Rico polvo

Un atractivo hombre me dió una rica follada.

Hola esta vez les contare uno de mis mejores polvos, esto me sucedió hace 5 años, yo tenia 16 años. Una tarde mi amiga Johana me presento a Hernán, un hombre que tenía 23 años. Es un tipo blanco, alto y sobre todo muy atractivo. Al conocerlo y darle la mano, enseguida supe que tenia un algo especial que me atraía. Y me encapriche con ese atractivo hombre y tenia que ser para mí a como diese lugar.

Cada vez que nos veíamos me daba besos muy cerca de la boca provocándome e incitándome, me hacía comentarios picantes y cuando viajábamos juntos en el metro rozaba su cuerpo contra el mío apretando su miembro contra mi cuerpo y pidiendo disculpas debido a que había mucha gente. Ese era un jueguito que me gustaba y se estaba convirtiendo cada vez más excitante, era algo que me estaba volviendo loca, y que solo podía saciar tras varias jornadas de masturbación que me daba cuando estaba caliente. Un día empezamos a salir juntos y nos hicimos novios, a la siguiente semana fuimos hacer el amor, fue a recogerme cerca de la casa de mi amiga, yo tuve que decirle una mentira a mi mama, le dije que iba a ser una tarea de biología en la casa de Johana. Yo estaba muy feliz. Me arreglé lo mejor que pude. Deseaba gustarle, la verdad es que me gusta vestir sexy y llamar la atención a donde quiera que voy, como toda mujer, vanidosa y coqueta, me gusta verme bien, siempre me maquillo, me gusta mucho usar faldas, minifaldas, vestidos y pantalones muy ajustados. Entre a su carro y recuerdo que él vestía una chaqueta negra y una camisa azul. Se veía super atractivo. Tenia una colonia riquisima. Sentí su mirada de aprobación, y me dice al oído, que bellas estas, le sonreí con mucha coquetería. Enseguida me puse cómoda, charlamos mientras nos dirigíamos a un hotel. Recuerdo que tenia muchos deseos de ese hombre en el camino le agarre su verga sobre su pantalón, me dijo que tuviera calma que podríamos tener un accidente y que pronto llegaríamos al hotel, efectivamente el carro se detuvo en una calle donde hay muchos hoteles, por ser a primeras horas de la tarde esta se encontraba solitaria.

Me abrió la puerta y me invito a entrar. Entramos y enseguida fuimos a la habitación. Me dio unos besos super ricos, luego coloco una música muy sensual y me pidió que me desvistiera para él, y así lo hice empece por las sandalias, seguí desnudándome, me quite lentamente mi blusa roja, luego pausadamente me voy bajando el cierre de mi mini falda negra mientras movía las caderas con un ritmo muy sensual. Le encantaban aquellos movimientos, y estaba deseando verme sin ropas. Después de bajarme el cierre y continuando con aquel baile, me puse de espaldas y mi falda cayo al suelo.

Quedando en sostenes y un hilo dental, los sostenes eran pequeños de encajes y el hilo que le hacia juego blancos y muy coquetos, el brazier se notaba que mis pezones estaban durisimos debido a la excitación, ya que sobresalían mis pezones, el hilo era muy pequeño se me metía entre las nalgas y me apretaba mi concha y estaba ya mojado. Siguiendo el ritmo de la música me llevé las manos a la espalda, y me desabroche el sostén, aguntandolo sobre mis pechos, y levanté de golpe mis brazos, cayendo al suelo y dejándose ver mis tetas botando al compás de la música. Estaba fascinado, no había más que verle su cara, denotaba una gran excitación. Exagerando un poco se le salían los ojos de las órbitas. Continúe desnudándome y girando, me las fui bajando lentamente el hilo dental, enseñándole mi culito, mis caderas, dejándolas bajar por mis muslos, por mis rodillas y... ¡zas! me lo saque este cayo al suelo, e incorporándome, me giré frente a el, que estaba literalmente alucinado.

¡ GUAUOOOOOOOOOOOO! - grito sin poder reprimir su asombro.

Mi cuerpo, sin pecar de pedantería es muy bello, tengo bonitas tetas, bonitas piernas y culo redondo. Él disfruto de mi desnudez y se quedo contemplando durante unos segundos esos pechos grandes y cuyos pezones estaban bastante erguidos, el buen contorno de mis firmes y provocativas nalgas. Me había depilado la conchita para la ocasión en forma de un pequeño triangulo, mi sexo yacía húmedo y caliente esperando que fuera disfrutado y gozado por ese atractivo hombre.

