. Le saqué un poco la polla y la follé suavemente notando en mi polla como su culo cerrado apretaba fuerte mi polla. A medida que le iba follando se iba abriendo y ella ya quejándose menos, así que fui subiendo la intensidad y le fui dando más fuerte. Le saqué la polla y vi su culito abierto, le escupí para que lubricase mejor y se la volví a clavar como al principio pero esta vez la reacción de mi amiga fue un “¡siii, dame más duro!”.
Y así lo hice, pasé de follarle el culo a solo darle pollazos bien duros y azotes. Su culo estaba completamente abierto, mi polla entraba y salía sin presión, estamos los dos muy excitados y no paré de follarle su lindo culo. Así pasó el tiempo, casi 40 minutos después yo ya estaba agotado y ella tenía el culo reventado, lo tenía rojo y decía que le quemaba. La convencí de que era normal y que la mejor forma de que se le pasase esa sensación era corriéndome dentro de su culo, a lo que ella inocentemente no puso inconveniente. En un último esfuerzo, la agarré por los hombros y le clavé la polla bien profunda, tanto que me corrí solo. Noté un placer extremo, de esos segundos que se convierten en eternos, ya que fui notando perfectamente como iba pasando mi lefa por dentro de mi polla mientras ella entre gemidos me decía que estaba notando como me salía toda la leche. Por fin salió mi semen dentro de su culo, le di dos o tres pollazos más y ya paré porque no podía más. Ella incorporándose me dió las gracias, a la vez que me preguntó que cómo le va a salir la lefa. Yo le respondí simplemente: "Ya saldrá, ya saldrá...."