Roberto (un ex), su amigo y una sorpresita

Voy a un Congreso a EEUU y aprovecho para ver a un ex amante, quien me tiene grandes sopresas.

Roberto (un ex)  y su negro amigo abusan de mi.

Había ido a un Congreso en Estados Unidos. Ahí vive en amante ocasional que tuve, Roberto. Ocasionalmente él viene a México y recordamos nuestras…andanzas. El cabrón coge delicioso. Volviendo al relato, les platico que un día después de las actividades del Congreso, Roberto me dijo que iría con un amigo a un bar y que por qué no me unía al plan. Accedí ya que en realidad no tenía otra cosa que hacer y no habíamos podido vernos por lo ajetreado de mi agenda. Quedamos de vernos en el bar, y ya que yo conocía bien la ciudad, no tuve ningún problema en llegar. Me arreglé con un pantalón de vestir negro un poco entallado y una blusa de tirantes blanca con une agujeta en lugar de botones. Siempre hay que ir preparada.

Al llegar al bar, ya estaban ahí Roberto y su amigo, José (Joe). Él era puertorriqueño, alto, negro y muy atractivo; tenía un cuerpazo. Enseguida me pregunté: ¿será curiosidad los que dicen de los negros y su tamaño? Nunca lo había hecho con un negro.

Platicamos, bebimos…bastante de hecho, y Roberto en cuanto se dio cuenta que se nos estaba subiendo el alcohol –y ya sabe lo que eso significa en mi- llevó la plática a terrenos algo ardientes. Comenzó a decirme cosas como: “te acuerdas aquella vez en el coche…mmmmmmm, sólo de acordarme”, “y todavía tienes aquellas pantys con agujeta al frente?”.

-Sí, todavía. Te encantan, verdad?

-Se te ven deliciosas.

-Ah, traviesa la amiga mexicana.

-Traviesísima, verdad, Tere?

-Tu crees?

-Oye, y todavía te pones los tatuajes en la espalda? Bueno entre la espalda y un poco más abajo.

-Jajajaja…sí todavía. Casi cada semana me lo cambio.

-Sí, me acuerdo.

-Cada semana? Pero no es tatuaje, tatuaje.

-No, es hena.

-Oye, pero qué rico, en la espalda?

-Sí, por aquí –le dije arqueando la espalda y poniendo mi mano en la cintura y un poco más abajo, que es donde me pongo los tatuajes.

-Uy, qué rico.

Yo me comenzaba a excitar, sentí cómo mis pantys se humedecían y mis pezones resaltaban un poco más. Ya muy desinhibidos nos paramos a bailar un poco y no dejaban ir la oportunidad para arrimarme su paquete y toquetearme un poco. Yo me dejaba, pero no mucho, ponía algo de distancia ocasionalmente porque comenzaron a descararse y eso ya no me gustó mucho que digamos. Después de eso, me porté un poco más seca y seria con ellos, para hacerles ver mi molestia. La plática fue más banal a partir de entonces.

Luego de un rato, les dije que ya debía irme pues el Congreso seguía y tenía cosas qué hacer al día siguiente. Roberto me dijo que me acompañarían, pues ya era un poco tarde y tres borrachos es más seguro que uno, o una, de hecho. Por supuesto accedí. Buscamos un taxi y nos dirigimos a mi hotel. Al llegar, Joe me pidió usar el baño de la habitación, lo que por supuesto no le negué.

Cuando entramos, Joe, entró inmediatamente al baño y yo me dirigí al escritorio del cuarto para dejar mi bolsa y aretes. En ese momento, Roberto se paró detrás de mi dándome un masaje en el cuello y tallándome su paquete en mis nalgas; se puso cada vez más duro. Comenzó a besarme el cuello, la nuca, las orejas…era delicioso, me prendió enseguida.

-Qué haces, travieso

-Estás riquísima, Tere…desde que me dijiste que venías he pensado en ti, en acariciarte, en tus tetas…-me estaba calentando delicioso-…en tus nalgas, en cómo coges, en cómo me la mamas

-Espérate Roberto…ahorita no…-me agarraba las tetas y bajó sus manos hasta mi entrepierna; sintió la humedad de en mi pantalón.

-Pero si estás empapada, Tere. ¿No se te antoja? ¿no quieres que te la meta como te gusta? ¿Fuiste vestida así por nada? ¿eh?

-Mañana, solos.

¿Cómo que solos?

-Es que ahí está tu amigo.

-¿Y no se te antoja?

