Rocio
La infidelidad de Rocío tuvo como consecuencia...
ROCIO
La sorpresa iba a ser mayúscula. Yo volvía de mi viaje de negocios un par de días antes. Había hablado con mi esposa la noche antes, las negociaciones no iban bien le comenté y tenía que quedarme un par de días más para trabajar. Nada más lejos de la realidad, el acuerdo se firmó satisfactoriamente para mi empresa y volvía al día siguiente. Quería darle una sorpresa, llevarla a cenar y por supuesto darle aquel maravilloso regalo que le había comprado. Un impresionante vestido de Dior en el que me había gastado gran parte de la comisión que me llevaba por ese negocio.
1500 euros por un trozo de tela! Pero por ella todo merece la pena. Cuando lo vi, me lo imagine en el cuerpo de mi mujer y supe que era para ella. Tacones y bolso iban incluidos.
Llegué a casa temprano, apenas eran las 12. Rocío no estaba. Seguramente habría ido a la playa ya que era pleno mes de agosto y hacía calor. Ella es una persona muy solar, le encanta tomar el sol, incluso diría que no puede vivir sin él ya que los días nublados o en invierno le cambia hasta el carácter.
Solemos ir a la misma playa siempre, así que decidí ir a buscarla para darle la sorpresa pero al llegar pude comprobar que ella no estaba. Hice el amago de llamarla pero recordé que antes de salir nosotros ella frecuentaba otra playa no muy lejos de esta. Fui caminando por la playa, dando un paseo y pensando lo que podríamos hacer este fin de semana hasta que di con ella al cabo de un tiempo.
Estaba a unos metros con su amiga Carol. No me vieron llegar porque estaban de espaldas tomando el sol. Rocío lucía su precioso tanga negro que apenas cubría sus intimidades, estaba de muerte toda bronceada. Estaba radiante, bella, sensual. Su amiga le iba a la par con un diminuto tanga rojo. A medida que me acercaba, iba fijando mi vista en ellas hasta que me paré casi en seco. Había dos toallas más junto a las suyas.
Casi por inercia y sin quererlo me retiré hacia atrás varios metros. No sé por que lo hice pero me tumbé a unos 50 metros y me enfundé mi gorra bien ceñida a la cabeza para que no me pudiesen reconocer.
Al rato se acercaron 2 chicos con bebidas. Se tumbaron allí con ellas. Yo no los conocía y hasta ese momento tampoco me importaba mucho, pensé que serían amigos de Carol. Nada fuera de lo normal. 4 personas charlando.
Pero a mi no me cuadraban una serie de cosas. Rocío a pesar de ser una persona de mente bastante liberal no se mostraría así casi desnuda ante un conocido. Hace muchos años que hace top less pero normalmente cuando estamos los dos solos o con alguna amiga suya. Eso me choco un poco.
Empezó a mosquearme un poco el asunto cuando el tipo en cuestión le echó crema, sobándole toda la espalda desnuda y los cachetes del culo apenas cubierto por el pequeño tanga. Mas que extenderle la crema le daba un masaje sin dejar escapar ni un solo centímetro cuadrado de su piel.
Me quedé de piedra cuando también extendió la crema por delante tocándole y masajeandole los pechos a mi mujer. No había duda me estaba engañando con el tipo ese, ratificado cuando la rodeó entre sus brazos mientras la besaba apasionadamente.
Mientras, Carol le comía la boca al otro pero poco me importaba aunque a Luís, su marido también le estaría creciendo algo en la cabeza.
Tenía la imagen fija en ellos hasta que se levantaron para dirigirse al mar. Agaché la cabeza y la giré para verlos entrar en el agua. No me lo podía creer, el tipo no dejaba de sobarla. Sentía especial predilección por su culo. En el agua se estuvieron besando y metiéndose mano como adolescentes.
Decidí irme, caminaba cabizbajo por la playa hasta llegar al coche. Cuando llegué a mi casa me dieron ganas de romper todo lo que había pero empecé a sentir una sensación extraña. No estaba cabreado. Sentía algo parecido a satisfacción cuando recordaba la escena de mi esposa y su amante. Morbo puede que sea la palabra. Sentía morbo y excitación...
Estuve dándole vueltas a la cabeza durante un tiempo hasta que llegué a una conclusión al tiempo que ella entraba por la puerta.
Se sorprendió de verme ahí al tiempo que se acercaba a besarme.
Besé esos labios que instantes antes le habían besado a el y esa situación cada vez me gustaba más. Me dijo que venía de la playa que había estado con su amiga Carol y poco más.
Mientras se duchaba le cogí el móvil y pude ver su numero. Le mandé un sms como si fuese ella invitándolo a tomar un café en 5 minutos en la cafetería de la esquina. Respondió con un -si-
Le dije a mi mujer que iba a bajar a comprar algo mientras ella aún estaba en la ducha.
Cuando llegué ahí estaba sentado, el tío en cuestión era bastante bien parecido, un guaperas. Decidí abordarlo enseguida ya que no tenía mucho tiempo. Me senté enfrente de el y ante de que abriera la boca le dije quien era y que lo sabía todo.
El tío se quedó pálido, no sabía que decir, comenzó a balbucear hasta que le dije que si me podía hacer un favor. "Un favor" repitió "claro lo que quieras".
Sin más preámbulo le dije:
"Quiero que te folles a mi mujer"
Casi se atraganta con el sorbo de café "¿Cómo?"-
"lo que oyes, además quiero que también lo haga tu amigo, el que se tira a Carol"
El tío no daba crédito a sus oídos
"Te daré 500 Euros a ti y otros 500 a tu amigo"
"Os la podéis follar como queráis, no hay limites. La única condición es que después os larguéis para siempre"
Tras 10 minutos de conversación. Aceptó.
