Resignado al taller (Visto desde el otro lado)
Si leiste "Resignado al taller", no puedes perderte la misma historia, pero contada por el otro tio, el que estaba sentado en el coche. Disfrútalas.
Me quedé sentado en mi coche pensando lo mierda que es la vida, lo que las mujeres me habian hecho sufrir durante mi vida y la gran rabia que me daba el pensar todo el tiempo perdido por amarlas, no creo que me mereciera eso, creo que la vida tiene cosas más bonitas que el estar siempre sufriendo por ellas.
Ya llevaba alli unas cuantas horas, pensando en mis problemas, amargado, puse la radio, me puse a escuchar musica, abrí la puerta de mi coche para renovar un poco el aire viciado de mi último cigarro a punto de terminarse y vi por mi retrovisor a un tipo que venía hacia mí, supuse que iba a pasar de largo, pero vi que no, que venía directo a donde yo estaba ¿qué cojones querría?, ya acercándose mucho, le escuché que me decía "¿hola?¿perdon?", total, que me tocó salir del coche a ver qué demonios quería ese tio.
Salí del coche mirándole, era un chaval bastante joven, de unos treinta y pico, delgado, pelo corto y castaño, con cara de jovencito, le contesté sonriéndoe forzosamente: "dime", y va y el chaval no se le ocurre más que preguntarme si había una peluquería por allí, yo flipaba, ¿pero de qué va éste chaval?, déjame en paz y piérdete, pensaba, le contesté "ey lárgate chaval", pero él me insistió en quedarse para hablar un rato, no me cabía duda que aquel tio estaba perdido y que quería rajar un rato, y yo que estaba tan a gustito solo, pensando en mis problemas y ahora aquel chaval a dar por culo, me dijo que había discutido con su mujer y no se qué, yo pensé, vaya, lo que me faltaba, no tenía yo bastante y encima ahora éste con sus historias también, resignado, le dije: "venga siéntate".
Dió la vuelta al coche y abrió la puerta de su lado, se sentó, ví como se quedaba mirando el interior de mi buga, ya sé que no lo había limpiado nunca, ¿y qué?, era mi coche y podía hacer con él lo que me diera la real gana. El chaval se quedó mirando al horizonte, mudo por unos instantes, supongo que sorprendido de lo que estaba haciendo, le pegué una última calada a la colilla del cigarro y lo lancé al medio de la calle, entré en el coche y cerré la puerta, "¿que ha pasado?, cuentame", y el chaval se esplayó contándome sus problemas sentimentales, estaba claro que el chaval no sabía muy bien por donde tirar con su vida, le miré su cuerpo y la verdad es que no era un tipo muy machote, más bien afeminado, sus brazos tenian bello rubio pero a penas se veía, muy fino, su cara sin sintomas de vello de barba, y sus patillas a penas se le alargaban hasta poco más de sus mejillas, era más femenino que masculino, por un momento pensé, a éste tio lo ponía yo a cuatro patas y le dejaba su culo como un rollito de primavera.
¿Y de sexo?¿cuanto tiempo hace que no follais?, mi pregunta sabía que iba a ser de calado profundo, pero seguro que acertaba, se quedó el chaval inmóvil, pensé, a ver si este tio iba para cura, pero al poco rato, me contestó que la vida matrimonial era una puta mierda. Yo le sonreí, aquello creo que lo tenía fácil, empecé a pensar en qué cojones, ¿por qué no intentaba montármelo con aquel chaval?, iba a molar follarme su culito, nunca antes había hecho nada igual, siempre habia tenido sexo con todas las mujeres que habia conocido, algunas más machorras que otras, en la actualidad con mi novia, que muy bien, su coño lo tenía siempre bien cumplidito, pero con un tio, la verdad es que no lo había ni imaginado el probarlo, eso si, a mi mi culo, cerradito a cal y canto, que sólo ha sido diseñado para evacuar, pero el atravesarle con mi verga a aquel chaval lloricoso y cabizbajo, me iba a rellenar de moral.
