Revelaciones

Mi Señora me habia abandonado caliente y con aquel aparatito introducido en mi vagina. Tenia una chica en la cajuela, un consolador enorme, una chofer mulata a mis ordenes y muchisimo dinero....Cuarta parte de mis aventuras en mundo de las modelos saficas.

Durante unos segundos me sentí como un potente auto de carreras del que su chofer había saltado mientras corrían a varios cientos de kilómetros por hora. Estaba caliente como los infiernos, esclavizada a mi ama y shockeada por lo que me había hecho y no tenia la mas pálida idea de que hacer con todas esas emociones copulando entre si en la orgiástica caldera de mi corazón.

Vi en el espejo que el pinchazo de la jeringa se notaba en mi cuello por lo cual ate en torno a el una pañoleta que por gracia de Dios había traído (muchas veces siento frió en el cuello o que esta demasiado expuesto, por lo que suelo llevar estas prendas), luego salí al salón con la esperanza de poder seguir a mi patrona a donde quiera que hubiera ido. Todo el día había sentido una especie de hormigueo ansioso entre mis nalgas por la promesa de ser analmente penetrada y no iba a rendirme tan rápidamente.

El salón estaba atestado de gente bebiendo. Mucha gente me dirigió miradas de interés, miradas de simpatía algunas, miradas de ardiente lascivia otras. Mientras caminaba entre aquella multitud y conocedora de mi encanto, no dude en coquetear un poco con todos, especialmente con las chicas. No es que los hombres hubieran dejado de gustarme, pero prefería mucho mas la ternura y suavidad, los placeres y sensaciones que las mujeres podíamos provocarnos entre nosotras con habilidades que iban desde la conversación en tonos melodiosos al salvaje y repetitivo roce de un cuerpo femenino contra otro.

Pero mi amor era para mi Patrona. Mi elegante y bella Señora a la que vi junto a una barra hablando con una mujer a la que yo había ya antes visto.: Celia, la hermosa y gatuna millonaria que tanto había capturado mi atención días atrás con sus movimientos gráciles y sus senos firmes.

Celia sostenía la copa y bebía de aquel licor que no dude estuviese preparado de jugos vaginales y que mi ama había mezclado con mi sangre.

Cuando mi señora Nilda me vio, me indico que me acercara. Me tomo de la mano mientras sonreía. Beso cálidamente mi mejilla y luego mientras frente a toda la gente acariciaba una de mis nalgas con su mano, le decía a Celia:

Celia, quiero presentarte a mi nueva putita. Es fantástica y estoy seguro que pronto será la mas famosa de mis chicas.

Celia me miro con ojos cargados de lujuria. Bebió un trago mas de aquella bebida que yo temía acabe y les deje con sed de mas. Luego con un dedo se acaricio muy despacio la parte superior de los senos mientras me miraba sin parpadear y decía sonriendo:

-Ya la he visto. Es un verdadero ángel.

Yo le sonreí y mi Señora agrego:

-Tiene mucha autentica gracia, posa muy bien para las fotos y....(Bajo la voz y dijo en tono confidente)....tiene un culo verdaderamente rico.....

Yo me sonroje pero la Señora que por lo visto estaba mas ebria de lo que parecía, continuo:

-Cuando la pruebes veras que podemos entender a las leonas, que se comen a sus presas empezando por el ano.....Esta chica, mi preciosa Jazmín (y acaricio muy delicadamente mis labios con un dedo) ....me hace desear ser una anaconda para poder tragarla entera, desde sus partes intimas a todo su cuerpo y sentir esa piel, ese aroma y esos movimientos de bailarina encerrados en mis tripas y pasando lentamente a ser parte de mi.

Entonces recordé los poemas que recibía todas las mañanas. Me di cuenta que morbosa o no, esta Dominante Mujer tenia una fuerte tendencia a la poesía.

Entonces Celia termino la copa, miro alrededor y dijo que el licor había acabado. Que, que tal si probaban un poco de mi ahora mismo.

En forma inmediata nos dirigimos las tres al despacho del que acababa de salir. Esta vez La Señora puso llave a la puerta. Vi que Celia tenia llave de la gaveta y quitaba aquella botella de licor mientras la Señora Nilda extraía una nueva jeringa de un cajón del escritorio.

Realmente temblé y desee estuviesen ya lo suficientemente borrachas como para no desear mucho mas de aquel espantoso brebaje.

