Robado y violado.
Joder tío, ¿le vas a dar por el culo ahí en plena calle? Sí, me lo voy a follar aquí. Me excita y da mucho morbo darle por el culo al maricón en plena calle.
Había bajado al centro de la ciudad (La Coruña) para ir al cine, quería ver una película que me interesaba, luego iría a beber algo a algún Pub de moda, y luego… lo que surgiera.
Después de salir del cine, como era algo temprano para ir por los Pub de moda, se me ocurrió entrar al casino e ir a jugar unos cartones de bingo. Al final me lie en el bingo, y salí de allí a eso de las 3 de la madrugada. No había tenido suerte, y salí ya que solo me quedaban unas calderillas. Ahora ya no podría ir a ningún Pub, así que me iría para casa, pero… con la calentura que tenía, se me ocurrió pasar antes por los aseos públicos de la plaza de Pontevedra, a ver si había suerte y encontraba quien me diera por el culo esa noche.
Fui caminando por los cantones y así ver si había algo de marcha en los jardines de Méndez Núñez, Pero ese día de semana y algo lluvioso, no se veía un alma. Así que continué hacia la plaza de Pontevedra, e ir a los aseos públicos, por si tenía suerte.
Al llegar a la plaza de Pontevedra, bajé las escaleras que llevan a los aseos públicos, y después de mirar en el aseo de hombres, el cual siempre estaba abierto, y no haber nadie, fui a los aseos de niños que también solía estar siempre abierto. Tampoco había nadie. Decidí encender un cigarrillo y esperar un poco por si bajaba alguien, ya que era posible que cuando cerraran los Pub, se le ocurriera pasar por allí a alguno cómo había hecho yo.
Me quedé en el aseo de niños, ya que, desde aquí, podía controlar por una ventana de ventilación que había rota, y que daba justo a las escaleras, quien bajaba.
Pasaron al menos 20 minutos, cuando bajaban por las escaleras varias personas; eran 3; aquello no me gustaba nada, así que decidí marcharme de allí, tan pronto entraran en el aseo de hombres.
Pero mi gozo en un pozo, uno fue al aseo de hombres, y los otros 2 al aseo de niños, donde me encontraba yo.
Cuando entraron ambos en el aseo de niños, allí tropezaron conmigo, yo preparado para salir, cosa que no pude porque ambos me lo impidieron.
No tengas prisa, dijo el que llevaba la voz cantante, ¿Qué haces aquí?
Lo mismo que vosotros, le contesté, intentando salir por la puerta.
Justo en ese momento me largó un derechazo a la cara, dejándome grogui, ¿a dónde vas maricón? Espera un momento, me dijo el más fuerte y alto, y que me había dado el ostión en el pómulo izquierdo de la cara, que era el que llevaba la voz cantante, agarrándome por la espalda, pegándome a la pared, mientras me inmovilizaba con sus brazos, metiéndolos por debajo de mis sobacos, y llevando sus manos sobre mi nuca.
No tengas prisa, maricón, vas a ser bueno y estarte quieto, o si no, mira que pincho tiene mi amigo preparado para clavártelo. Me giró hacia su compañero, el cual me mostraba una especie de varilla afilada; era como una varilla de un paraguas, pero afilada para usar como pincho; Nos vas a dar todo el dinero que tengas dijo el del pincho, poniéndomelo sobre la barriga, o si no te lo voy a clavar en las tripas.
No tengo nada, les dije.
En ese momento entraba el otro compañero en el aseo de niños donde nos encontrábamos. Quieto con el pincho, vamos a registrarlo a ver si es cierto lo que dice, y no tiene nada.
El que acababa de entrar y había dicho lo de registrarme, empezó a meter sus manos en los bolsillos de la cazadora, viendo que solo tenía un paquete de tabaco y un mechero. Tiró de la cazadora sacándomela por la cabeza mientras seguía inmovilizado por el que llevaba la voz cantante, y viendo que no había más bolsillos que registrar, tiró la cazadora al suelo, enviándola hacia el fondo de aquellos aseos.