Estuvimos riendonos un rato y pensé en empezar a darle un poco de calor a aquella amistad forzosa, así que me decidí a tocarle, le puse mi mano derecha sobre su pierna izquierda para sopesar un poco su carne, tenía buenas piernas, se la apreté, le pellizqué su piel a través de los vaqueros que llevaba y comencé a subir por su pantorrilla buscando su entrepierna a la que llegué enseguida, le dije "sabes, .... a lo mejor lo que tendrías es que probar otras experiencias", sabía que se iba a quedar parado, así fué, se quedó inmovil por unos instantes, pero yo proseguí con mi discurso "sí, si quieres podemos hacer algo para que liberes toda esa tensión que llevas dentro, pero, sin mariconadas, ya me entiendes", le alcancé su entrepierna, le sopesé su paquete, aunque poco podía diferenciar con la dura tela de los vaqueros, le apreté un poco para notar lo blando de sus partes íntimas, él me intentó apartar de mi sobeteo, pero yo insistía y un poco forzosamente no le dejé, lo cual le hizo ponerse un poco nervioso.
Me dijo que se iba, que le dejara en paz, yo le miraba con cara de vicio, había empezado a calentarme tocándole su entrepierna, la verdad es que me habia embalado bastante, "vamos chaval, anímate" le dije, entonces vi que no le desagradaba tanto aquella situación, que fácil fue convencerle, yo creo que se resignó y empezó a dejarse llevar porque sin decirle nada más, me soltó mi mano para dejarme hacerle lo que quisiera sin mayor impedimento. Qué culito le iba a dejar a éste tio... no hacía más que pensar en ponerlo a cuatro patas, me estaba poniendo cachondo, empecé a pensar si es que me había equivocado de tendencia sexual y que por qué hacerle aquello a otro tio me estaba gustando tanto o más que acariciarle el coño a una mujer, noté como su paquete empezaba a dar síntomas de engordura, lo que me hizo calentarme aún más, porque estaba dando efecto mi sobada...le dije: "¿has visto como te gusta que te lo haga otro tío?" el me asintió, aquello lo tenía encarrilado, yo miraba su paquete, le comencé a subir la camisa, quería verle su polla, quería contemplarle su mástil bien empinado, me amorré a su ombligo, con bastante pelo alrededor de él, y fui a desabrocharle el pantalón poco a poco, él me facilitó mi faena porque levantó su culo para poder bajarle aquellos pantalones...
Olisqueando y baboseando aquella barriguita, fui bajándole sus pantalones contemplando sorprendido que el vello de su pubis era una fina y despoblada línea de pelo muy cuidada. La piel de alrededor estaba muy bien depilada, me dediqué a pasar mi lengua por aquella limpia y muy suave zona, olia muy bien, parecía hasta mentira que la zona sexual de un tio pudiera oler mejor que el coño de mi novia, le dije: "ostias tio, ¿que limpito estás no?, si no tienes ni un solo pelo en los huevos!!", él me contestó que le gustaba cuidarse, la verdad es que no me cabía la más mínima duda de que se cuidaba sus partes, le toqué sus pelados huevos, estaban muy suaves, su enorme polla empinada se descapulló al estirarle la piel de sus huevos hacia abajo, emergiendo su gordo y palpitante rosado capullo.
El empezó a bajarse más los pantalones hasta llevárselos a sus tobillos, así se pudo abrirse más de piernas, me preguntó mi nombre, le contesté y comencé a apretarle uno de sus huevos para ver bien su testículo, ponérselo brillante y rebentón, no tenía ninguna intención de chupársela, aunque sé que él lo estaba deseando y seguro que pensándolo, pero me gustaba tocarle los huevos, yo me lo hacía muy a menudo con mis pelotas, además con aquellas bolas tan depiladas iba a molar aún más, se lo repetí con el otro también, jugaba con sus huevos palmeteándoselos, estirándole de su pellejo testicular hacia abajo para dejarle bien pelada su polla, quería que se fuera tumbando inconscientemente al tirarle de sus huevos, y lo fui consiguiendo, quería verle su ojal, si tenía sus pelotas depiladas, ¿como tendría su agujerito trasero?...
