Rocho corneador II

Emanuel descubre jugosos detalles acerca de la nueva vida sexual de su esposa.

La vida de Emanuel había cambiado drásticamente para peor. Ya no gozaba del tiempo libre que solía disfrutar, ahora lo gastaba en ocuparse en las tareas de la casa y de cuidar a su hijo. Cosas que antes hacía Agustina, pero ahora estaba ocupada llevando una vida sexual muy plena. Fede o “el rochito”, como le decía Emanuel en su cabeza, visitaba constantemente la casa familiar para satisfacer su apetito.

Las reglas eran claras, si el bebé se quedaba con algunas de sus abuelas, los amantes podían usar la casa a gusto y placer. Sino, Agustina se subía a la moto de Fede y se iban a Dios sabe dónde. Lo unico que sabia Ema es que su mujer volvía a casa un par de horas después, se duchaba y se iba a dormir, como su hubiera gastado toda su energía en hacer ejercicio. Sinceramente él prefería eso, porque si usaban la casa, él tenía que limpiar el desorden después.

De esa manera logró un curioso hallazgo un domingo a la mañana. Federico se había ido a la madrugada, el sabia porque no pudo dormir bien en el sillón y lo vio cuando se fue. Agustina estaba duchándose y él se ocupaba de limpiar los restos de lubricante, semen y condones que habían dejado los amantes. Cuando ve un destello debajo de la cama. Era un celular, uno desconocido. Era de Federico, el fondo de pantalla lo delataba. Curioseando, encuentra mensajes que su mujer se mandaba con el muchacho. Ema revolea los ojos del hartazgo e intenta salir de ahí. Pero sin querer llega a una carpeta con una gran cantidad de contenido erótico en el. Decenas de fotos de mujeres, algunas de muy buen cuerpo, casi como modelos, y varios videos. Para no ser descubierto se cerciora que nadie lo va a pescar.

Golpea la puerta del baño:

-¡Agus! ¿Te falta mucho para salir?

-¡Si gordo, no molestes!

Se excita al escucharla porque es lo que quería oír. Si algo le excitaba a Emanuel era el porno casero. Conecta el celular en su laptop y copia todo el contenido del celular. Cuando termina deja el celular justo donde lo encontró. Termino de limpiar y se tiró a dormir hasta el mediodía.

Más tarde se levanta de sus siesta y nota que no hay nadie en la casa. Agustina le dejó una nota para avisarle que fue a buscar a su hijo. Él aprovecha para almorzar y después bañarse. al salir recuerda lo sucedido esa mañana. Se fija bajo la cama y él celular ya no está. Menos mal que copio todo en la laptop. Es el momento perfecto para examinar lo copiado.

Había muchos cuerpos desnudos de jóvenes, algunas “normales”, pero la mayoría eran rochas. A veces estaban de a dos o de a tres. Todas las fotos están sacadas en primera persona, así que dedujo que las sacó Federico. En algunas de ellas se podía apreciar su miembro viril que segun calculo él medía más de 20 cm. Esto hizo sentir muy pequeño a Emanuel. porque erecto no llegaba a más de 14 cm. También se preguntaba cómo era capaz de que tantas chicas cayeran en su encanto. Pero dedujo que al ser la mayora rochas estaban acostumbradas a intimar con esta clase de chicos. Y su teoría se sostuvo hasta que empezó a ver caras conocidas, y aunque él lo ignoró en el momento, también vaginas y culos conocidos. Varias vecinas, algunas casadas y algunas adolescentes disfrutan exhibiéndose frente a la cámara junto a semejante miembro y en el peor de los casos siendo penetradas. Y digo el peor de los casos porque a Emanuel le parecía una aberración que ese vago tiene más vida sexual que él. Siguió pasando foto por foto hasta que se encontró con lo que se veía venir, una imagen con una Agustina muy contenta mamando el pene de Federico. También había un video pero no se animo a abrirlo, todavía no terminaba de caer en la realidad.