La Señora Nilda se recostó en el escritorio y me atrajo hacia ella. Sentí el perfume de su cabello y cuello, el olor de su elegante ropa. Eso basto para que me sienta feliz y me acomode de espaldas a ella que rodeo mi cintura con un brazo y con el otro empezó a acariciar despacio mis hombros, mis senos, mi cuello, mis labios, mi cabello.

Hablaba con suavidad a mi oído y alternativamente besaba mi cuello y mis orejas. Describía para Celia lo rico que era comer mi concha y lo entregada que estaba yo a ella.

Enseguida y ante los resultados, note que aquella caricias, aquella voz suave en mis oídos, su aliento y su calor me estaban una vez mas hipnotizando. Podía ser que aquellas descripciones estuviesen dirigidas a Celia, pero era a mi a quien le inculcaban instrucciones.

Una vez mas me sentía su bebita pequeña y que ella era la madrecita que cuidaría de mi y me alimentaría.

Celia había servido una copa de la bebida. La Señora me comento entonces que para eso quería mis panties usadas, que ellas mezcladas con verdadero jugo vaginal, serian usadas como ingredientes para preparar aquel licor, porque de casi todo es factible hacer licores y perfumes, inclusive de las partes privadas de las chicas.

Luego metió su mano bajo mi falda, por debajo de mi ropa intima y quito el chupete de mi concha......... El roce me produjo una oleada de placer........... Luego me dijo que aquel chupete era para otra cosa pero que lo pruebe un poco.

El chupete se había hinchado levemente. Su material de alguna forma absorbía fluido. Abrí mi boca y deje que lo meta en ella. Lo chupe como una infante. Era salado, marino, un indudable sabor a hembra, mi propio sabor a hembra en celo.

Entonces sentí el pinchazo de la aguja en mi cuello una vez mas. Me queje del dolor y La Señora sin dejar de abrazarme me beso la mejilla y me dijo que ya pasaría enseguida, que yo era su criaturita e iba a estar muy bien.

Celia miraba con ojos tan fogosos que si bien me excitaba no podía dejar de asustarme. Cuando la jeringa contuvo suficiente sangre la tomo de las manos de la Señora Nilda y procedió a descargar su contenido en la copa para mezclarlo con aquel licor.

Ahora la Señora emitía gemiditos y alababa mis senos hablándome muy suave en el oído. Metió lentamente sus manos desde los lados a mi escote para posar sus caricias directamente en la piel de mis pechos cuyos erectos pezones sentía llenos de electricidad.

Yo tenia mis ojos cerrados, me rozaba contra mi amada y ronroneaba como gatita mientras succionaba el obsceno chupete.

-Recuerdas que nunca mamaste cuando Bebe –empezó a decirme en alusión a una memoria falsa que ella había gravado en mi-....recuerdas como nunca pudiste mamar y la frustración que eso causaba en ti.....¿Y recuerdas porque era eso?.....

Yo traje aquella imagen desde el fondo de mi cerebro....Si ....recordaba porque era.....mi madre tenia por amante a la sirvienta de quince años de la casa.....aparentemente me negaba la leche a mi para dar de mamar por las noches a aquella morenita...

-¿Y recuerdas si alguna vez pudiste probar un seno femenino?

También recordé que una vez cuando aquella sirvienta estaba poniéndome los zapatitos percibí sus senos y pezones cerca de mi cara por lo abierto del escote del vestido y que en mi inocencia no dude en rodear sus pezones con mis labios y succionar con fuerza. La morena me aparto al instante y me dijo que yo era una bebe ya grande para mamar ,pero yo aun a mis cortos años pensé que ella era aun mucho mayor que yo y sin embargo lo seguía haciendo, y además, robando la leche que debía ser mía.

-Es increíble todo lo que recuerdas de tus primeros años –seguía hablando la señora mientras Celia bebía, miraba y pasaba despacio la punta de sus dedos en torno a sus senos -......pero también debes recordar quien era esa sirvienta quinceañera tan bella....

Yo me extrañe y abrí mis ojos para interrogarla con la mirada. En el espejo pude notar que me veía grotescamente tierna con aquel chupete en mi boca y acunada contra mi patrona.

Ella se rió y me dijo:

-Mi putita tonta....... Esa Sirvienta era yo.

Me quede en shock. Una vez mas en el día.