Conseguí que se quedara tumbado boca arriba, le levanté las piernas junto con sus pantalones apoyándoselas sobre su cara, le hice que se las sujetara con sus manos y de esa manera podía contemplar plenamente su rajita anal, que allí estaba, bien a la vista, sin ni un sólo resto de vello, estaba realmente flipando con aquel tio, tenía su culito más liso, suave y blanquito que el de mi chica, le dije que se aguantara en aquella postura, que me gustaba verle su ojete, y fui directamente a hacerle una foto con mi movil, quería quedarme con un recuerdo de aquel ojete tan sabrosón, cerradito a cal y canto, limpio y deseoso de ser atravesado por una buena polla, le hice varias fotos.
Dejé el movil con sintomas de poca batería, y me dispuse a lubricar aquel agujerito que iba a ser sólo mio, ya me lo estaba imaginando abierto para mi, y por mi, me metí el dedo indice en la boca para babosearlo, huntarlo bien en mi saliva, mientras el me decía que qué iba a hacer, jajaja, que preguntas, le contesté: "tú déjate llevar", y le empece a refregar mi dedo sobre aquel cuidado ojete deseoso de polla. Al posarlo y comenzar a huntarle mis babas lo apretó, aquello me encantó, me lo imaginaba aprentando mi polla, ya gozaba de gusto de sólo pensarlo, quería follármelo cuanto antes mejor, volví a huntarlo de saliva con mi dedo indice dejándolo bien brillante, rodeándolo una y otra vez, y con decisión, puse la punta de mi dedo en el agujerito y lo fui metiendo poco a poco pero con decisión aunque no entraba, cuando él me dijo que qué hacía, evidentemente le contesté con un poco de mala ostia: "cha joder, no te preocupes, si te va a encantar, déjate llevar, cara cojones".
Le encantaba lo que le estaba haciendo, además vi como su polla se le quedaba mustia sobre su barriga, estaba concentrado en su culito y su polla ya no era lo importante.
Volví a lubricarme el dedo nuevamente para posarlo otra vez en aquel deseoso agujerito y poco a poco sentí como me dejaba paso su esfinter que tanto había mantenido apretado para evitar mi entrada, yo le dije que se relajara, que vería el cielo conmigo, y el me contesto que por qué le hacía eso.
Empujaba mi dedo poco a poco sintiendo la relajación de Jorge cuando al fin pude deslizarlo hacia su interior clavándolo todo su recorrido hasta el tope de mi mano, Jorge sollozó de gusto diciéndome "¿que me haces?", yo sabía que le estaba encantando y le dije: "¿te gusta eh maricona?", estube con mi dedo al tope urgando en su interior y poco a poco lo volví a sacar para follárme poco a poco su culo con mi dedo y abrir el paso lo justo para poder surcarlo después con mi rabo, él me incitaba para que se lo volviera a clavar, cosa que no dudé en repetir una y otra vez, la verdad es que ahora entraba y salía con suma facilidad, por unos instantes se lo saqué del todo, quería saber qué le había parecido, el sollozándome y retorciéndose de gusto me dijo: "ummmm, me encanta que me hagas eso".
Entonces fue cuando me dije, ahora me toca a mi, me senté en mi asiento y me eché para atrás, me tumbé tocándome mi paquete, tenía que empezar a preparar mi verga para la acción, aunque primero quería sentir su boca lamiéndome mi rabo, quería sentir su lengua sobre mis pelotas y saber qué se siente cuando te come la polla otro tío, él se acabó de quitar los pantalones y calzoncillos que llevaba en los tobillos quedándose únicamente con su camisa medio desabotonada, él solito se la acabó de desabrochar dejándo su pecho al descubierto, yo continuaba masajeándome por encima de mi bañador haciéndole ver lo que necesitaba, ví que no estaba muy cómodo y yo la verdad es que tampoco, si quería que me hiciera una buena mamada, lo mejor era estar los dos cómodos, así que volví a poner mi asiento erguido, abrí la puerta, salí y me dispuse a entrar en las plazas traseras, él, no quiso salir del coche para entrar detrás, atravesó las plazas delanteras entremedias refregando sus partes entre los asientos, que yo creo que lo hizo a posta y enseguida lo tenía al querer posado entre mis piernas.
