Reunión 1: Despedida de soltero/a
Una despedida de soltero/a como se debe hacer
El mismo día que recibí la carta de Juan llame a mi jefe, pedí una semana de vacaciones a principio de junio, no le hizo gracia, pues no hacia ni un mes que me habían hecho fijo. Mi amigo Juan se casaba, un año antes me tuve que perder la boda de otro amigo mío, Manuel. Pedí una semana porque Juan quería que estuviera para la despedida de soltero.
Una semana antes de la boda, el sábado por la mañana, llegue al hotel donde se iba a hacer la fiesta tras la boda, reserve una habitación, la familia de los novios, mejor dicho de la novia que eran de fuera, también tenían reservadas habitaciones.
Juan vino a buscarme al hotel, íbamos a comer en un restaurante de la ciudad, y me presentaría a su novia, Catalina, también estaría Manuel con su mujer, a la cual no conocía. Durante la comida me contaron los planes para la despedida, me fije en Catalina era una joven mona , físicamente era delgada, no muy alta, y pechos pequeños. En cambio la mujer de Manuel tenia el pelo castaño tirando a pelirrojo, físicamente solo podía decir que era alta, estaba embarazada, por eso sus pechos parecían dos cantaros, no sabía si antes de quedarse embarazada tenía buen físico.
Después de la comida nos retiramos a descansar, tras descansar salí a dar una vuelta, me encontré con Pedro, el otro colega que estaría en la despedida y boda. Por la noche me recogieron y fuimos de fiesta. Éramos un montón de personas, un total de diez, el padre de Juan, el de Catalina, el tío de Catalina, y el resto éramos amigos de Juan. Primero cena en un restaurante, después a una disco, a las 3 de la mañana solo quedábamos Juan, Manuel, Pedro y yo. No sabíamos que hacer, íbamos en el coche de Juan, y nos llevo a otra sala de fiestas, la sorpresa es que allí estaba la novia, al igual que nos había pasado a nosotros, habían quedado solo seis mujeres:
- la novia, Catalina, 22 años,
- la madre de la novia, Úrsula, una mujer que rondaba los 40-45 años, a diferencia de Catalina, llena de curvas a pesar de sus años y unos pechos grandes, algo caídos.
- la tía de la novia, Violeta, el marido había estado con nosotros, hermana pequeña de Úrsula, físicamente no tenia las curvas de Úrsula, pero si mas que Catalina, los pechos más grandes que Catalina, más pequeños que Úrsula pero más firmes, entre 35-38 años,
- la hermana de la novia, Zoe, más pequeña que Catalina, 20 años, en su juventud tenía un cuerpo de modelo, medidas casi perfectas según los estándares y alta,
- Valeria, 22 años, amiga de Catalina, era italiana, y parecía un calco de Catalina, un poco más alta, pero no mucho, delgada y con pechos pequeños.
- Rosaura, 23 años, amiga de Catalina, casada pero su marido solo vendría a la boda, tenía una habitación en mi hotel. Físicamente era la antítesis de Catalina, era rellenita, alta, con pechos redondos y firmes.
Estaban las seis en pleno apogeo de la fiesta, y la que más estaba era Violeta, la tía de Catalina, estaba enchufada. Nos sentamos entre ellas, dio la casualidad que yo cayese entre las dos hermanas Úrsula y Violeta. Me fije en todos, era curioso las relaciones personales, Zoe, la hermana de Catalina le estaba intentando tirar los tejos a Manuel, y este pasaba de ella aunque estaba muy fijo de lo que hacía Valeria, está a su vez estaba muy pegada a Pedro, y este como siempre estaba en su mundo, miraba mas a la rubia de la mesa de al lado, que a las mujeres de nuestra mesa.
Note que una mano se posaba sobre mi muslo y seguidamente en mi paquete, era la mano de Violeta, la mire y me guiño el ojo, intente disimular, pero ella no la quito al contrario seguía sobándome. Tenía que buscar la forma de zafarme de ella, me levante indique que iba al servicio.
En el servicio lo único que hice fue refrescarme y perder tiempo, al salir del servicio, sentí como me agarraban del brazo, era Violeta.