Recogí en forma muy sensual mi hilo y le lo lance a la cara, él lo atrapo con sus dientes, lo tomo entre sus manos, me obsequio una linda sonrisa, le lo llevo a su cara y empezó a olerlo y a chuparlo de una manera muy sensual.

Quiera que me disfrutara a plenitud, me encanto cuando le oí comentar varias veces

-Mari si estas buena, mucho más de lo que me imagine.

En ese momento yo sentía nervios, confusión y sobre todo, mucha excitación. Sin mediar palabra Herman me cogió por ambas manos y siguió mirándome durante unos segundos, recorriendo con su vista todo mi cuerpo. Estaba muy excitada tanto que me ruborice y temblaba.

  • ¡ Pero que buena estás! –

Me lo decía una y otra vez, sin dejar de contemplarme.

Ahora le tocaba a el desnunarse para mí.

Hernán lentamente se quita la chaqueta y la camisa, tiene una enorme espalda y su pecho es musculoso, unos brazos fuertes, los abdominales muy marcados, abdomen plano y luego se quito, al ritmo de la música, los pantalones. Poco a poco se fue bajando esa prenda y apareció ante mis ojos un hombre con un interior negro ajustado y que tenía debajo una verga enorme, muy buenas piernas y pompis, que además es muy guapo, en otras palabras que estaba super buenisimo.

Recuerdo que quedo en interiores y estos no podían contener su erección como yo no podía contener mis deseos, los bajaba y subía sobre su duro y redondo culo, haciéndome desesperarme y sufrir, hasta que en un ligero movimiento se lo bajó de golpe hasta los tobillos, quedando su escultural musculatura de espaldas a mí. Él seguía bailando y moviendo su trasero mientras apoyaba sus brazos sobre su nuca. ¡Que hermoso cuerpo! . Nunca había sentido tantas ganas de ser penetrada como esa tarde.

  • ¡ Date la vuelta ! - grité desesperada. No pude reprimirlo, estaba deseando verle su verga y sus pelotas.

Y… poco a poco, se fue dando la vuelta hacia mí mostrándome un hermoso pene erecto. Era enorme. Tenia en su base una pelotas muy grandes. Que cuerpazo tiene ese hombre.

¡Guaooooooooooo Queeeeeeeeeeee Ricoooooooooooooo! grite sin ocultar mis deseos.

Me agarró por la cintura, y nos dimos un fuerte abrazo chocando mis tetas por debajo de su fornido pecho, su pene en erección golpeó cerca de mi ombligo e inclinó su cabeza susurrándome al oído un sensual y cariñoso: ¡ te deseo! ¡ Te quiero follar, te quiero hacer mía!...y comenzó a besarme con mucha suavidad. Nuestras lenguas se juntaron acompañando aquel tierno abrazo. Sus manos recorrían mi espalda y yo acariciaba sus duras nalgas. Nuestros ojos se cerraban en un ardiente beso. Su lengua buscaba la mía y yo apretaba su culo con mis manos. Con una mano me acariciaba las tetas con suavidad y con la otra me palpaba mis nalgas. Su pene se apretujaba entre nuestros cuerpos. Mi concha soltaba todos los jugos del placer y del deseo.

Me dijo cierra los ojos que te tengo una sorpresa.

Escuche un ruido metálico y cuando abrí los ojos sentí él frió de unas esposas que me colocaba atándome a la cabecera de la cama. Me dijo no te asustes hoy será el día más feliz de tu vida, me a amaro las piernas con unas sabanas y me dejo abierta y amarrada luego procedió a vendarme los ojos con un pañuelo negro. Ahora la oscuridad lo rodea todo. Tengo los ojos tapados y me rindo a mi suerte, y a sus deseos. Durante unos segundos me dejo quita, y yo esperando que actuara, se coloco sobre mí apoyado de sus brazos y piernas. Ahora siento su cara cerca de la mía, puedo sentir su respiración y el inconfundible olor de su piel, su colonia. Siento un dedo, en mis labios: primero el labio superior y luego el inferior. Siento que acerca su boca. Yo lo intento besar, pero él la retira rápidamente, dejándome oír su risa.