-¡¿Qué?!

-No te hagas –comenzó a acariciarme más fuerte la concha sobre el pantalón- ¿crees que no sé cómo has pensado en cogértelo? ¿crees que no vi cómo le coqueteaste toda la noche? ¿sabías que te íbamos a coger los dos? Eso quieres, chiquita. ¿Crees que no sé lo puta eres, Tere? –me separé de él-.

-Oye, qué te crees, pendejo? –entonces me arrinconó en el escritorio y acercó su cara, me lamió la oreja, acarició mi cara con su rostro, me desabotonó el pantalón, me bajó el ziper, metió su mano dentro de mi pantalón y me acarició la panochita sobre la panty ya empapada-.

-Me fascina tu conchita, cómo hueles a sexo

-No, Roberto, va a salir tu amigo. Ya…por favor.

-Sí, va a salir y dos te vamos a coger, Teresita.

-No…qué haces? Por favor…-apenas me resistía, la verdad es que calentaba muchísimo la situación. Cada vez me mojaba más. Roberto me besó y metió su lengua hasta la garganta. Tuve mi primer orgasmo cómo me dedeó. – Ay, qué rico…! -Apenas me recuperaba del orgasmo, cuando sentí cómo Joe me acariciaba el cabello, movía mi cabeza hacia él y me besaba. Qué rico movía la lengua!!! Me imaginaba cómo me comería la concha. Pero quería jugar un poco rudo, tenía ganas de que me cogieran duro, así que me hice la difícil; me separé de ellos un poco, Roberto me salió al paso, se puso frente a mi y

-Ya, no chingues, Teresita, si bien que tienes ganas. –me embarró hacia él, sintiendo su verga bien dura en mi vientre y mis tetas embarradas en su pecho. Yo quería sentir las dos vergas, quería provocarlos un poco. Sentí cómo Joe, se paró detrás de mi, pegando su duro y enorme palo en mis nalgas; me besó los hombros mientras quitaba los tirantes de mis hombros, se hincó detrás de mí, me bajó los pantalones y comenzó a amasar y lamer mis nalgas. Roberto me besaba y bajaba la blusa para acariciarme las tetas.

-Tienes los pezones bien paraditos

-Roberto ya deténganse…-murmuré. Él me tomó fuerte del cabello y me dijo:

-Nos vamos a detener cuando te bañemos de leche, cabrona y ya deja de estar chingando. Si ya sé lo puta que eres. O me vas a decir que no te gusta que te la metan entre varios, eh, pinche putita. Si te esperan sorpresitas hoy. –En ese momento me asusté; ya no controlaba la situación, aunque sabía que Roberto no me haría daño. Así que prepárate, putita –me dijo, y me besó de nuevo. Luego se sentó en la cama mientras Joe se ponía de pié –seguía detrás de mi- me besaba el cuello, las orejas, embarraba y movía su dura verga en mis nalgas, me acariciaba las tetas y bajó una mano hacia mi panochita. Roberto sentado en la cama, sólo sonreía y se acariciaba el palo sobre el pantalón.

-Qué rica estás, Tere. –dijo Roberto, mientras Joe me masturbaba delicioso. Sólo de recordar cómo jugaban sus dedos con mi conchita me empapo

-Qué jugosa papaya, mami, te la voy a meter bien rico.

-Ay, sí papito, cógeme, cógeme…sí, por favor. Síguele, así, así…aaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy….aaaaaaaaaaaaaaa –mi segundo orgasmo en masturbación fue delicioso, pocas veces me habían calentando tanto.

-La tienes ardiendo, pinche Joe. Échamela. –Joe me empujó suavemente hacia Roberto, que estaba sentado delante de nosotros disfrutando del espectáculo; me incliné un poco para besarlo, pero me dijo- Quiero me la mames. –Así que dirigió mi cabeza hacia abajo. Me hinqué, abrí su pantalón, bajé el ziper, le saqué la verga del boxer y comencé a mamársela y acariciársela con la mano. –Ay, qué rico, así, así. Cómo olvidar esas mamadas…se ve que practicas mucho, pinche Tere.

-Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmm

-Me encanta verte las tetas mientras me la mamas.

-Mmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmm –yo seguía saboreando esa deliciosa verga, cuando siento cómo Joe se abre espacio entre mis piernas y empieza a comerme el coño. Roberto me agarraba la cabeza y ocasionalmente me cogía la boca, mientras Joe seguía lengüetéandome la conchita.