Me recliné sobre el lateral del coche, estiré mi pierna derecha sobre el asiento a la larga y mi pierna izquierda en el suelo, abriendome bien de piernas y con mi paquete en mano, le dije: "venga vamos ven", él se removía sobre rozando sus partes sobre los asientos de mi coche como una perra en celo, yo le miraba con ganas de marcha, veía como su arqueada espalda femenina terminaba dando paso a su pomposo delicado, depilado y limpio culito respingón, lo veía desde un mal punto de vista, si alguien se asomaba por la ventanilla del otro lado, podría flipar con la pompa de aquel hermoso culito de Jorge deseoso de ser lamido y follado.
Me bajé mi bañador juntando mis piernas para intentar quedarme con mi sexo al querer para él, que rápidamente se acercaba a mi barrigota para comenzar a lamérmela y hacerme un maravilloso preliminar antes de pasar a mi suculenta polla ardiente de follar, el cabrón me sujetaba el bañador para que no me lo quitara aún del todo, mi polla estallaba bajo aquella prenda que me ataba de mis deseos, yo flipaba con su jueguecito de chuparme mis alrededores, aquella maricona me estaba poniendo a mil, mi novia no me ponía tan caliente ni poniendose uno de sus mejores picardías, pude quitarme finalmente mi bañador por fín emergiendo mi rabo como un muelle disparado hacia arriba apuntando al cielo como diciendo por fín.
Salió plenamente descapullada de tanto sobeteo, rosadita para él, mi punta tenía algo de líquido preseminal que emanaba por mi agujerito de tanto deseo, bajo ella, mis dos pelotas caian languidas removiendose fabricando semen con esperma para mi puta. Mi gran paquete peludo contrastaba con su sexo cuidado y depilado, mi polla palpitaba sobre mi deseando su parte, y él, después de haber contemplado tal suculento manjar, siguió mordisqueandome mi barriga, surcando mi peludo pubis mientras yo me cogí mi verga para pajearme un poco, le dije: "vamos chúpamela, no lo pienses más", le cogí del cuello y le obligué a inclinarse directamente sobre mi rabo, él me apartó mi mano y cuando parecía que ya se me la comía, el cabrón la rodeó pero se fué a comerme directamente mis bolas mientras con una de sus manos me empuñaba por fín mi mástil.
Por fin empezaba a recibir tacto sobre mi sexo, me encantaba saber que me la empuñaba otra persona, que me retorcía inconscientemente mi polla otra mano que no fuera la mía, el cabrón me chupaba mis huevos con una pasión que parecía que le iba la vida en ello, empezó a tragárselos también, primero uno y luego el otro, se perdían dentro de su boca, aquello era realmente una pasada, mi novia nunca me habia hecho aquello, yo flipaba, el cabrón me tenía empuñado a mi verga tirándome toda la piel abajo para dejarme mi capullo rosado a punto de despojarse de mi tallo, me encantaba aquello que me estaba haciendo, no pude remediar el decirle: "ostias tio, que gustoooo cabroooon, sigue asíííí, no pareees" entre gemidos.
Me babeó las pelotas como si de dos chupachups se tratasen y poco a poco ví como empezó a escalar el tronco de mi verga mientras abarcaba con su mano mis remojadas pelotas masajeándolas, no pude evitar el agarrarle del pelo de su cabeza guiándole a que se comiera por fin mi enorme y deseosa polla.
Despacio fue surcando mi nabo hasta que llegó a mi capullo, el muy cabrón aún se atrevió a rodearlo y me miraba a los ojos para verme qué cara ponía, yo claro, con un deseo descomunal de follarme su boca y él, con unas ganas de comerme el rabo que no se podía aguantar, me lamía mi capullo como su de algo sabrosísimo se tratara, mi liquido preseminal ya se untaba en su lengua llevándoselo consigo y lo saboreaba volviéndo a lamerme y a relamerme, yo no pude aguantar y le dije: "siiiii, vamooooo", le estiré del pelo con fuerza, y finalmente el calor de su boca se hundía sobre toda mi polla, la succión de sus labios me hicieron escurrir mi semen que se cargaba en mi nabo para lubricar lo que se le pusiera por delante, sentía como su lengua se paseaba escurridiza por mi frenillo dentro de su boca como si tal cosa, y volvía a succionarme haciendome volverme loco de sensaciones y pellizquitos sobre mi verga.