- “Ven, acompáñame” dijo Violeta
Me arrastro al servicio de féminas, me metió en uno de los departamentos, se me echo encima, me beso. Una vez pasada la sorpresa, no me quede quieto si Violeta quería marcha se la iba a dar. Se agacho, me bajo la cremallera, y hurgo dentro de la bragueta, hasta que pudo sacarme la polla, comenzó a chuparme la punta, para terminar comiéndosela, metiéndosela entera dentro de la boca, incluso le llego a dar arcadas.
- “Siéntate, estoy muy caliente, no puedo más”
- “¿Tu marido?”
- “Que pasa con él”
- “No te da caña”
- “Si muchas veces, pero no está aquí” dijo pasándose la lengua por los labios faciales .
Se subió la falda, dejándome su tanguita, tire del tanga rompiéndolo.
- “Bruto, y que me pongo yo ahora”
- “Que te parece mi polla” dije sonriendo
- “Buena idea”
Se abrió de piernas, y se sentó en mis piernas, juntamos las bocas desesperadamente, nuestras lenguas se encontraron, quería acercarse para que la penetrase, no la deje, puse mi mano, por delante, acaricie su clítoris, sus gemido quedaban ahogados en mi boca, con la otra mano acaricie sus pecho primero por encima de la blusa, y después por encima del sujetador, para terminar agarrando sus pechos y pezones.
Saco sus manos de detrás de mi nuca, se desabrocho la blusa, y se bajo el sujetador, quedaron las tetas al alcance de mi boca, no lo desaproveche, agarre con la mano un pecho, mordisquee su pezón, estaba jadeando, fuera una mujer dio dos golpes a la puerta.
- “¿Se encuentra bien?”
- “Muy bi…en” estaba a punto de alcanzar el orgasmo
- “¿Pero qué le pasa?” pregunto la mujer del otro lado
En ese momento quite mi mano de su coño, la cogí de la cintura y la atraje hacia mí, ella agarro mi polla para que entrara en su vagina, nada más entrar alcanzo el orgasmo, y le contesto a la mujer de fuera.
- “Que me están jodiendo, bien jodida”.
- “Puta” dijo la mujer de fuera
Violeta con toda mi polla en su vagina y en pleno orgasmo, no le importaba lo que pensara aquella mujer, ni ninguna mujer, por eso le contesto jadeando.
- “Que mas quisieras ser tu esta puta”
Fuera se escucho un murmullo, síntoma que había mas mujeres fuera, tan excitada estaba que llego a un nuevo orgasmo, se dejo caer sobre mí, mi polla seguía dura dentro de su chocho.
- “No he sentido tu leche caliente”
- “Porque aun no he llegado”
- “Ya veo, aun la tienes dura, la siento dentro de mí, parece más grande”
Se levanto y se dio la vuelta, se agacho, dejando que le viera su ano y su rajita rezumando flujo vaginal.
- “Escoge por donde quieres meterla” me dio a elegir Violeta, si quería encularla
Puse mi polla entre sus labios vaginales, y con un movimiento rápido hice que se sentara, empalándola, fue una penetración dura, como ella quiso, soltó un grito.
Desde fuera se escucho como hablaban.
- ¿Qué ha pasado” pregunto otra voz desde fuera
- “Me sentado sobre su polla…, me ha entrado hasta el fondo…, su polla recorre una y otra vez mi vagina” dijo entre gemidos y jadeando
Parecía que estaba relatando un evento deportivo, entra, sale y penetra …y la metió . Eso hizo que me excitara de tal forma que eyacule chorros de leche, ella en ningún momento se aparto siguió empujado, sintiendo mi leche calentita en su interior, y siguió alcanzando otro orgasmo. Se quedo empalada durante unos minutos. Cuando se levanto su coño estaba chorreando, cogió unos pañuelos de papel y se limpio, me miro y sonrió.
- “Haber como explicas que te has meado en los pantalones”
Tenía razón, tenía los pantalones, pues no me los había quitado, mojados. Intente secarme, y lo conseguí pero quedo el pantalón manchado. Fue ella la que me cogió la polla aun fuera, me la limpio y volvió a meterla en su sitio.