-Qué rico sabe tu papayita, mami…mmmmmmmmmmmm

-Mámamela, mámamela, Tere…así, chiquita…aaaaaaahhhhhh

Luego de unos minutos, Joe dejó de comerme la concha y unos segundos después me hizo a un lado la panty y me la metió de una sola embestida. Tenía una verga enorme el muy cabrón.

-Ay, cabrón! –fue un dolor delicioso.

-Rica la verga, mami?

-Sí, papito, deliciosa

-Sigue mamando. –me metí a la boca la verga de Roberto mientras Joe me metía de perrito esa vergota.

-Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmm

-Qué culazo, Tere. –me decía Joe que seguía bombeándome.

Luego de unos minutos Roberto le dijo a Joe que probara cómo la mamaba, así que se salió de mi conchita, se sentó en la alfombra recargándose en el sillón y me fui gateando hasta él y me incliné para comenzar a mamarle esa rica vergota bañada con una mezcla de líquido seminal y fluidos míos.

-Mmmmmmmmmmm…qué rica verga tienes. –la lamía los huevos y todo el palo hasta la cabecita, para luego chuparla como paleta y mamársela.

-Chiquita, what a blow job!!!! God!!! –yo levantaba la cadera para mostrarle el culo a Roberto y calentarlo más. No tardó mucho en acercarse, acariciarme las nalgas y darme un par de nalgadas.

-Cómo me encantan estas nalgas, este culo…ahí te va, Teresita. Aaaaahhhhhh, qué rico coges, pinche Tere. Me encanta metértela.

-Mmmmmmmmm…me encanta que me le metas, papito…mmmmmmmmm…síguele, métemela, métemela.

-Me encantas por puta, por caliente…ayayay…qué rica estás. –me daba nalgadas-

-Ahhhh…keep going, keep going, mami…you’re so good, baby.

-Mmmmmmmmmm…like it?? I love your cock –le decía mientras golpeaba su verga con mis tetas y luego me lo metía en la boca de nuevo- mmmmmmmmmm.

-Te gusta, putita? Eh?

-M-hm…Sí, papito…mmmmmmmmm…me encanta que me cojas…mmmmmmmmmmm

-Quieres más?

-Mmmmmmmmm…sí, dame más, papito.

De repente, luego de algunos minutos de estar mamándole la verga a Joe y recibiéndola de Roberto, sentí una especie de gel en que escurría hacia mi culito y Roberto lo masajeaba esparciendo el gel y metiéndome el pulgar poco a poco en el culo.

-Relájate, te va a gustar, Tere. –sentía riquísimo cómo me dedeaba el culo. Lo tiene apretadito, qué rico.

-Qué rico…con cuidado, despacio…así…ay, sí, sí…así…aaaaaaa –sentí cómo venía otro orgasmo, pero justo cuando me estaba viniendo Roberto me sacó el pulgar y metió algo en mi culo, era un dildo anal. Así mientras se la mamaba a Joe, Roberto me bombeaba la panochita y me metía el dildo en el culo. Me vine como pocas veces; estaba excitadísima-.

-Rico?

-Ay, riquísimo

-Descansa un poco ese culito, ahorita vengo. –Roberto se metió al baño y Joe me llevó a la cama. Me acostó boca arriba, me puso una almohada debajo de la cintura, se hincó frente a mí, me agarró las piernas con sus brazos y me la metió. Estuvo bombeándome así unos minutos. Fue delicioso, me entraba hasta el estómago esa vergota de Joe y mis tetas se bamboleaban con sus arremetidas.

-Te gusta, baby? Quiere más leña tu rajita, eh?

-Sí, papito, dame más verga. Me encanta esa vergota tuya, papi. Ay, siiiiiiiiiiiiiiiiii…más, más.

-Te voy a dar candela hasta por el culo, zorrita. Te voy a romper el culito y la papaya, so puta.

-Sí, rómpelos, lléname, cabrón.

-Ahora eres mi puta, entiendes? Y te doy a dar candela cuando quiera, oiste?

-Sí, papi…-me bombeaba cada vez más duro y yo estaba cada vez más caliente. Entonces se acostó y me pidió que lo montara. Yo ya estaba cansándome. Llevaba varios orgasmos y estaba algo bebida. Me senté sobre su verga y comencé el sube y baja, cogiéndolo a placer. Él me agarraba las tetas, me pellizcaba los pezones y me daba nalgadas ocasionalmente.

-I love this ass. –me daba nalgadas y dolían muy rico- I love spank your ass.