Pero me di cuenta que era cierto.

Ahora estaba mas madura. Se había vuelto una mujer elegante y sofisticada. Pero era ella. Ella era la morena de rulos que había estado compartiendo su cama con mi madre.

-Yo me acuerdo muy bien de vos mi bebita –me siguió diciendo-......siempre te quise mucho y me dolió cuando descubriste que tu madre prefería dar sus tetas para que yo chupe que alimentar a su propia hija.....pero yo también vivía ardiendo de deseo y tenia una obsesión enferma con mamar de una mujer........tu madre había descubierto eso y me propuso un trato........ella me amamantaría por las noches si yo le dejaba comer mi concha de adolescente.........Yo lo acepte y bebía de sus pezones y llenaba mi panza con su leche casi todas las noches, inclusive me bañaba en aquella leche y era tanta la calentura que me provocaba aquello que apenas tu madre posaba su lengua entre mis piernas los orgasmos se empezaban a suceder sin interrupción.

Yo estaba fría, en realidad golpeada ante aquella revelación. Pero ella no quería detenerse.

-Pero ahora que te he encontrado te lo quiero compensar......me he inyectado prolactina para dar leche....y quiero darte de mamar.......quiero llenar tu pancita y alimentarte para que seas sana y fuerte.

Dicho esto me hizo sentar en el escritorio y quito el chupete de mi boca. Luego, sin dejar de mirar con ternura directo a mis ojos, se abrió el escote del vestido y bajo un lado de su sostén para dejar al descubierto la teta mas hermosa que ha existido nunca. Yo la miraba con la boca abierta del asombro y los ojos saltones de la ansiedad.....Si, si que quería probar aquello.....me hizo acostar en el escritorio y luego ella se tendió a mi lado....pude notar que Celia reía y contenía su risa con una mano mientras sostenía su copa....pero a pesar de que sentía mucha vergüenza no me importo, lo que estaba por suceder realmente me importaba mucho mas......La Señora Nilda abrazo tiernamente mi cabeza con un brazo mientras con la otra mano tomaba su teta y me la acercaba a los labios.....

Succione con fuerza.

Dios.

De verdad tenia leche.

Y era deliciosa.

Sentí que oleadas de fluido manaban de mi concha. Mis piernas y brazos perdieron toda su fuerza y mi corazón latió con tanto ímpetu que pensé que saltaría de mi pecho. Y allí estaba yo mamando. Diecinueve años tarde, pero estaba mamando. De alguna forma aquella Morena me estaba devolviendo la leche que me había robado.

Sentía al liquido de mi diosa bajar por mi garganta y llenar mi barriga. Sentía los latidos de su corazón contra mi boca. Su perfume en mis narices, su aliento sobre mi piel......me acurruque contra ella y en un acto totalmente reflejo puse mi mano sobre mi concha y la empecé a frotar con firmeza mientras gemía despacio y succionaba, tragaba, chupaba, gemía, respiraba, olía y chupaba.

Y me moría de vergüenza.

Celia se reía ya a carcajadas pero no me importaba en lo mas mínimo. Ni siquiera me importaron cuando vi que se dirigía a la gaveta y quitaba una pequeña filmadora digital con la que empezó a grabar mi monótono y repetitivo acto.

Pero yo no pare de succionar. Es que es indescriptible el placer, la alegría que me llenaban al sentir mis labios estrecharse contra esos pezones y extraer alimento de ellos. De todos modos la Señora se estaba bebiendo mi sangre, ¿Porque no iba yo a beber su leche?.

Pero aquello no duro demasiado.

Celia tras un momento dejo la filmadora, bajo la copa y se acerco a mi Señora a la que empezó a besar apasionadamente en los labios.

Mi patrona entonces me empujo con tanta fuerza que rodé y caí del escritorio. Para cuando me incorpore las vi abrazadas y besándose con pasión.

-¡Vete afuera y espera mis ordenes! – me dijo Mi Señora con brusquedad y así lo hice mientras subía la pañoleta para que no se notaren las heridas en mi cuello-.

Tuve que dejar la puerta sin llavear y volver desorientada a aquel salón lleno de gente.