Unos minutos de relajación, y salimos, fuera nos esperaban al menos 10 mujeres, una estaba enfadada el resto sonreían, supongo pensando que le habría gustado ser ellas las que saliese del reservado, pero no me miraban a la cara sino a la entrepierna.
Me metí en el servicio de caballeros, humedecí trozos de papel higiénico, para pasármelos por las manchas. Cuando volví a la mesa ya estaba Violeta sentada, en ese momento pensé: No tiene el tanga, su coño esta al aire , eso hizo que me pusiera nuevamente cachondo, y la polla dura, lo mejor era irme.
- “Lo siento, pero estoy cansado me voy al hotel”
- “Quédate y luego te llevo yo” dijo Juan
- “No hace falta, cogeré un taxi, gracias”
- “Vale, pero hazme un favor” dijo Juan
- “Si que quieres”
- “Catalina está cansada, y como esta en el mismo hotel, como vas para allí la acompañas”
- “Por supuesto, Catalina, vienes”
Catalina se levanto, y se vino conmigo, Juan nos acompaño, fue el que paro un taxi, entre en el vehículo, se despidieron con un beso largo y Catalina también entro.
Íbamos callados, y de pronto le iba hacer una pregunta y ella también comenzó a hablar
- “Tu primero por favor” dije yo
- “No tu, que ibas a decir” dijo ella
- “Por favor, tu”
- “Vale, ¿Cómo te has hecho esas manchas?”
Tenía que preguntar precisamente eso, las dichosas manchas, estuve a punto de decir es del coño de tu tía , pero no lo dije.
- “Es agua de refrescarme”
Ella no quedo muy convencida, y sin cortase paso los dedos por encima de las manchas, y se olio los dedos, y los chupo.
- “Esto no es agua, es …” de pronto se dio cuenta de lo que era “… ¿de quién?”
Ante mi silencio, ella pensó y de pronto le llego la luz.
- “Tía Violeta, cuando vas al servicio ella fue detrás de ti, y para una meada no se tarda tanto”
- “Tú lo has dicho, yo no he dicho nada”
Llegamos al hotel, nos bajamos, y fuimos a nuestras habitaciones, la casualidad había hecho que estuviéramos en la misma planta. Su habitación estaba antes, nos despedimos en la puerta de su habitación.
Entre en mi habitación me desnude, toda la ropa la puse a un lado, el hotel tenia lavandería. Pensé en ponerme el pijama, pero en la habitación hacía calor, así que destape la cama y me deje caer encima. Pensando en Violeta estaba a punto de dormirme, cuando sonaron unos golpes en la puerta, pensé seria el viento, pero se volvieron a repetir, ¿Quién podía ser? Seria alguno de los chicos para gastarme una broma, así que los sorprendería yo, abrí la puerta tal y como estaba, desnudo con la polla tiesa.
Resulto que no eran ellos, era Catalina, no sé quien se sorprendió mas, ella, al verme desnudo o yo al verla a ella allí, me quede paralizado y ella también, mirándome la polla.
- “Puedo pasar”
- “Si, claro”
Me aparte a un lado, ella entro sorteándome, pero aun así me rozo la polla.
- “¡Perdona!”
- “Espera, me voy a poner algo”
- “Para que, ya no puedes ocultar lo que ya te he visto” dijo sonriendo
Entonces me fije en ella llevaba puesto un camisón, de tirantes y por encima de la rodilla. Se marcaban sus pezones, no llevaba sujetador.
- “Pero es incomodo, yo desnudo y tu…” realmente la estaba provocando, había venido a mi habitación, ¿Para qué?
- “Si eso te incomoda, la solución es…” se quito el camisón.
Se confirmaba, las tetas eran pequeñas, pero muy firmes, y los pezones estaban erectos, quito las bragas.