-Te gusta? Te gusta cómo cojo? –yo subía y bajaba esa verga y me movía en círculos-

-I love it, mami. Me encanta cómo cojes. –aceleraba mis movimientos y me incliné hacia él para que me lamiera las tetas.

-Chúpamelas las tetas. –él llevó una de sus manos a mis nalgas y me dedeó el culo. –Ay…así, méteme el dedo bien adentro en el culo, cabrón. -Así estuvimos unos minutos, cuando de repente tocaron a la puerta-. No hagas caso. –le dije a Joe, olvidándome por completo de Roberto.

-No te preocupes –dijo precisamente Roberto- es algo que pedí al cuarto. –Joe evitaba que yo volteara y pocos minutos después, Roberto me puso una venda en los ojos-.

-Qué haces?

-Comienzan las sorpresas. Es tu noche de puta en Estados Unidos, Teresita. Disfrútala. –Entonces me dio algo a beber, era champaña helada…mmmmmm, delicioso. Me dio varios tragos y algo de champaña se caía de mi boca y escurría por mis tetas y hasta mi conchita. Me sentaron en el borde de la cama, me siguieron dando champaña y me echaron champaña en las tetas, por lo que me escurrían chorros de ella hasta mi panochita. Entonces ambos me lamieron las tetas y me acariciaban la conchita. Me recostaron y seguían lamiéndome cuando sentí que alguien me olía y lamía la concha. Brinqué un poco, por la inesperada sensación.

-Qué

-Tranquila…te va a gustar.

-Eres un cabrón, Roberto.

-Y tu una puta riquísima. –Roberto se hincó a mi lado izquierdo, me dio un trago de champaña y enseguida me puso la verga en la boca. Me la metí aún con la champaña en mi boca y le bañe la verga con la champaña. Es delicioso. Mientras, Joe me lamía las tetas y acariciaba las piernas y un poco la conchita y el otro –Jack, según supe después- me comía la concha. Poco después, nos subimos a la cama y mientras monté a Jack, Joe y Roberto se pararon frente a mi y les mamaba la verga alternadamente. Pero de pronto Roberto me agarró con fuerza del cabello y me dijo:

–Aquí va otra sorpresita, prepárate, putita y sigue mamando vergas. –le obedecí y escuché una voz conocida detrás de mi-

-Siempre he querido chingarme a esta vieja, pero se da su taco la muy puta. Mira qué culo. –era Rafael, un amigo de Roberto que siempre había querido llevarme a la cama, pero no se le había hecho-. No que no, Teresita. Si hasta a tu hermanita me he cogido, sí a la puta de Bety. Y ahora vas tu, cabrona calientapollas…y por el culo –entonces me la metió despacio pero sin escalas, entró cómo en mantequilla por el gel que me habían puesto y por el dildo-. Ay si lo tienes apretadito, cabrona. Y estás bien dura de las nalgas, pinche Tere. No si el ejercicio sí sirve.

-Mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm.

-Di que quieres verga, di que quieres que te cojamos.

-Mmmmmm…quiero verga, denme verga, más verga…quiero me cojan…denme por todos lados…mmmmmmmmmmm

-Te gusta la verga?

-Sí me gusta la verga…me encanta…aaaaaaaahhhhhhh

-Mámalas, ándale…eres bien puta, verdad?

-Sí, sí, soy bien puta.

-Eres la puta de Marco y de Alejandro, verdad? Desde la universidad, verdad putita?

-Sí, sí…aaaaaayyyyyyyy…-Rafael aceleraba sus envestidas-

-Y te has cogido alumnos, verdad?

-Mmmmmmmmmmmm…cójanme, cabrones.

-No te hagas, si te encanta cogerte alumnos en la universidad, verdad? Hasta orgías haces, verdad, así te putota eres, no? Dilo, que bien que te calienta, puta. –me dijo Rafael mientras seguía rompiéndome el culo y me daba nalgadas; yo estaba a mil-

-Sí, sí, me encanta cogerme alumnos de la uni, me cogen entre varios pero no como ustedes….aaaaaaaaaaaaa…mmmmmmmm

-Eres una puta deliciosa, Tere.

-Y una cabrona…jajajaja.

-Sí…y me he cogido a mi jefe, y a mis cuñados…siiiiiii, denme más…denme su leche…me voy a venir otra veeeeeeeez…ahhhhhh…sigan, sigan…asiiiiiiiiiiiiiiii –Rafael me jaló del cabello hacia atrás-

-Y quién más te ha dado verga, eh, cabrona?