Prendió la tele para tratar de relajarse y no pensar en lo que había visto. Pero era muy tarde. La semilla de la curiosidad  había sido plantada en su mente. Él ansiaba con ganas saber que es lo que pasó esa noche entre él y su mujer. Es más, se dio cuenta de que tenía una erección, una muy potente, motivada por su imaginación.

Se sentó así como estaba frente a la computadora sin ninguna prenda. Entre sus gordos muslos asomaba tímidamente la punta de su miembro erecto. Sin pensarlo 2 veces abrió el vídeo que  más temprano había rechazado. En él se veía a una jovencita regordeta y de tez oscura en cuatro patas, siendo penetrada por detrás sobre un sucio colchón. Luego la cámara se da vuelta y enfoca a Agustina arrodillada frente a 2 rochos de corta edad, pero de una dotación más que considerable, recibiendo una mamada de la susodicha entre risas y asombro.

-Llegaste tarde amor. - Dice a la cámara. Y como acto seguido, empieza a mamar la verga de Federico con dificultad pero con mucha devoción.

Ema no lo pudo soportar mas y comenzo a masturbarse viendo a su mujer tragando aquel pedazo de carne que con cada succión tomaba un tamaño mayor.

Federico toma su verga, que en ese momento llegaba a los 22 centímetros, por la base y golpea torpemente la cara de Agustina la cual se notaba deseosa de seguir con el acto de felación.

-Deci que la queres y es tuya- Le ordena Federico.

-La quiero.

-¿Que queres?

-Tu verga.

-¿Donde?

-En la boca, en la concha, en él cul…Glub, glub, glub- Intenta pronunciar mientras le hace una garganta profunda a medias. Unos 4 centímetros quedaron afuera. Cuando ya no puede respirar, Fede retira su miembro y ella toma desesperadas bocanadas de aire.

Más adelante la joven caderona que estaba siendo penetrada en un principio se une a la mamada, y ambas son cogidas por Federico. En total unos 10 minutos de material pornografico que termina con Agustina cabalgando a Fede mientras el resto de los jóvenes en la habitación observan. Pero a Ema no le bastó con verlo una vez, repite las “escenas” que más le llamaron la atención una y otra vez. Se sentía raro ver a Agustina gozar con otro hombre, pero le gustaba lo satisfecha que se la veía.

Por lo visto él también lo estaba, pues su verga estaba al tope desde hace rato y ya no aguantaba más. Empezó a masturbarse furiosamente mientras en la pantalla las caderas de Agustina subían y bajaban sobre la entrepierna de Fede, que en un momento cuando el ritmo de la penetración baja, introduce un dedo en el culo de ella y los que observan se ríen por lo bajo. Pero eso le produce una mezcla de excitación y enojo a Emanuel, pues sabía que el sexo anal era una actividad prohibida. Agustina se lo permitió una vez, pero él no supo manejar la tarea quedando como un torpe.

Las sensaciones se acumularon y Ema eyaculo con fuerza más que satisfecho. La laptop quedó cubierta de su semen, pero a él no le importaba, se había echado uno de los mejore polvos de su vida. Lamentablemente escucho ruidos de llaves en la entrada. Seguro era Agustina que volvía de su excursión. Así que rápidamente limpió el semen del aparato, lo apago, prendió la tele y se recostó en la cama como si nada pasara. Intercambiaron unas palabras y luego casi no se hablaron el resto del dia. Almorzaron viendo la tele y se fueron a acostar temprano. Ema intentó torpemente tener un encuentro sexual con ella, pero esta se negó, confirmando que su rol en la vida sexual de ella era inexistente.

Después de repasar todas las imágenes que quedaron grabadas en su cabeza, Ema al fin se quedó dormido. Como al otro dia no trabajaba se despertó tarde y Agustina ya no estaba, imaginó que se fue a la casa de su madre. En la cama, donde ella estaba acostada hasta hace un rato solo quedaba su silueta marcada y un manchón de semen que desde luego eran restos de su encuentro con Federico.