Bien, ahora vamos a mirar los bolsillos del pantalón. Metió la mano en el bolsillo izquierdo, sacando un trozo de papel higiénico que solía llevar. Vaya, el maricón viene preparado con papel para limpiarse, dijo tirando el papel al suelo al igual que hizo con la cazadora.
Luego miró en el bolsillo derecho, sacando las calderillas que llevaba, joder maricón, ¿esto es todo lo que tienes? Dijo guardándose en su bolsillo las monedas.
Sácale el pantalón, y mira en los zapatos por si lo esconde ahí, le dijo el que me sujetaba.
El que me estaba registrando, empezó a desabrocharme el cinturón, luego siguió por el pantalón, hasta bajármelo, quitarme los zapatos, y terminar por revisar si tenía algo más. Como no encontraron nada, hicieron lo mismo que con la cazadora, tirarlo al suelo hacia el fondo del aseo de niños.
Joder que maricón de mierda, no tiene ni un puto clavel.
Pues yo me llevo la camiseta del maricón, me mola, dijo el del pincho, sacándomela por la cabeza al igual que hicieron con la cazadora.
Sácale los gallunbos, dijo de nuevo el que me sujetaba.
El que me había sacado toda la ropa menos la camiseta, me bajó los slips, quitándomelos y tirándolos junto al resto de la ropa.
Joder, mira, el maricón está empalmado, decía el del pincho, tocando y golpeándome la polla con aquella varilla. Seguro que está deseando que nos lo follemos.
¿Que hacemos? Preguntaba el que me había quitado la ropa, lo dejamos marchar o que.
Yo digo que nos lo follemos, decía el de la varilla, mira que culito tiene el pedazo de maricón. Y debe estar caliente el muy hijo de puta, mira que empalme tiene.
Como queráis, dijo el que me había quitado la ropa, si os apetece darle por el culo, pues le damos por el culo y nos lo follamos.
De acuerdo, dijo el que me tenía sujetado contra la pared, pero yo seré el primero en follarlo, ya me tiene empalmado el maricón, con este culito que tiene pegado a mi verga.
No te muevas o te clavamos el pincho, dijo el que me sujetaba contra la pared.
Se soltó uno de los brazos, manteniéndome sujetado contra la pared con el otro, mientras con la mano del brazo que había dejado libre, se sacó la polla bajándose los pantalones y gallumbos.
Cabrón, mira cómo te has empalmado, Joder cómo te ha puesto el culito del maricón.
Pues ahora va a probar lo que es un rabo, dijo colocando la punta de la polla en el agujero de mi ano. Te voy a romper el culo maricón. Te voy a dar por el culo y dejarte preñado, como seguro que estabas deseando.
Mientras colocaba la punta de su polla en la entrada a mi ano, pasó sus dedos por él, viendo que yo ya lo tenía lubricado. Ah maricón, ya venías con el culo preparado, te gusta que te rompan el culo ¿eh? Te gusta recibir verga por el culo ¿eh?
Pues toma verga, dijo enterrándome de una estocada todo el rabo en el culo.
¡Ohhh ooohhh! Grité al recibir aquella polla en mi culo. Dios, el pedazo de animal me había clavado toda su polla de una sola vez, dándome una estocada que hizo que me entrara la polla hasta los huevos.
Te gusta maricón, ¿te gusta la verga? Pues disfruta de mi rabo que te voy a follar hasta dejarte preñado, hijo de puta.
El cabrón aquel me estaba dando por el culo con tal virulencia, que me hacía estar pegado a la pared poniéndome de puntillas cada vez que me enterraba la polla hasta los huevos.
Gemía y bramaba enterrándome aquel rabo hasta los huevos, llegándome a lo más hondo de mi culo. No dejaba de insultarme llamándome maricón de mierda, hijo de puta, y toda clase de lindezas.
Toma maricón, toma rabo, toma hijo de puta, toma, toma rabo maricón de mierda, decía mientras me daba por el culo a toda velocidad.
Yo, aunque estaba caliente y excitado no estaba disfrutando de aquella follada, ya que además de la brusquedad que estaba imprimiendo mientras me daba por el culo, temía que me hicieran algo más que violarme aquellos 3 dándome por el culo.