El olor de su sudor mezclado con el de su piel, y el de su rico perfume, me están volviendo loca. Al fin comienza a actuar, primero empezó a golpearme con su verga por mis piernas, vientre, senos, cuello, la cara etc. Era un juegito muy rico y a su vez desquiciante, yo trataba de adivinar a que parte de mi cuerpo atacaría y esperaba que me hiciera suya de una vez, a pesar de mis múltiples ruegos siguió con el desquiciante juegito, luego me lame el dedo gordo del pie derecho con la punta de su lengua - yo me estremezco de placer -, para luego cubrírmelos de besos a media que va ascendiendo por el pie hasta el tobillo, y de éste, sube por la pierna hasta la rodilla. Son besos leves, apenas me roza la piel con sus labios, pero yo, comienzo a sentirme más húmeda, me paso su lengua por un costado me hace erizar toda, ¡¡Dios mío, cuánto anhelo su tacto!! ... me tiembla todo el cuerpo, cada vez que me toca me estremezco.

Otra vez siento su cara cerca de la mía y le robo un rico beso. Que beso más rico mordisquee sus labios, para mi felicidad sus labios se abrieron para comenzar un beso profundo y húmedo en el que nuestras bocas se buscaban con desespero y nuestras lenguas jugaban entre sí. Retira su boca pero me dejo un rico sabor en la mía. Siento su cara en mis pechos y empieza besarlos, siento el roce de sus labios aquí y allá y estos se ponen cada vez mas duros siento que estos van a estallar, yo arqueo mi cuerpo para que entren en su boca pero él retira un poco su cara, así entre mi desesperación y mis múltiples ruegos sigue con ese juegito Luego me las agarra de la base y las sujeta dé tal forma que las une. Hunde su cara entre mis pechos. El calor de su respiración me estremece, siento cómo cada vez me estoy humedeciendo más y más, él sigue hasta llegar a mis pezones, empieza a rozar los con su lengua hasta que finalmente empieza a chupar apasionadamente mis pezones, los mordisqueaba y yo gemía de placer le pedía que por favor no parara porque me gustaba mucho la sensación de sentir que me estaba comiendo las tetas. Aprieta más mis generosos pechos y se introduce los dos pezones a la vez en la boca. Me los chupa, los dos al mismo tiempo. Después le dedica su particular homenaje a cada uno de ellos, por igual. Yo estoy tan excitada que creí volverme loca.

Mientras me mama muy rico mis tetas desliza la palma de su mano extendida desde el interior de mi muslo hasta mi bajo vientre, sentía el calor de su mano sobre mi húmedo sexo, apena sentía el roce de su mano, suavemente, ¡tan suavemente que me desespera!. El clítoris se me hincha, anhelando su contacto. Él ríe. Me lo acaricia una, dos, tres veces... yo levanto las caderas, como pidiendo más, pero él parece que ha decidido que aún no era el momento y mis deseos aumentaban. Casi me vuelvo loca del placer que me estaba proporcionando y de la desesperación por ser suya y no acababa de recuperarme de la mamada de mis tetas.

Deseo que continúe, que me coma, pero él, quizás intuyendo mis ansias, decide hacerse de rogar, Y sigue con el desquiciante juegito al cual me tenia sometida, yo le gritaba y le imploraba - maldito carbón, cómeme de una vez, haz conmigo lo que quieras pero ya- Soy tu perra, tu puta, parteme el culo… Cuando acaba con mis tetas, las suelta y se alza un poco, lo suficiente como para besarme el cuello e ir bajando por la clavícula. Él vuelve a ascender y me besa en los labios, nuestras lenguas se entrelazan mientras su mano continua rozándome suavemente mi sexo, y se queda allí acariciándome los labios, de abajo. Ahora se aleja de mí y desciende sobre mis caderas, me abre los labios superiores de mi húmeda vagina y los sopla levemente. Me recorre un escalofrío y me entra la risa. El también ríe...

Hasta que sentí que me pasaba la lengua primero alrededor de mi caliente concha y yo le pedía, le suplicaba que me la mamara de una vez, pero seguía jugando, hasta que por fin, su lengua aterriza en mi rajita apoderándose de ella, mi vagina la sentía reventar empezaba a latir al compás de las embestidas salvajes de la boca de Hernán dando círculos en mi clítoris y haciéndome sentir la mujer mas deseada del planeta primero me lamía los labios de arriba a abajo y después de lado a lado en su zona inferior, mi nalgas y mi hoyito, se sentía como si me tuviera dando una rica cogida..