- “Ya estamos en igualdad de condiciones”
- “Que quieres”
- “Quiero tener una despedida de soltera en condiciones”
- “En condiciones”
- “Yo quería ir a un local de boys y rozarme con uno de ellos, despedir mi soltería, pero…”
- “Y yo que tengo que ver”
Estábamos hablando uno frente al otro, se arrodillo, me cogió la polla que tras haberla visto desnuda se había puesto dura y grande, la acaricio, me la meneo, se metió la punta en su boca, y sentí como su lengua acariciaba mi meato urinario (la rajita de la punta de la polla), su saliva se mezclaba con el liquido pre seminal, haciendo que se lubricara mi polla. Se separo de mí.
- “Ya sabes lo que quiero, y ¿Tu qué quieres?”
- “Después de lo que has hecho quiero lo mismo que tu, túmbate en la cama, y abre las piernas”
Me hizo caso, se tumbo en la cama, la mire un instante, pensando que le voy a hacer. Me acerque a ella, acaricie su barriga y baje, hasta llegar a su vello púbico, jugué con los rizos, me arrodille en la cama, pase la pierna al otro lado de su cuerpo, me eche hacia tras para que mi polla quedase a la altura de su boca, baje un poco y mi polla entro en su boca, ella comenzó a chupar, y lamer. Por mi parte me apoye en sus piernas, abriéndolas más, acaricie con los dedos su clítoris, y sus labios vaginales, baje mi cabeza y comencé a comerle el coño, y los dedos entraban y salían de su vagina su excitación era tan grande que se trago mi polla por completo, le dio una arcada, se la saco.
- “Fóllame, mete tu polla en mi coño, quiero sentir la polla dentro no los dedos”
Porque no, yo tenía mi polla lubricada y ella el coño muy húmedo, me levante y me metí entre sus piernas, puse mi polla en la entrada de la vagina, lentamente se la fui metiendo, jadeaba y gemía de placer, cada vez más fuerte, hasta llegar al orgasmo.
- “Quiero llegar al matrimonio totalmente desvirgada”
- “A que te refieres”
- “El culo, quiero que me la metas por el culo”
- “Juan no te la ha metido” me extrañaba conociendo a Juan que no lo hubiera hecho.
- “Varias veces lo ha intentado, pero no ha podido, quiero darle una sorpresa la noche de bodas, inténtalo, no tienes vaselina”
- “No hace falta”
- “No podrás, Juan con vaselina no pudo”
- “Déjame hacer a mí, ponte a cuatro…” no tuve que terminar ella ya se estaba colocando
Hice que levantara un poco el trasero y abriese bien las piernas, se la metí por el coño.
- “Por el culo, no por el coño”
- “SSSSSSSSSS, luego cuando este excitada”
- “Ya lo estoy”
- “Mas, mucho más”
Dejamos de hablar y seguí bombeando con mi polla su coño, a la misma vez comencé a meterle un dedo por el ano, lubricando con los mismos líquidos vaginales, después dos dedos, mas tarde tres, con las dos manos, dos dedos de una mano y otros dos de la otra.
- “Estoy a punto de llegar otra vez”
Saque la polla de su coño, pero lo seguí acariciando, introduciendo los dedos de una mano en su coño, y los dedos de la otra mano en su ano, puse mi polla en la puerta de ano, y justo cuando alcanzaba el orgasmo en pleno orgasmo se la metí por el ano, despacio al principio, los gemidos de dolor se entremezclaban con los de placer. De pronto se la metí entera, grito de dolor, pero ella misma comenzó a moverse, y de pronto me corrí, sintió mi leche dentro, al sacarla desparrame parte de mi leche por su trasero. Nos quedamos dormidos en la cama abrazados, y mi polla apoyada en su culo.
A la mañana siguiente, me desperté, Catalina, estaba a mi lado. La desperté al meter mi mano en la entrepierna de ella. Miro el reloj.
- “Mierda, he quedado con Juan por la mañana, si no voy vendrá él”
- “No quieres uno rápido en la ducha”
Miro mi desnudez, miro el baño, se había puesto el camisón y se estaba poniendo las bragas.
- “Hasta la boda hay muchos días”
Salió de la habitación no sin antes mirar al pasillo a un lado y a otro. Viéndola salir pensé: tiene razón hay muchos días, ¿Como le habrá ido a los otros?.