Ya me habían largado una buena hostia en la cara, dejándome medio grogui y el pómulo izquierdo hinchado y dolorido. Así que lo mejor sería no provocarlos, y dejar que me dieran por el culo, tratando de relajarme y disfrutar en lo posible de aquella situación.
Mientras estaba siendo follado bruscamente por el que parecía ser el jefe, los otros 2 observaban como su compañero me estaba violando allí de pie, teniéndome totalmente desnudo y pegado contra la pared.
Joder tío, me estoy poniendo bien cachondo, decía el que me había quitado la ropa. El maricón este no está nada mal, mira que culito redondito y respingón tiene, y joder como traga el rabo el hijo de puta.
Yo a este me lo voy a follar hasta reventarlo, le voy a dar por el culo hasta que le salga el rabo por las orejas.
Empezó bajarse el pantalón y gallunbos, y sobándose la polla quedó viendo como su compañero seguía dándome por el culo, sin perder detalle de lo que me estaba haciendo el que en esos momentos me violaba.
Joder tío, cada vez que le metes el rabo en el culo, lo levantas del suelo, mira como se pone de puntillas, le debe estar llegando el rabo a la boca del estómago.
Te gusta maricón, te gusta que te la metan por el culo ¿eh? Pues disfruta, que mira que rabo te voy a meter por el culo, decía agarrándose la polla con la mano enseñándomela.
Mira maricón, mira que rabo tengo para ti. Te voy a abrir el culo en canal y dejar bien preñado, hijo de puta.
Miré para la polla que me enseñaba, viendo que estaba totalmente con la polla de fuera y erecto, agarrándose una polla que en aquel momento vi enorme. Joder menudo rabo que tenía, y vaya empalme que estaba teniendo, seguro que estaba disfrutando viendo como me daba por el culo su compañero.
El que me estaba violando, empezó a gruñir, gritando que se corría, ¡ahhh me corro! Me corro, ¡aaahhh me corro!
¡Ufff maricón que gusto! Decía terminando de soltar toda la leche dentro de mi culo.
Cuando ya me había regado las entrañas con su esperma, sacó la polla de mi culo, diciéndole a sus compañeros que ahí me tenían.
Ya os lo he dejado con el culito bien abierto, y bien regadito para que os entre más fácil la polla.
¿Quién se lo folla ahora? Preguntó el que terminaba de violarme.
Déjame a mí primero, dijo el que tenía la varilla de pincho, que estoy apunto de correrme. Mientras yo le doy por el culo, que te la vaya chupando, le dijo al compañero.
Joder, siempre me toca a mí palmar. Venga dale por el culo antes de que me arrepienta, le dijo al compañero.
El que llevaba la varilla como pincho, se colocó detrás mía, ordenándome que me agachara.
Agáchate maricón, y dame el culo que te lo voy a follar, me decía agarrándome por las caderas. Sujétale la cabeza y que te la chupe mientras me lo follo.
Me agaché sujetándome a la cintura del compañero, quedando la polla de este pegada a mi cara.
Abre la boca maricón, y chúpamela, pero cuidadito con morderla ¿eh?
Como me la muerdas hijo de puta, te reviento, me decía metiéndome la polla en la boca.
Abrí la boca mientras me sujetaba a su cintura, tragándome aquel rabo y siendo violado por segunda vez en la noche.
¡Ohhh maricón que gusto! ¡ooohhh que boquita! ¡ooohhh que boquita hijo de puta! Gemía mientras movía sus caderas enterrándome su polla en la boca.
En ese momento el que me iba meter la polla en el culo, agarrándome por las caderas, me dejó ir todo su rabo por el culo de una vez, mmm, murmuré tragándome la polla del que me la estaba metiendo en la boca. Dios, me había llegado la polla hasta la tráquea al darme aquella envestida el que me estaba metiendo la polla en el culo, violándome por tercera vez en la noche aquellos hijos de puta.
¡Ohhh que gusto! Decía el que me la metía por el culo. Dios como traga la polla el culito, maricón. ¡Dios que gusto! ¡joder que culito tienes maricón!
¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Repetía mientras me estaba dando por el culo. Metía y sacaba la polla de mi culo, metiéndola hasta los huevos golpeándome la entrada a mi ano, cada vez que la metía. Se escuchaba el golpeteo de su pelvis pegando contra mi culo, plas plas plas, y al hijo de puta repetir ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Mientras me daba por el culo violándome.
Yo sudaba por todas partes, y mi polla ya empezaba a gotear semen, y es que aquellos hijos de puta me estaban haciendo gozar a pesar de todo.
Joder, ya me estoy empalmando otra vez, decía el que hacía de supuesto jefe. Viendo como estáis follando al maricón, me calentáis y hacéis que me empalme de nuevo. Mira mira, la polla del maricón no para de gotear leche, joder lo que disfruta el maricón recibiendo rabo por el culo.
¡Ohhh maricón! ¡ooohhh maricón! Gritaba el que me metía la polla en la boca, empezando a correrse en mi boca. Dios me corro, me corro, gritaba metiéndome la polla hasta la campanilla.
Notaba como se hinchaba la polla en mi boca, expulsando el semen por ella. Me había llenado la boca de esperma, teniendo que tragarme todo aquel semen, para poder respirar.
Después de tragarme toda la leche que me había soltado en la boca, seguí chupándole la polla hasta dejársela limpia y sin ningún resto de semen.
Así maricón, así me gusta. Te estás portando bien, me decía acariciándome la cara, eres toda una puta, se ve que te gusta el rabo, maricón. Tu sigue chupando y acaríciame los huevos, que todavía te falta probar mi rabo por el culo.
Sí maricón sí, no pensarías que iba dejar tu culito sin follármelo, ¿verdad? Pues tranquilo que no voy a quedar sin darte por el culo.
En esos momentos el que empezaba a correrse, era el que me estaba dando por el culo. Clavándome los dedos en las caderas y moviéndose más rápido, gritaba, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Me corro, me corro, me corro maricón.
Era la segunda corrida que aquellos hijos de puta me insertaban dentro de mi culo aquella noche. Y al parecer todavía no iba terminar aquella violación que estaba recibiendo en aquellos aseos públicos.
Cuando terminó de correrse el que acababa de darme por el culo, después de sacar la polla, el que me había soltado su corrida en la boca, sujetándome por el brazo me llevó fuera de los aseos, y sentándose sobre las escaleras de acceso a aquellos aseos públicos, me ordenó que me sentara sobre su polla.
Dios, aquello me había puesto nervioso y a la vez me excitaba. Me iba a violar en plena calle, exhibiéndome a posibles espectadores. A aquellas horas era difícil que pasara gente por allí, pero cualquiera que tuviera la ocurrencia de ir a aquellos aseos como había hecho yo, me iban a ver como estaba siendo violado, aunque ellos no supieran que se trataba de una violación, ellos verían cómo me estaban dando por el culo, en las escaleras de acceso a los aseos, en plena vía pública.
Joder tío, ¿le vas a dar por el culo ahí en plena calle?
Sí, me lo voy a follar aquí. Me excita y da mucho morbo darle por el culo al maricón en plena calle. Me pone a tope que alguien nos pueda ver y vean cómo le rompo el culo al maricón.
Nervioso y temblando por el miedo a que alguien pudiera verme completamente desnudo, con la polla tiesa, la punta llena de precumen, y apunto de volver a ser violado, me abrí de piernas y sujetándome en sus hombros, fui agachándome hasta que su polla entró por completo en mi culo.
¡Ohhh ohhh ooohhh! Gemí al entrar aquella polla en mi culo. Me había entrado por completo, notaba como sus huevos los tenía pegados a la entrada de mi ano, quedando ensartado por aquella polla que volvía a violarme aquella noche, pero ahora teniéndola metida en mi culo.
Así, así, ¡ooohhh maricón! Mueve el culito, anda mueve el culito hijo de puta, que te voy a llenar el culo de leche. Anda muévete rápido si no quieres que nos pillen aquí y vean cómo te estoy dando por el culo.