Logro liberar mis piernas. Le agarré la cabeza y la apreté con mis piernas su cara, comencé un movimiento acompasado de mis caderas hacia su cara sintiendo cómo me estaba cogiendo por intermedio de su habilidosa lengua, que cada vez la sentía más rica, pero lo máximo fueron unos golpecitos en mi clítoris que me dio con la punta de su lengua, una corriente de energía se escapaba de mi cuerpo por allí mismo y mi macho la recibía chupándome hasta la saciedad. De esta forma me fue llevando un orgasmo intenso, en el que me retorcía en la cama, con una sensación riquisima y a la vez con el deseo de que no terminase nunca.

Tuve un orgasmo bestial que se notaba con un aumento de mis gemidos y movimientos. Solté varios grito y gemidos del placer que esta recibiendo.

-¡ ahhhhhhhhhhhh, eres un maldito hijo de puta… me esta matando del gusto me das!

Yo no podía tocarle su pene a pesar de mis deseos, ya que tenia mis manos atadas, por culpa de unas malvadas esposas, pero el se dio cuenta y volteándose, me empieza a pasar su verga por mi cara y el pelo. Su miembro se encontraba a pocos centímetros de mis labios. Y lo logre atrapar le doy un beso, otro y otro, luego saco mi lengua y se la empiezo a pasar por esa cabeza que cada vez la deseo mas y más, y me empieza tratar con palabras fuertes y obscenas, "mmm putita, q rico chupas…", cuestión que me calentaba mas y mas, sigo pasando mi lengua por esa cabeza, abro mi boca golosa todo lo que puedo y me meto toda esa cabeza, cierro mi boca, lo siento grande, muevo la lengua dentro de mi boca para tocar la cabeza de esa gran verga, y me dice "perrita sucia como tragas" y eso que apenas me había metido la cabeza en mi boca y lo sigo chupando humedecía mi lengua con bastante saliva la cual refregaba contra las paredes Carnosas y rojas de su pene. Seguía dándole besitos que se mezclaban entre chupadas y un poco de succión, y así poco a poco me lo fui tragando. Luego empecé a hacer círculos en su glande y a lamerlo como si fuera una paleta de helado.

Él empezaba a gemir y a decir cosas que no entendía porque estaba bastante concentrada en mi tarea de mamarle el miembro a mi hombre que esa tarde iba a ser solo para mí. Los muslos de Hernán se contraían cada vez que mi lengua le acariciaba el glande, él lo retira sigue el juegito anterior, pero sus deseos no lo dejan y queda muy cerca de mi boca, y otra ves lo chupo rico, chupaba y gemía, cada vez lo tragaba mas y más, hasta que finalmente, apoyé la punta de mi lengua, completamente empapada en saliva sobre el orificio de su cabeza, y de un sólo movimiento, deslicé mis labios a lo largo de su verga, engulléndola casi por completo. Él emitió un profundo gemido, y sus piernas temblaron violentamente. Entonces me concentré en hacerle una inolvidable mamada, mientras él vuelve a tocar mi conchita y hacernos un tremendo 69, me chupaba riquisimo en mi conchita y el culo, fue una mamada super rica, luego siento que el dedo medio de su mano derecha me lo introduce en el culo, al principio me dolió un poco pero al poco tiempo este dolor se convirtió en un rico placer. Mis piernas se quedaron sin fuerzas, y mi cuerpo se redujo al gusto que recibía en mi clítoris, que Hernán atrapaba entre sus dientes. El calor invadía mi cuerpo, y mi garganta sigue emitiendo aullidos de puro gozo. Era super rico chupaba me lo sacaba de la boca para gemir, que rico.

A mí me entra la absurda sensación de que mi sexo debe de ser una fuente, por la gran cantidad de flujos que noto por ahí abajo. Yo ya no puedo más y me sobreviene un orgasmo que me deja exhausta. Es tan fuerte que, cuando pasa, con solo el roce de sus dedos sobre mi clítoris, arqueo la espalda y sacudo las caderas, desesperada ante su contacto. Sigo dándole una riquisima mamada él gemía y decía muchas palabras, por sus gemidos siento que lo esta disfrutando mucho, yo sigo con tan rica tarea

Mi cabeza subía y bajaba con rapidez, mientras mis labios se concentraban aplicadamente en chupetear a lo largo y ancho de su verga. Herman, sin dejar de gemir ni estremecerse, me tomó del pelo, para marcar el ritmo de mi mamada pero desistió, dejo que yo llevara el ritmo y Gritaba que rica mamada me estas dando. Sus gemidos se tornaron más intensos y los temblores de sus muslos me indicaron que quedaba poco para que se corriera.