Cuando llegué ella salía de la ducha cubierta por una toalla. La acumulación de sol en su cuerpo necesitaba salir. Irradiaba calor por todos los porros de su piel. La toalla apenas tapaba su cuerpo. Enseguida esta se desprendió dejando al descubierto su hermoso cuerpo. Su pubis completamente depilado la hacia más apetecible. Me tumbó en el sofá, me desabrochó el pantalón y comenzó a chuparme la polla con tal frenesí que apenas pude aguantar y me corrí en su boca.
Nos arreglamos para salir, yo le había dado ya el vestido y como me imagine le quedaba precioso. Iba como una diosa, segura de sí misma contoneándose con esos tacones altos. Levantaba pasiones allí donde pasaba. Me di cuenta que la quería mucho a pesar de que luego la iba a entregar a dos sementales.
La cena fue muy romántica a la luz de las velas, intentaba que su copa no estuviese vacía en ningún momento, quería que estuviese totalmente desinhibida para el momento.
A la cena le siguió unos bailes y unas copas que ya desenfrenaron su cuerpo. Estaba ya como loca, deseosa de follar como tantas veces la he visto.
Tenía una sorpresa para ella, una suite en un hotel. Tras franquear la puerta fue dejando un reguero de ropa que deslizaba por su cuerpo sembrando el suelo con su vestido, sus tacones y su tanga.
Nos fuimos besando hasta llegar a la cama. La besaba por todo su cuerpo desnudo mientras que con mi corbata le vendaba los ojos. Estiré sus brazos con suavidad y de la misma manera até sus muñecas al cabezal de aquella inmensa cama.
Mientras la besaba y acariciaba, los dos tíos que estaban esperando en la habitación escondidos se fueron acercando silenciosamente. Yo al verlos me separé de Rocío.
Iban como lobos asechando a su presa, con parsimonia, observando el terreno antes de devorar a aquel bombón.
El primero fue directamente a su vagina depilada para comérsela sin piedad. Le metía la lengua hasta el fondo mientras Rocío se retorcía de placer en la cama. Pero fue cuando el otro comenzó a sobarle las tetas cuando ella cambió de expresión y me acerqué a su oído para tranquilizarla
"disfruta, no pienses en nada, es un regalo solo para ti porque te quiero más que nunca"
Las reticencias iniciales y los forcejeos se disiparon rápidamente. Rocío se entregaba por completo al placer.
Me volví a apartar y me senté en el sofá con calma viendo el discurrir de aquella orgía de sexo.
Rocío enseguida recibió la polla de uno de ellos en la boca, se la veía ya que disfrutaba. 4 manos sobaban su cuerpo, lamiendo centímetro a centímetro su anatomía. Lamieron y besaron desde sus pies, subiendo por sus muslos, su coño, su vientre, sus pechos, hombros, cuello, lóbulos de las orejas. Todo era devorado sin piedad.
Sus pollas se encontraron en su boca. A duras penas conseguías mamar una y otra. Intentaban metérsela los 2 dos a la vez en la boca pero era casi imposible debido al tamaño que tenían.
Mientras ella le mamaba la polla a uno el otro se masturbaba, así estuvieron un buen rato hasta que uno de ello comenzó a convulsionarse presintiendo que se iba a correr. La primera corrida impregnó por completo su cara. El tipo en cuestión despidió una cantidad enorme de semen acumulada por tanta excitación. El segundo se concentró más hacia su boca, llenándole esta de su líquido vital. Rocío expulsaba lentamente el semen con su lengua a la vez que relamía sus labios con regocijo.
Aquello era impresionante, ver a tu esposa atada, vendada y con la cara llena de semen que poco a poco iba resbalando por su barbilla.
Decidieron soltar a Rocío, esta una vez que tuvo las manos libres, recogió el semen que iba cayendo hacia sus pechos y se lo llevó a la boca para saborearlo nuevamente. Mientras se introducía su dedo en la boca con la otra mano se extendía el semen por los pechos.
Aquella imagen reanimó a los 2 tipos. La volvieron a atar esta vez boca abajo y con más fuerza. No parecían los mismos, estaban como fuera de si. Le quitaron la venda a Rocío y cuando esta abrió los ojos y vio a su amante y su amigo dejó caer solo una lagrima y dijo:
-"folladme cabrones como nunca lo habéis hecho con una mujer"-
Abrieron las nalgas de mi mujer, aplicó vaselina y sin mucho tacto su amante introdujo su polla. Rocío gritaba de dolor hasta que el otro para callarla le introdujo la polla. Comenzó a bombearla el primero por el culo mientras le decía toda clase de obscenidades. Rocío no paraba de gemir.
Cuando conseguía sajarse de la polla que tenía en la boca, me miraba y me decía:
"Soy tu puta, una puta solo para ti !!!!"
El tipo se corrió dentro de sus entrañas mientras le remplazaba su amigo. Este a los pocos minutos hizo lo propio y no tardó en descargar también en sus entrañas. Al sacar su polla un reguero de semen fue saliendo del ano de mi mujer bastante escocido por las penetraciones.
Rocío seguía tumbada boca abajo con las piernas semi abiertas y el ano aun totalmente dilatado. La libere de sus ataduras y la abracé. Tenía la cara y la boca aún húmeda de las anteriores corridas de aquellos dos pero a pesar de ello esbozaba una sonrisa.
Los dos tipos se fueron sin hacer mucho ruido. Yo me quedé junto a Rocío. Preparé el jacuzzi y la llevé en brazos hacia allá. Estuve cuidando de ella toda la noche
Nuestra relación hoy en día no puede ir mejor, somos una pareja liberal que hacemos el amor con otras personas eso si siempre juntos.
Un Abrazo de Rocío y Pablo.
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