Estoy segura que mi expresión de confusión debía haber llamado la atención de gente mas sobria, pero en aquel mar de ebrios solo recibí nuevas miradas aun mas cargadas de deseo.....empecé a sentirme desolada......aquello aparentaba ser una gala con lo mejor de nuestra sociedad y en la practica era una sala del infierno, llena de demonios vampiros.....¿Cuántas de las chicas que estábamos allí o cuales de los muchachos no eran mas que juguetes de aquellas pérfidas bestias?.

Deseaba tener un orgasmo. Había pasado varios días ardiendo de deseo y de alguna manera me merecía el placer. Aquel salón estaba lleno de chicas de las cuales mas de una me tentaba, tenia a Romina en la cajuela del auto y el enorme travestí mulato a mi disposición durante la noche.....verdad que aun mantenía la ilusión de que mi Señora cumpla su promesa y abuse de mi aquella noche, pero los celos de verla con otra mujer sin darme participación hicieron nacer en mi una cierta furia vengativa cuya intención final no era sino brindar una excusa a mi promiscuidad.

En eso y desde cierta distancia note que mi Señora y Celia salían del despacho y tomadas de la mano atravesaban la masa de gente para salir del salón. Quise seguirlas pero en ese momento sonó mi celular y dado que solo podía ser Mi Patrona, me detuve para responderle.

-Yo ahora me voy –dijo para desesperación mía La Señora-, dentro de un rato puedes hacer lo que quieras....

Yo empecé a balbucear pero ella me corto con un tono fuertemente imperativo:

-¡Escucha Puta!, Tienes un auto, un enorme consolador en la cartera, una chofer que esta muy buena, una esclava en la cajuela y muchísimo dinero que te he estado dando.....si lo deseas puedes ir con todo eso a hacer la orgía lesbica mas grande del siglo en el prostibulo mas caro de la Ciudad. Así que ¡Cállate! y....y...y .! Meate!...

Entonces corto.

Mi cuerpo, programado para obedecer incondicionalmente a sus palabras, hizo exactamente lo que ella dijo. Al instante sentí mi vejiga aflojarse y el liquido caliente empapar mis bragas y chorrear por mis muslos camino al suelo mientras manchaba mi vestido y me llenaba de vergüenza frente a toda la gente.

Se me fue toda la temperatura del rostro, arrugue mi cara y sentí como el llanto surgía fuerte e involuntario.

Me quería morir.

Creí que me desmayaría pero de alguna forma entre mis sollozos desesperados y con mis ropas mojadas salí del charco que provoque haciendo frente a los crecientes murmullos y pidiendo a gritos lastimeros disculpas a todos mientras exclamaba que estaba enferma y que me disculpen.

Dios. Es la vergüenza mas grande que padecí en mi vida pero de alguna forma nadie mas lo comento después de aquella noche.

Corrí al tocador donde varias Señoras me preguntaron con pena si estaba bien. No abrí mis ojos para comprobar si me miraban con asco o con verdadera compasión. Mi vergüenza y sensación de suciedad eran demasiado intensas como para querer saber nada mas del mundo real.

La chofer mulata entro a aquel tocador con una caja. La caja contenía otro vestido, una muda de ropa interior y toallas......señal de que de alguna forma hacer que me mease frente a todo el mundo ya era un numero planeado en el espectáculo de la noche.

Entre a un cubículo donde había ducha y aun llorando empecé a lavarme. Antes de terminar apague la ducha y permaneciendo desnuda hice que la chofer penetrase conmigo a aquel cubículo.

La Señora dijo que podía hacer lo que quisiera, y lo que quería era tener un orgasmo.

Así que aun desnuda tome a la chofer con mis manos y le plante un ardiente beso en los labios.

La mulata se sorprendió. Su piel era suave pero algo diferente a lo que esperaba yo de una mujer. Su olor me resultaba exótico pero agradable. Finalmente cuando me respondió al beso y empezó a abrazarme tuve la completa seguridad de que ella era en realidad un hombre.

Nos besamos en silencio para que nadie sospeche lo que hacíamos y luego yo ansiosa abrí su uniforme y desprendí su camisa.....tenia senos si, muy bellos senos que empecé a acariciar temblando. La emoción, la expectativa y el ardor acumulado hacían que en mi concha se empezase a decantar una maravillosa y demorada sensación de placer...tome la mano del travestí y la apreté contra mi vagina.....luego coloque su otra mano entre mis nalgas y le dije que me sobara el culo y mi raja húmeda....

Lo empezó a hacer con mucha suavidad. Su mano era fuerte y dura pero poseía una indudable practica en el arte de masturbar mujeres.