Finalmente el se corre en mi boca. Pero el enorme miembro que vibraba en mis labios no cesaba un instante de vomitar semen. Al no poder reprimir los agudos gemidos que pugnaban por salir de mi garganta, con toda la boca anegada de su esperma, casi me ahogo.

El espeso líquido se cuela por entre mis labios antes que me cuenta. Eso me desespera porque quiero más y no quiero desperdiciar ni una sola gota. Me lo trago casi todo que semen tan rico.

Luego de un gozo tan grande, ambos descansamos recuperamos las fuerzas y me pregunto si ya estaba lista para retomar la acción y empezar el 2do round conteste que si y que quería sentir todo su miembro dentro de mí.

Me dijo – te voy a premiar a la mejor mamada que he recibido.

Me soltó las esposas y me quito el pañuelo de mis ojos.

Nos damos otros besos riquisimos, yo rodeé su cuello, y al tiempo que con la mano izquierda agarraba su rica verga, que esta otra vez a millón grande dura y con las venas a punto de estallar, como a mí me encanta que este y provoco que se ponga así. Levanté mi pierna derecha rodeando con ella su cintura, y comencé a frotarme contra su cadera al tiempo que mi lengua seguía dentro de su boca.

Me le pongo en cuatro patas en la cama y meneando las caderas e inclinándome hacia adelante, le ofrecí una generosa vista de mi trasero y de mi concha, que otra vez estaba ya palpitando chorreante, deseando ser penetrada, por tan grato invitado.

Puso su pene en la entrada de mi concha, jugueteando decía - entra, no entra – "métemela ya, que no aguanto" gritaba cuando empezó a introducirla poco a poco

  • Hernán, métemela toda, ya, por favor

  • di que eres mi putita, ruégame que te la meta (Eso me excitaba aún más)

  • métemela, soy tu putita, cojéeme, hazme tuya, soy toda tuya, solo para ti, cojéeme Her, Cojéeme Hernán, "metela" (mientras mi respiración era cada vez más rápida)

Empezó lenta y suavemente a empujar hacia adentro, a medida que iba avanzando dentro de mí empezaba a sentir un poco de dolor pero a la vez sentía placer, era una mezcla rara pero excitante, dolor pero a la vez placer uffff, pero en cuanto me descuido me embistió con fuerza y sentí un gran punzón como si me estuviesen desgarrando por dentro, pero no me dio chance de tomar aire si quiera ya que el solo lo que hacia era entrar y salir dentro de mi, me lo metía con fuerza duro, cada vez mas duro, pero solo empezaba a sentir placer, cada vez mas intenso sacaba su pene, lo volvía a meter, entraba y salía, siguió metiéndomela y sacándomela, a distintos ritmos, mis jadeos creo se oían en todo el hotel. Que follada mas rica estaba recibiendo. Ahh que placer estaba recibiendo de ese mi hombre!!!!... En tanto yo lo arañaba y lo mordía salvajemente tal como lo estaba haciendo él dentro de mí.

  • te gusta así, más, quieres más – mis jadeos eran tan rápidos que ni podía contestar más que entre cortadamente– sí, más – me abrazo e hizo que girara sobre él quedando yo arriba con la espalda erigida, así llevaba yo mi ritmo, mis movimientos mientras el sujetaba fuertemente mis senos, que aunque dolía un poco, la verga que recibía una y otra vez mi conchita se lo agradecía.

Él seguía penetrándome cada vez más fuerte, guuaauu, a mí me dejaba sin aliento.

Cada vez lo sentíamos más rico, muchisimo mas, su verga dentro de mi Ahh estaba volando de placer no cabía dentro de mi todo lo que estaba sintiendo, mis uñas empezaban a clavarse en el colchón… Uffff no pudimos más Mi éxtasis iba en aumento, y mis gemidos ya se habían convertidos en gritos de placer.. Me penetró con tal violencia.

