Rica cogida x mi perro Rufo
Rufo me culea rico y yo como su perra le doy placer a mi amante.
Hola! Soy yo de nuevo, gracias a todos x sus comentarios y espero poder mejorar mis relatos. A los que no me conocen soy Andrea de México, de una tierra caliente. Soy morena, ojos café con culo y tetas grandes.
Mi siguiente relato me pasó cuando tenía 12 años. Ahora les contare mí otro encuentro con Rufo, ahora esta vez mi encuentro tenía un invitado mas era otro perrito más chaparrito que mi Rufo cuyo nombre era Toto. Recuerdo que era una tarde algo fría mi mama y mi hermana habían ido de compras al centro ellas me habían invitado pero yo me negué rotundamente, la verdad ya ansiaba estar a solas con mi perruno amante; y así paso; se fueron mi mama y hermana y me quede solita para poder darle placer a mi conchita y empezar a sentir la calidez y la tibia lengua que mi perro me daba.
Como era costumbre espere a que nadie llegara, y ya pasado el tiempo necesario empecé mi labor, salí al patio apenas estuve cerca mi perrito empezó a oler y buscar su rico manjar que tenia varios días no probaba, era mi concha, caliente, húmeda, rosada que esperaba con ansia ser tocada por la lengua de mi perro al irme acercando a Rufo sentía como en mi conchita algo vibraba, sentía un latido fuerte como si el corazón estuviera ahí abajo y cada latido era un chorrito de mis juguitos que serian el alimento que esa tarde yo brindaría a mi perrito. Ya no podía más y Rufo menos!! Me levante mi faldita y apenas iba yo a bajarme mi calzoncito cuando Rufo me empujo y entre mi calzón chupaba, olía y lengüeteaba mis muslos, queriendo succionar la humedad de mi conchita. Aun recuerdo como veía su lengua que ya me quería saborear mas profundamente, estaba el todo excitado al igual que yo y me daba pequeñas mordiditas estirando mi panti y a la vez moviéndola para tener mas piel que chupar y saborear seguido a esto me quite mi panti a como pude ya que el no me dejaba ni siquiera meter mis manos para dejar mi conchita al descubierto.
Cuando al fin pude dejar mi rajita a su completo deleite, recuerdo que apoye mis manos en una barda y el se acomodo frente a mi, ahí estaba chupando mas y mas, sacándome tantos juguitos como nunca antes lo había hecho, entre mas metía su lengua mas abría mis piernas que ya casi no podían resistir mas ya había tenido mas de 2 orgasmos y cuando quise descansar un momento y cerrar un poco mis piernas para dejar descansar mi conchita, Rufo gruño en señal de que el aun no estaba satisfecho y yo que era su perra debía cumplirle hasta donde el pidiera, así fue me vine una vez mas y esta vez sentí como Rufo casi no alcanzo a chupar todos mis juguitos y su verga estaba ya a mil, por lo tanto mi olfato olio el olor a macho y mi macho empezó a chupar su rica verga queriendo sentir algo de calor en ella , recuerdo que al ver tan rica verga me incline un poco para verla y tocarla y disfrutarla yo también, pero no pude Rufo se quito y me gruño, yo asustada me retire y me quede confundida pero al voltear hacia atrás de mi, vi. que la rica cogida que mi amante me había dado había tenido un testigo, era Toto mi otro perro, que estaba a muy poca distancia de mí y nos veía extrañado.
Yo inmediatamente me retire, ya que Rufo estaba inquieto y algo enfadado, después me lleve a Rufo a otro rinconcito y ahí empecé a darle una rica masturbada a lo cual respondió rápidamente, esta vez los dos quedamos lejos de Toto y él empezó nuevamente a darle placer a su ama, su perra y sobre todo a mi conchita que era siempre consentida x Rufo y su rica lengua, que entraba primero a mis labios , ahí se quedaba muchos minutos después su hocico empujaba mi conchita para que yo abriera mas mis piernas y poder chupar mas rico y profundo y se concentraba mas en mi clítoris que crecía rápido y ahí era donde Rufo fijaba gran parte de su tiempo y para después meterla en el hoyito de mi pagina que el ya había desvirgado antes, mmm era tan rico. Ahí estaba yo de nuevo, abriendo mis piernas y sintiendo la calidez y rugosidad de la rica lengua de mi perro, me vine demasiado que recuerdo que mis jugos me escurrieron hasta mis nalguitas, y sentí como escurrían x mis muslos, ahí estaba yo con el culo al aire y mi Rufo chupando siempre sin parar haciéndome la mujer mas feliz del mundo ( bueno la niña mas feliz del mundo, con solo 12 años ) así me quede mucho rato hasta que lo mucho que mis jugos escurrieron me sentí muuy húmeda, sin embargo en un momento sentí algo frió que topo en mis nalgas voltee asustada aunque a la ves confundida y después sentí que algo quería entrar entre mis nalgas al voltear mejor me di cuenta que era mi perro Toto, que desesperado buscaba el hoyito de mi culo para darme también placer.
Ahora eran dos ricas lenguas que saboreaban y daban placer a una sola perrita, que feliz disfrutaba la ricura, calidez y humedad de esas lenguas traviesas que no dejaban nada sin probar, así estuve mucho rato recuerdo como me estremecía, mis piernas ya no tenían mucha fuerza, pero si cambiaba la posición, uno de los dos se enfadaría y terminarían disputándose a la perra que tenia frente a ellos, y yo como buena amante para mis canes tenia mucha concha y culo para ambos y sobre todo muchos jugos que devoraban como un dulce divino difícil de conseguir que nunca se acabaría, recuerdo el sonido de sus lenguas cuando chocaban con mis dos hoyitos, como recogían con sus lenguas juguetonas lo mucho que me hacían gozar, todos los juguitos que mi conchita soltaba y como mi culo latía y sentía como se estremecía mi rajita y mi culito de sentir a tan divinos amantes. Así dure mucho rato, hasta que quedaron extasiados los dos y empezaron a chupar sus vergas y yo agotada termine en el piso, temblando, sin poder ponerme de pie me sentía con mucho agotamiento, y ellos solo me miraron dieron unas cuantas lengüeteadas a mi cara y mis piernas olieron un poco y se retiraron, como orgullosos de haberme dejado así tan ricamente cogida x los dos y ahora ya no me necesitaban, pero yo a partir de ese día los necesitaría a los dos para pasar las tardes mas calientes de mi niñez.