Yo empecé a besar su pecho, su senos y a lamer el sudor que tenue afloraba en su oscura piel. Fui descendiendo hasta el pantalón, lo desprendí y baje aquella prenda al mismo tiempo que su ropa interior.

Afuera escuchaba los movimientos de mujeres que entraban y conversaban en aquel tocador, ajenas al experimento sexual que yo llevaba a cabo con aquel travestí a escasos centímetros de su banal charla.

Porque la mulata, tal como yo lo supuse, tenia un erecto y enorme pene oscuro que a centímetros de mi nariz desafiaba al mundo como la espada ardiente de un serafin.

Se me hizo agua la boca pero mis mórbidos deseos pretendían otra cosa mas.

Las partes intimas de aquel engendro olían realmente apetitoso. Era a pesar de la naturaleza un aroma distinto al de verdaderos hombres y autenticas mujeres, creo que era el legitimo perfume de la depravación.

Pero por ello mismo yo quería de el, ella, otra cosa. Así que le gire despacio y vi su enorme y firme culo contra mi cara y su carita morena contra la pared. El ser me miraba con curiosidad con aquellos ojos miel mientras yo empezaba a lamer la parte baja de su espalda y descendía a lengüetazos cortos mi boca por entre sus nalgas. Pronto mientras nos mirábamos la cara de placer que puso le hizo entrecerrar sus ojos y abrir la boca. Gracias a Dios no emitía ruido alguno porque yo no quería ser descubierta en aquel lugar haciendo ninguna cosa.

Nunca en mi vida yo me había comido un culo, y me pareció extraordinaria la idea de que el primero que pruebe sea el de un travestido.

Y fue un manjar. Me sentí realmente dichosa al contacto de las membranas de su ano contra mis labios y mi lengua, al verme con el rostro hundido entre sus nalgas que se balanceaban despacio, y al respirar su embriagador y exquisito aroma. Tome con una de mis manos sus pene y lo empecé a masajear mientras le chupaba el culo....... El travestí se movía con deleite y desde mi vagina empezaban a crecer las sensaciones cautivantes de un orgasmo cuyos espasmos previos me estremecían al punto de que dudaba que pudiese soportar el clímax final.

Yo estaba desnuda y las ropas del travestí todas abiertas estaban en torno a el.

El solo pensar como se vería aquello me estaba por llevar a la locura.

Pero como mi destino parecía ser la frustración, el celular del travestí sonó con el aviso de que había llegado un mensaje. Mientras el me apartaba, lo leía y lo respondía, yo quite el consolador de la cartera y sin ningún preámbulo lo introduje en mi concha hambrienta.

Je, je. El orgasmo fui automático........y maravilloso.

No lo describiré. Fue tan intenso, tan bello y duro tanto tiempo que quiero guardar su recuerdo para mi sola.....me dejo sentada largo rato en el suelo con mis piernas abiertas y mis manos sobre mi sexo o dando mis dedos a que mi boca chupe para evitar que surgiesen de ella gritos de gusto.

El travestí me dejo hacer y tras un rato al ver que yo me estaba adormilando me indico que me vistiese y así lo hizo el mismo.

Mis ropas anteriores fueron arrojadas a un tacho de basura y yo ya engalanada una vez mas, salí de aquel tocador para dirigirme directo al estacionamiento.....no iba a extrañar aquel lugar siquiera un poco......

Llegue junto al auto y quise comprobar que Romina aun estuviese viva. Abrí la cajuela y ella me saludo con cordialidad. La hice bajar de allí y le bese muy tiernamente los labios. Estaba sudada pero su aliento y su sudor sabían realmente bien, me di cuenta que jamás el travestí podría satisfacerme como ella.

Le quite la correa de dominación que llevaba y abrazándola le dije que la había extrañado.

-Yo también quería volver a verte –me dijo ella emocionada y respirando rápido,..... y luego mirándome con amor agrego: - ¿Has estado recibiendo mis flores, Verdad?

Yo quede boquiabierta y solo atine a exclamar un sorprendido ¿Qué?.

-Te estuve enviando flores todos los días –me dijo-.....y poemas que yo misma te escribí.......al día siguiente de estar contigo te envié una canasta de desayuno......

Lo único, lo mejor que atine a hacer fue abrazarla aun con mas fuerza y estampar mis labios contra los suyos.