Que prácticamente aullaba en vez de gemir. Cuando todos los poros de mi cuerpo se saturaron de sudor y mi cuerpo comenzó a inundarse de placer, dejé caer mi cabeza hacia atrás, me agarré los pechos, pellizcándome los pezones que estaban a punto de reventarse, le grité a Hernán que me comiese con toda su furia y en medio de un gran alarido, alcancé el orgasmo. Hernán calla mis gritos con sus labios y su lengua, y siguió comiéndome hasta que los últimos estertores de mi cuerpo se fueron apaciguando. Creo que debí correrme al menos durante dos o tres minutos, y cuando acabé, caí sobre la cama absolutamente exhausta. Nos estuvimos besando y acariciando durante largo rato, hasta que mi cuerpo fue recuperándose del delicioso orgasmo anterior.

Le di la espalda a mi rico macho, y apreté mi culo contra su pelvis, permitiéndole que me agarra mis tetas. Abrí las piernas, y metiendo mi mano entre ellas, busqué su rica verga para alojarlo entre estas, y en contacto con mis labios vaginales. Comencé a mover las caderas hacia adelante y atrás, estimulando su tiesa verga y dejando de nuevo mi conchita lubricada y lista. Yo prácticamente lo estaba masturbando con mis muslos, y también estimulaba intensamente mi clítoris, en poco tiempo estábamos de nuevo emitiendo sonoros gemidos al ritmo del compás del movimiento de mi culito, contra su pelvis en un delicioso movimiento de vaivén. Sentía su rica verga cada vez más divina, que divina penetrada.

Poco a poco nos vamos moviendo, quedando tumbada de espaldas sobre él, con su verga atrapada entre mis muslos y con mi trasero directamente apoyado sobre su vientre. Esta postura me estaba encantando, mi espalda apoyada contra su pecho fuerte y sudado, con sus manos acariciando mis pechos y sus dedos estimulando mis pezones. Abriendo las piernas, liberé su miembro, y con mi mano apunte su verga contra la entrada de mi sexo.

Yo seguía encima del pero ahora mi culo se apoyaba en su pelvis. Con un movimiento suave de cadera, su pene fue abriéndose camino en mi interior. Sentir cómo su magnífica verga se iba introduciéndose dentro de mí era lo máximo, otra vez gemía como una autentica puta mientras se introducía dentro de mi sexo. Me dejé caer sobre él, levanté mis brazos abrazándome a su cuello y me fundí con Hernán en un grandioso beso. Nuestras lenguas jugaban entre sí mientras su verga me penetraba muy rico. Cerré mis piernas para tener un contacto más intenso entre nuestros sexos al tiempo que una de las manos de Hernán se posaba sobre mis pechos, atrapando un pezón entre sus dedos. La otra mano se metió entre mis piernas, acariciándome el clítoris sin dejar de penetrarme. Yo que no cabia del gozo que me proporcionaba mi macho le volví a clavarle las uñas en su gran espalda, lo arañaba y lo mordía salvajemente tal como lo estaba haciendo él dentro de mí…. La sensación era gozosa, increíble, maravillosa. Desligué mi boca de la suya y vencida, apoyé la cabeza sobre su hombro.

Hernán aplicó sus dos manos a mis pechos y comenzó a sobarlos y a amasarlos con más fuerza al tiempo que comenzaba a follarme desde abajo con mayor intensidad. Su trasero comenzó a subir y bajar enérgicamente, en tanto que mis placer aumentaba, y mis gemidos y chillidos empezaron a tener una mayor intensidad. La penetración se tornó violenta y frenética. Mis tetas se agitaban con fuerza entre las manos de Hernán, y mi sexo se iba deshaciendo de puro gozo. Los gemidos de Hernán se hicieron más evidentes y su rica verga entraba y salía de mi interior a toda velocidad. Mis pezones se endurecieron hasta casi dolerme, y con cada acometida de su sexo yo me iba derritiendo y gritaba cada vez que su cabecita topaba con el fondo de mi vagina.

Hernán, Hernán eeee, síííííííííííííííí, sigue, sigue, cojeme — más, mááááááááááás. ¡Qué ricooooooooooooo!

Mi macho ya estaba a punto de correrme, cuando girándome, me desligué de él. Pareció sorprenderse, pero cuando bajé hasta su verga y comencé a lamerla dulcemente. Para él eso fue una delicia. Chupe con mis labios cinco o seis veces su glande antes de colocarme de rodillas. Apoyando mis codos sobre la cama, le di la espalda, mostrándole mi culito y mi sexo abierto y empapado.