-Primooooooooos…aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh…-cambiaron de posición Rafael y Roberto y siguieron cogiéndome-…ya, por favor.

-Crees que me voy a perder este culo?

-Y yo quiero verte a los ojos mientras me la mamas, Teresita. –me quitó la venda de los ojos- Tanto que me negaste las nalgas…-Joe se bajó de la cama, así que Jack me la metía y agarraba las tetas, mientras yo se la mamaba a Rafael y Roberto me rompía el culo.

-Pues es cierto lo que dicen, Tere, la mamas delicioso y pones unos ojos de puta

-Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmm…mmmmmmmmm

-Like it, Jack?

-She’s great, man. She’s so horny, her pussy is soaking wet and she likes to move it. Right, baby?

-Yes, baby, fuck me, fuck me hard…mmmmmmmmmmm

-Mámasela bien, lámele los huevos, ándale, que sepa Rafa cómo sabes mamarla, Teresita…-le obedecí. Así te recomienda con algunos amigos.

-Ay, qué rico…no, ya te chingaste Teresita, ‘ora también serás mi puta.

-Mmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmm

-Ahora sí agárrate, preciosa. –entonces se salió de mi culito Roberto, pero enseguida entró lentamente Joe y su enorme verga-.

-Ay-ay-ay-ay-ay-ayyyyyyyyyyyyy…uy, es enorme…aaaaaaaaa

-Qué delicia de culo…-Roberto se puso frente a mi para que se la mamara otra vez.

-Mmmmmmmmm…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…mmmmmmm –el bombeo de Joe era lento pero constante igual que el de Jack. Al poco tiempo sentí cómo se hinchaba su verga y aceleré las mamadas sobre Roberto para que se viniera rápidamente.

-Me voy a venir…me voy a venir en tu boquita, Teresita

-M-hm…vente, papito, dame tu lechita…anda…mmmmmmmmm

-Te voy a llenar el culo, mami…aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh

-Sí, sí, denme su leche, cabrones, bañen a esta puta…mmmmm

mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm…mmmmm

-Ahí va-a-aaaaaaaaaaaaaa…uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu…tómala, tómala toda, Teresita…aaaaaaaaaaaaaaa

-Mmmmmmmmmmmm..mmmmmmmmmm...mmmmmmm

-Aaaaaaahhhhhhhhhhhhh…mamiiiiiiiii…toma mi lechita. –casi al mismo tiempo me llenaron la boca y mi culito con su lechita ardiente. Sentí cómo se fueron poniendo flácidas sus vergas, pero rápidamente Rafael y Jack me cambiaron de posición.

-I wanna cum in your mouth, too, baby.

-Y yo quiero meterte la verga en la concha, esa no me la pierdo.

Me acostaron de lado, Rafael se hincó perpendicular a mi cadera, me levantó una pierna y me penetró; Jack se hincó frente a mi cara y metió su verga en mi boca. Rafael me volteaba un poco el torso para agarrar mis tetas y pellizcar mis pezones; después me soltó para que mamara libremente a Jack y empezó a dedearme el culo mientras me cogía. Poco después sentía cómo ambos estaban por acabar.

-Oh, I cummin’…aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh…oh, God.

-Mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmm

-Te los voy a echar adentro, putita, para que sientas mi leche calientita

-No vente afuera…-tenía ganas de que me echara su lechita en las tetas-

-No, adentro, cabrona. Me voy a venir donde yo quiera, putita.

-En mis tetas…-pero aceleró sus embestidas-…aaaaaaaaaaaaa

-Te gusta la verga, Teresita?

-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…aaaaaaaaaaaaaaaaa….me gusta la verga.

-Quieres mi lechita???

-Sí, dámela, dame tu lechita

-Eres bien puta..

-Sí, soy una puta…dámela, dámela…-tuve mi último orgasmo.

-Aaaaaaaaaaaaaaaa…toma, llénate…e-e-e-e-e

-Aaaaaa…qué rico…I’m dead…guau

Me quedé acostada mientras ellos se vestían y poco después se fueron. Pero antes de irse, Roberto me dijo:

-Te gustan las películas porno, Teresita?

-Eh? Por?

-Acabamos de hacer una contigo, preciosa. Mientras estabas con los ojos vendados pusimos unas cámaras y filmamos todo. Ojalá la disfrutes.

-Qué??? –eso seguro tendría consecuencias y las tuvo-.