Román (2)

Román es un chico tranquilo, muy del montón. Que se ve envuelto en un juego que le hará pasar de ser un niño a un hombre. Soy Román, y esta es mi historia.

Me desperté a eso de las 12:30, nunca he sido muy madrugador y menos ahora que no se puede salir de casa. Estuve recordando la noche anterior, había sido surrealista, nunca había estado de esa manera con Rebeca y tenía que hablar con ella.

Si bien es cierto que ella siempre ha sido buena conmigo yo siempre la había mantenido alejada. Ahora las cosas iban a cambiar. Tenía un plan en mente, un plan que la convertiría mía, y yo sería su amo y señor.

Me fui a la cocina y allí estaban mis padres, dándose el lote, joder parecían unos adolescentes. Siempre habían sido muy fogosos pero estar encerrados les había encendido aún más, ellos eran mi única preocupación y no quería que pudiesen desbaratar mis planes. Asique me seguiría comportando como un chico ideal, para no perder su favor.

Buenos días - Les dije, en un tono neutro pero serio, a ver si se daban por aludidos y paraban. - Ma que hay hoy de desayunar?

Buenos días cariño - me dijo ella dándome un beso casi en la comisura de mis labios. Siemore habíamos tenido un comportamiento mas cariñoso de lo normal, asique mi padre no dijo nada, se limitó a mirarnos desde el fondo de la cocina. - Tu hermana estaba un poco rara está mañana, pasó algo anoche ?

Joder, las madres siempre se enteran de que algo está pasando, deben de tener algún tipo de superpoder o algo.

Que va, ya sabes cómo es, siempre está rara.- No me gustaba mentira, pero en este caso no había otra opción. Sabes dónde está? Quiero hablar con ella un rato, si no me empiezo a llevar bien con ella el confinamiento se nos va a hacer eterno.

Está en el sofá del salón - me dijo con dulcura. -me alegra que os empecéis a llevar bien pero no la molestes mucho

Yo me fui directo hacia el salón, el desayuno podía esperar. Quería hacerla saber lo que me debía y ella tendría que pagarlo.

Me la encontré ahí tumbada, y solo pude contemplar su belleza. No se que me estaba pasando, no podía a empezar a pillarme de ella o jamás sería capaz de hacer lo que quería hacer. Pero era inevitable.

Buenos días niña - la dije, haciéndola saber de mi presencia. Y me senté en el mismo sofá en el que ella estaba.

  • Buenos días Román, oye podemos hablar de...

  • vente a mi cuarto en 30 mins, mientras me ducho y desayuno. - La dije interrumpiendola.

  • Bueno vale no hace falta que te pongas así de borde. Me voy a cambiar y voy, no me hagas esperar mucho.

Mi hermana estaba tomando una actitud de obediencia y a la vez de rebelde. Lo deje pasar porque no había motivos para decirla nada. Pero eso iba a cambiar en muy poco tiempo.

Una vez duchado me fui a mí habitación y allí estaba ella. Sentada en mi cama, Llevaba puesto un top cortito y unos shorts iguales que los de anoche, pero grises. La verdad que estaba tremenda.

Y bien?- la dije de malas maneras. - Que era eso que querías decirme?

  • Román quería hablar contigo sobre lo de anoche, ya lo sabes no te hagas el tonto.

  • Ya pero que es lo que quieres decirme sobre lo de anoche

  • Que no estuvo bien, no te voy a decir que no me gustó pero eso no se puede volver a repetir, está claro?

  • De momento claro no hay nada, ya te dije ayer que yo voy a hacer lo que me dé la gana. Tu no vas a mandar más estamos?

  • No te voy a permitir que me ha- PLAS- La di un bofetón, se estaba poniendo muy chula y no podía dejar que se siguiese creciendo.

  • Mira, ahora el que manda soy yo. Antes que nada quiero que me des el dinero de la apuesta, son 100 pavos más los intereses por querer escaquearte.

  • Ro ahora no te lo puedo dar, no los tengo, tenía el dinero pero me lo gaste.

  • Y se puede saber en qué te gastaste mi dinero?

  • Eso ahora no importa, lo que importa es que no te lo puedo dar porque no lo tengo.

  • Está bien, no hace falta que me los des, pero a cambio tendrás que aceptar mi oferta. O los diré a pa y ma que te has gastado mi dinero en vete tú a saber que mierdas.

  • No te puedes esperar a que los consiga?

  • No. - No, no podía, el dinero me importaba una mierda, yo solo quería que aceptase la oferta.

  • Y de que se trata esa oferta?

  • Va a ser una nueva apuesta, pero esta vez no nos vamos a jugar dinero sino a nosotros mismos.

  • Como que a nosotros mismos, de que va todo esto Román? porque no me está gustando mi un pelo.