Me agarro por la cintura, se acerco de rodillas, apoyó su verga en la entrada de mi coñito, y tomándome de las caderas me ensartó de un solo golpe, seco, duro, que hizo tambalear todo mi cuerpo, arrancándome un sonoro quejido e inundando de calor mis entrañas. Sin salir un milímetro de mi interior, se inclinó hacia adelante, agarró mis pechos con las manos, apoyó su pecho contra mi espalda y acercó sus labios a mi oído:

-Eres deliciosa, Marisela. Decía una y otra vez

Sin soltar mis tetas, comenzó a follarme desde atrás, al tiempo que me besaba y mordía la oreja. Su pelvis se pegaba a mi culo por efecto del sudor. Al principio comenzó a follarme suave, pero a medida que el placer fue creciendo, sus penetraciones se hacían más ardientes y vigorosas. Soltando mis pechos, se agarró a mi cintura para aumentar su radio de acción. Me atraía hacia él, haciendo moverse mis pechos al compás del rico polvo. Casi se salía completamente para a continuación clavarme en un movimiento rápido y que hacía topar sus pelotas contra mi trasero. Mis jadeos se volvían más sonoros cada vez que la verga de Hernán se encajaba en mi concha. Mi cuerpo se fue invadiendo de calor, y mis jadeos fueron dando paso paulatinamente a puros gritos de placer. Su profunda respiración fue también fue en aumento. Hundí mi cara en la almohada, que llené de babas y sudor mientras Hernán continuaba follándome salvajemente y mis tetas seguían el ritmo del polvo. Ya punto de volverme a correr, comencé a mover el culo en círculos, apretando fuertemente las paredes de mi coño contra su verga, mientras Hernán apretaba con fuerza contra mi trasero.

Mi excitación era cada vez mayor, empiezo a gritar... Dame tu leche, hijo de putaaaaaaa..... dámela yaaaaaa que me muerooooooo..... siiiiiii ahí empieza, lo estoy sintiendoooooooo......Dame mas....mas… aaaaaaaaaaayyyyyyyy. Esto fue demasiado para él. Noté cómo su extraordinaria verga sufría un espasmo dentro de mí, y se vació en mi interior, regándome de esperma siento los chorros de su semen caliente dentro miiiiiiiiiiiii....., Mi cuerpo se llenó de calor. Mis piernas perdían fuerza, los poros de mi piel se saturaron, y entonces me corrí en medio de una enorme sacudida que agitó todo mi cuerpo y emitiendo un gran alarido mi orgasmo múltiple entra en el clímax, el ruido de nuestros sexos es impresionante....massssssss y se transforma en una masa de sexo que convulsiona hasta un temblor permanente... grito, imploro, me quejo y lo abrazo, para fundirnos en una sola cosa.. Sin salir de mí, Hernán se tumbó sobre mi cuerpo, llenándome de calor. Permanecimos así durante algunos minutos.

No sé cuanto tiempo paso en esa convulsión interminable y tan rica. Siento mi caliente concha full de semen. Mis contracciones continúan, le voy ordeñando todo lo que queda de semen en su verga. Mi vagina chupa su verga como mi boca a su lengua y los labios... me siento llena de semen de mis flujos, de sudor y sobre todo de gozo.

Ahhhhhhhhhhhh que polvo tan divino.

Finalmente, Hernán se levantó, saliéndose de mí. Me giré, y se inclinó para darme un suave beso en los labios mientras sus dedos jugaban con mis aún tiesos pezones.

Gracias, fue un gran polvo. Le dije

Luego nos bañamos y nos enjabonamos nuestros cuerpos desnudos, las caricias de sus manos sobre mis pechos, pubis y nalgas lubricados por el agua y el jabón eran especialmente placenteras. Finalmente salimos de la ducha, nos secamos y vestimos recuerdo que cuando salíamos del hotel la mirada de la recepcionista era de admiración sin duda escucho nuestros gemidos, el me dejo cerca de la casa de mi amiga, le conté Johana lo mucho que había disfrutado y me cambie la ropa y me fui a mi casa muy feliz.

Valió la pena lo que me hizo sufrir y esperar para que me metiera su miembro en mi delicada concha, valió la pena las marcas que me quedaron de las esposas, TODO valió la pena porque el PLACER que sentí fue inigualable

Espero que esta experiencia que estoy compartiendo con ustedes sea de su agrado, y disfruten de su lectura como yo disfrute escribiéndola, y muchisimo mas cuando hice el amor con Herman.

Muchos Besooooooooooooooooos

MARISELA

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marmarfi@terra.com.ve