Abandonó la mano que acariciaba mis huevos para dedicarse a hacerse de tope y a estirarme la piel de mi rabo todo lo que podía hacia abajo, su boca lamía y relamía una y otra vez toda la punta de mi capullo rosado dejándolo muy baboseado y volvía a hundirlo en su boca, que sensación más increible, sentía como tocaba su garganta cuando la hundía del todo, no quería que aquello terminara nunca, sentía como sus labios se apoderaban con recelo de todo el recorrido de mi polla hasta la punta, veía como la forma de mi polla se marcaba sobre las galtas de su boca, por unos instantes la sacó del todo y me dijo: "¿te gusta que te la chupe?", yo sonreí, y me dije, vaya pregunta que me haces, simplemente podía asentirle con mi cabeza, no quería mediar palabra, él volvía a comérsela con satisfacción empezando el vaivén, el mete y saca de su boca follándomelo a su propio antojo a una marcha constante pero sin no demasiada velocidad, lo que aún me hacía que me gustara más.
Yo gozaba cada vez que salía mi polla de su boca al escucharse el sonido tan característico de cuando quitas el vacío a un bote, el gustazo de nuevamente volverla a recorrer por su suculenta y humeda boca me hacía volverme loco.
Se apartó de mi polla dejándomela completamente baboseada, sus babas chorreaban sobre mis pelotas dejándome mi polla al querer para atravesar su estrecho culo. Él se echó para atrás y se sentó dejándome su verga claramente más pequeñita que la mía, le miré a la cara, él se relamía el sabor que le había dejado mi polla en su paladar, me miraba con deseo de que ahora se la chupara yo a él, (éste tio flipa si piensa que se la voy a chupar), le dije sin pensarlo dos veces: "venga date la vuelta mirando para allá que te voy a follar por detrás", él me contestó lo que imaginais: "¿no me la chupas ahora a mi?" yo le sonreí: "ya lo haces tú muy bien, ahora vamos a ver cómo te portas follando".
Jorge se levantó del asiento y se puso mirando para la ventanilla del otro lado, poniéndose de rodillas una en donde se ponen los pies y la otra sobre el asiento, él sin decirle nada levantó su cabeza para girarse a mirarme realzando la curva de su espalda y dejándome más en pompa su delicadito y precioso culito respingón, la verdad es que visto desde mi posición, tenía un trasero más bonito que el de mi chica y como encima estaba tan depiladito y tan limpio, parecía que me iba a follar a una puta de esas de las caras, me puso a mil, encima lo removía ante mis narices, no me pude callar: "pero qué culito tienes chaval, más lindo que el de mi novia".
Me incorporé un poco para ponerme bien cerca y poder acariciarlo, me arrimé a aquella rajita rosadita palpitante, la verdad es que este tio se cuidaba sus partes a conciencia, no tenía ni un sólo resto de pelo, estaba limpisimo, lo acaricié, estaba muy suave, era como acariciar una manzana aterciopelada, Jorge apretaba y relajaba su culo con una facilidad pasmosa, le escupí para volver a lubricar bien aquel agujerito y deslicé mis dedos para cubrir bien, rodeé todo su ojete varias veces con más saliva dejándolo bien babeado, aquel ojete estaba suave, rosadito, con unas ganas de tragarse mi polla que parecía que me lo pedía a gritos.
Mi calentón era para fotografiar, aún así, volví a meterle mi dedo indice para introducirle mis babas y lubricar aún más aquel estrecho paso, poco a poco lo fui metiendo hasta que me daba el tope de mi mano, Jorge gimió de gusto, se retorcía de placer moviendo su trasero para dificultar mi acto, yo con mi dedo dentro suya lo tenía bajo mi mando, podía hacerle lo que quisiera, lo volví a sacar despacio para volverlo a hundir hasta el tope, haciendo poco a poco el movimiento sexual y follármelo vivo con mi dedo, mientras con mi otra mano le acariciaba aquellas preciosas nalgas, suaves, tersas, delicadas, empecé a palmetearle la izquierda ya que mi mano derecha estaba muy ocupada con aquel agujerito del placer.