Dios, que gusto y excitación estaba sintiendo, tenía la polla tiesa y apunto de explotar. Con los nervios y el temblor que estaba padeciendo, subía y bajaba agarrado a sus hombros, a toda velocidad, clavándome la polla en lo más hondo de mi culito.
¡Ohhh que gusto maricón! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Muévete, anda muévete más rápido y aprieta el culito. Así, así maricón, así, así me gusta.
El hijo de puta aquel, me estaba haciendo sudar, pero me estaba dando un gusto y un placer, que jamás iba a olvidar. Sí, me estaban violando, pero también me estaban haciendo disfrutar como nunca.
Después de un buen rato dándome por el culo, allí sentado sobre aquellas escaleras de acceso a los aseos públicos, y en plena calle, el hijo de puta que me estaba violando, empezó a correrse dentro de mí, ¡ooohhh me corro! Me corro, me corro maricón, gritaba aferrándose a mi cintura con sus manos, clavándome sus dedos, a la vez que impulsaba su pelvis, enterrándome más su polla en mis entrañas, dejándomelas regadas con su esperma.
Quedé cansado y extasiado, sudando como un cerdo, jadeando y temblando de placer, clavado sobre aquella polla que terminaba de llenarme el culo de leche, siendo violado por cuarta vez en la noche.
Anda maricón, ahora vas a limpiarme el rabo con esa boquita de puta que tienes.
Me hizo levantar, y quedándose allí sentado, hizo que le chupara la polla. Tan pronto me agaché para chuparle la polla, el que me había parecido el jefe, que no se había perdido detalle de la enculada que me había dado su compañero exhibiéndome en plena calle, se aferró a mis caderas, y sin contemplación alguna, me metió su rabo en el culo, llegándome la polla a las orejas.
Joder, aquellos tíos iban a reventarme, y por encima, se escuchaban unas voces que se acercaban allí. Pero ninguno de los hijos de puta que me estaban violando, dejaron de hacerlo, uno seguía dándome rabo por el culo, y el otro por la boca.
Fue en ese momento que se escuchaban las voces allí paradas, decir, ¡Jodeeeeer! Menuda orgía, cuando empecé a correrme, mientras seguían dándome por el culo siendo violado, y haciéndome chupar otra polla.
Los de las voces, quedaron mirando como me había corrido y me daban por el culo y follaban la boca.
Ahora solo se escuchaba los jadeos y gemidos que producíamos, y el sonido de la polla que me daba por el culo al entrar y golpear con sus huevos y pelvis mi culo, chof, chof chof chof chof. Hasta que el que me daba por el culo, empezó a gritar que se corría, volviendo a correrse y llenarme el culo de leche por segunda vez en la noche. ¡Ohhh me corro! Me corro, me corro, ¡ooohhh me corro maricón!
Estaba sudando y temblándome las piernas, allí agachado con una polla en la boca, otra en el culo terminando de soltar todo el esperma dentro de mí, y siendo observado por 2 jóvenes y el otro compañero de mis violadores.
Cuando se repusieron, sacaron las pollas de mi culo y boca, se vistieron rápidamente, y subiendo las escaleras, desaparecieron dejándome allí, desnudo, violado y tirado.
Los 2 jóvenes que habían estado observando el final de mi violación, bajaron al ver que me había quedado allí tirado, por ver si me pasaba algo. Joder tío sí que te han dejado el culo bien abierto, mira cómo te sale la leche por el culo, será mejor que te limpies un poco.
¿Dónde tienes la ropa? Me preguntaron.
Está tirada ahí en el aseo les señalé.
Me ayudaron a poner de pie, y ayudado por ellos, entré en el aseo de niños, donde tenía la ropa, toda menos la camiseta que me habían robado, me ayudaron a vestir, y después de contarles lo ocurrido, me fui para casa.
Ese día iba reventado. Me habían violado en 5 ocasiones, llevaba el culo abierto y repleto de semen, sin un duro en el bolsillo, pero en el fondo me habían hecho disfrutar y gozar, hasta me habían hecho correrme sin siquiera tocarme.