Rey se nace!

NOTA DEL AUTOR: Este relato contiene pasajes que pueden herir la sensibilidad de algún lector.

MICRORELATO (13)

REY SE NACE!

NOTA DEL AUTOR: Este relato contiene pasajes que pueden herir la sensibilidad de algún lector.

Había una vez una selva repleta de animales de distintos tipos, donde cada uno de ellos tenía un cometido diferente, por más que todos compartían la misma comunidad.

Además de haber variedad de especies de ambos sexos, niveles de educación y diferentes grados de ética, no faltaban las rencillas y las discordias entre ellos en pro de intentar alcanzar el poder.

Algunos entendían que había lugar para todos, era lógico... la selva era inmensa; sin embargo a otros les era difícil convivir con sus semejantes, conscientes de que la envidia e intolerancia comenzaban a hacer estragos en su interior. Algunos decidían enfrentar en arduas batallas a sus oponentes; pero otros, vestidos con un manto de amiguismo, optaban por desprestigiar a sus pares frente a sus compañeros para sembrar el odio y la duda entre amigos y simpatizantes, ante la impotencia de poder competir con ellos.

Muchas veces las discrepancias llevaban a enemistades que se mantenían generaciones tras generaciones, no pudiendo encontrar un acercamiento entre ambas partes, lo que motivaba a sus descendientes a continuar con los pleitos.

El auto proclamado rey de la selva era incapaz por naturaleza de poder gobernar tanto alboroto; y tras perder el respeto de sus semejantes, tomó la decisión de confrontar con la mayoría de ellos, creando tensión constante y enemistades mutuas, lo que finalmente y por propia decisión, lo llevó a retirarse de la selva.

Su ida no fue definitiva, ya que por más que no se dejaba ver, volvía intermitentemente oculto en un manto de penumbras para conocer qué se hablaba a sus espaldas en lo que él insistía en llamar sus dominios. Pero al percatarse de que en realidad no sólo nadie lo extrañaba, sino que era totalmente ignorado por sus congéneres, su furia incontenible se acrecentó, multiplicándose la envidia que tenía hacia algunos de ellos.

Ahora los rugidos del ex rey se parecen más a los cacareos de una gallina, o para ser más honesto, a las tristemente célebres risotadas de una hiena, intentando burlarse de los habitantes de la selva.

Los nuevos integrantes del lugar también conocieron la leyenda, pero a pesar de ser inocentes protagonistas de algo que nunca les concernió, muchos de ellos se toparon de pronto en el camino del animal enfurecido y fueron blanco de lo que él pretendió que serían sus últimos rugidos en pos de lograr algún secuaz o posible seguidor.

Estos nuevos integrantes de la selva, también le dijeron "NO!", y se lamentaron de la terriblemente triste realidad. Los rugidos de antaño ya comenzaban a sonar como los inofensivos maullidos de cualquier minino, ya que su dueño se empecinaba en negar a reconocer y aceptar acerca de sus malvadas intenciones.

Nadie dejó la selva por su culpa. Nadie se preocupó siquiera por lo que el ex rey de la selva dijo, dice o dirá en alguna otra oportunidad.

Nunca más adecuado aquello de que "Rey se nace, no se hace."

Ahora la calma aparente predomina en la selva a pesar de que el destituido rey de los animales continúa disparando sus dardos, ya totalmente inofensivos, en todas direcciones que no hacen más que demostrar que su decadencia está adueñada de él, prueba fehaciente de una decrepitud más allá de la edad física, y confirmación de que sigue siendo el hazmerreír de la selva, por más que no se deja ver por allí; pero insiste en no querer perder contacto con los que según él, desprecia.

Tal vez en el más profundo de su subconsciente, aflora una envidia que es fruto de una admiración que se niega a aceptar...

Será que en realidad los extraña? Será que no puede vivir sin ellos?

FIN DE ESTE RELATO FICTICIO.

NOTA: Cualquier semejanza con hechos verídicos o con personas vivas, desaparecidas o escondidas, es mera coincidencia.