Después de un buen rato urgando dentro de su culo abandoné el hoyo para sobetearle con las dos manos aún más sus nalgas, es que eran tan lindas, le hacía de todo, yo estaba descontrolado, mi vicio era incontrolable, le abria el culo todo lo que podía, se lo cerraba, le pegaba fuertes pellizcos, me amorré a su raja para comérsela dandole buenos lametazos, le mordisqueaba por los alrededores, le palmeteaba aquellas mollas para enrrojecérselas, me encantaba dominarle aquella puerta trasera, y Jorge no paraba de gemir de gusto, no hacía más que tirar su cabeza para atrás entornando sus ojos del disfrute que le estaba brindando yo.
Me levanté para follármelo irremediablemente, me puse de rodillas para acercar mi pepino rebentón entre aquellas preciosas nalgas, mi polla estaba que estallaba, ayudándome con una mano la puse sobre aquel ojete tan vicioso, iba a ser mio si o si, él mirandome con ojos de deseo me dijo: "vamos Sergio, fóllame que te deseo dentro de mí", yo apoyé la punta de mi nabo en aquel palpitante agujerito profanado por mi dedo, él apretaba su culo para evitar lo que se le venía para dentro, cogí saliva y la dejé caer desde lo alto sobre aquella regata presionada por mi verga, escurriéndose mi escupitajo por entremedias de sus gluteos llegó a la punta de mi nabo donde se posó despacio para dar paso a mi empujoncito deseado y suplicado por Jorge.
La presión era muy grande, la enorme punta de mi polla era dificil encarrilarla por aquel estrecho agujero de Jorge, le pedí que se relajara, me incliné sobre él para acariciarle sus pelotas y a ver si así conseguía que se relajara completamente, le separaba sus galtas para poder abrir aquel agujerito infranqueable, empujaba mi polla y poco a poco empezaba a abrirse paso, noté como su esfinter se relajaba un poco más por unos instantes y él me cogió de mis caderas para que le embistiera de una vez. Mi polla se perdía en aquel deseoso ojete, veía como mi capullo ya se había hundido dentro suya y que el recorrido del resto de mi rabo surcaba a placer seguidamente hasta llegar al tope de mi pubis, Jorge gimió de gusto "siiii Sergio, me encantaaaa" aquello me hizo engrandecerme plenamente, la satisfacción de haber empalado a aquel chaval, que le gustara tanto y el calorcito que sentía alrededor de mi polla teniendola al tope allí dentro, me hizo ver el cielo.
Le volví a palmetear sus nalgas, me quedé por unos instantes con sólo mis huevos al fresco, mi polla hundida al tope en aquel estrecho paso no me incitaba a sacarla nunca, Jorge apretaba su esfinter y me hacía presionar mi miembro de una manera uniforme e imposible de describir, le abrí aquel culo todo lo que pude para penetrarle todo lo que daba de si mi verga y le dije: "tio,das más gusto que follarme a mi novia, ... pero qué calentito estás", vi como se sonreía, le dije que siguiera aprentandome mi polla con su esfinter, que me encantaba, pero aún me gustó más cuando me dijo: "vamos, fóllame por favor, bombéame, hazme sentirte, quiero que me folles plenamente, quiero sentir tu leche dentro mía", entonces fue cuando poco a poco fui sacando mi polla y volvía a hundirla hasta el tope.
"Te voy a poner este estrecho agujero como un bebedero de patos", le dije sonriéndole de placer, yo gemía de gusto acompasando los sus sollozos de gusto, empezaba a empistonarle poco a poco a mayor velocidad, pero haciendole sentir bien mis empellones, notaba como mis huevos se estampaban contra los suyos del movimiento frenético, poco a poco aquel estrechisimo agujerito se empezaba a ahuecar dejando una follada dulce, suave y muy placentera para los dos, de vez en cuando Jorge apretaba su culo para estrechar y frotar más duramente nuestro rozamiento sexual, nuestros gritos de gusto hacian de aquel habitáculo un lugar hecho para el goce de sexo.