  • Da igual si te gusta o no, hoy juega el Madrid, yo apuesto a que va a ganar, y a ti te toca ir en contra, si empatan o puede, habrás ganado la apuesta. - la dije con una sonrisa en la cara, sabía que el Madrid iba a ganar, jugaba contra un equipo mucho menos fuerte en la liga y venía con varias bajas. - Si yo gano, tú serás mi esclava todo el tiempo que queda de cuarentena, si tu ganas, yo seré tu esclavo. Aceptas?

  • Tengo alguna opción a decir que no?

  • No, no la tienes.

  • Pues ya sabes mi respuesta entonces, te juro que si pierdes, te voy a tener explotado, solo a un psicópata se le ocurren este tipo de cosas.

En el fondo me gustaba verla así, siempre estaba segura y confiada, era una chica fuerte mentalmente.

  • Juegan esta tarde. A la hora de la siesta, vente al salón de juegos para verlo.

Ella se levantó y se estaba a punto de ir cuando la agarre del brazo y al dije

  • A donde te crees que vas? No me has pagado los intereses de los 100 pavos, y los vas a pagar.

  • Joder pero que quieres que haga ahora?

  • Ayer me dejaste con un calentón enorme, y hoy me los vas a quitar, me vas a hacer una mamada Está claro?

Yo sabía que mi hermana era un poco fresca, en el colegio siempre se había comentado y sabía de la cantidad de novios que ella había tenido, pero nunca llegue a imaginar que aceptase tan rápido.

  • Tu estás majara?- me dijo - No pienso hacerte nada, esos intereses te los has sacado del rabo.

  • Me la vas a hacer porque se lo de Mario, - Ella en ese momento se puso pálida, yo no tenía ni puta idea de quién era Mario ni de que había pasado, pero unos días atrás vi un mensaje en su móvil de un tal Mario que donde hablaban de algo que nadie podía enterarse nunca, asique decidí usarlo a mí favor y ver su colaba.

  • Joder..., joder joder joder, - se la notaba muy nerviosa- Pero tú cómo te has enterado de eso?

  • da igual como me haya enterado, el caso es que lo se y si tú no quieres que se sepa ya sabes lo que tienes que hacer.

  • Está bien, pero esto jamás se lo puedes decir a nadie, no se ni porque acepto pero que sea rápido antes de que me arrepienta.

Yo me senté rápidamente en el borde de mi cama, ya tenía la polla tiesa, por el morbo, jamás habría pensado que ella aceptaría, tenía que ser muy gordo eso que pasó con Mario.

Ella se puso de rodillas entre mis dos piernas, y lentamente paso su mano por encima de mi miembro, acariciándolo, me bajo los pantalones y se quedó impactada mirando mi erección, a apenas 15 cm de su cara.

Yo no tenía una polla enorme ni mucho menos, era más bien normalita, media 16cm pero era muy gorda y eso la debió de impactar.

  • A qué estás esperando?- la esperte

Ella no se hizo esperar y empezó lentamente a pajearme, bajo su cabeza y empezó a comerme los huevos, se la notaba que quería acabar cuanto antes y si esto seguía así, iba a conseguirlo.

Lamió todo el tronco de mi polla hasta llegar al glande y se la empezó a meter en la boca, entera, tenía que abrir mucho la boca pues yo la notaba que la llenaba entera, mientras me hacía una manada iba jugando con la lengua, y de vez en cuando, me daba unas pequeñas mordiditas que me hacían subir al cielo, eran lo suficientemente leves como para que no me molestasen en absoluto

Yo la agarre una teta y luego pase a la otra, empezé a jugar con sus pezones por encima del top a la vez que ella me hacía una manada de escándalo.

Unos minutos más tarde empecé a notar esas ganas de correrme, no creía que aguantase mucho más, pero no la dije nada, se iba a tragar mi semen, eso lo tenía claro.

Cuando ya no podía aguantar más la agarre de la cabeza, empujándola hacia mi, y note como descargaba todo mi semen en su boca, se empezo a salir un poco por la comisura de los labios pero ella no se apartó, quizá para no ensuciar, o quizá porque la gustaba, vete tú a saber porque.

Cuando se retiró la agarre de la mandíbula - Tragatelo todo- la dije - tragateko porque sino la vas a repetir luego.

Ella me miró con un cierto odio y lujuria en sus ojos, y me obedeció, se lo tragó todo.

  • me gusta que vayas aprendiendo quien manda

  • Pensé que ibas a aguantar menos, no ha estado mal, pero los intereses ya estás saldados y lo de Mario lo olvidas. Esto no va a volver a ocurrir.

  • Ya te puedes ir, he quedado con unos amigos para jugar al ordenador.

Ella se levantó y se marchó, me hacía gracia, se pensaba que aquí se había acabado todo pero cuando ganase la apuesta se iba a enterar de como la iba a utilizar, la iba a utilizar a mí antojo hasta tal punto que sería ella la que me busque a mí.

Me subí los pantalones, me senté en mi escritorio, encendí el ordenador y llame a unos amigos para jugar. Estaba contento, la cuarentena se me iba a hacer muy amena si todo salía bien.