Reunion de Colegio
Cuando se cruzan miradas desconocidas no sabes que tan intenso puede ser el encuentro de los cuerpos
Reunión de Colegio.
Esto que voy a contarles es algo que surgió en mi imaginación a raíz de conocer a una personita que leía mis relatos y al estar lejos no podemos concretar un encuentro, pero si puedo imaginarlo.
Ese chico se llama Salvador y es abogado, profesión que conlleva una vestimenta más que excitante para mí.
Los hombres con pantalones de vestir y camisas con corbatas o trajes son bastante atrayentes. Pero vamos a nuestro encuentro.
En un día de lluvia con bastante frió, tengo que salir a hacer unos tramites a uno de los colegios donde doy clases.
Como era una entrevista formal con la directora fui vestida con una ropa bastante incomoda para mi.
Llevaba un pantalón negro, una camisa también negra de seda, zapatos altos y un saco de cuero también muy formal. Ropa de ejecutiva mas que de profesora de Educación Física, de ahí mi incomodidad.
El tema es que yo llego al colegio y me dirijo a la Dirección, golpeo y me indica que pase la directora.
Estaba sola y me dice que esperemos unos minutos que el abogado estaba por llegar. Mientras me va adelantando sobre lo que me quería informar; un asunto relacionado con la responsabilidad civil en mis clases.
En pocos minutos más, golpean la puerta y entra el abogado.
Yo estaba de espaldas y la primera impresión que recibí fue un perfume tan varonil como sensual.
Se acerco a mí y se presento, nunca lo había visto ya que era nuevo en el colegio.
Al tomar su mano para saludarlo sentí que eran muy suaves y supe que esa piel maravillosa estaría en toda la extensión de su cuerpo.
Salvador, así se llama, era un trigueño de 1,82, pelo castaño claro, ojos del mismo color y un cuerpo bien trabajado por el deporte.
Además de ser una escultura de hombre traía puesto un traje negro con camisa blanca y una corbata lila que le quedaba espectacularmente bien.
Yo me quedo atontada al ver semejante hombre y el muy simpático me sonrió al presentarse, dándose cuenta de cómo lo miraba.
Comenzaron a explicarme entre los dos el asunto y yo solo lo miraba a los ojos y estaba fantaseando como seria esa piel debajo del traje.
El se dio cuenta que yo lo miraba mas interesado en su persona que en lo que me explicaban.
Así que como todo seductor se paraba y se acercaba a mí, rodeando el sillón donde yo estaba sentada. De vez en cuando rozaba mi hombro con su mano y esparcía su perfume a mi alrededor como si quiera emborracharme con el.
En un momento llaman a la señora Directora a un salón y nos pide que la disculpemos, que en 10 minutos volvía y que sigamos los dos con el asunto.
Yo no podía creer mi suerte, ahora lo tenia solo para mi y no tendría que disimular mas
El siguió en su actitud de seductor pero ahora yo cambie los papeles.
El se sentó en un sillón próximo al mío y entonces aproveche y me levante, ahora yo lo rodeaba haciéndole preguntas tontas que el no tengo idea que contestaba porque no lo escuchaba.
En un momento me pare frente a Salvador y dejando de lado todo decoro y profesionalidad me acerque a su cara y le dije, mirándolo a los ojos, que me fascinaba su perfume.
El sin más rodeos me dio un beso de golpe
Yo no tarde en contestarlo, el me tomo por la cintura y me hizo sentar sobre el.
Ahí enfrentados nos disputamos en una batalla de besos intensos y las manos de los dos no tenían piedad del cuerpo del otro.
Salvador se paro conmigo sentada sobre el y me apoyo contra una mesita de adorno que había contra una pared en la dirección, mientras sus manos se apresuraban a desprender mi pantalón.
Yo hacia lo mismo con el suyo mientras no dejaba de besarlo, morder suavemente pero intensamente sus labios y recorrer su cuello con mi lengua de vez en cuando.
Salvador me saco el pantalón al mismo tiempo que yo baje el suyo, encontré un pene tan duro como caliente, estábamos muy excitados y era una batalla de dos desconocidos que se querían comer.
Intente separarme para bajar y disfrutar de lamer y chupar su pene duro, suave, caliente y brillante pero no me dejo. No había tiempo y la necesidad era otra
Me apoyo contra la pared y sosteniéndome las piernas rodeándolo me penetro con mucha fuerza y de golpe.
Mi cosita estaba muy mojada y angustiada por no tenerlo dentro.
Lancé un gemido cuando me la metió de golpe y el otro por el alivio que sentíamos los dos.
Inmediatamente comenzó a bombearme con fuerza y muy rápido. Yo golpeaba con mi espalda contra la pared y me había apoderado de su boca besándola mientras podía ya que me estaba cogiendo de tal forma que no podía dejar de gemir.
Fueron unos minutos muy intensos donde yo me aferre a el con mis manos, seguramente le deje las marcas y el apretaba mis piernas para sostenerme a la altura adecuada para ensartarme de la forma que lo hacia.
Cogimos como dos animales salvajes, como si hiciera años que no lo hacíamos. Su perfume seguí excitándome tanto Y en cualquier momento retornaría la Directora.
Al cabo de unos minutos los dos no soportamos más y acabamos con un orgamos simultáneo y explosivo que hacia rato no tenia.
Nos separamos, nos vestimos, nos acomodamos y sin palabras intermedias nos sentamos uno en frente del otro mirándonos como no pudiendo creer ninguno de los dos lo que habíamos hecho.
En ese momento sentimos que se acercaba la Directora y entra al despacho. Nos encuentra en silencio y da como entendido que habíamos acabado el tema.
Justamente habíamos acabado, pero no el tema
Salvador se paro, se despidió de la Directora, luego de mi con un apretón de mano y se retiro.
Yo me fui a mi casa luego y en el camino venia pensando en lo que había pasado y sin poder creerlo.
Bueno espero que te guste Salvador, y te espero por mi colegio para que me expliques nuevamente