Él me cogía como podía de mis caderas intentando llegar a mi culo para que no cesara de bombearle, me apretaba contra él, dios, no imaginaba que se podía tener tanto vicio, Jorge empezó a sollozar de gusto, gritaba de gusto, se estaba corriendo de mi follada, bueno.. aquello no tenía palabras, Jorge lloraba de gusto gracias a mi follada cayendo sobre aquel asiento, yo me tiré sobre él hundiéndole mi polla al tope, quedándonos por unos instantes en aquella postura, poco a poco fuimos levantandonos quedandonos nuevamente en la postura del perrito, yo me abracé a él a mordisquearle las orejas y a hacerle chupetones en su cuello, le pellizcaba los pezones, y poco a poco continuaba con mis embestidas más suaves parándome nuevamente para decirle que cambiaramos de postura, mis piernas empezaban a dar sintomas de adormecimiento.
Quería que se sentara sobre mi, que ahora se moviera él sobre mi verga, le cogí de sus caderas para llevarmelo conmigo a mi trono sin que se me saliera mi polla de su culo, pero del movimiento se me salió, mi capullo enrrojecido vió la luz por unos instantes, me fijé en su culo y aquel estrecho ojete se había convertido en una "o" palpitante y enrrojecida, a penas podía cerrarla, me encantaba verle su ojete así, sobretodo porque había sido mi polla la culpable, "vamos, siéntate aquí", se puso de cara a mi abriendo sus piernas sobre mi y abriéndose él mismo sus nalgas para facilitar nuevamente la entrada de mi nabo, me la cogí para orientarla sobre aquel ojal abierto y enseguida ya se hundía con facilidad, Jorge se dejó caer del todo tragandose plenamente toda mi polla dentro de su cuerpo.
Se abrazó a mi cuello dejándome al querer en mis manos su preciado culito, que ahora era completamente mio, follandome él ahora a mi a su antojo, aunque su culo era el que sufría el diametro de mi polla abriéndolo nuevamente, le separaba sus gluteos todo lo que podía con mis manos, que estampa dios, mi gran polla peluda partía en dos aquel lindo culito suave y depiladito, me hubiera gustado grabar la escena en video de aquel primer plano de actividad frenética sexual.
En aquella postura podía ver su cuerpo de frente, él mi miraba de vez en cuando, tiraba su cabeza para atrás, con sus ojos entreabiertos, se mordía los labios inferiores, gozando como una perra de mi polla entre sus piernas, me dijo: "pero como puede gustarme tanto que me folles", yo le pegaba unos buenos palmetazos en aquellas nalgas ya sobeteadas y enrrojecidas de tanto pellizco, se lo acariciaba suavemene, se lo volvía a abrir todo lo que podía, se lo soltaba, me gustaba escuchar el chasqueteo de su piel sobre mi pelvis que hacía de tope para que no le atravesara con mi espada.
Su mustia pilila se posaba sobre mi barriga cada vez que bajaba su cuerpo sobre el mio, rindiéndose sin ningún trabajo que hacer, fuí escurriendome sobre el respaldo de asiento para intentar quedarme tumbado del todo boca arriba, para que él siguiera encima mía, en aquella postura sentía más profundamente el calor de su cuerpo envolviendo mi polla, que gustazo dios, Jorge no se cortaba ni un pelo, seguía moviéndose con recelo sobre mi verga, por un momento vi como alguien pasaba por fuera del coche, dándose cuenta de la acción y se arrimó a la ventanilla quedándose mirando desde fuera, Jorge no se dió cuenta porque le pillaba de espaldas, pero la estampa de la follada era digna de contemplar desde donde aquel tipo estaba, fui a reincorporarme poco a poco y aquel tipo se marchó, mi polla volvía a salirse del ojete de Jorge, le empujé para que se quedara ahora el tumbado boca arriba.
Contemplé su estrecho agujerito que ahora habia pasado a ser un auténtico bebedero de patos, menudo cambio desde el principio, estaba enrrojecido y muy abierto, igual que un donut, muy lubricado, sus nalgas estaban enrrojecidas de tanto pellizco y palmeteo, que estampa de culo, me encantaba lo que se estaba llevando aquel tio de mi, pero aún faltaba lo mejor, ahora lo iba a rellenar con mi leche, era mi deseo el hundir mi pepino allí dentro y dejarle mi esencia pegajosa dentro de él. Levantó su trasero para ponermelo a la altura ideal, y me fuí acercando con polla en mano de rodillas apoyando mi glande en aquel abierto agujero, mi pene entró casi como si tal cosa, con una facilidad pasmosa, tenía el esfinter tan dilatado que por allí pasaría cualquier cosa.
Hundí mi verga hasta que mis peludos huevos se esclafaban sobre la parte inferior de aquel ya gran placentero agujero, le cogí sus piernas poniendomelas alrededor de mi cuello, me lo empece a follar con mayor ritmo, le pegaba unas embestidas de aupa, el clas clas clas del tope de nuestros cuerpos al chocar hacían nuevamente de una música rítmica dulce, placentera e inagotable, quería correrme de una vez, notaba como débilmente Jorge apretaba su machacado culo para intentar darme más gusto y facilitar mi corrida, yo aún lo machacaba más, me deleitaba con el sonido de nuestros sexos, que gozada, por una parte tampoco quería que se terminara nunca, pero por otro lado quería rellenarlo como un pavo.
Seguí embistiéndolo sin compasión una y otra vez sin final, y empecé a escupirle a la cara, quería que empezara a saborear lo que se le venía adentro, quería que se llevara un buen y real recuerdo mío, que me estuviera oliendo unas buenas horas después de aquello, hasta que se duchara, le volvía a escupir sobre su cara, dejaba caer mis babas sobre su cuello, su pecho, su barriga, entre el sudor que empezaba a huntar mi barriga, me inclinaba sobre él para rebozarle con mis emanaciones sudorosas, le dije: "¡¡ahhhh que gusto que me das chaval!!", entonces le dí un tortazo en su cara para que además se llevara un poco de dolor a casa, con ganas de correrme se lo hice saber: "estoy a punto de correrme maricona", "te vas a llevar mi resfriado, mi sudor, y mi olor todo para tí.
Sentía que me corría, que ya no podía controlar mis empujones sin correrme, era el momento, sentía ese placer inmenso que se desataba en la punta de mi polla estallando irremediablemente en el interior de aquel culito más que taladrado por ella. Me quedé lo más clavado a él todo lo que pude, noté como sus peladas pelotillas eran esclafadas por mi barriga, mis espasmos hacían liberar mi corrida dentro suya, imaginaba como mis chorros de semen se esparcian sin control en lo más profundo de sus tripas, me caian mis babas sobre su cara de tanto placer liberado en aquel momento, mientras vi como Jorge se pajeaba velozmente corriendose sobre él mismo, todo el sudor, mis escupitajos y su semen se mezclaban sobre su barriga como una poción ardiente sexual.
Poco a poco fui sacando mi verga de su culito palpitante y reventado, enrrojecido y abierto como una mangrana, dejando mi capullo dentro de él, tapándolo y escurriendo mis ultimas gotas de semen dentro suya. Mi polla empezaba a dar sintomas de flaccidez y sacándola del todo contemplé aquel ojete abierto, intentando ser cerrado por su dueño pero con poco éxito. "Aprieta el culo aprieta, no lo vas a poder cerrar durante toda una semana" me reía, "te he dejado tu agujero digno de postal chaval", me quedé medio tumbado junto a él mientras se tocaba su ojete para comprobar que aún lo tenía en el sitio y chuparse seguidamente sus dedos, vaya guarrada, desdeluego, que tio con más vicio, no lo he conocido nunca. Que follada por favor, nunca olvidaré aquella tarde.
Seguidamente me dijo que quería volver a repetir y que quería que me corriera en su boca, le dije que no se preocupara que eso estaba hecho.
Al cabo de ni sé cuanto tiempo, Jorge se levantó y se recogía la ropa para ir vistiéndose como podía, ni se despidió de mí, cerro la puerta al salir y desapareció, no miré hacia donde se iba, pero sabía que si volvía allí otro día, seguro que lo volvería a ver, él ya sabía donde me encontraría.
(Continuará)